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8 Entre-acto. Momentos previos a -07:32:00 del combate

Me siento humillada, y es tan grande su magnitud, que me siento utilizada, abandonada y además tu sinceridad me jode, no te das cuenta de la situación.

Todo esto es un montaje, y sigo sin comprender vuestra insistencia en entrar en ese juego. Suponte que vencemos, suponte que la recreación sale a su gusto y ¿después, qué?

Tienes dos tías a tu entera disposición e importante compensación libre de impuestos ¿Cuál es el problema?

El problema es que yo no quiero esas dos tías y tampoco esa compensación, quiero marcharme y que os olvidéis de mí.

El salvar a mi padre te metió en esto, ¡te guste o no!

No es el mandamás, no decide nada de mi vida, aunque me hiciera millonario, no quiero nada vuestro.

Eres desagradecido, y miserable, los otros dos no fueron tan puntillosos.

¿Pelearon?

No había causa.

¿Y yo sí?

Tuviste todo lo de mi padre en tus manos, y hay sellos rotos.

Uno se enganchó y tuce que tirar con fuerza. ¿Alguien miró las huellas?, yo no llevaba guantes.

En la primera reunión se barajaron todas las posibilidades que se les ocurrieron, y hubo un resultado, tú podías ser otro interceptor camuflado. Uno le sacó de la carretera y dos, tú y tu misión era llevártelo.

Vaya mentalidad ¿Quién le sacó de la rotonda?

Su coche tenía una profunda grieta en su lado izquierdo, que iba de la puerta trasera hasta la rueda delantera, eso además consiguió bloquear la puerta, por tanto mi padre hubiera muerto.

Imposible, nadie nos adelantó, íbamos los tres coches por el carril derecho y tu padre nos adelantó, detrás de tu padre no iba nadie, el carril izquierdo estaba libre ¿Quién le rozó?

No se responderte, pero eres sospechoso y se trata de la prueba de la verdad, si no eres culpable pasarás todas las pruebas, y si no las pasas es que formas parte de sus enemigos y que les ha salido mal sus cálculos. Además está la devolución de la gorda, aún me parto de risa cuando vi cómo se quedaron sus rostros, y creaste incertidumbre en muchos cerebros, hubo quien dijo que vas por delante de ellos.

La gorda me dijo que trabajaba de asesora financiera y que por mi culpa estaba fallando en el trabajo, recordé lo que tu padre dijo, podía ser una cuenta importante.

Sí, eso es lo que tú dices, pero la realidad es otra, tío confundes, unas veces pareces inteligente y otras un desastre como hombre, eso puede ser un escudo, eres sospechoso lo mires como lo mires y lo peor es lo inestable que eres, hay un pequeño grupo que afirman que todo lo tienes pensado, y las viejas te tiene miedo, puedes destruir todo este tinglado, como tú lo llamas.

Si tu padre sabe todo de mí. ¿Cómo es que no ha encontrado mi conexión con sus enemigos?

No es infalible, sus enemigos son muy poderosos y pueden cubrirte mejor de lo que él haya calculado.

Tía me aturdes. ¿Cuándo es el combate?

Esta noche a las 23:00: horas.

¿De qué lado estarás?

No te comprendo.

Tus palabras me dicen que eres enemiga, no te quiero a mi lado.

Soy tuya, es la ofrenda de mi padre, no puedes rechazarme, sería un insulto y eso podría reafirmar tu situación de enemigo.

En vista de que estoy acorralado, voy a desbloquear vuestra terquedad, voy aceptaros, a ti y a la otra. Pero vuestro destino es incierto, como estáis haciendo con el mío, nada es eterno, parece que no te das cuenta, dispongo de más tías de las que me puedo follar, no paso hambre de sexo, por tanto no comprendo a tu padre, al otro si, ese cerdo apestoso tiene en su mano el equilibrio de la pelea y puede ser el que decida el destino de los tres.

Me voy a preparar y voy a necesitar un bolso grande con tres bolsillos fuertes, si tienes bolsos viejos me sirven y por favor me los traes, solo eso.

Tendrás lo que pides.

Se alejó hablando para sí misma, seguro que me maldecía, joder con la esposa a la fuerza, mejor dicho esposas. No quieren darse cuenta que todo es una farsa, lo que no entendía era ¿Por qué yo?

Volvió con seis bolsos, todos en buen estado, servían, incluso pensó un poco, en uno de ellos una enorme tijera de sastre. Me haría falta para cortar.

Lo metí todo en el coche y me dirigí a la salida, los moteros estaban tapando con sus cuerpos la salida. Me detuve a cierta distancia, me bajé y jugué a las apuestas, les grité.

Mendrugos, una apuesta fácil, ¿a qué os apartáis?

No tienes autorización de salida, no nos moveremos.

Dijo uno de ellos separando más las piernas y ambos dos se cruzaron de brazos. Di marcha atrás, sonrieron, y cuando calculé que tenía los metros precisos para la cuarta velocidad me detuve.

Hice derrapar levemente al coche, salí muy fuerte en primera, pasé a segunda de inmediato y tercera en dos segundos, era la velocidad necesaria para hacer ruido con el motor, y su seguridad empezó a tambalearse, cerca de ellos pasé a cuarta, entendieron el mensaje y saltaron cada uno a su lado, pasé levantando el pie, habían perdido la apuesta.

En el cruce con la carretera de los pantanos me detuve, no vi que salieran en mi persecución, tenían sus motos cerca, me alejé en dirección a picadas, y debajo del puente me puse a trabajar los cristales, ordené las bolas de plástico, plomo y las bolas gordas de caramelo. Pensé en poner aceite a los naipes, pero haría que se pegaran, no mejor tal cual, lo fui metiendo en cada bolso, luego lo metí en uno que entraban los tres y me lo colgué del hombro, no pesaba mucho, no me impediría el movimiento y en ese momento escuché el motor de un coche que avanzaba despacio, Tillia, quien si no podía ser. Se detuvo fuera del camino de tierra, bajó el cristal y me miró con arrugas en su frente.

Tú siempre haciendo amigos, era broma eso de que no podías salir. Tienes libertad de entrar y salir.

La miré cansado.

¿Qué quieres?

Tengo un buen refugio, y mi dormitorio es tuyo, me gustaría que le vieras, además podrás ducharte que falta te hace, empiezas a oler a tigre.

Por lo que veo debo combatir limpio.

No, lo hago para que tengas un lugar donde descansar. Después del combate, sea cual sea el resultado, habrá una cena fraternal, el combate será pasado, te gustará ya que el ambiente será antiguo-gótico-medieval, con sombra Vikinga, comida y bebida copiado de esa época Bailes, canciones y su música.

¡Ya!.

No me gusta ese tono.

Cenar con enemigos, tendré que llevar el bolso colgado del hombro, no me fío de vosotros.

¿Me metes en el mismo saco?

Sí, cada minuto que pasa vas mostrando tu verdadero rostro.

En esos instantes pensé que había cometido un grave error, ella conocía mis armas, no se me había ocurrido pensar en algo que no ella no supiera.

Eres injusto, pero tú mismo.

¿A qué has venido? ¿Me espías?

Mira tío, no te soporto más ¿Vienes o no?

Cierto era que necesitaba descanso, estaba demasiado tenso y ese polvo no me había relajado nada, sino todo lo contrario, y para ese combate necesitaba no perder el control.

Guardé todo en el maletero y le dije que la seguía, dimos la vuelta y uno detrás de otro entramos de nuevo en el molino, los moteros no estaban, había un tipo que parecía un hortelano, se tocó el ala de mugriento sombrero y nos ignoró.

Seguimos en paralelo al río, cruzamos un puente viejo, dejando atrás el molino, nada más rodear la ladera apareció un edificio de piedra de tres pisos, rectangular con dos entradas de garaje y otras dos de personal, había seguridad en ambas, dos todo terreno con gente vistiendo de la misma forma, no nos molestaron, entramos en el segundo garaje.

Dentro lleno total, todo terrenos iguales y numerados, era un pequeño parque militar, no vi guardián, más tarde me dijo que toda la vigilancia era por cable.

Subimos en un ascensor enorme, casi cabía un todo terreno, llegamos a la última planta, blindada, puertas de hierro, alarmas y defensa electrónica.

Este es mi refugio, la diseñé yo sola y la planta es mía, aquí solo entra quien yo quiera.

Ya, y si ahora te cojo del cuello ¿Quién se enterará?

Me puedes matar, nadie se enteraría nada te impedirá la salida.

Me siento prisionero, tú me tienes atado a ti.

El ascensor había cerrado las puertas y su gesto era de enfado.

Llama al ascensor. Y te desafío a que bajes al garaje, cojas tu coche y vuelvas al puente de Picadas. Si algo lo impide llevarás razón y podrás abandonar todo esto, no eres prisionero.

Eso puede ser verdad, una forma de convencerme. No haré nada.

Dentro de una hora nos traerán de comer, después puedes dormir, no voy alterar nada, lo que decidas. Me tomé la libertad de encargar ropa limpia para ti, espero haber acertado, es ilógico que limpio te pongas ropa sucia, y disculpa mis atenciones, no encierran doble sentido.

¿Qué pasa con Ivien?, ese extraño regalo de Dabbles.

Eso me dijo ella, su gesto me dio que pensar, tampoco entendí el mensaje, pero ignoramos cuando y como. Debes leer entre líneas.

Has hablado de Vikingos, sus alianzas se pactaban con rehenes importantes, debo meditar en esos instantes del combate y estimar el lenguaje de su cuerpo.

Exageras.

Ya, un bate, una barra de hierro y una lanza de toros, tres armas sin importancia, cada una de ellas te dice claramente el nivel de riesgo de quien la empuña, el más precavido y peligroso es Dabbles, estará a dos metros o más de mí, los otros dos no, se tienen que poner a tiro. Ese es el mensaje de su cuerpo.

No me había dado cuenta de ese detalle.

Si te atacara el primero ¿Qué puedes hacer?

La única salida que hay es cogerla, es decir, dejar que ataque y procurar agarrarla, pero hay dos problemas si hago eso, esos dos no se van a quedar quietos, por tanto seré vencido de inmediato.

Complicado el asunto.

No dije nada, me estaba debilitando con todo esto. Asentí con la cabeza, no tenía ganas de hablar. Me senté en una silla de plástico de color blanco, y revisé buscando lo que todos tenemos en el baño, un canasto para la ropa sucia. Y si, lo tenía, aunque pensaba llevármela, no dejarla allí, y mi duda la entendió sin verme el rostro.

Tu ropa sucia la pondré en una bolsa.

El agua estaba caliente e intenté hacer lo que en casa, aislarme del mundo, de la vida y a veces lloraba cuando los problemas me sobrepasaban y el miedo se mostraba con toda su crudeza, me agachaba y dejaba que la ducha se convirtiera en lluvia, intentaba limpiar mi alma pero nunca lo conseguí y cuando podía utilizaba el tiempo para dormir, era una forma de huir del problema y de nuevo sorpresa, la sentí a mi lado.

Yo te sirvo, yo te cuidaré, amo.

Y de nuevo el hastío, me daba igual lo que hiciera. Lo hizo despacio, la esponja me fue desconocida, nada que ver con la que yo utilizaba, como tampoco el gel o lo que fuera, y era especial, mi piel empezó a sentir sus efectos, me envaré y ella detuvo su movimiento y al oído me dijo.

Es relajante, y a la vez vivificante, sentirás su calma, su quietud. Muchas veces me envuelvo en ella. Estoy condenada a la soledad inquietante y más intensa no puedes entender. Y ahora amo, aprovecho tu proximidad para coexistir.

El nivel del agua subía llegando a las rodillas, la miré, estaba situada frente a mí, su esponja recorrí mis hombros y costados. Ella lavó mi cuerpo, se recreó un poco con el penetrador, sabía cómo se limpiaba.

El nivel del agua había subido más, y me senté, el agua quedó a la altura de mi pecho, ella no movió un solo musculo de su rostro, se había dado cuenta que le había quitado su juguete, se limpia de una forma normal y ella empezaba a enredar de nuevo, pensaba si quería debilitarme de forma deliberada.

Amo, ese filtro de amor requiere un detalle.

Se acercó todo lo que pudo, separó las piernas y se quitó el tampax. Siguió inmóvil, pude ver como finos hilos de sangre descendían por el interior de sus muslos, uno de esos hilos reunió una gota y esta cayó al agua, un pequeño círculo enrojecido se fue diluyendo en el agua.

Y de nuevo sorpresa, se sentó en sus corvas y metió la cabeza debajo del agua, sentí como atrapaba el penetrador con su boca, y su lengua fue la que se movió, pensaba si llevaba equipo de buceo, aguantaba sin respirar, vi algunas burbujas, soltaba aire despacio y el nivel del agua descendió deprisa, mantenía los ojos abiertos y fue cuando abrió ligeramente la boca, ya no era una felación sumergida.

Procuré que terminara cuanto antes, pero ella sabía, vaya si sabía, le sacó de su boca y con su mano derecha tanteó en el borde de la bañera cogiendo una pequeña botellita de plástico, parte de su contenido fue al glande, y despacio le masajeó, lentamente, lo hacía con sus dos manos mirándome fijamente, buscaba reacciones en mi rostro.

Ella ahora movía su lengua cerca del frenillo y sus dedos se cerraron en el penetrador, su lengua humedeció el glande y sus dedos se movieron más deprisa, exploté sin darme cuenta, pero ella siguió hasta que dejé de expulsar semen.

La comida tenía clase, una crema verde con buen sabor, dos tipos de carnes asadas con guarnición de senderillas, patatas a lo pobre y ajetes, tres tipos diferentes de vinos que desprecié en contra de mi voluntad, bebí agua insultando a los platos y de postre leche frita y un flan casero de lo mejor que he probado, tiraba más a crema de relleno.

Un 11, nota muy alta a la cocina, si eres tan amable hazles llegar mi opinión.

Cumpliré tus deseos, amo.

Y sin más, me acosté en su cama, enorme cama, cuatro no se molestarían, calculé 2,50 x 3,50. Y cuando estaba a punto de dormirme sentí su cuerpo desnudo, estaba de lado y sus pechos se incrustaban en mi brazo, imposible el sueño, mi mente jerarquizaba las sensaciones que recibía, tenía los pezones endurecidos, abrí los ojos, giré la cabeza y la miré, la penumbra permitía detalles.

Sé que desconfías de mí, tus secretos están a salvo, nadie sabe nada de tus armas, no sé qué hacer para que creas que soy de tu propiedad y si te ocurre algo malo, a mí también me ocurrirá, mi padre me hizo comprender el valor que le dio a tu vida, pudiste morir con él, y para el soy lo más valioso, a pesar de que él quería haber tenido un hijo varón, no una hembra.

¿No piensas dejarme dormir?

Estoy entristecida por tu rechazo, y procuro que te des cuenta de que yo soy para tu placer, tu proximidad me enciende – Cogió mi mano izquierda y la llevó a su vulva, sujetó mis dedos y los deslizó por encima del monte de venus llegando al clítoris endurecido, siguió entre los labios llegando a la entrada de la vagina, chorreaba – Esto es lo que me ocurre con tu proximidad, ahora estamos en una cama, juntos y desnudos, y no puedo evitar el desear que me folles y te corras dentro de mí, eso, me produce un extraño escalofrío que me recorre el cuerpo haciéndome temblar de placer, un frío placer que me quema, sobre todo el sentir como tu semen me llena y luego escapa de mis entrañas, y esa sensación que deja cuando se enfría, es tu rastro, la huella que dejas en mi piel.

Eres la primera que me dice eso.

Te vi venir, mucho tiempo mirando tu fotografía, y me di cuenta que de algo huías. No sabes lo que sentí junto a tu coche, aquella primera vez, cuando te tomé al asalto, y aquel beso robado, cuando metí mi lengua dentro de tu boca. Me di cuenta que había atravesado tus defensas…., y entrado en tu cuerpo.

Guardé silencio recordando aquella extraña situación.

¿Qué sientes cuando me penetras?, yo sentí tu sabor, por cierto amargo sabor, estabas muy tenso y preocupado, incluso sentí tu miedo.

Es la entrada en el éxtasis, un bienestar aparente, sabes que estás en un lugar donde la mujer crea magia, aunque precise de nuestra ayuda, desea estar penetrada y si te despistas con sus requerimientos, ella sola se sirve, lo toma en su mano y se lo mete, y a partir de ahí todo empieza, y ese contacto interior anula al resto, mi mente está en esa sensación que desprendes, ese contacto privativo que en cada mujer es diferente, tiene que ver con el resto de su cuerpo y lo que ella desprenda, ninguna es igual.

No entiendo algunas de tus palabras.

Piensa por un momento la situación, tu acostada con las piernas separadas, yo entre tus piernas, sentado en mis corvas, tu muy excitada, tu vientre tiembla de vez en cuando, es el momento de la penetración, y despacio sitúo el penetrador en línea con la entrada de tu vagina, el glande se apoya en ese anillo, donde estuvo el himen, y presiono un poco, el anillo se agranda para permitirme la acogida que tu deseas.

Ya esa sensación que siento me aísla de todo, mi cerebro solo está pendiente de lo que el penetrador me transmite, ese húmedo roce y la leve presión que siento nada más entrar el glande, suelo quedarme unos segundos, saboreo esa primera sensación, y despacio me adentro, las paredes de la vagina me acogen con cierta presión y que se dilata de inmediato y esa sensación de roce desaparece, ya tus fluidos hacen su cometido, y por esa causa, algunas veces la penetración la he hecho sin que ella estuviera previamente excitada, y a algunas le gusta esa sensación desconocida, entrar en su vagina medianamente seca, les produce lo mismo, sentir como llega al final sintiéndole totalmente.

De nuevo tus palabras hacen que la vagina responda. Tengo otra pregunta ¿Qué sientes al saber que soy de tu propiedad?

Tengo dos respuestas, la buena sensación la recibo en la parte baja de la espalda, en su lado izquierdo, ahí me llega la sensación del bienestar, como en la situación que te he descrito antes, segundos previos a la penetración. Y tiene su lado opuesto, este se muestra delante, debajo del estómago, desasosiego, miedo, malestar.

¿Dos sensaciones contrapuestas?

Si, piensa que no eres una conquista, eres un regalo, un pago sin reconocimiento de esa deuda por mi parte, una sumisa, y las sumisas no son nada fácil, son todo lo contrario, te ponen en jaque segundo tras segundo.

Mantuvo silencio administrativo, estaba muy claro que no le había gustado mi respuesta. Es mujer y por esa causa no puede entenderlo, como me ocurre a mí con otras cosas, el ser hombre lo impide, nuestras sensibilidades son muy diferentes.

¡Debes dormir, yo velaré tu sueño, amo de los cojones!

Me aguanté la carcajada, vaya tono empleado, solo me ve pero no se mira a sí misma. Cerré los ojos y pensé en la música de los instantes del combate, mi mente me llevó a un grupo, su música lleva cruces invertidas y otros signos satánicos, podía recordarla sin problemas, les iba a encantar a las bailarinas, su conjunción era perfecta, parecía una sola multiplicada por sí misma y no da una, al menos eran veinte o más, si, les dará que pensar.

Tiempo estimado, algo más de 44 minutos, suficiente para el destino que intento reclutar, le sumo a su ignorancia, sus temores, y carencias, y sobre todo su desasosiego, se trata que sientan la armonía de las sombras, las que perduran en la oscuridad de nuestra mente.

Hay datos, en muchos en el tránsito de la vida en su camino hacia la muerte, uno que regresó de la muerte, su cuerpo parecía muerto, las constantes se habían perdido, sin embargo cuando despertó aseguró que escuchaba al equipo que intentaba reanimarle, algo así como catorce minutos.

Sabía que moría, supongo que buscaría la huida en los recuerdos que escondemos, en ese lugar donde nadie puede acceder.

Su cuerpo muerto, pero su cerebro agotaba los últimos latidos, volviendo, había rozado la fría arista del borde del plano de la muerte.

Apreté los párpados con fuerza, en los oídos rumor producido por la sensación de velocidad, rodando por una vía invisible, parecida al despegue de un avión cuando su tren de aterrizaje abandona la pista, elevándose lentamente, ya hay pausas, es el vacío, sensación de mareo excéntrico…

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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