Las benditas ocurrencias qué se les viene hasta antoja igualmente son fetichismos hoy día por el proxeneta de mí hijo adolescente de 16 años conmigo que soy la madre y puta de mí hijo hoy día y mucho más en está 68 ^aba entrega sobre todo versión.

Con una falda de tubo polipiel verdaderamente entallada, ajustada, ceñida de ahí súper apretante incluso asfixiante que me somete hasta obligante.

Proxeneta de mí hijo adolescente de 16 años me tiene atrapada cómo apresada contra mi voluntad sin poder zafarme ni escaparme ni liberarme ni defenderme ni frenármelo en absoluto; doblándome en que parece que fuera a reprenderme al darme nalgadas, efectivamente lo pensado por mí se vuelve realidad en que al manosearme me da nalgadas suaves al mismo tiempo hablándome que he sido una mal portada en que no obedezco ordenes además necesito una lección qué me hará correctivos y enseñara a respetar cómo acatar órdenes de  mis mayores.

Mí hijo adolescente de 16 años continua nalgueándome suavemente en todo mi culo. Me levanta la falda en que se pone debajo abriéndome plenamente mis entrepiernas dando rienda suelta al comerme mi vagina cómo clítoris y rabo simultáneamente encontrándome buenísima, sabrosísima, riquísima, deseadísima, deliciosisima, calientísima, deseadísima, sucu lentísima, cautivadisima, provocadisima, fascinadisima, excitadísima, emocionadísima, e rectísima, dominadisima, portentotisima, en fin que me pone insistentemente al descontrolarme sexualmente expresándome propiamente bastantes jadeos igualmente gemidos consumados por lo que estamos haciendo en carne propia ante nuestras propias narices juntos como a solas yo que soy la madre y la puta de mí hijo hoy día y mucho más con mí proxeneta que viene siendo nada menos que mí hijo adolescente de 16 años.