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UNA CENA PARA TRES

"Mi mujer invita a una amiga a cenar a casa y le hacemos una encerrona para nuestro juego."

 

Eran las siete de la tarde de viernes, Laura estaba terminando de preparar la maleta de los pequeños, los iba a llevar a casa de sus padres a pasar el fin de semana. Mientras llevaba a los pequeños juntos a sus padres, yo salí hacer la comprar para la cena que teníamos en casa esta noche. Hace un par de días me comentó Laura que había invitado a su amiga Sonia a cenar con nosotros y que vendría sola ya que su marido había quedado con sus amigos para ver un partido de fútbol.

Desde las cinco de la tarde, Laura ya estaba lista para la cena, iba preciosa, vestido negro con hombros al aire, cortitos por los muslos y sus zapatos rojos para que todos recorrieran desde sus pies hasta su vestido con la mirada deseosa de poder masajear esas piernas.

A las nueve apareció, yo estaba en liado con la cena, iba a ser ligera pero requería algo de tiempo, estaba solo con unos vaqueros, no tenía nada más puesto. Escuché como se abría la puerta y la escuchaba llamarme, le respondí que estaba en la cocina y que viniera, que le esperaba una botella de vino recién abierta.

Mi sorpresa fue cuando al verla, ya que detrás venía su amiga Sonia, no la esperaba tan pronto. Se me quedó mirando todas las partes desnudas de mi cuerpo, Laura lo notó y le dijo, Sonia, este es Juan, mi pareja y ella se acercó a darme dos besos, Laura vio como su amiga apoyó sus dos manos en mi pecho para dármelos. Miré a Laura a la cara en los dos besos y noté una mirada de satisfacción y celos en sus ojos ya que no pensaba que su amiga fuese a reaccionar de esa manera.

Una vez terminadas las presentaciones, fui a ponerme algo de calzado y una camiseta. Mientras me vestía, Laura montaba la mesa con Sonia. Llegué al salón y les dije que ya podían ir tomando asiento en el sofá mientras yo les servía unos vinos con unos pinchos de verdura a la plancha que había hecho. Yo estaba en mis cosas de la cena mientras ellas hablaban de tiempos pasados. Cuando la mesa estuvo lista y la comida servida, las avisé para que se sentasen a la mesa. Sonia se sentó frente a mi y Laura en un lateral entre los dos.

Durante la comida estuvimos hablando de temas variados relacionados con la actualidad y riéndonos. Para la ocasión al ser una cena ligera sin carne, solo con verduras, me decliné por vino blanco, un ribeiro. Nos tomamos tres botellas durante la cena y estábamos cómodos con la compañía y la conversación. Se me pasó una cosa por la cabeza que Laura no esperaba que hiciese y me miró sorprendida mientras formulaba la pregunta:

Juan- Sonia, una pregunta que tenía que hacerte, ¿es cierto que aquí tu amiguita se mamó unas buenas pollas negras en cuba?

Laura- Amor, ya te dije que siiiii, que es verdad y que no tienes que poner en un aprieto a Sonia. Verás Sonia, es que a mi chico le encanta que le hable de las pollas que me he comido en mi vida.

Juan- Me encanta saber qué es lo que se ha comido mi pequeña para tenerlo en cuenta, venga Sonia, contéstame a la pregunta.

Sonia- Alguna que otra sí que probó. Pero Laura, ¿que le has contado nuestro viaje a Cuba?

Laura- Claro que se lo he contado todo con pelos y señales. Ya te he dicho que le encanta que le cuente las cosas que he hecho por ahí y lo que hicimos en Cuba me pide que se lo refresque muy a menudo para imaginárselo.

Juan- Me da mucho morbo cuando aquí tu amiga me cuenta como se comía los pollones negros pero más aún cuando me cuenta como la tercera y tu os clavabais los pollones por el chocho y como te hizo daño en el vientre el coronel de la policía de la habana con la mesa mientras te follaba.

Sonia- Laura, ¿pero como le cuentas todo eso?

Laura- Sonia, ya sabes, me está follando, me pregunta y del placer se lo cuento todo pero tu tranquila que aquí mi nene es discreto y no sale nada de nuestra cama

Juan- ¿Te ha contado Laura nuestra ruta por el sur? te conto que la lleve a un local liberal?

Laura- Amor, eso se lo contamos con el postre, anda, sirve el postre y el cava.

Salí en dirección a la cocina, Laura se fijó en mi paquete y ya sabía que lo tenía duro por el morbo de la conversación, su cara me reflejaba que estaba chorreando y me ponía más aún. Su amiga Sonia seguro que lo estaría pero de la vergüenza no quería delatarlo. Cuando volví con el postre, Laura se levantó y empezó a comerme la boca delante su amiga, me la comía con pasión y cuando terminó me dijo, anda amor, quítate la camiseta y los zapatos, quédate como cuando entramos de la calle. Los deseos de Laura son órdenes para mi. Cuando me quedé sólo con los vaqueros, me senté a la mesa y empecé a contarle a Sonia nuestra experiencia liberal.

Juan- Bueno Sonia, te voy a contar lo del local liberal. se lo regalé para su cumpleaños, tenía ganas de hacer algo diferente con ella y decidí por regalarle esa noche para ella solita. Nos lo pasamos muy muy bien, una experiencia para repetir.

Laura- Si vieses como aquí mi chico le agarraba la polla al fulano para metérmela en la boca, mmmmmmm, que placer que tú cornudo te meta la polla de otro en la boca.

Sonia- Eso tiene que ser impresionante.

Juan- Más impresionante es cuando el tío se tumba en la cama, yo le agarré la polla y la dirigí al chocho de Laura mientras ella se sentaba encima. después yo se la metí por el culo y asi nos la follamos como una perra.

Laura- Que sensación, es única, tenemos que volver a repetirlo.

Me levante para ir a por unas servilletas y al volver, Laura volvió a hacer los mismo que hizo la otra vez, me empezó a comer la boca pero esta vez acariciándome el pecho, bajaba hasta el culo mientras yo le sobaba el suyo, estuvimos mucho más tiempo allí liados y sin darnos cuenta, noté como me abrazaban por detrás y me besaban la espalda, me la lamian mientras Laura me chupaba los pezones. Notaba las dos bocas, la de Laura excitada en mis pezones y la de Sonia con deseo, con pasión ardiente acumulada por los últimos años de desastre sexual en su matrimonio.

Sonia empezó a sobarle el culo a Laura y ésta ya me había desabrochado el pantalón e iba camino de sacarme la polla dl mismo. Sonia tiro del pantalón hacia abajo para quitármelo, me dejaron desnudo en medio del salón, Laura me mamaba la polla y Sonia empezó a comerme la boca. Mientras lo hacía, yo la iba desnudando a Sonia lentamente, le saque el vestido y la deje en ropa interior, le desabroche el sujetador, dejando sus tetas al aire, Laura le bajó el tanga, dejando su chochito al descubierto. En el salón no se escuchaba ninguna palabra, solo la respiración entrecortada y excitada.

Laura y Sonia empezaron a morrease mientras yo me agachaba y empezaba a lamerle los pies a mí mujer, cuando ésta me paró y le dijo a su amiga:

Laura- Ven cariño, siéntate aquí en esta silla y mira al cornudo como me trabaja los pies.

Ella se sentó en una silla frente a nosotros, Laura en el sofá y yo en el suelo de rodillas, mi mujer me dijo:

Laura- Cornudo, ven y lámeme los pies de la manera que sabes y que me encanta que lo hagas.

Yo empecé a lamerlos y mientras lamía, Laura miró a su amiga y le dijo:

Laura- Me encanta que el cornudo me lama los pies mientras me follan, ¿no sabías que le encanta llevarme a Madrid para que me claven buenas pollas? lástima no llevárnoslo a Cuba con nosotras, nos hubiese preparado las pollas antes de que nos la metieran, le encanta mamar pollas y prepararlas para mi.

Sonia estaba sentada en la silla con las piernas separadas y tocándose el chocho, Laura empezó a decirme, cornudo, cerdo, guarro, es de mala educación dejar a los invitados desatendidos y me mandó a lamerle los pies a Sonia, mientras yo hacía lo que me mandó mi mujer, ella se empezó a desnudar y cuando ya estuvo completamente desnuda, se arrodilló a mi lado para empezar a lamer el otro pie. Sonia estaba con una mano en la entrepierna y con la otra se sobaba las tetas. Laura y yo empezamos a comernos la boca mientras ella metía los pies entre nuestras caras, nuestras lenguas se entrelazaban entre si y entre los dedos de sus pies.

Laura se levantó y llevó a Sonia de la mano al sofá, la puso encima de éste a cuatro patas, ofreciéndonos su culo. Laura empezó lamiéndole el culo mientras yo le metí mi polla en la boca, estaba tan caliente que empecé a zumbarle en la boca como si fuese su coño. En el salón se escuchaba el sonido de la saliva, y más caliente me ponía y más fuerte le daba, parecía que iba a vomitar, le daban arcadas en cada embestida.

Laura no paraba de lamerle el culo y el chocho, la tía se estaba corriendo en su boca y cuando terminó de hacerlo, mi mujer se acercó a mi boca para besarme y así probase la corrida de su amiga, que sabor más rico tenia la corrida de esa tía, mmmmmmmm. Laura se quedó mirando la escena de cómo le follaba la boca a su amiga y la situación se ve que le gustó y le agarró la cabeza a Sonia para presionarla contra mí polla, ya no era saliva lo que chorreaba por mis huevos, era baba del zorrón de la amiga de mi mujer. Laura se metió no se por donde pero cuando me di cuenta, estaba lamiendo las babas del sofá y mis huevos.

Me separé de ellas, quedándome de pie en medio del salón, las dos se arrodillaron, Laura lamiéndome el culo y su amiga me seguía mamando la polla, mmmmmm, que placer. Estaba tan caliente que le dije a mi mujer:

Juan- Mi amor, me falta en la boca el pollón de alguno de tus amigos para que tu cornudo esté completito.

Ahora me tocaba a mi mamarle el culo a la amiga de mi mujer, ese pedazo de culo que tenía, un culo grande y apetecible, así que las dos se pusieron a 4 patas, haciendo el trenecito. Laura de primera, ofreciéndole el culo a Sonia que ésta a la vez me lo ofrecía a mí. El culo de Sonia olía y sabía a la saliva de mi mujer, de la buena lamida que le dio hacia un rato. Empecé a empujar a Sonia con mi lengua, metiéndosela en el culo y en cada embestida, ella por la inercia se la introducía en el culo a Laura. Se escuchaba a Laura gemir y decir que se corrida.

Laura se giró y se tumbó en el suelo con las piernas abiertas para que Sonia le mamara el chocho y así poder ver cómo yo le lamia el culo a su amiga. Mientras se lo lamía me dijo Laura:

Laura- Para eso sirves cornudo, para mamar culos. En cuba te hubieses hartado de mamar pollas y culos mientras los negros me follaban delante de ti, yo gemiría de placer pidiendo más rabo negro para mi chocho.

Sonia- Si cornudo de mierda, que eres un puto cornudo, cada noche te harías pasar por el marido de cada una de nosotras, primero de la Laura, luego mío y por último de la otra. Me sentiría la mujer más deseada de la isla al ir acompañada por un cornudo.

En ese punto, las dos empezaron a decirme de todo: cornudo, cerdo, como te gustaba que se follasen a tu mujer en cuba, que fama de cornudo dejaste allí cerdo.......

Me levanté y agarrando de la mano a Laura, la tumbe en el sofá, puse sus piernas encima de mis hombros y comencé a penetrarla, los dos notábamos como mi polla se empezaba a descapullar dentro de su coño. Sonia se sentó en la cara de Laura para que le lamiese su entrepierna, mientras, Sonia y yo nos comíamos la boca con deseo. Baje a sus tetas y se las estuve mamando mientras me follaba a Laura. Que placer, tenía penetrada a mi mujer y a la puta de la amiga ofreciéndome las tetas, mmmmmmmmm.

Sonia se separó y se sentó en una silla delante de nosotros, en la misma postura que se puso antes con una mano en el chocho y la otra acariciándose las tetas. Empezó a masturbarse, cuando me di cuenta le dije que esperase y fui a por un pepino y un condón, le puse el condón al pepino y se quedo flipada, me dice, “que pollón me habéis buscado”. Continué follándome a Laura en el sofá mientras ella se metía el pepino. Al rato Laura me dijo que parase, se levantó y se fue junto a su amiga, se puso a 4 patas en el suelo, entre las piernas de Sonia, yo por detrás empecé a follarle el culo fuerte mientras mí mujer le metía el pepino a su amiga, se lo metía fuerte y al mismo tiempo decía Laura:

Laura- Joder que me cago, que me cago para de darme por el culo que me cago.

Yo al escuchar esto, empecé a darle más fuerte, me había excitado de una manera fuera de lo normal con aquellas palabras. Sonia puso una cara de que ella también quería sentir que se cagaba con una polla rompiéndole el culo.

Tenía la leche en la punta de la polla y la saque del culo, cuando miré el capullo, lo tenía lleno de mierda, Sonia se quedo mirándolo y le dije:

Juan- Mira como la saco después de romperle el culo a tu amiga.

Me limpié con una servilleta y me dirigí a la cara de la amiga de mi mujer para correrme en ella, abrió la boca y le eche toda la corrida en ella, cuando terminé de correrme, le empecé a dar con la polla en la cara, le golpeaba en la nariz, ojos, frente, pero ella intentaba atraparme la polla con su boca pero acertaba. Empecé a comerle la boca toda corrida, me sabía un poco agria la corrida pero no tanto como otras veces, acto seguido me pase a la boca de Laura para que probase mi corrida también, al momento estábamos los tres morreándonos con mi corrida.

Sonia me dijo:

Sonia- Pobrecilla Laura, se ha quedado sin que te corras en ella

Juan- No te preocupes Sonia, a ella le va otra cosa que la excita más aún.

Le di una patada en el culo a mí mujer y se fue hasta el pasillo, allí empecé a mearme encima de ella, mientras Sonia se quedó anonadada con esa escena, la situación la puso a mil porque se puso de cuclillas y se masturbo mientras yo meaba encima de Laura. Cuando terminé, las dos se levantaron y Laura me tumbó en el suelo y dirigiéndose a Sonia le dijo:

Laura- Mira cerda, a este le gusta esto también, no voy a ser yo la única que le van estas cosas.

Laura le hizo un gesto a su amiga para que se acercase, las dos quedaron encima de mi, abrazadas y con los chochos pegados, piernas entrelazadas sobre mi y besándose, empezaron a mear a la misma vez. Laura notaba como su meado salía de su chocho y chocaba contra el de Sonia, de ahí se mezclaba con el de ella y caían los dos mezclados por las piernas o directamente encima de mi cuerpo. Sonia notaba lo mismo, el meado de Laura en su chocho y corriendo hacia los tobillos, yo giraba la cabeza de un lado a otro y les lamía los pies a las dos, notando lo caliente que tenían los pies por el meado.

Cuando terminaron de mear, una a una me paso su chocho por la boca para que se lo lamiera y se lo dejase limpito para la próxima. Se tumbaron a cada lado, yo quedé en el centro mirando al techo del pasillo, ellas me abrazaban y en esa posición nos quedamos dormidos hasta que sonó el móvil de Sonia, era el marido para decirle que iba a por ella y que a la 1 la esperaba en el portal. Sonia sin asearse, se vistió, Laura le ofreció el baño pero no quiso, quería sentir el placer de una noche de sexo en su cuerpo hasta llegar a casa. Se despidió con un morreo a cada uno y nos dijo que estaba pensando en ponerle los cuernos al marido y buscarse un amante pero que ya no hacía falta, que contásemos con ella para todo, que estaba loca por nosotros dos. Antes de marcharse, se subió el vestido y se bajo el tanga, me lo puso en la mano y diciéndome:

Sonia- Cornudo, la próxima vez que me invite tu mujer a casa quiero que lo lleves debajo de los vaqueros.

Cuando se marcho me gire hacia Laura y le dije, te amo mi vida, te amo y nos fuimos a mirar por la ventana. El marido la estaba esperaba abajo, ella llegó y le dio un morreo, mmmmm, te giraste y me dijiste, es preferible ser un cornudo como lo eres a ser un desgraciado como ese, que ni folla ni deja follar y encima se come la corrida de un cornudo de boca de su mujer.

Datos del Relato
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