Sandra sexxxy V
Mi mamá me presentó a Don Toño (su amante en turno), quien a partir de ese día viviría con nosotros, ya tenia 17 años de edad y mi cuerpo era una tentación para los hombres, tal vez por la gran actividad sexual con mis amantes (mi tío, Mario Alberto y el mecánico –quien por el gran tamaño de su verga me había ensanchado las caderas) se acentuaron aún más mis formas femeninas, mis nalgas se hicieron más redondas y grandes, mis senos me crecieron; “sufriendo” los constantes acosos sexuales de los hombres teniendo en algunos casos que usar ropa holgada para disimular mis formas. No se si mamá se daba cuenta o no de esto. Pero yo era feliz de gozar y hacer gozar sexualmente a mis hombres.
Don Toño, como todo chofer de autobús, contaba con mucha experiencia en amoríos, se dio cuanta de mi homosexualidad y empezó a acosarme, no dejaba de ver mis pechito, mis nalgas y las piernas, yo lo provocaba poniéndome shorts ajustaditos para resaltar mi enorme trasero; eso lo ponía súper, bastaba con mirarle el bultote que se le hinchaba en la bragueta A mi me gustaba su sonrisa, era alto, robusto y moreno, de bigotes espesos y ojos negros, su gran capacidad para el sexo, según lo pude constatar una vez que, en forma accidental lo vi con mi mamá en la cama, las posiciones y forma en como se la cogia, haciéndola bramar de placer para llegar al orgasmo total. Así que deje que hiciera su luchita, sus roces, sus miraditas, verlo a diario y a veces casi desnudo con su pecho lleno de vellos, pronto hicieron que empezara a desearlo. No obstante de mis grandes tardes y noches cargadas de sexo con mis amantes, sentía la necesidad de sentirme poseída por don Toño y sabía que muy pronto acabaría en sus brazos.
Un sábado, regresé a casa como a las 5 p.m., encontré un recado de mi mamá diciendo que saldría de la ciudad y llegaría mañana a medio día; don Toño tenía viaje,asi que estaba completamente sola en casa, me metí a la tina y me bañe ricamente, me puse con un short y una camisetita; me veía sexy, iba a hablarle a uno de mis amantes en turno, pero preferí descansar. Me acosté en el sofá de la sala a ver la Tv., a las 7 oí que entraba don Toño, me dijo que se canceló su corrida y me invitó a tomar una copa, no disimulaba en verme las piernas y las nalgas, puso música romántica y sirvió unos tragos, platicamos, a la segunda copa don toño me tomó de la mano, me levantó y bailamos muy pegaditos la canción de “Amada amante”, sentí su bultote rozar mi vientre; me hice la indignada, corrí a mi cuarto y me encerré, él decía que desde hace tiempo me deseaba, que saliera y no me arrepentiría de sentir a un hombre de verdad. Fue entonces, que decidí trasformarme en la bella mujer que él quería conocer, me puse mi mejor tanguita, minifalda roja entallada que realzaba morbosamente mi trasero, las medias le daban forma a mis blancas piernas, la blusita escotada permitían traslucir mis pequeños pero redonditos senos, me maquillé perfectamente, las zapatillas y una peluca rubia, fueron el toque final. Me arme de valor y le dije que saldría, pero que estuviera tranquilo; sentado en el sofá me vio salir y no pudo disimular un gesto de deseo que me súper excitó, me senté frente a él, crucé coquetamente mis piernas y en tono femenino le dije “me invitas una copa guapo” (no pensé impactarlo tanto a él con su gran experiencia); sin dejar de ver con lujuria mis piernas y mi escote, me sirvió una copa y se tomó un tequila doble de un solo trago.
Bebí lentamente mi copa, mientras el apuro otra, me dijo “eres bellísima, nunca me imagine que fueras así”, le sonreí y bailamos “amadamente amante” otra vez. Con uno de sus brazos rodeo mi cintura y con el otro me acariciaba las nalgas, me beso y le correspondí, empecé a acariciar los vellos de su pecho, su mano empezó a jugar con mis senos y pezones, sus besos y caricias me perdieron, sabia besar muy rico, me sentó sobre sus piernas y sin dejar de besarme en la boca y el cuello, desabrochó mi blusa, mis pequeños senos se irguieron y su boca se apoderó alternadamente de mis duros pezones, sus manos acariciaban mi espalda y nalgas, la blusa y la minifalda habían desaparecido, mis manos bajaron el bragueta y de inmediato salió una verga llena de venas y de buen tamaño, destacando su redonda y gorda cabeza, la acaricie tiernamente con mis manos; don Toño gimió y sin pensarlo dos veces, me hinque frente a él para probarla, lentamente la tomé entre mis manos y le di un beso, al momento que la pelaba para olerla y saborearla con la lengua, la sala se inundó de gemidos excitantes, seguí besando cada centímetro de verga y sin dejarla de acariciar, llegué a los huevos los cuales uno a uno chupe y lamí con vehemencia.
Desnudos completamente, don Toño sin pararse del sofá, me pidió me pusiera de espaldas, me inclinó y mi trasero quedó frente a su cara; como un niño que le ofrecen un dulce, tomó mis caderas, me jaló hacia él y ávidamente empezó a besarme las nalgas, hinchándome de placer cuando su boca besó mi culo, su lengua me penetró y hurgo mi intimidad, mientras que sus bigotes se restregaban en mis nalgas. Me incliné aún más para recibir esa maravillosa caricia y pude ver su pene a su máxima expresión, su cabezota palpitando y babeando líquido preseminal, ya mi culo estaba totalmente abierto; don Toño, me volvió a sentar frente a él y sin dejar de besarme la boca, el cuello, los hombros, las orejas, los senos y pezones; con sus manos me separó las nalgas para meterme uno, dos y hasta tres dedos en mi colita, enloquecí de placer, ya no aguantaba mas y le susurré al oído “¡hazme tuya ya por favor!”; “ruégame que te la meta” contestó, yo insiste “papito, mi rey, cógeme, rómpeme el culo, tómalo y llénalo de tu sabrosa verga, por favor, te lo suplico, cógeme”, “si mamita, es toda tuya, disfrútala”, alcance a oír, y sentí la cabeza de su verga emboquillar mi culo, por instinto afloje el cuerpo y deliciosamente mi culo consintió la entrada de la cabezota abrazándola feliz de tenerla adentro, con un suave movimiento de cadera, empecé a engullírmela tota, sentir sus venas rozar mis pliegues y la cabeza palpitando dentro de mi como si fuera otro corazón, me alocaron totalmente. Don Toño, con mucha facilidad me levantaba las nalgas para subirme hasta la punta de su verga y sin sacármela totalmente me dejaba caer en ella, los chasquitos que se producían eran súper excitantes. Por primera vez, tuve la necesidad de masturbarme, mis caderas eran como una revolvedora, quería sentir su verga en todos los rincones de mi cuerpo; mi pequeño pene explotó y mi trasero se contrajo de tal manera que la verga de mi hombre quedo completamente abrazada en mi interior, sentí desfallecer, me abandoné recargándome en el pecho de don Toño, quien no paraba de cogerme y acariciarme las nalgas y pechos. Sin sacármela me volteó, poniéndome de cuatro patas yo estaba exhausta, con una mano me tomó de la cadera y con la otra me empezó a masturbar; afloje el culo y él lo aprovecho para metérmela toda, yo bramaba de placer, le gritaba que no parara que se viniera; me vine por segunda vez, al instante oí sus gemidos y sentí correr por todo mi culo una gran de cantidad de leche caliente y espesa, totalmente sudados y exhaustos nos quedamos juntitos y nos dormimos. No se que pasó, pero me desperté cuando sentí sus manos recorrer mis pechos, ¡estábamos en la cama!, ya eran como a las 4 de la mañana, él atrás de mi, jugándome las nalgas y las tetas, mientras me besaba el cuello; al sentir su pene tras de mi instintivamente pare el trasero para ofrecérselo, lo cual ni tarde ni perezoso, me penetró y como jugueteando me metía y sacaba la pura cabecita, empecé a sentir un calorcito recorrer todo mi cuerpo y acabar en la punta de mis pezones. Don Toño, puso una de sus piernas sobre mi cadera y me penetró totalmente, la cogida era deliciosa, esa posición me permitía disfrutar totalmente, mi trasero estaba en poder de mi hombre y yo le permitía todo tipo de embates. Si algo tenía don Toño, es que sabía el momento exacto de cambiar de ritmo o posición y además de que tardaba mucho en venirse, permitiendo un disfrute largo y total de su deliciosa verga.
Un largo rato después, se me encimó y puso mis piernas en sus hombros, mis nalgas quedaron en el aire y me relaje para recibir a mi huésped, quien palpitando me penetró para culearme sin piedad y su gusto, hasta vencer toda resistencia de mis pliegues, nos dimos la vuelta y ahora me tocaba a mi darle ritmo a la cogida, así que golosa lo monte de tal manera que sus huevos rozaban mis nalgas y su verga raspaba por todo el interior de mi trasero, tardamos un buen rato hasta que sentí su caliente semen por todo mi culo, me recosté sobre su pecho y nos quedamos profundamente dormidos.
Como a las 9 de la mañana, con su pene flácido pero aun dentro de mi, salí de la cama y me bañe, me puse solamente una batita corta y transparente, estaba preparando el desayuno, cuando don Toño se levantó y me abrazo por detrás repegando su pene en mi trasero y acariciándome los senos, “eres un goloso, ¿no tienes llenadera?” le dije; “buenos días amor, claro que no tengo llenadera, ese hermoso culote me lo voy a coger hasta que me quede sin verga” nos reímos, nos dimos un tierno beso y me fui a la mesa a servir el desayuno, al inclinarme dejé ver mi culo y él sin mas ni mas me metió su verga, sujetándome de las caderas, afloje el cuerpo y abrí mas las piernas, levante las nalgas, puse mi cabeza sobre la mesa y lo dejé que me cogiera a su gusto, a los 20 minutos de deliciosa cogida y sin perder el ritmo, tomo mi pene y me empezó a masturbar, al poco rato nos venimos sentí como su verga mojaba todo mi interior, nos besamos, desayunamos y nos metimos a bañar, me puso de espaldas y levantándome las nalgas volvió a penetrarme un buen rato para después sacarla, me hincó para recibir gustosamente una abundante ración de deliciosa, espesa y caliente lechita, la cual me trague sin remilgos. Salimos del baño, nos vestimos y el se despidió de mi “hasta luego amor, eres maravillosa, vas a ser mi puta preferida y ese culote me lo voy a coger las veces que yo quiera”, enamorada a mas no poder le conteste “si amor, soy tuya en cuerpo y alma, tuyo es mi culo, mis pechos y todo mi cuerpo, espero con ansias volver a ser tuya, probar el sabor de tu sexo, soy tuya y de nadie mas”, nos besamos largamente y se fue a trabajar.
Mi mamá llegó dos horas después, y decidí secretamente compartir, al hombre que me hizo cimbrar cada rincón de mi cuerpo.