DULCE RUBITO 11
La madre de Rubito, que no es ninguna santa, ni mucho menos ha traído a la casa a su nuevo novio. Un chico de unos veinte años menos. Casi tiene la edad de su hijo. Rubito anda muy caliente ya que ha escuchado a su madre gemir de placer toda la noche. Se ve que el chico que ha conseguido la atiende bien.
__Rubito__ dice su madre medio desnuda en la cocina
__¿Que pasa mama?
__Que nos vamos a la tarde a la casaquinta de Joaquín…bah del padre de Joaquín
__¿Quien es Joaquín?
__Es mi nuevo novio, acaso no escuchaste nada….
__Dormí como un tronco, ma__ miente Rubito
__Llévate algunas cosas, pocas, sabes…
__Si ma__ en eso aparece el joven que ha se ha estado cogiendo a su madre. Es rubio, casi como él, cuerpo fibroso, cara de nene. Aunque no es menor de edad lo parece. Muy parecido a lo que sucede con él. Muchos creen que Rubito es menor, pero no lo es. Joaquín lo saluda y él le responde el saludo. Mientras toma una taza de café.
Luego de almorzar algo liviano se ponen en marcha. La madre de Rubito es quien maneja el auto.
No es lejos de la ciudad así es que llegan rápidamente a la casaquinta. El día es de sol potente. Hace calor.
Un hombre espera en una especie de galería que da a una enorme pileta. Rubito comprende que allí hay mucho dinero. Su madre nunca elegiría un trabajador que apenas tenga para vivir.
El hombre de unos cincuenta y tantos bebe algo que parece ser whisky en las rocas. Sonríe cuando el auto se detiene y empiezan a bajar.
__Bienvenidos…__ dice el hombre que tiene hombros anchos, tostado el pecho, pezones gordos, marcados, brazos fuertes. Todo eso lo observa en un instante fugaz Rubito que babea ya con aquel maduro. Se mete más adentro de la zanja el pantaloncito que trae de tela esta vez, de color rosado.
Tiende la mano y el maduro. Sonríe mostrando los dientes blanquísimos.
__Joaquín me dijo que venían, es un placer tenerlos aquí en mi casa…pónganse cómodos…__ y señala unos enormes sillones que están bajo techo.
__Les hare servir unos tragos, pidan lo que quieran beber…__ Una bonita camarera, joven, se acerca con una bandeja y recibe los pedidos, que luego les alcanzara.
Rubito observa que el hombre le mira dos o tres veces con cierta picardía. Con cierto interés. Joaquín y su madre se van a la piscina. Queda el hombre solo con Rubito se sienta cerca de él.
__Y tu belleza ¿Qué haces?
__Ahora estoy aquí haciendo nada…__ el hombre se ríe de la ocurrencia.
__Digo a que te dedicas…
__Estoy estudiando aunque ahora estoy de vacaciones…
__Sabes que eres un chico muy rico…una belleza, te he observado ese pantaloncito que llevas puesto y ya quiero sacártelo con mis dientes…
__Eres un atrevido señor suegro de mi madre…__ dice Rubito y larga la carcajada vibrante y sonora.
__No sabes como estoy…tengo la verga que se revienta por salir…__ le dice el hombre colocando una mano en el muslo limpio del chico.
__¿Tu estas casado?
__Si…pero mi mujer esta de viaje por Europa hace como un mes, y no sabes como estoy…
__Me vas a decir que estas guardando tu semilla para cuando vuelva…
__Nooo…pero hace días que no tengo un encuentro con un jovencito como tu…
__¿Te gustan los jovencitos?
__Claro, son un vicio para mi…__ dice acariciando la verga del chico totalmente dura.
__Ohh y para mí los hombres maduros son una debilidad…
__Ven conmigo sígueme…__ dice el hombre y se levanta y Rubito lo sigue. La madre del chico y su novio no se han dado cuenta de nada porque ya están cogiendo en el agua. Cosa que a nadie le interesa.
Bajan a un sótano bien iluminado. Bien equipado con todo lo que se le pueda ocurrir a alguien.
Ya las manos de Héctor están sobre las nalgas de Rubito que lo deja hacer. Baja el pantaloncito y sus dedos perforan el ojete del chico. Hunde los dedos, los saborea con su saliva y los vuelve a hundir en la cola sabrosa. Se arrodilla el hombre y mete la lengua para saborear profundamente el agujero del chico que gime y resopla de gusto. Chupa, lame, besa el agujero, el chico vuela de calentura, aquel macho sabe hacer las cosas piensa Rubito, que se abre mas y mas ante las caricias del hombre maduro.
Masajea la pija del joven, lo gira al cuerpo, y se mete la verga del chico en la boca, lo succiona, veloz, intensamente. Le come las bolas a Rubito. Las chupa. Vuelve a la verga y vuelve al ojete explosivo, ya dilatado, babeando, chorreando saliva.
Lo deja un momento, se incorpora, el hombre y se quita rápidamente, toda la ropa. Una impresionante serpiente sale erguida de todo aquello.
Rubito mira, se toca sus genitales, lame sus labios, y así avanza de rodillas a donde está el macho y se come la verga palpitante y potente.
__Ahhh siii así cariño que linda boquita tienes, ohhh eres muy sensual, come, chupa, chupa…__ Héctor arenga a Rubito que se come sin dudar el pedazo de carne que le ofrece aquel macho, que se abre las nalgas y tomando una mano del chico, la guía hasta su culito, hasta su agujero, allí hace que Rubito dulcemente juegue con su anillo, lo acaricie, lo penetre, hunda sus dedos una y otra vez, sin dejar de chupar y mamar.
__Ohhh nene me vuelves loco…sabia que eras un caliente…un vicioso mamon…__ Héctor abraza al chico sacando la verga de la boca. Lo apoya contra una pared y lo besa insaciable, tormentosamente. Lo gira y así de pie lo penetra, lo serrucha, lo perfora, veloz, salvaje, y le llena el culo de leche, rebalsándolo. Sin sacarle la pija del culo, le masajea la pija al chico, así ensartado como lo tiene y lo hace acabar en la mano, luego Héctor el macho maduro pasa los dedos por la boca de Rubito que se come todo lo aquel macho le da.
La noche llega mientras están en el parque disfrutando de la noche estrellada y plena de luna blanca. El asado que comen es riquísimo y muy completo, han llegado algunos amigos de Héctor y Joaquín y están allí charlando y riendo hasta la madrugada.
Se comienzan a retirar, luego de haber bebido bastante vino sobretodo. La madre de Rubito y Joaquín desaparecen de la vista de todos.
Héctor fuma un habano tirado en una reposera calmadamente bebiendo una copa de tinto.
Rubito también está allí, son los dos únicos que han quedado bajo las estrellas.
__¿La has pasado bien corazón?__ pregunta el macho maduro mientras se soba la poronga por sobre la ropa que lleva puesta
__La verdad que si…
__¿Sabes qué?
__¿Que?
__Necesito un buen culo que me acompañe a dormir ¿tú me acompañarías a mi cama?
__Claro me encantaría…
Una vez en la cama. Desnudos. Héctor se pone en cuatro.
__Chúpamelo, chúpamelo bien…__ dice mientras abre sus nalgas para que la lengua del dulce Rubito se meta hasta bien adentro del ojete del macho. Le chupa el culo arrancando gemidos del hombre. El pedazo de carne de Héctor esta más duro que nunca. Sus huevos hinchados. Potentes y llenos. La lengua de Rubito hace malabares en el anillo del hombre que gruñe y que gime, muy caliente.
__Ay dame lengua dame lengua…ahhh como te voy a coger, ahhh siii, la tengo tan dura que va a reventar…__ la lengua de Rubito chorreaba saliva, y el ojete del macho se abría palpitante. Raspaba, hurgaba, la lengua, hasta que el macho se corrió de allí e hizo que Rubito se acostara boca arriba, y él es quien metió su lengua en el anillo del chico, levantaba las piernas al techo, gozando de la lengua de Héctor que comía frugalmente, con desesperación, así como estaba ensarto su pedazo en el culito del chico.
Penetró el anillo hasta los huevos, lo sodomizó. Rubito enlazo sus piernas alrededor de la cintura del hombre, este avanzaba, entraba hasta el fondo en un concierto de gemidos y suspiros.
Así acabo Héctor llenando el ojete del chico, una vez y luego otra más. La noche pasó y el amanecer los encontró enmarañados en abrazos y caricias.
Cerca del atardecer emprendieron el regreso. Rubito se despidió de Héctor satisfecho de haber sido la puta del macho aquel en ese fin de semana.-