Mi tía María abrió bien las piernas quedando toda explayada; con una mano se sacó de la boca el gran huevo de goma mientras con la otra se abría los labios de su vagina. Al retirar el huevo de sus labios apretados, dejó un hilo de mayonesa y saliva entre ellos y su lengua y comenzó a lamer el exceso que había, con su sonrisa en su cara que mostraba una boca mojada.
El vibrador en su cuca le cabía exactamente y le hizo alcanzar otro tremendo orgasmo. La cadera y el culo se le levantaban respondiendo a tan tremenda cogida. Después uso las manos para halarse los pezones duros como piedra: parecía como loca. Todo el cuerpo se le sacudía y hasta saltaba como si le aplicaran un shock eléctrico, todo el tiempo gritando por el placer conseguido: No cabía ninguna duda, mi tía estaba disfrutando bastante.
Yo también estaba gozando. Nunca había visto algo parecido en mi vida. Para mi era algo fantástico. No sabía que una mujer pudiese darse tanto placer y satisfacción. No le quitaba los ojos de encima.
Todavía no había terminado el show. Cuando tuvo el último orgasmo aún no había perdido el ritmo de la batería. Se colocó en la mesa y colocó un tobillo en cada una de las esquinas aguantados en cada tope. Parecía que tenía mas fuerzas y energía porque comenzó a tener orgasmos seguidos sin parar, uno tras otro. Antes de terminar su función ya mi tía María había usado todos los siete y los cinco consoladores eléctricos que había colocado sobre la mesa. ¡Yo creo que perdió la cuenta de todos los orgamos!
Continuará: Traduttore_traidore