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Mi vida había tenido un cambio sustancial desde que Ángeles nuestra niñera había entrado en la familia.
Por algún motivo Maria, mi mujer, permanecía distante y desatenta en lo referente al sexo. No creo que sospechara que la engañaba, o por lo menos que la engañaba con la niñera.
Yo sospechaba que tenía un amante y pensaba que en alguno momento blanquearía la situación.
Mientras tanto todo continuaba en casa como al término de mi último relato.
Yo era el nene de perversión para Ángeles, con la cual hacíamos un montón de cosas.
Cada día era más su nene y ella mi madre.
No existía ocasión en la que Maria saliera o durmiera para que no tuviéramos sexo desenfrenado. Prefería las sesiones largas en las cuales estábamos solos, pero no había nada que hiciera que las sesiones cortas fueran menos placenteras.
Surgió entonces un fin de semana donde tenía un trabajo programado y no esperaba volver hasta bien caída la tarde.
Realmente no tenía muchas ganas de ir, pero estaba obligado.
Para mi buena o mala suerte, a mitad del trabajo, se corto la electricidad en el piso. Al averiguar nos enteramos que elegimos como día de trabajo adicional un día en el que se realizaba un trabajo eléctrico.
A mediodía y llegando a casa sin que nadie me esperara, me doy cuenta de sonidos definitivamente sexuales salen de mi pieza.
Para mis adentros estoy seguro que voy a encontrar a mi mujer con su amante, no estoy seguro si entrar haciendo una escena o dejar que pase y aclarar la situación con mi mujer.
Tomo la decisión de dejar pasar el momento y después conversar con Maria. Pero igual me decido a tomar una pequeña vista de lo que sucede en el interior.
Sigilosamente me acerco a la puerta que esta entreabierta y mis ojos no pueden creer lo que ven.
Lentamente veo la mitad del cuerpo de Ángeles completamente sudado moviéndose en esa postura que ya conozco bien. Estaba en cuatro mientras alguien tenia sexo anal con ella.
Me di cuenta en ese momento que no podía esperar con una relación como la que tenía con ella que yo fuera la única persona con la que tuviera sexo. Creo que se reiría de un planteo como ese dejándome sin esa golosina de sexo que ella me daba.
Decido retirarme y luego aclarar con ella que no veía bien que trajera sus amantes a la casa cuando no había nadie. Tendría que utilizar un alberge para esas situaciones.
En ese momento escucho a Maria con voz enérgica gritando:
· ¡¡¡Puta!!! ¡¡¡¡Sos una puta!!! ¿Es así como te coje mi marido?
No podía creer lo que escuchaba, me acerco más y veo a mi mujer vestida con un corpiño de cuero que dejaba al aire sus pezones y una bombacha del mismo material que tenia una abertura dejando al aire su vagina y cola. Pero no es todo, de la bombacha esta agarrado por medio de un cinturón un consolador descomunal que entra y sale del ano de Ángeles.
Por dios, Ángeles era el amante de Maria o mirándolo bien, Maria era el amante de Ángeles teniendo en cuenta la postura en que se encontraban.
No podía dejar de mirar como estaba abierto el culo de Ángeles y con que facilidad entraba y salía ese consolador.
No sabía como reaccionar.
Maria no paraba de empujar y sacar frenéticamente el consolador.
En un momento toma con fuerza el pelo de Ángeles con una mano, con la otra sostiene un pequeño látigo que le golpea la espalda a Ángeles dejando una marca rojiza.
Ya había notado esas marcas, pero pensaba que era un tema de la piel de Ángeles, y las tenia por todo el cuerpo.
· Responde puta! ¡Te pregunte si cojes de esta forma con mi marido!
· Si mi dama, mi nene me hace gozar de esta forma.
Ángeles responde con una vos que no mostraba ningún tipo de resistencia
· ¡Pero yo soy quien te hace sufrir de placer! ¿Queres más?
· Si mi dama, vos me das placer y quiero todo el que desees darme.
Maria saca el consolador del culo de Ángeles que veo tarda en cerrarse, no sin que antes Maria lo escupa adentro y le meta violentamente un par de dedos que se movían con completa libertad por la dilatación que tenia el ano. Frota los dedos internamente en el agujero. Luego veo que saca la mano y forma un puño el cual escupe y comienza a introducir en la cola, sin tener ningún tipo de miramiento ante las expresiones de dolor.
En un momento veo que el puño desaparece en el ano y la expresión de Ángeles es de un placer infinito, babeándose sin poder contenerse. Comprendí que cuando dijo que su ano estaba acostumbrado, no mentía.
Maria con una de las manos, se desprende del consolador que colgaba como un falo rígido de su entrepierna y lo tira frente a la cara de Ángeles.
· ¡Límpialo! Ya sabes como.
Le ordena. Y veo que Ángeles sin ningún comentario lame de pies a cabeza semejante aparato limpiándolo luego de haber entrado y salido de su cola quien sabe cuantas veces.
Esto pasaba mientras el puño de mi mujer se movía lentamente en su ano. En un momento saca la mano y veo como queda de grande el agujero.
Mi mujer le saca el consolador de las manos y le pone frente a la cara el puño recién retirado. Sin decir nada, Ángeles comienza a lamerlo a conciencia.
Entonces Maria hace que Ángeles se acueste boca arriba, y veo que se sienta sobre la cara de ella, poniendo su sexo al alcance de la boca.
· ¿Te gusta que te chupe? Ahora vas a ver como es chupar una mujer.
· Si mi dama.
Veo que en ese momento Maria comienza a orinar. Ángeles traga parte de la orina, pero al ser tanta, un montón se escurre por su cara. En ese momento noto que están sobre un plástico que cubre la cama. Maria comienza a moverse y frota su vagina contra los pechos y estomago de Ángeles sin parar de bañarla con su lluvia dorada. Volviendo luego a la boca y ordenando:
· Límpiala puta, es lo único que haces bien!
Ángeles sumisa lame la concha y piernas de Maria por todo lugar donde se veía mojado de orina. Ella misma esta completamente bañada y la cama es un charco de meo a sus pies.
Entonces veo que Ángeles agacha la cabeza y sorbe el resto de meo que quedaba sobre la cama.
Luego lame el plástico para terminar doblándolo prolijamente.
En un momento la mano de Maria aparece con otro consolador, grueso pero la base era una sopapa. Apoyo la base sobre la mesa ratona del la pieza quedando parado y listo para entrar en la concha que lo soportara. Ángeles despacio se coloco sobre el consolador y abrió los labios de su vagina. Lentamente comenzó a hundírselo dentro de ella con movimientos mezcla placer y dolor. Pero Maria de un movimiento brusco tomándola de los hombros la empujo para que solo se notaran los falsos testículos saliendo entre sus piernas dando Ángeles muestras de dolor pero sin resistirse en lo más mínimo.
En ese momento Maria aparece con un consolador algo extraño. Agarra la cabeza de Ángeles y se lo coloca en ella, quedando el mismo como saliendo de su boca y agarrado por sus dientes y varias correas rodeando su cara.
Maria, sin ningún tipo de consideración agarra la cabeza de Ángeles y la guía entre sus piernas, para insertarlo lentamente en su vagina. Comienza entonces un mete y saca con la cabeza de Ángeles apretada por los muslos, que se veía que casi no podía respirar. Mientras tanto no se podía mover de la mesa ya que tenia mas de 20 cm. de consolador metido adentro.
En unos minutos veo que Maria acaba dando una serie de gritos y espasmos que recorren su cuerpo. Saca la cabeza de Ángeles de entre sus piernas y la tira a ella en la mesa. El consolador que tenia a Ángeles "clavada" se separa de la mesa y queda hundido en su concha sin salir completamente.
Maria sin mucho preámbulo le saca el arnés de la cabeza y se sienta sobre ella, haciendo que Ángeles comience una tarea de lamer su vagina bien depilada.
Creo que ambas estaban cansadas en ese momento y con cuidad decidí retirarme lentamente sin que se dieran cuenta.
Salí de la casa y decidí dar un paseo mientras aclaraba mis ideas.
Evidentemente las cosas habían cambiado. No entendía que era lo que sucedía, el orden sexual en casa era distinto y Ángeles era el centro del cambio.
Parecía que Ángeles había tendido una red de dominación sexual, yo era su nene malcriado para complacer sus caprichos, y era una reverenda puta a las órdenes mi mujer. Tengo que reconocer que a pesar de todo la parte lujuriosa de mi cerebro encontraba la situación muy excitante, prueba de ello, era la erección notable que tuve durante largo rato mientras recapitulaba lo acontecido.
Decidí por el momento tomar postura de calma para ver como continuaban los eventos.
Al volver a casa, encuentro a ambas mujeres comportándose normalmente, nada en la forma en que ambas se trataban podía decir que hace unas horas ambas se brindaban mutuamente a sus más bajos instintos sexuales.
Maria eligió el domingo para salir a encontrarse con unas amigas durante todo el día. Otra vez me encontré deseando el momento en que se retirara para poder encarar a Ángeles, o más bien que ella me encarara a mí.
Minutos después de que mi mujer se retira de la casa yo continuaba sentado en el living mirando televisión. Ángeles entra sin decir palabra, toma el control remoto y apaga el televisor. Vistiendo un cómodo jogging, se coloca en cuatro patas sobre la mesita ratona ubicada frente a los sillones.
· Mami quiere que el nene encuentre sus chiches
Dice sonriendo y contoneándose como una gata.
Me acerco y comienzo a levantarle el buzo para terminar sacándoselo, sin dejar cada centímetro de su cuerpo torso sin acariciar. Al terminar ella continúa sonriendo en cuatro sobre la mesita. Veo sus gordas tetas colgando con los pezones tirados por la gravedad apuntando al piso. Su carnosa panza también se nota caída por la postura, esa visión de esta mujer de 52 años y por lo vista viciosa de sexo me calienta más todavía.
· mmm, este chico no es muy listo en conseguir sus regalos
Comienzo entonces a bajar el pantalón que tenia puesto, no me sorprende ver que no tiene ninguna ropa interior, pero si me toma desprevenido encontrar una pequeña soga con una hebilla saliendo de su ano y un consolador metido en su concha que a distancia se ve esta mas que caliente por como gotea jugos.
· ¿Con que empieza el nene? ¿Que quiere primero, chupetín o caramelos?
· Chupetín respondo
Ya tenía una idea con respecto a lo que preguntaba Ángeles, y no estaba para nada errado cuando dice:
· Entonces sácalo despacito de la conchita bebe. Y chupalo que tiene caramelito.
Se lo saco despacio, incluso me tomo la libertad de hacer un poco de mete y saca muy despacio en la concha antes de retirarlo por completo. Comienzo a lamer la cabeza del consolador lentamente y en ese momento ella me toma por sorpresa.
Sonriendo se pone en rodillas y queda a la altura de mi cara que esta lamiendo el consolador, y de un movimiento rápido pero para nada brusco me lo introduce casi totalmente en mi boca. Me dieron arcadas, pero ella no permitió que me lo sacara. Por suerte no era un consolador de los largos, pero tenia 15 centímetros metidos en mi boca y llegaban a mi garganta. Me llevo más de un minuto y unas cuantas lágrimas acostumbrarme. Ella entonces comenzó a cojer mi boca con el consolador, sacándolo y metiéndolo suavemente.
· Te gusta mi nene. Te gusta como mami te da el chupetín.
No puedo contestar, pero ella esta consciente por mi calentura que estoy gustoso de la situación.
Después de solo unos minutos donde uso mi boca como reemplazo de su concha para el consolador, decidió finalizar esa tarea, dándome un largo y húmedo beso de lengua, donde volvió a hurgar dentro de mi boca como si fuera un consolador mas corto, y termino limpiándome los labios con su lengua.
· ¿Queres probar los caramelitos de mami? mmm, creo que te van a gustar, dale sácalos de su fundita..
Se pone nuevamente en cuatro sobre la mesa y me ofrece descaradamente su cola, con la hebilla que sale de su ano a mi disposición.
Empiezo a jalar de la hebilla y veo como su agujero comienza a crecer hacia afuera como a punto de explotar para luego dilatarse y permitir salir una pelotita negra de unos 6cm. de diámetro que eran atravesados por la soga y mantenidos en ese punto por nudos en ambos extremos. Ella se sigue moviendo lentamente y mientras con una mano le separo los cachetes de la cola empiezo a sacar una pelotita tras otra que abrían y cerraban su cola de forma excitante y por los gemidos que generaba cada bolilla al salir, la muy perra estaba gozándolo. Fueron cinco las pelotitas que le abrieron una tras otra el culo a Ángeles. Terminada de salir la última dedique unos cuantos minutos a chupar y lamer esa cola que tenía frente a mí.
Ella fue la que corto mi lamida por su cola y empezó a meter algunas de las bolillas en mi boca, pero solo entraron dos, casi tres y frotarme las otras en la cara.
· El veo que mi nene es un goloso
Dijo con picardía.
Enseguida me llevo de la mano a la pieza donde se tiro con las piernas para arriba ofreciéndome su concha y yo sin dudarlo empecé a atenderla como se debía.
· Dale nene, comele la conchita a mami, se que te gusta, te voy a volver adicto.
No podía responder, ya que mientras lamía el clítoris, un par de dedos de una mano se movían frenéticamente adentro y afuera dilatando su vagina, y otro par de mis dedos había entrado sin ningún problema en su cola caliente y jugueteaban sin ningún tipo de resistencia.
Sus olores estaban nuevamente en toda mi cara la cual esta mojada, en varias ocasiones por la presión de sus piernas contra mi cara tuve que aguantar la respiración ya que su carne me tapaba toda forma de tomar aire.
En un momento agarro mi cara y tiro de ella llevándome sobre su cuerpo. A medida que me hace acabar mi pija no necesito ayuda para saber donde era necesitada y requerida, entro sola y se sintió caliente y hermoso, yo seguía sin entender como Ángeles con una concha y culo que podían abrirse a dimensiones no conocidas antes por mi, se sintiera como la mas estrecha y hermosa que conocía. Su calor era algo hermoso que se transmitía por toda mi pija.
Casi antes de llegar a su boca que era el destino de la mía, con una mano agarro una de sus tetas caídas que no parecían tan grandes en esa postura y paro el pezón en una postura típica de una mujer al amamantar y me ofreció ese oscuro chupete que mis labios rodearon y succionaron con pasión y hambre propia de un bebe.
Luego de varios minutos en los cuales mi pija entraba y salía de su concha con lentos movimiento para que ambos sintiéramos de forma total la penetración y extracción, decidí tirar para atrás mi cabeza sin largar mi carnoso chupete. Pude observar como su pecho se estiraba y levantaba ante mi movimiento. Fue un placer ver su teta extendida en punta ante mi succión, esa enorme glándula se movía a mi antojo y ella misma parecía ayudarme a estirársela mas.
La muy perra comenzó a apretar los músculos de su vagina y podía sentir como acariciaban mi pija en un intento de hacerme acabar, no podía creer la elasticidad que tenia esta hembra madura en su vagina que haría envidiar a cualquier veinte añera.
Ella decidió cambiar de posición y me sentó en una silla sin respaldo para ella sentarse sobre mi sexo, me abrazo y apretó mi cara entre sus pechos que yo seguía lamiendo de forma animal, comenzó ella a realizar un mete saca al levantarse y dejarse caer sobre mi. Ella dominaba entonces la situación y creo que el nivel de calentura que tenia le pedía a gritos que me extrajera la leche como maquina de ordeñe que era. No acabamos juntos, ella tubo un orgasmo antes de que yo lo hiciera, y luego mi explosión de esperma le dio otro orgasmo al sentirse inundada.
Se relajo y quedo sobre mi unos minutos, como en todos nuestros encuentros ninguno quedo con un ápice de energía como para moverse.
Cuando pudimos nos tiramos sobre la cama, entonces ella tomo mi pene con rastros de esperma y lo lamió con desesperación comentando:
· Ya tenes que ir sabiendo que a mami no se le escapa una gotita de tu leche. Es el néctar con el que mi nene me premia un buen trabajo. ¿Acaso no fue un buen trabajo?
· Si mami, fue un trabajo hermoso. - Respondi
· Ahora dame el resto de tu regalo nenito mío, o acaso no queres ser mi nenito - Pregunto
· Quiero que seas mi mami, mi mamita y me consientas de todas las maneras que conoces.
En eso al recostarse, toma una pequeña cuchara que reposaba en una tasa de te y me la ofrece.
· Tengo un montón en mi cuevita y no quiero que se pierda cuando me levante
Dice abriendo las piernas y señalando entre ellas.
Abro los primeros labios y no veo nada, pero al abrir mas adentro, se ve un lago de leche y jugos, con cuidado introduzco la cuchara para ver que no hace falta, un movimiento de sus músculos larga un chorrito de esa mezcla a mi mano y cuchara.
Como dándole un remedio voy alcanzando la cuchara a su boca para ver como ella sorbe cada cargamento.
En eso hace una pregunta que me deja seco:
· ¿Disfrutaste espiando como la perdida de tu mujer trato a tu mami? ¿Las cosas que hicieron? Vi que nos mirabas.
· Tengo que reconocer que es la primera vez que veo sexo en vivo de ese estilo, y veo comportarse de esa forma a Maria, me sorprendió y me éxito.
· Realmente tu mujer es una puta, pero vos sos tan dulce.
· Ángeles, no entiendo en que estamos metidos aunque todo parece estar centrado en ti
· Tengo que reconocer que mucho pasa por mi, pero tu mujer es la que te debe una explicación, es ella la que empezó todo, pero por ahora descansa mi bebito.
No tengo mas fuerzas para nada, me dejo recostar sobre los pechos de mi mami y con esa dulce almohada me quede dormido en un sueño revigorizante y profundo.
Al despertarme me veo solo en la habitación, desnudo como estaba, sin ninguna ropa que poder utilizar que no fuera la de Ángeles, escucho a ella y Maria conversando en la cocina.
Para poder llegar a mi pieza tengo que atravesar la cocina y escucho que las dos siguen conversando al parecer sin intenciones de moverse del lugar.
· Ariel, mi amor, veni por favor, ¿no te despertaste ya?
Dice mi mujer.
Sin realmente tener idea de que esperar, entro desnudo en la cocina, para encontrarme a Maria con una mini bastante corta que permitía apreciar que no llevaba ropa interior, completamente maquillada y usando unos zapatos con taco muy femeninos y exagerados, típicos de película porno.
En cambio Ángeles tiene uno de esos vestidos de mucamita sexis donde lo único que hay es un tul que trata de cubrir sus tetas que se escapan por abajo debido a lo caídas que están, y un pequeño delantal con encaje que mas que cubrir llamaba más la atención a su monte de venus.
· Ariel, me dijo Ángeles que ya nos viste juntas, es necesario aclarar y definir un poco las cosas, y como yo soy la que armo esto tengo que explicarte algo.
Realmente estando desnudo frente a ellas y ante semejante situación creo que mi boca se abrió en una expresión de no tener ni idea de lo que sucedía.
· Yo empecé esto al traer a Ángeles a casa, ella era mi esclava en periodo de prueba, yo era su ama. - Continuo
· Tengo que reconocer que necesitaba algo distinto sexualmente y esto llenaba algo que vos no podías darme. Y pensaba mantenerte a un lado de la relación entre nosotras dos.
Tomo un poco de aire y siguió:
· El problema es que te la cojiste a ella y le gusto. Como el contrato no estaba definido ella cambio las condiciones, en ves de ser mi esclava un año ella lo será por tres si vos accedes a ser su bebote. No vas a tener mas relaciones conmigo durante ese periodo y no vas a poder intervenir cuando yo tenga mis tratos con ella, lo mismo yo no puedo acompañarlos cuando ella tenga sexo contigo.
Creo que en ese momento mi pija comenzó a pensar por si sola y comenzó a pararse sin que pudiera ocultarlo. Ante una sonrisa pícara de ambas Maria continuo explicando
· Los dos podemos mirar cuando el otro tiene relaciones, pero no participar. ¿Estas de acuerdo? Si contestas por si, daremos el acuerdo por realizado, sino Ángeles se retira ya que se esta cumpliendo el mes de prueba.
No sabia que responder, aunque mi pene se encontraba con una erección tremenda, realmente no sabia que hacer.
No quería perder a mi mujer, realmente la amaba.
En eso Maria como leyéndome la mente comenta:
· Mi amor, recordá que esto es solo sexo, mi corazón seguirá sintiendo lo mismo por vos y no cambiara
Después de un par de minutos silenciosos, tome la decisión de aceptar serian solamente 3 años durante los cuales creo que ella como yo juntaríamos calentura y experiencia.
· Creo que estamos entonces todos de acuerdo. -Digo
Señalando con la mirada una caja aterciopelada sobre la mesa Ángeles me dice:
· Se lo das a Maria por favor, ¿haces los honores?
Abro la caja mientras se la alcanzo a Maria y veo en el interior un collar de cuero negro bastante grueso típico para perros de gran tamaño pero de muy buena calidad y con un remate metálico cromado del cual se podría enganchar la correa también de cuero que acompañaba el collar.
Maria lo toma, y Ángeles se agacha frente a ella. Entonces con delicadeza veo que Maria abre el collar y se lo coloca a Ángeles. Coloca entonces la correa, toma asiento manteniendo la correa en una de sus manos y cambiando completamente le dice a Ángeles en vos de mando:
· Al suelo como la perra que sos, patas para arriba
Ángeles queda acostada de espalda ofreciendo su sexo a Maria.
Ella sin ninguna consideración comienza a presionar uno de sus pezones con uno de los tacos por sobre el tul que cubría sus tetas, pero sin contentarse con eso, apoya con fuerza su otro zapato en la entrepierna de Ángeles y comienza a introducir y sacar el taco de su vagina.
· Explícale a Ariel el resto de las cosas, y te recuerdo que una puta como vos no puede estar limpia.
Acto seguido veo a Maria abrirse los labios de la vagina y comenzar a lanzar un chorro de meo sobre la panza y cuello de Ángeles.
Angeles mientras esto continua sucediendo me dice:
· Mientras tenga el collar soy de mi Dama, cuando no lo tenga puesto, sos mi bebote.
Mientras continúo viendo a Maria apretar la entrepierna de Ángeles y meter y sacar el taco, y notando que tenia el collar puesto, no puedo hacer otra cosa que sacarme la calentura echándome una paja frente a ellas.
Ante mi propia incredulidad no me cuesta mucho largar un chorro enorme de leche que va a parar sobre el piso. Yo creía que después de la acabada anterior mis huevos estaban secos.
Después de unos minutos decido retirarme viendo que no era intención de Maria sacarle el collar a Ángeles.
Las dejo cuando Maria decide que Ángeles debe seleccionar los pepinos para la ensalada de la cena, pero los debe seleccionar por los que mas le habrá el culo y concha...
Mientras me voy me doy cuenta que el piso esta limpio y reluciente donde tendría que estar mi esperma, giro y veo a Ángeles que con una sonrisa saca la lengua toda blanca de mi leche.
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