Sólo un collar de azabache sobre tu cuerpo, masajeada por tus esclavos con ávidas y expertas manos, el aceite da un brillo exquisita a tu piel blanca. Otra esclava morena casi negra pero de preciosos rasgos y grandes ojos masajea y acaricia tu barriguita y tu pecho, pellizca suavemente tus pezones, mientras se relame de gusto. Pero no te mira, no se atreve a mirar a los ojos de su reina.

En la habitación donde te encuentras hay una bañera donde antes han frotado tu cuerpo con leche y sales, realmente estás preciosa esta noche, voluptuosa, y con un brillo en los ojos que compite con las estrellas del firmamento, con tu corona en forma de cobra y tu collar. Solo eso, tu pubis rasurado casi por completo deja ver unos preciosos labios rosados. El masaje termina aunque te hubiera gustado probar algo más de esa esclava, quizás haber saboreado su boca y su juguetona lengua que en más de una ocasión pudiste observar como pasaba por los labios de aquella mujer.

Te levantas y te dejas caer en una gran cama, vuestro tálamo, suave, con preciosos almohadones, el aire está cargado, un fuerte olor a incienso y aceite lo empapa todo, la atmósfera es puro deseo y sensualidad, estás vibrante esta noche, preciosa, divina, y deseando gozar.

Tus manos se van solas, pellizcan tus erectos y rosados pezones hasta ponerlos duros como roca de las pirámides que se divisan desde el ventanal, una bandada de pájaros surca el aire cálido y espeso de la tarde que termina y al fondo el viejo Nilo, el gran río, camina sinuoso hacia el Mediterráneo entre palmeras que le rinden pleitesía, una leve brisa te devuelve a la realidad, eres la reina Mernett la esposa del faraón. La esposa de Zoser, radiante y deseosa de volver a encontrarte con tu amado esposo y huérfana de sexo desde que hace semanas él marchó hacia el sur a sofocar una de las continuas rebeliones contra el Imperio, durante todos esos días has aguardado en abstinencia para ser satisfecha por él, pero esta noche no puedes resistir más, quieres sexo, lo necesitas y mucho.

Tus manos dejan tus pezones y se dirigen hacia tu pubis, resbalan, el aceite sobre tu piel hacen que vuelen hacía tu sexo, hacia tu raja. Hacia esa hendidura sedienta, pero justo en ese momento notas como una mano coge la tuya impidiéndote darte placer, es un esclavo, agachado junto a ti ni te mira a los ojos, pero te suplica ser él el que te de placer con su boca, por un momento incluso estás a punto de ordenar que lo azoten por tal insolencia. pero estás tan ansiosa de sentir placer que después de echarle un vistazo rápido y ver que te agrada su cuerpo aceptas su ofrecimiento, abres tus piernas deseosa de sentir su caliente boca, su lengua exquisita, tu sexo, tu delicioso coño está mojado, vierte jugos como las fuentes del Nilo que resbalan mojando tu pequeño agujerito anal, el esclavo es un negro nubio, achocolatado, muy guapo y bien formado, y con una lengua portentosa, antes de que te des cuenta ha abierto tu sexo al máximo con sus oscuros y húmedos dedos, tu clítoris asoma triunfal, pero él lo atrapa con sus gordos labios y su lengua te da un masaje bestial que hace que tus piernas tiemblen en incontroladas y pequeñas convulsiones de placer, con cada nuevo lengüetazo tiemblas de deseo y de gusto, deseas ser penetrada con su gorda y negra polla, le pides que lo haga, pero no quiere, no se atreve, tendrás que conformarte con sus dedos, introduce dos porque tu sexo está totalmente abierto y hambriento de carne, mientras te folla con sus dedos en un terrible mete-saca te da lengua en tu clítoris y con un tercer dedazo te penetra tu delicioso ano hasta el fondo.

Sientes como sus dedos se mueven en tu cuerpo y como tu ano palpita de placer, quieres su lengua en tu ano, en tu agujerito, él obedece y lame poco a poco en círculos, hasta que endurece su lengua y te penetra con ella, es una lengua larga y gorda y la sientes entrar en tus entrañas más al fondo de lo que jamás hubieras imaginado que puede llegar una lengua, mientras con los dedos sigue penetrando tu vagina, estás a punto de llegar al orgasmo, pero en ese momento una esclava se acerca y quita al esclavo negro, es la esclava que te dio el masaje antes, trae un juguete en sus manos. un precioso pene de madera totalmente pulido de unos 25 cm de largo y muy gordo, cuando lo ves tus ojos se abren al máximo y antes de que te des cuenta está dentro de ti de un solo empujón que te hace gritar de gusto, la esclava saca su lengua, fina pero larguísima y te da en tu clítoris, después penetra tu ano con ella mientras el juguete se hunde en tu sexo hasta hacer tope, con cada golpe de aquella enorme polla contra el fondo de tu coño te sientes desfallecer de gozo, mientras la lengua de la esclava te penetra tu ano profundamente y sientes como se mueve dentro de tus entrañas.
No puedes aguantar más y estallas en un tremendo orgasmo entre gemidos y aullidos de gusto mientras aquella enorme polla inerte se clava hasta lo más profundo de tu ser y la esclava siente como tu ano palpita alrededor de su lengua... Finalmente, entre oleadas de placer observas como el esclavo nubio penetra por detrás a la esclava y ambos tienen un orgasmo al mismo tiempo.
Jadeando y gimiendo, ambos terminan de correrse. Justo después de ti. Te quedas aturdida, temblando aún y sintiendo como el juguete sale poco a poco de tu sexo, te sientes mareada de tanto placer y te quedas dormida mientras los esclavos besan todo tu cuerpo, y mientras duermes sueñas y anhelas el regreso de tu señor, de tu faraón, de Zoser, para que él te ame y te de placer toda la noche. Y lo haga con su caliente y enorme pene... pero eso será otra historia.