Hace poco escribí un relato en categoría confesiones, al que llamé "dando placer a Dulce". Habían pasado ya tres años de esa noche que la penetré de la forma más pausada y con el cuidado de no lastimarla, lo que logré haciendola correrse como loca. Había terminado ya el diversificado y se graduó de maestra para educación para el hogar, y por lo tanto era ya tiempo de regresar al lado de su madre, con el tiempo transcurrido ya posiblemente de habían olvidado de la razón por la cual fué protegida en nuestra casa. Durante esos tres años que pasaron de nuestra hermosa noche, sienpre decíamos que volveríamos a repertir pero nunca tuvimos oportunidad de volver a estar juntos y cuando se daba ella estaba en su período. Ahora ya estaba por llegar a sus 19 años, era una belleza, su hermoso cuerpo moldeado como una barbie, llegué a pensar que era un idiota por no haberla seguido cogiendo cuando la tenía al alcance de mi mano, y posiblemente mo volvería a tocarla. Mi madre ya tenía nucho timnpo de no tener vacaciones, y era mediados de octubre, y dispuso que nos iríamos por tres meses de vacaciones, alternando la casa de la hacienda y la casa del pueblo en la cual vivieron los abuelos maternos y crecieron ella, su hermana gemela y el tío Victor Manuel. La casona como era conocida en el pueblo, estaba construída en un terreno de una manzana, enorme,con paredes anchas y un muro perimetral altísimo cubierto de bugambilias, esta casa sienpre tenía mantenimiento ya que dos veces a la semana llegaban a limpiarla, pero yo decidí irme unos días antes para ver si necesitaba cambios de madera, fontanería y otras cosas, además de que necesitaba pintura, la casa tenía 9 habitaciones, amplios corredores y jardines, árboles frutales, llena de muebles antiguos de fina madera, pisos de marmol y ventalanes de aluninio y vidrio, que a la larga el trabajo de limpieza era mucho. En las esquinas de atras de la propiedad habían dos casas, en la cual vivian dos familias, y las mujeres de esas casas se turnaban semanalmente en los que haceres de limpieza, se les daba vivienda y además paga mensual por el mantenimiento, y aquí es donde viene parte de las situaciones que les relataré. Ya estando pintada la casa llegó a barrer y a encerar parte de la casa Arminda, una señora de 36 años, que a los 15 años de edad tuvo a su hija Florencia, su marido era mayor que ella 40 años, ahora de 76. Cuando llegué a casa ella estaba terminando sus que haceres, eran como las cuatro de la tarde, y me preguntó si podía ducharse en casa, estaba lloviendo y le dije que podía hacerlo en la habitación que yo ocupaba ya que había agua caliente, y hacía demasiado frío esa tarde por el viento fuerte que azotaba. Pasaron los minutos y se me olvidó que ella estaba en mi habitación, y entré de golpe, ella ya se había vestido pero dejó de último ponerse el calzón, lo que estaba haciendo en el momento que entré por lo que vi de su cintura hacia abajo, su panocha peludita y un par de hermosas piernas, ella sólo alcanzó a decir ya me agarró desnuda, soltando el vestido quedando ya cubierta. Le pedí disculpas por el incidente, pero a la vez le dije que su marido Panchito era un hombre de mucha suerte al tener una mujer tan hermosa, y de un cuerpo espectacular, ella se puso roja de pena, y balbuceó que ya era una vieja y que Panchito ya ni la tocaba porque ya no podía cumplir, y que antes era diferente. Le pedí que nos sentáramos en la cama y empezamos a charlar, le pregunté que si Panchito no lo tocaba, que hacía ella cuando tenía deseos de hombre, me dijo que nada y que en una oportunidad estuvo a punto de ponerle los cuernos a su marido con un maestro de escuela que llegó a cubrir una licencia, pero que el día fijado no se atrevió a hacerlo ya que con una persona que los viera juntos era suficiente para desatar los comentarios, que el profesosr siemore rondaba pero ella se escondía. A todo esto yo ya tenía mi mano sobre su muslo y lo frotaba suavemente, y lo deslizé por la rodilla buscando la parte interior de sus muslos, ella cerró los muslos por instinto, me acerqué a ella y le besé la boca, ella no me respondía el beso, pero yo seguía succinando sus labios con los mios, hasta que abrió su boca, milengua entró, y empezó el beso que inició todo, mi mano seguía entre sus muslos, los cuales ella abrió, y me deslizé hasta su panocha, ya estaba húmeda, fuí quitando los botones de su vestido y se lo saqué, no tenía sostén sus pechos no eran grandes, morenitos y de pezoncilto oscuro, ya erectos, los empezé a chupar con deleite, ella suspiraba hondo, bajé besando su vientre y saque su calzón, no quería que le chupara la concha, me decía que no, que le daba verguenza, que su marido nunca se lo hizo, que sólo le pedía que le chupara a él pero él nunca le pagó el favor, cuando ella vino a sentir su clítoris ya estaba en mis labios y mi lengua jugueteaba con el, era un sabor dulzón especial, ni tenía olor´y el aroma que se sentía era del jabón, estaba gozando del placer que le producía mi boca, me saqué la ropa y nos pusimos en un 69, cuando ella tomó mi verga para metersela en la boca,me dijo que mi pija era demasiado grande y gruesa, y que para poder chuparmela bién que ella se iba a hincar sobre la cama porque deseaba gozarla bién chupando, me dió una mamada riquísima y no tardé mucho en correrne en su boca, luego la acomodé boca arriba y enpezé a darle con la boca en su panocha, hasta hacerla correr, mi pija estaba de nuevo dura y la empezé a penetrar despacio, en el momento que terminé de empujarla al fondo, suspiró y se vino, yo seguí bombeandola por largo rato, hasta que casi juntos nos corrimos. Nos tendimos en la cama y seguimos platicando, me comentó que su hija estaba sóla que el marido se había robado a una chiquilla y que se había ido del pueblo dejandola con los niños de 3 y 5 años. Ya descansados del trajín empecé de nuevo a besarle sus pechos, ella jugueteaba con mi verga, y no se cansaba de decir que pensó que no iba a guanter mi pija, pero que la había sentido deliciosa, se sentó sobre mi y se la clavó enterita y enpezó a cabalgarme con fuerza, se la sacaba casi toda y se la volvía a meter de un solo hasta venirse de nuevo, ya estaba super agotada, la puse en cuatro y empezé a darle con fuerza, sus nalgas redonditas me excitaba mucho, las tenía bien poaraditas, y con un dedo empezé a juguetear son el orificio de su ano, me decía que sentía un cosquilleo bonito, mientra le bombeaba la panocha ya dos mis dedos,luego tres estaba metidos en su culo, le eché saliva en el trasero y como mi pija estaba lubricada por los jugos de su vagina, se la coloqué en la entrada del ano, le pregunté si lo había hecho antes por allí me dijo que sí, y empecé suavemente a penetrarla, al llegar un poquito más de la mitad, tal vez unas cinco pulgadas, me dijo que hasta allí se la metiera, entraba y salía despacito, sentía delicioso lo apretado de su culito, estaba a punto de venirme y con la excitación del momento y ya saliendo el semen a chorros, empujé hasta el fondo, oí el quejido lastimero de ella al sentir las 8 pulgadas vaciandose en su fondo, lentanente salí, quedando un hoyo como tunel en su trasero, ella estaba sudando frío, pero se acercó a mí y tiernamente me besó. Se vistió y antes de marcharse me dijo que el día siguiente por ser jueves era día de plaza y ella tenía que ir a vender sus frutas y verduras, y que las cortinas llegaría a lavarlas su hija, y sonriendo me dijo que se la voy a mandar temprano, a ella le va encantar venir, y se le va a hacer realidad su sueño de que se la coja. Intrigado pregunté porqué, y ella me dijo ustedes son de la misma edad van a cumplir 21, ella es mayor que usted dos días, y no se si recordará que en las fiestas patronales del año pasado que nos vimos en la iglesia y se llevó a los dos nenes que estaban conmigo a comer helados y luego se tomó una fotografía con ellos en el parque,pues esa foto ella la guarda en un marco y seguido se encierra con esa foto por ratos, y luego sale roja y sudorosa, por lo que creo que ella se mete los dedos pensando en usted. Me dejó intrigado, esa noche llegó el capatáz de la hacienda y salimos a dar una vuelta, yo había tomado una o dos cervezas, un trago de wisky o ron pero no más, esa noche no sé cuantas cerveza me tomé, al despertar otro día estaba con una cruda horenda, me desperté al oír que cantaba una voz femenina, me levanté eran casi las doce del día, abrí la ventana y estab Florencia ponuiendo a secar las cortinas, tenía talvéz unos cinco años de no verla, estaba con un short muy corto, dejando ver un cuerpo de guitarra, piernas hermosas, en su playera pegada se dibujaban unas tetas fabulosas, al salir me dió los buenos días con una sonrisa maravillosa, luego se acercó dámdome un beso en la mejía y ne dijo bien venido al pueblo, agregó diciendome ue había pasado el capatáz y que me habia dejado una medicina, era media botella de licor preparado para la cruda, y luego me dijo que me preparía una sopa levantamuertos, luego me dijo que al sentirme mejor me iba a consentir con un suave masaje, ya despierto de la pesadilla del trajín de la noche anterior, le pregunté que pasaría después dl masaje, y ella sonrió y guiñandome un ojo me dijo que lo que usted desee, pero eso se los comentaré en el próximo relato.