Tengo 31 años, casado hace 5 años, sin hijos y estoy viviendo la relación pasional más intensa de mi vida con Nohe, mi sobrina política de 15 años, con un cuerpo espectacular como si tuviera 18 años y una cara muy bonita.
Seguí su desarrollo físico desde los 11 años donde empezó a mostrar rasgos que denotaban que tendría una figura muy deseable y así fue.
Todo comenzó en el verano, cuando se puso de novia con un compañerito del colegio, evidentemente el la calentaba pero no tenían relaciones por lo que empezó a acercarse mucho a mí, cuando estabamos en la pileta ella buscaba excusas para que nuestros cuerpos se rozaran continuamente, por supuesto que inmediatamente mi guevo se levantaba y ella lo sentía y eso le gustaba ya que no hacía nada para retirarse, al contrario se pegaba a mi aún más y eso me ponía muy loquito, tanto que una vez que todos salían de la pileta debía quedarme un rato más para enfriarme y que mi erección no se notara.
El verano trascurrió y cada vez mi calentura era mayor, pero no me animaba a avanzar por miedo al escándalo. Empezó el colegio y como todos los años vino a casa para que la ayude en Matemática, estaba solo en casa y como vino directo del colegio tenía la falda tableada bastante corta (más que de costumbre) y una camisa blanca que trasparentaba levemente dejando ver el corpiño de encaje que sostenían sus hermosos y firmes pechos adolescentes, su culo bien marcado levantaba su falda y eso me calentó mucho.
Hacía calor por lo que se sacó la corbata y se desabrocho dos botones de la camisa, eso provocó mi erección que me era imposible disimular, ella lo notó pero no hizo comentario ni gesto alguno lo que me desconcertó un poco. Empezamos a estudiar y para tranquilizarme traté de guardar cierta distancia, pero ella se encargaba a cada instante de acortarla, sus pechos se asomaban por la camisa y sus piernas macisas y contorneadas me estaban quemando la cabeza. Todo se desencadenó cuando ella bajo la excusa de que estaba incómoda sentada a mi lado, mientras intentaba explicarle un ejercicio, me pidió permiso para sentarse en mis piernas. Se lo permití y eso fue mi perdición o mi salvación (aún no lo se) por que a los dos minutos le apoyé mi mano en su pierna a lo que no reaccionó y comencé a subir lentamente hasta encontrarme con su cuquita diminuta, nuestros corazones latían fuertemente, ella seguía con su mirada en la carpeta hasta que giró su cabeza y nuestros labios quedaron a escasos centímetros de distancia, en ese instante nos besamos tiernamente primero, la intensidad de los besos fueron aumentando hasta llegar a ser los más apasionados y prohibidos de mi vida. Estaba matándome a besos con mi sobrinita que conozco desde que ella tenía 6 años, pero ahora era una mujer y de esas que te hacen temblar toda la estantería, mientras nos besábamos mis dedos no perdieron el tiempo y corriendo su tanguita empezaron a buscar su botoncito que no fue difícil de encontrar porque su cuca estaba muy mojada y muy hinchada. La tomé entre mis brazos y la llevé a la habitación, entre besos y caricias en sus tetas, para hacer las cosas como ella se lo merece ya que me imaginaba era virgen.
La recosté en mi cama, donde la noche anterior había hecho el amor con mi mujer (su tía de sangre), le quité lentamente su ropa, ella se dejaba hacer, sus tetas eran tan proporcionadas y suaves que no pude resistir mamarlas por un rato, luego me deleité con sus deliciosos jugos vaginales, la recorrí con mi lengua por sus labios hasta llegar a su clítoris, cuado lo rocé ella saltó en la cama de placer y me dijo que estaba en el paraiso, no quería que acabara porque ese momento debía ser con mi guevo adentro, ella gemía cada vez más fuerte y me empezó a susurrar que la cojiera, hice caso a su pedido y con mucha paciencia empecé a introducir primero la cabeza del guevo, en ese instante me pidió que pare y me dijo tío es mi primera vez y siempre soñé que sea contigo, eso provocó que mi palo se pusiera aún más rígido, le contesté que se relajara porque estaba en buenas manos y que la iba a cuidar en todo momento. Noté que se le aflojó todo el cuerpo y me dio un beso de lengua que me dejó sin aliento, aproveché para seguir mi penetración lenta y firme ante la resistencia de su himen, cuando se rompió se paralizó un instante pero retomó el beso inmediatamente, empecé el vaivén muy despacio, lo fui incrementado hasta llegar a cogerla enloquecidamente, ella pedía más y me decía: - tío me muero, me muero de placer, no pares, mi corazón va a estallar, no puedo creer lo que siento, si, si. Pegó un grito que creo escucharon todos los vecinos, pero no me importó, mi amada Noe estaba acabando por primera vez y era entre mis brazos y conmigo adentro tal como lo soñaba. Cogimos 1 hora seguido en distintas posiciones, acabé 3 veces y ella cientos de veces, nos duchamos juntos con besos y caricias tan dulces como la miel.
Seguimos estudiando y al rato llegó mi mujer, Nohe estaba como si nada hubiera pasado, llegó la hora de irse y como se había hecho un poco tarde la alcancé en el auto hasta su casa, en el camino me fue acariciando el palo como pidiendo más, nos detuvimos en un callejón oscuro, sacó mi guevo, se levantó la falda y se me montó en un segundo, cabalgaba como una puta experimentada, acabó varias veces y yo no pude contener mi eyaculación cuando me mostró sus pechos para que se los besara, nos acomodamos la ropa y fuimos a una estación de servicio para que se higienizara un poco, es una perra salvaje en celo y eso me encanta, la voy a coger cada vez que pueda. De esto hace tres meses, mi vida sexual con mi mujer mejoró en un 100 % porque cada vez que lo hacemos pienso en Nohe, ella sigue viniendo a estudiar conmigo y siempre tratamos de estar solos para rememorar ese día con otra gran cogida, le estoy enseñando muchas cosas y aprende rápido, ya es una experta mamadora me ha hecho acabar en muchos lugares prohibidos con sus chupadas, cuando su novio se anime creo que la va a disfrutar mucho porque está adquiriendo mucha experiencia, lo hacemos 2 o 3 veces a la semana, todavía no me animo a hacerle la colita, ella dice que con este novio no piensa hacerlo por lo menos por un buen tiempo 2 o 3 años, que conmigo se siente muy bien y que si pudiera me cogería todos los días. La próxima vez les cuento cuando lo hicimos en su casa mientras su mamá (mi cuñada) y mi esposa estaban en la cocina preparando la cena.
jajaajajja esta historia es mas inberrosimel te falta bastante para que sea creible pz cachorro