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~He de contarles que tengo 2 hijos de 8 y 13 años. El año pasado, cuando terminó el año escolar, el colegio como de costumbre organizó la reunión final de padres a principios de diciembre a la queasistimos con mi esposa. Dentro de las amistades de mi hijo se encontraba una jovencita de su misma edad, de raza negra. Algunas veces se quedaba hasta tarde en nuestra casa haciendo tareas junto a mi hijo y otros compañeros o jugando xbox...
... Cuando eso pasaba, siempre la iba a recoger el papá, don Agustín, un hombre de unos 55 años, trigueño, bajito (de 1,60 m más o menos de estatura), bastante introvertido, con el cual cruzábamos las frases apenas necesarias. Sin embargo, siempre que Emily (la compañera de mi hijo) se quería quedar, como es lógico, mi esposa ó yo llamábamos a su casa para avisar y preguntar si la dejaban. Casi siempre, contestaba la mamá.
Tan solo con su tono, acento y ritmo de voz, podía uno concluir que la señora (Esperanza) procedía de la costa pacífica. Al contrario de don Agustín (al que nos causó extrañeza conocer como el papá de Emily, la primera vez que la recogió), doña Esperanza era dicharachera, habladora y no colocaba nunca problema en que Emily se quedara hasta tarde, a pesar de que en todo el año no nos habíamos visto en persona (ella y yo). Mi esposa (que es la que más asiste a ese tipo de reuniones del colegio) si la conocía en persona y cuando yo le preguntaba por ella, solamente me decía “si, es una negra simpática pero habla hasta por los codos. Al que nunca veo es a don Agustin”, por lo cual yo me la imaginaba como aquellas vendedoras que uno encuentra en la playa, bastante gordas, con una batea en la cabeza, medio gritonas que ofrecien cocadas, leche de coco, shakiras y similares… y al pobre don Agustín como el gue…. (noble) del hogar.
Bueno, para ese entonces, una de mis fantasías sexuales no cumplidas, era tener sexo con una negra, lo que denominan el interracial. Nunca en mi vida (colegio, universidad, trabajos) había tenido compañeras o amigas o conocidas que fueran 100% de raza negra, lo cual creo que había sido un impedimento para la fantasía, además de que mi esposa no le gusta este mundo SW y sé que no me secundará en ninguna fantasia :( (por algo me inscribí… jej jeje).
Por eso me dedicaba a fantasear cuando veía (ó veo) películas porno con mujeres negras ó a veces morboseo con mujeres del común en la calle, normalmente de enormes senos y grandes culos, además del mito (cierto por demás) de su fogosidad en la cama.
En fin, a la famosa reunión teníamos que ir ambos padres. La verdad, a pesar de mi deseo de estar con una negra, no tenia mayores expectativas de conocer a doña Esperanza ni fantaseé nada al respecto. Para mí iba a ser un sábado algo aburrido. De hecho, ni siquiera estuve pendiente de ver quién era doña Esperanza una vez que estábamos ya en el salón de mi hijo, recibiendo los boletines de notas.
-Sánchez Mosquera Emily Andrea, recibe reconocimiento por alto rendimiento. – Dijo la profesora encargada de la reunión. Se comienzan a escuchar algunos aplausos.
Y entre esos aplausos, comienza a aparecer delante de nuestros ojos un enorme y abultado culo, como buena negra, forrado en un leguis negro, pero tapado por un saco de lana, que dejaba ver unas piernas robustas pero muy bien torneadas y una espalda ancha. Doña Esperanza comenzaba a llamar mi atención (y la de varios padres de famiia). Cuando recibió el boletín y las felicitaciones por su hija, se dio vuelta para retornar al pupitre, con lo cual el espectáculo mejoró: cabello castaño oscuro, alisado, peinado hacia un lado y con algo de volumen, labios pintados de un rojo intenso, mejillas con algo de rubor, ojos verdes, pestañas muy largas, nariz no tan ancha… una cara redonda muuuyyy linda.
Igualmente se notó más lo ancho de su espalda y sus enormes senos, algo caidos pero con unos notorios pezones que “apuntaban” ligeramente a los lados, no justo al frente,también forrados en una blusa roja ceñida al cuerpo, que delataba la presencia por debajo de una blusa o top de tiritas en vez de brasier. Un poco de barriguita ó flacidez, nada grotesco, al contrario, que le lucía bastante bien, para luego dar paso a unos increíbles muslos forrados en el leguis. Le puse unos 40 años de edad.
Debo decir que fije mi mirada primero en esos grandes senos que brincaban y vibraban al ritmo de sus pasos, y luego, cuando estuvo más cerca, observé su entrepierna esperando ver su vulva o algo más… Que buena sorpresa me había dado doña Esperanza!!... ahora si que me daban ganas de conocerla y hablarle…
Como se había hecho en un pupitre en la parte de atrás del salón, de vez en cuando yo miraba disimuladamente hacia atrás buscándola, y encontraba siempre sus senos descansando sobre la tapa del pupitre y sus piernas cruzadas bajo el mismo. Creo que ella se dio cuenta de inmediato de mis constantes miradas, a las cuales respondía sonriendo. Ya se había percatado que yo era el papá del amigo de su hija, donde tantas veces se había quedado tarde. Incluso varias veces habíamos hablado por teléfono, pero como les dije, su forma de hablar hacia que yo fuera algo parco y más con la imagen que me había hecho de ella, la cual no correspondia con lo que ahora disfrutaban mis ojos. En una de esas miradas, Esperanza me sorprendió (creo yo que intencionalmente) con un descruce de piernas que duró eternidades… desmontó una pierna de encima de la otra y duró unos cuantos segundos con las piernas separadas, para luego volverlas a cruzar… esbozó una sonrisa y yo comencé excitarme.
Cuando la reunión se estaba acabando, mi esposa y yo nos acercamos a Esperanza.
-Consuelito, mi amor, que más de cosas? – Mientras arrimaba su mejilla a la de mi esposa.
-Bien Esperanza, felicitaciones por lo de tu hija. – Dijo mi esposa, algo parca. Me tenia cogido de gancho.
-Gracias!! Y usted debe ser don Jorge, el papá de Andrès David – Dijo, mirándome y ofreciéndome su mano derecha.
-Si señora, mucho gusto en conocerla personalmente. – Dije con un tono pausado y calmado, tomando esa mano gruesa pero suave, con uñas muy bien manicuradas al estilo francés. Sin utilizar tacones, era igual de alta a mí, imponente.
-Aaaayyyy pero que seriedad!!!, por teléfono suena más alegre don Jorge!!. – Risas de los tres, pero con la mirada inquisidora de mi esposa…
-Es que él es como tímido en persona – Dijo mi esposa, en un tono enfriador.
-Tìmido o temido??, como es la cosa??, jajaja – Risa nerviosa de mi parte y la de mi esposa… bueno, ni se la imaginan. (Ahora comprendo porqué a mi esposa no le caía del todo bien).
-Bueno, vamos a la entrega de boletines de Juancho (mi otro hijo). – Dijo mi esposa, en tono algo cortante.
-Mi vida, ve tu solita, yo te espero en el carro… para oír lo mismo otra vez… que jartera! – Le contesté.
-Y yo porquè si tengo que aguantarme el discurso otra vez? – Dijo mi linda esposita…
-Aaayyy, tranquila Consuelito… a los hombres no les gustan estas reuniones, por eso mi Agustín no viene nunca…
-Ves mi vida, doña Esperanza si entiende mis razones – Risas cómplices de ambos, no de mi esposa…
-Le regalo el doña, don Jorge… tranquila Consuelito que yo vigilo que no se desvíe de aquí al carro… jajajajaja – Mi esposa ya empezaba a tener cara de revólver…
-Si claro!! - Dijo mi esposa, alejándose por el pasillo hacia el otro salón.
Estando ya solo con Esperanza comenzó una buena conversación, pausada. Yo era consciente que la otra reunión iba a durar más o menos 1 hora, igual que la anterior.
-Tu esposa es como brava, no? – Dijo Esperanza.
-Aveces se le sale lo santandereana… - dije yo. – Risas de los 2.
-O será que se dio cuenta como me estabas mirando? – dijo ella seria.
Oooppsss!! Me provocaba salir corriendo o abrir un hueco en la tierra para meterme. Me sonrojé mucho…
-Perdón si te molesté, solo era la curiosidad de saber quien era la mamá de Emily, pues solo te conocía la voz – Dije sudando frio…
-Pero si en la primera mirada ya te diste cuenta… y las otras 20 veces? – jajajajajaja
-Las otras 20 fueron para deleitar la vista – Me atreví a decirle, sabiendo que por su tono de voz y forma de ser, no tendría muchos problemas por ello…
-Uuuyyyy, pues gracias por las flores… la verdad es que me tenias acalorada con tanta miradera… estuve casi por quitarme el saco, pero me dio pena… hubiera quedado muy pelada!!- Dijo algo sonrojada pero riéndose y tomàndome de gancho, algo que me puso muy nervioso pues podía sentir sus caderas pegándole a mi cuerpo…
-Y pena de que? – Le pregunté yo, con tonito morboso, mirando directamente la razón su pena: esas enormes tetas que bailaban al son de sus pasos…
-Pues de que todos comenzaran a mirármelas asi como me las miras – Dijo Esperanza, bajando la mirada a su busto…
-Pero que hacemos sin están hermosas. – Ambos reimos sonrojados y con complicidad, mientras mi verga comenzaba a crecer bajo el pantalon…
-Làstima que no todos piensen así. – Sentenció ella.
-Còmo? y en que fundación para ciegos trabajas luego? - Le dije
-Ja ja ja ja j aja ja (estruendosa) – Tan lindo Jorge… me refiero a mi esposo.
-Don Agustín?... no pues muy raro… yo me deleitaría con unas así. – Le dije, preparándome para recibir una cachetada o un grito de “abusivo” o “pervertido” en medio del pasillo del colegio…
-Así como te deleitaste cuando descrucé la pierna? – Dijo ella, haciéndome entrar más en calor…
-Uyyy claro, como no iba a deleitarme… - Mi tono, mirada y pose ya eran bastante morbosas…
Por un momento el silencio reinó y pensé que nuestra conversación había acabado ahí por los comentarios pasados de tono, pero de repente ella alzó la mirada y dijo:
-Jorge… me da pena decírtelo, pero… siempre que hablábamos deseaba conocerte… tienes una voz linda y cuando hablo con Consuelo me doy cuenta lo feliz que la haces… con mi Agustín las cosas ya no son así.
-Pues.. gracias por los elogios y la confianza de decírmelo… si en algo te puedo ayudar, estaría encantado.
En ese momento pensé que me iba a coger de celestina o paño de lágrimas contándome sus penas en el matrimonio y… ahí si que hubiera preferido irme con mi esposa a repetir reunión de padres!.... pero…
-Pues sabes que si… me podrias ayudar… - Dijo ella en forma coqueta
-Dime como.
-Sería rico volver a sentir cosas que hace mucho no siento.
Mmmmmm… mi verga comenzó a recobrar vitaiidad…
-Pues si quieres, yo puedo ayudarte a recordar… - Le contesté, llevándola sorpresivamente contra la pared del pasillo que había quedado vacío, para decírselo muy cerca de su boca… tenia mi mano en su cintura…
En ese momento comenzamos a besarnos locamente, sintiendo como nuestras lenguas se entrecruzaban en nuestras bocas… sus labios gruesos eran como rodajas de fruta madura listas para ser devoradas…o mejor… que me devoraban con fuerza… pensé “que rico besan las negras”…
-Solo dime cuándo y donde – Le dije, arrimándola más contra la pared, para que sientiera mi verga ya totalmente parada y yo sentir en mi pecho esas lindas tetas y esos muslos…
-Ahora mismo Jorge… - Dijo ella, impulsándose nuevamente hacia mi boca para darnos otro beso… esta vez màs morboso, como lamiéndonos mutuamente y yo apretándola más contra la pared… sintiendo ahora plenamente todo su ser contra el mío…
-Lo has hecho en un baño? – preguntó ella en medio de los chupones que nos dabamos.
-No en los de un colegio… - le contesté casi “atosigado” por esa sesión de lengüetazos y mordisquitos que comenzamos… - Surgieron risas cómplices…
Nos detuvimos un momento y caminamos tranquilamente hacia el final del pasillo, buscando los baños, pero en ese piso parece que no había, por lo cual tuvimos que subir al siguiente. En las escaleras nos cruzamos con 2 sacerdotes profesores del colegio, que nos miraron en forma sospechosa… creo que por nuestras mejillas sonrojadas y el lápiz labial que Esperanza había depositado en mi boca, bastante difícil de limpiar…
Cuando ya divisamos el baño de mujeres de ese piso y apresuramos el paso hacia él, de nuestras espaldas provino una voz…
-A ustedes que se les ofrece? – Preguntó una voz de mujer mayor, en tono alto.
-Estamos buscando un baño… - dijo Esperanza, mientras nos volteábamos con todas las emociones congeladas…
-En este piso no hay para hombres – Sentenció una monja con hábito color beige.
-Ahhhhh bueno, madre…. Entonces voy al otro piso. – Dije, mientras comencé a caminar hacia ella, alejándome de Esperanza. Al pasar por su lado, la monjita sonrió.
-Vaya con Dios… - Dijo la monja
-Gracias madre – le dije yo…
“Parece que no se va a poder hoy” pensé, mientras bajaba las escaleras. Me quedé en el piso de abajo, medio aburrido, esperando a que Esperanza y/ó la monja bajaran, pera irnos y dejar así… pasaron varios minutos y nada… hasta que sonó mi celular… contesté y cuando dije “aló” una voz susurrante dijo:
-Jorge… la monja ya se entró, sube sin hacer ruido que te espero…
Abri los ojos sorprendido, esbocé una sonrisa y subí nuevamente las escaleras para llegar al pasillo, caminando hacia el baño en forma sigilosa… llegué a la puerta de vaivén y antes de entrar, miré hacia atrás para constatar que no hubiera nadie... entré y al tiempo se escucho con eco en el pasillo vacío un estruendoso ruido de “chirreo” de la puerta… “ahhh jueputa”… pensé… me quedé inmóvil al lado de la puerta esperando oir pasos en el pasillo o algo… pero nada… mi corazón latía a mil por hora y sudaba frío pero descansé al no escuchar nada más…
-Esperanza? – susurré en medio del silencio. Todas las puertas de los cubículos estaban cerradas.
Comencé a caminar hacia el fondo del baño, abriendo suavemente cada puerta con el fin de encontrar a Esperanza. – Esperanza? – susurré de nuevo. Nada. Seguí abriendo puertas… mi corazón latia a mil y mi verga crecía… Llegué a la última puerta y mi corazón parecía salirse de mi pecho… empujé la puerta y vi un grandioso espectáculo…
Esperanza se encontraba sentada, un poco recostada y apoyada en la porcelana, sus piernas totalmente abiertas exponían un coño perfectamente depilado cubierto apenas por la transparente y delgada tela negra de sus pantaletas de encaje… sus deliciosas y carnosas piernas forradas en unas medias veladas negras brillantes, que llegaban solamente a mitad de sus ricos muslos rodeándolos de encaje… Su torso únicamente cubierto por la blusa blanca de tiritas, que se veía abultada en su pecho y con algunos “bananitos” en su vientre, pero como dije antes, muy bien puestos y con sus pezones apuntando no totalmente al frente, sino a los lados y queriendo salir…
Ante este cuadro, solo pude suspirar de pensar en la tremenda negra que mi iba a comer. Comencé a desabrochar mi cinturón y a desabotonar mi pantalón, a lo cual Esperanza me hizo una señal con los ojos para que me acercara más a ella.
Di un paso al frente y con sus manos me tomó las caderas, terminando de quitarme el pantalón, el cual cayó a mis tobillos. Acto seguido me tomó con fuerza las nalgas y acercó su cara y su mejilla a mi verga ya hinchada y forrada en mis boxers. Comenzó a restregarla contra su cara, oliéndola, rozándola con sus labios, sintiéndola con todo su potencial… yo solamente puse mis manos en su cabeza y seguía sus movimientos.
-Huummmmmm sssssiiiiii, que rico sentir esto… - dijo ella en tono bajo
-Tu me la pones así – contesté, teniendo ya mis manos a los lados de su cabeza y restragandole mi pija por sus mejillas, su cuello, su garganta…
Luego, comenzó a tocarmela con sus manos, como dándole un masaje, como sintiendo su grosor y su dureza. Sus movimientos eran muy suaves, muy sensuales, sintiendo mucho por el tacto y el olfato… me excitó muchísimo esa “devoción” que expresó ante mi verga tiesa. Luego de un momento empezó a hacer señas de quererla chupar, pues con su boca abierta recorria mi verga de arriba abajo y comenzó a sacar su lengua juguetona… Casi de inmediato, colocó sus manos en mis nalgas, por debajo de los boxers y los bajó de un solo movimiento, a lo cual mi verga apretada tuvo que obedecer en la misma dirección, pero una vez liberada, resortó pegandole con la punta a su mentón… como si tuviera vida propia y quisiera meterse en su boca… Esperanza sonrió y preparó su boca, tomó mi verga de la base con una mano y se la metió por completo en su boca, luego apretó y sentí como su lengua comenzaba a succionármela firmemente. Luego comenzó a sacarla, lentamente, para iniciar de nuevo… (me han dicho que esa técnica se llama la de chupar mango)…, pero que rica terapia para mi verga, cada vez mas tiesa y caliente… la respiración de ambos muy agitada retumbaba en el silencio del baño. Tuve el tiempo suficiente para quitarme mi chaqueta y mi camisa, quedando mi torso desnudo
El ritmo de sus mamadas comenzó a elevarse y yo con mis manos en su cabeza seguia sus movimientos… poco a poco mi lubricación y su saliva eran incontenibles en su boca, por lo cual comenzó a untarse toda y escurrile por su boca, untando su cuello y mis bolas… ella ahora se dedicó a lamer intensamente mi verga, como quien chupa un helado que se derrite… su gruesa lengua y labios carnosos dejaron mi pija de un color rojizo en medio de tanta saliva y fluidos…
Estando todavía lejos del orgasmo, le aparté la cabeza y le dije al oído “quiero mamarte esa cucota”… a lo cual, ella respondió levantándose de su posición mientras que me iba lamiendo y besando el estomago, las tetillas, el cuello y finalmente la boca , impregnándome mi propio sexo…
Mis manos inquietas buscaron sus tetas por debajo de la blusa, encontrando 2 hermosas y blandas masas de carne, coronadas con enormes aureolas violetas, prácticamente sin pezón… no eran muy grandes, pero se notaban duritos… le masajee sus tetas tomándolas de abajo a arriba y luego poniendo mis palmas por encima de los pezones mientras nos besábamos profundamente y sus manos me acariciaban las nalgas y la verga humeda.
Con un solo movimiento, levanté la blusa, se la hice quitar y quedaron expuestas ante mi ese tremendo par de senos, un poco escurridos pero no por ello gustosos, que segui lamiendo y mordiendo con tierna pasión.
De un momento a otro, nos dimos vuelta y cambiamos posiciones… esta vez yo estaba sentado en la porcelana del baño mientras besaba y lamia dulcemente su vientre… unas carnes y kilitos de más que me devoré locamente y dejé llenos de la saliva caliente de mis deseos… el olor a sexo de su cuca ya impregnaba todo el baño y era un estimulante para mi verga y todo mi ser… ella levantó una de sus piernas y la puso sobre la porcelana, entre mis piernas abiertas, donde quedó rozando con mi verga…. Con ello pude deleitarme como se abria esa deliciosa concha ante mi vista, con su transparencia totalmente empapada… me dediqué, como hizo ella, a restregarla suavemente en mi cara, mi boca, mis mejillas… a tocarla con mis manos y hacerle un poquito de presión, a lo que ella respondia con un ligero y susurrado “aaaauuuuhhhhh, que riiiccooo” mientras sus manos se posaban en mi cabeza. No pude más y comencé a lamerle su negra cuca con mi lengua encima de su transparencia, mordiéndola un poco con mis labios, sientiendola totalmente mojada y caliente… también besaba y lamia su ingle y el muslo carnoso de la pierna que tenia apoyada en la porcelana… esas medias veladas le daban un toque muy sensual al momento…
Mis manos inquietas ya tenían rodeado su tremendo culo y buscando por debajo de sus bragas, abrieron sus nalgotas buscando su ano… comencé a tocarlo y estimularlo mientras mi lengua buscaba ansiosa su concha abierta. Ella no pudo aguantar mas tampoco y se lo quito de golpe, me tomó la cabeza, me empujó un poco hacia atrás, llevando mi cabeza hacia la pared… dobló un poco sus rodillas y al punto sentí su vulva en mis muslos, que quedaron humectados por sus jugos vaginales… fue recorriendo enteramente mi cuerpo hacia arriba, restregándome su cuca en la verga, luego el estomago, el pecho… hasta quedar justo encima de mi boca, yo estaba prácticamente boca arriba y ella, abierta de piernas con su vulva dirigida a mi boca… solamente tuvo que bajar unos centímetros para posar sus labios vaginales sobre mi boca, que sintió todo el calor, olor intenso y la humedad de su sexo… solamente saqué la lengua y empecé a jugar con ellos, buscando entrar en su vagina, que se apreciaba de un color rosado intenso… casi asfixiado por la fuerza y grandeza de su cuca en mi cara, quedé lleno de su oloroso jugo pues ella comenzó a hacer un movimiento de caderas, adelante y atrás, como para estimular su clítoris que se apreciaba ya saliente y brillante… mis manos iba de sus caderas a su ano siguiendo el frenético ritmo…
Sus jugos ya recorrían también su culo y mis dedos juguetones comenzaron a pulsarle el ano cada vez con mas fuerza, con lo cual la estremecia y la hacia tener como escalofríos… en ese plan estuvimos varios minutos, mientras con mi mano libre yo comencé a masajear mi verga como buscando eyacular…
Desde esa posición, la panorámica era espectacular… su vulva hinchada de placer frente a mi boca, el interior rosado intenso de su vulva, sus labios negros que comenzaban a salirse de ese coñoen forma de hojas de repollo, las carnecitas extra de su abdomen en segundo plano y luego esas enormes tetas negras colgando sobre mi y apuntándome con sus pezones ya erectos…
Sus movimientos fueron acelerándose y sentí con fuerza el ímpetu de su cuca contra mi boca… sus gemidos tenues se fueron transformando en gritos cada vez mas fuertes… sentí como sus muslos cada vez más me oprimían la cara y sus nalgas se hacían difíciles de abrir por la fuerza que oponían… a tal punto que tuve que sacar mi mano de ahí… fue en ese momento que dio un gran suspiro y al punto brotó el liquido blancuzco de su orgasmo frente a mi cara mientras llevaba su mano a su clítoris para seguirlo estimulando…
Con mi verga en su máxima expresión, la aparté de forma brusca, me levanté, me puse detrás de ella y cuando me disponía a penetrarla desde atrás me dijo “entra por el culo, por el culo”, a lo cual hice caso, abriendo de par en par esas nalgotas y apreciando como su orto estaba ya dilatado y mojado en sus propios jugos como para ser penetrado… humedecí mi verga con saliva y me dispuse a entrar por su ano, lentamente metiéndole la cabeza de mi pija, para terminar unos segundos mas tarde con mis bolas en sus nalgas…. Un gemido de dolor y placer simultaneos impregnaron el ambiente… yo sentía la apretura de su recto sobre mi pene… “aaayyyyy que delicioso culo Esperancita…” atine a decir, mientras mi cuerpo también estremecido, se preparaba para martillarla... mis manos dieron una rápida caricia a sus senos colgantes, para luego tomarla de sus anchos hombros y comenzar el movimiento… con cada vaivén de mi verga entrando y saliendo de su culo, se empinaba como gato en señal de dolor y excitación… agarraba con fuerza la porcelana sanitaria y suspiraba fuertemente con monosílabos “uuyyy… aaaiicchh… mmmmm…..uuuffff” .
Mi ritmo y fuerza se incrementaron de imprevisto y tomándola por su cintura y de vez en cuando de sus poderosas nalgas abiertas para mi, comenzó la más dura clavada por el culo que he dado a alguna mujer… por momentos pensaba que me iba a decir algo en contra, pero no, parecía gustarle esa fuerza y ritmo frenéticos… el sonido de golpeteo de sus nalgas contra mi ser inundaba el ambiente y se confundia con sus gemidos… cuando el sudor en mi frente comenzó a aparecer y mis piernas dolían como si estuviera corriendo una maratón solo le dije “estoy que me estallo”… a lo que ella solo dijo “sssuupppeerrr”… casi al tiempo dije algo como “aaaggghhhh” y descargué toda mi leche dentro de su ano dilatado en un último y fuerte empujón…. “uuuiicchhh que leche tan caiiente” dijo ella.
Dejandole por un momento adentro la verga, la mezcla lechosa comenzó a desbordar por su culo, por lo cual se la saqué y ella de inmediato se giró para seguirla lamiendo, como quien no quiere dejar que un helado se derrita… tomo papel para limpiarla… y luego se limpió ella… “llegaste a chorros” me dijo… yo también tomé un poco para secar mi pija…. “hace mucho quería sentirme bien enculada” me dijo, para luego besarme fugazmente en la boca. “Ojalá se repita muchas veces” le dije.
Casi que al decirle esto, sonó mi celular, el cual rompió el silencio reinante y nos asustó como si fuera un espanto…
-Y tu donde estás? – Era mi esposa.
-Ehhh, hola mi vida… estoy… en el baño. – Dije entre nervioso y agitado.
-Apùrale que hace rato salí y ya hasta van a cerrar el colegio!! – dijo con voz fuerte.
-Listo, ya nos vemos. – Y colgué.
Rápidamente nos vestimos, enjuagamos un poco las evidencias de nuestra faena y nos dispusimos a salir, firmando nuestra naciente relación con un profundo beso.
Primero salí yo, cruzando fugazmente el pasillo y bajando rápidamente los 3 pisos. AL llegar al parqueadero le dije a mi esposa, para quitarle su mirada inquisidora…
-Que harán con todo el papel higienico que piden en este colegio? Casi no encuentro un baño con papel!!!
-Estas enfermo? – dijo ella, bajando la guardia un poco…
-Eso parece. – Le dije.
Nos subimos al carro y rápidamente arranqué.
-Y como te pareció Esperanza? – me preguntó mi esposa camino a casa.
-Ayyy nooo, muy escandalosa… y creo que yo tampoco le cai bien, porque se fue tan pronto saliste para el salón de Juancho…
Ese dia todo terminó así, sin saber como había salido Esperanza del colegio, pero con un muy buen polvazo en la baño del colegio de mi hijo.
Al dia siguiente, pude hablar con Esperanza y me dijo que había salido justo detrás mio, sin problema alguno.
A partir de ahí comenzamos una fugaz relación que alimentábamos con sexo cada vez que podíamos, hasta hace muy poco, cuando ella y su esposo viajaron a otra ciudad. Lo mejor de todo fue que pude cumplir mi fantasia de comerme a una negra muchas mas veces de lo pensado...
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