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CAPITULO 3
PERDI MI OPORTUNIDAD
No sé dónde leí o escuché que según como bailas te desenvuelves en la cama. Y eso era en lo que pensaba cuando veía bailar a mi madre en alguna reunión familiar, le encantaba ocupar toda la pista y disfrutar al máximo del momento. Todavía puedo ver en mi mente las miles de ocasiones en las que mis primos me molestaban porque me quedaba como hipnotizado por el movimiento de las caderas de Sofía al bailar, mientras daba rienda suelta a mis pensamientos más oscuros.
Si bailé alguna vez con ella, la verdad no me acuerdo, como todo adolecente o la mayoría de jóvenes, nunca me gustó bailar, simplemente no me llamaba la atención.
En una de esas tantas reuniones familiares, a la que no fui, estaba en casa haciendo mis tareas, cuando un poco de noche llegó un automóvil de uno de mis parientes, a dejar a Sofía, quien había tomado un poco de más, lo cual era muy raro en ella.
Venía muy alegre y risueña, en grado extremo, venía con mi hermana quien estaba completamente sana. Y juntos intentamos llevarla a su habitación que se encontraba en el segundo piso. Obviamente por el estado en el que estaba, no podía subir las gradas sola, razón por la cual entre los dos la subíamos como podíamos.
Mientras en eso estábamos, y mi hermana le reclamaba de su estado, yo le decía que la dejara tranquila y que más bien, yo podía solo llevarla a su habitación y recostarla, ante lo cual mi hermana se opuso y dijo que ella se encargaría de eso. Obviamente eso me molestó demasiado, pues yo ya había pensado en mi mente todo el panorama.
Era obvio que, si me dejaban a solas, yo me encargaría de recostarla, de atenderla y como ya era tarde, pues de cambiarle de ropa, que mejor oportunidad que esa para poder contemplar su cuerpo desnudo y a mi entera disposición.
Ya me imaginaba zafando sus zapatos, desabrochando su pantalón Jean azul y bajarlo lentamente, mientras contemplaba y acariciaba esas piernas que me volvían loco. Que decir el desabotonar esa blusa de color verde esmeralda, que como a ella le gustaba, tenía una sutil transparencia y hacía ver el blanco sujetador que llevaba puesta.
Y que sería arrancar ese sujetador para contemplar esos senos que en algún momento me dieron de comer, esta sería la oportunidad de volverlos a tener en mi boca y con más conciencia sexual disfrutarlos como se debe. ¿Que interior llevaría puesta?, cuál de todos aquellos que en algún momento ya fueron presa de mi miembro en una de las tantas corridas que había tenido. Me imagina contemplarla desnuda, acariciar sus partes, besar cada pare de su cuerpo, llevarme a la boca aquella pare prohibida por donde alguna vez había salido y llegar sin medida hasta las últimas consecuencias, para finalmente vestirla con esa bata de seda que en mis fantasías ya había disfrutado. Y luego, solo luego dormir abrazado a ella, mientras disfrutaba como en mis fantasías de su cuerpo cubierto por esa tela de seda, apegado al mío, y que esa seda sea lo único que nos separe. Estaba decidido, esa noche ella sería mi mujer, no pensaba en las consecuencias, no me importaban las consecuencias.
Todo eso pasó por mi mente en cuanto la vi llegar de esa manera a la casa, y se fue reforzando a medida que me daba cuenta que no podía subir las gradas, y ella se tambaleaba, más aún cuando en un momento se abrazó de mí, me dijo que me quería muchísimo y medio perdió la conciencia. Yo ya estaba en éxtasis antes de haber empezado.
Pero era momento de volver a la realidad, mi hermana se dio cuenta o simplemente quiso hacerlo sin más y se encargó de todo, yo tuve que hacerme el tonto y ofendido para quedarme en otro lado de la casa terminando mis tareas, mientras pensaba en todo lo que perdía.
Pero no importaba, pensé, total mi hermana ya se iría y podría dar rienda suelta a mis fantasías, sin embargo, a pesar de que me opuse, ella decidió quedarse a recoger unas cosas y a cuidar de Sofía.
Ya no podría ni acercarme a su cuarto con el pretexto de ver como estaba, y de pronto robarle al menos un beso mientras dormía, todos mis pensamientos y deseos se fueron por los suelos, ¿cuando tendría otra oportunidad como esta?
Había perdido mi oportunidad, ¿sería lo mejor?
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