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Categoría: Incestos

MI RICA TIA!

¡Hola! Espero estén bien, hoy les contaré una aventura sexual que tuve con una tía muy linda, a la cual por años le dediqué infinidad de pajas y finalmente una ocasión se me dio estar con ella.



Mi tía es morena y tiene los ojos verdes, es de estatura media y tiene un cuerpo increíble, unas tetas que dan ganas de comerse y un trasero increíble.



Yo me solía quedar a dormir mucho en casa de mis primos y mi tía que es una calentona, todo sea dicho acostumbraba a ir bastante ligerita de ropa por la casa, siempre que se iba a la ducha dejaba toda su ropa en su cuarto e iba desnuda hasta el baño, yo solía observarla pues me ponía a mil verla desnuda.



Más de una vez se dejó la puerta del baño abierta y yo espiaba, nunca llegué a masturbarme mientras la observaba ya que mis primos podían verme, pero era un deleite verla así, no sé si lo hacía al propósito, pero que afortunado me sentía en aquel entonces.



Poco a poco mi tía me ponía cada vez más caliente y yo intentaba irme a dormir a su casa lo máximo posible, muchas de las veces que me quedaba a dormir cogía su ropa interior y me pajeaba con ella, no podía aguantarlo más, tenía que follármela como fuese.



Poco a poco fui acercándome a ella, estando el máximo de tiempo posible junto a ella, observando sus perfectos pechos talla 90.



Ella solía llevar camisas y deja desabrochados unos cuantos botones por lo que siempre que se agachaba ahí estaba yo esperando para ver sus ¡perfectas tetas!



Hasta que un día llegó el momento perfecto, mi tía siempre ha tenido confianza conmigo y no era extraño que mientras yo me duchase ella entrase, así como así al baño a coger cualquier cosa y eso me ponía cachondo, me excitaba que me viese desnudo e incluso más de una vez empalmado porque me estaba masturbando pensando en ella, pero ella se lo callaba.



Para aquel entonces yo tenía 19 años y algunas experiencias muy buenas, cierto día estaba yo duchándome y entro ella a recoger la ropa sucia, se agacho a cogerla justo al lado de la ducha dejando ver en su escote sus grandes pechos redondos y jugosos, yo no lo pude evitar y me empalmé, ¡ella se dio cuenta de eso y mirando de re ojo pudo ver mi pene erecto!



T: ¿Te pasa algo?



CA: No, ¿por?



T: ¡Parece que te alegras de verme!



Me dijo y se levantó y cerro el pasador del baño, por suerte mi tío estaba trabajando y mis primos tenían partido de futbol con su equipo.



Tras cerrar el pasador me miro de arriba abajo y me dijo:



T: Vaya, no estas nada mal, ¡que dotado y por lo que veo te pongo muy cachondo!



Yo no podía creérmelo, mi tía estaba desnudándose delante de mí, ya no podía soportarlo más.



T: Sé que llevas esperando esto mucho tiempo, acaso crees que no sé qué me espías y te pajeas pensando en mí, ¡pues ya no tienes que esperar más!



CA: ¡Pero... tía!



Y sin más se metió en la ducha completamente desnuda, yo como era de esperar empecé a besarla con fuerza, agarrando con una mano su precioso trasero mojado por el agua y con la otra sus perfectas tetas con los pezones ya duros.



Mi verga erecta rozaba la entrada de su coño por lo que ella la cogió y empezó a masturbarme, no sé como pero mi verga estaba más grande que nunca, ella se percató y poco a poco empezó a bajar hasta que puso su cara justo enfrente de mi polla, y empezó a comérsela, ¡parecía como si no hubiese visto una desde hace años!



T: ¡Tu tío ya esta mayor para estas cosas y yo no puedo vivir sin follar!



Me dijo sacando mi verga de su boca, la tía lo hacía muy rico, yo jadeaba y me retorcía, me rozaba con sus ricas tetas, ¡no podía creer que mi tía me tuviese ganas también!



CA: ¡Que rico lo hace!



T: ¡Vas a saber lo que es bueno!



Mi tía Tere sitio chupando con todas sus fuerzas, yo no podía más del gusto y al cabo de succionar con todas sus fuerzas me corrí en su boca, ¡ella que parecía estar hambrienta se lo trago todo sin dejar una sola gota!



T: Pero que cantidad de leche sacas y uf, aun esta dura, ¡divina juventud!



CA: ¡Que rico tía, uhm!



T: Vamos nene, ¡ahora te toca!



Por lo que se tumbó abierta de patas en la bañera enseñando su coño, dudé por unos instantes, pero al pensar que estaba realizando mi sueño no me lo pensé, ¡empecé a comerle el coño con todas mis ganas llegando al clítoris y sintiendo como ella poco a poco empezaba a gemir del gusto!



T: Uhm, que rico, agh, como necesitaba una buena chupada, ¡uhm!



CA: Que rica vagina, uhm, ¡tía me encantas!



La tía Tere me llevaba muy bien, me guiaba e incluso me decía donde chupar, yo acariciaba sus muslos y nalgas, por fin estaba mordiendo, lamiendo y comiendo su tesoro, el cual muchas veces me imagine y ahora lo tenía en mi boca.



CA: Que rica tía, uhm, ¡no sabes cómo quería esto!



T: Lo se nene, uhm, aprovecha, uhm, sigue así, ¡uhm!



Yo continuaba comiendo su rica papaya, al cabo de acariciar su clítoris con mis labios y mis dientes ella empezó a jadear con más y más fuerza y soltando un grito de satisfacción seguido por una serie de espasmos se corrió en mi cara.



¡Yo no odia ni creerlo, había hecho que mi tía se corriese!!!!



T: ¡Vamos a mi recamara!



Rápidamente fuimos allí, donde me tiro en la cama y empezó a jugar con mi polla hasta conseguir ponerla completamente dura, saco un condón y me lo puso y rápidamente se puso encima de mi metiéndose mi verga hasta el fondo y empezando a cabalgar como una licuadora.



CA: ¡Que rico lo haces tía!



T: ¡Tu verga es fantástica, tan joven y tan macho!



Se movía en círculos, para delante y para atrás, de arriba abajo, yo le mordía las tetas, ella bajaba su cabeza y me dio un rico beso metiendo su lengua en mi boca.



Nunca en mi vida había visto a una mujer follar con tal salvajismo, sus gritos se podían oír en toda la casa, la cama se movía salvajemente, yo estaba súper duro y me sentía un macho alfa.



Ella se acostó en la cama y abrió las piernas, yo en misionero comencé a follarla con fuerza, moviendo suave y luego rápido, mi tía jadeaba y me apretaba las nalgas, luego me abrazaba con sus piernas y nos besábamos, que espectacular momento.



CA: ¡Tía, eres la mejor!



T: ¡Lo haces muy rico, uhm!



Le levanté las piernonas y besándole sus ricos pies comencé a embestirla salvajemente, no tenía yo mucha experiencia, pero si la necesaria para hacer jadear a esa madura.



La tía Tere aullaba, se movía como loca, yo la embestía con fuerza que ya toda mi verga estaba dentro de ella mí, ti estaba tan excitada que se corrió nuevamente, bañándome con su rico néctar.



T: ¡Sobrino, uf, que rico!



CA: Tía, ¡ya no creo tolerar más!



T: ¡Quítate el condón y métemela en el culo!



CA: ¿En serio me dejaras?



T: No lo pienses, ¡quiero tu leche papi!



No lo dude más, me quite el condón y ella se puso a cuatro patas enseñando su perfecto culo, yo no pude resistir y con cuidado empecé a meter mi verga poco a poco en su culo.



Al principio costaba, increíblemente su culo estaba apretadito y deliciosos, poco a poco conseguí meter todo mi pene, soltando ella un grito de placer, ¡empecé a embestir con fuerza y ella hacia lo mismo para que el placer fuese máximo!



CA: Tía, uhm, que rico, agh, ¡que rico aprietas!



T: ¡Me desgarras! jamás me había entrado una tan grande!



CA: ¿Te gusta por aquí tía?



T: Me encanta, ¡vamos dámela toda hijo!



Me eche hacia adelante agarrando sus tetas firmes, pellizque sus pezones y ella se movía para atrás la soltaba para que se moviera solita, mi tía movía riquísimo las nalgas.



Estaba en su cama, la cual comparte con mi tío, el hermano de mi mama y aun así le seguía reventando su delicioso culo.



T: ¡No pares, que rico, agh!



CA: Tía, quiero cogerte siempre, ¡agh!



T: Ah, vamos bebe, no te detengas, me duele, ¡no me lo saques empuja más!



CA: ¡Tía te llenare toda!



Me movía como toro en brama, a mis 19 años le estaba reventando el culo a la mamá de mis primos, a la dueña de mis puñetas, no toleraba más, mis huevos comenzaron inflarse ella también se estremecía y juntos nos corrimos en un orgasmo espectacular.



CA: ¡Tía, uhm que rico, agh!!



T: Ah!! Que rico, dámela, dame toda tu leche, uhm, ¡mi amor!



CA: Uf, no puedo más, que placer, agh, ¡me voy a morir!



T: ¡Vamos a morirnos juntos, agh!



Termino llena de mi semen, sonriendo me besaba, estábamos sudados, aun no daba crédito a lo que pasó.



Me vestí y ella se arregló, me dijo que quedara entre nosotros y si era buen chico volvería darme las nalgas, durante unos años cogí con ella, la verdad me obsesioné demasiado, mi tía me enseñó muchas cosas que ahora pongo en práctica y les confieso que desearía regresar el tiempo y cogérmela otra vez.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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