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Conociendo a mis compañeros de trabajo (3)

Tiene 5 años menos que yo, es un conquistador irremediable pues trata de llevarse a la cama a cuanta mujer guapa ve y en eso coincidimos, pues a ambos nos gusta gozar.



Entre nosotros hay ese algo, una atracción, una conexión que lo hizo inevitable y terminamos cogiendo riquísimo.



Ya tenía yo en la empresa 4 meses y como ya les he comentado anteriormente éramos unas 200 personas en mi área, todas las mañanas él llegaba al trabajo con un café caliente y a mí no me gusta pero aun así él siempre me ofrecía de su café pues era época de frio y yo siempre me negaba pero le agradecía el detalle, un día en cierta ocasión tenía una pregunta acerca del trabajo y un compañero se acercó a asesorarme y él le dijo en tono de broma ‘ay compa como que ya duró mucho ahí no?’ a lo que este compañero le respondió ‘no compa, además usted a su trabajo porque ella es mía!’ y él le respondió: ‘jajaja se equivoca compa ella es mía!’ a lo que un chavito como de 20 años les dice a los dos: ‘pues no, ni se emocionen que ella es mía!’ y por último se levanta el que después se convertiría en mi pareja y dice: ‘pues lo siento por todos ustedes porque ella es mía!!!’. Y yo solo me reía sin decirles nada.



Dos meses después acepté salir con el ultimo que comentó de mis compañeros ya de manera más formal si así le podemos llamar, me llevaba muy bien con él y era muy agradable y me trataba muy bien, muchos se sorprendían de que hubiera salido con él pues no es guapo y pesa como 130 kg, pero es alto y aunque si se nota su sobrepeso pues su forma de ser me ganó.



Repentinamente la empresa nos anunció que moverían a parte del personal a otra sucursal, los nombres iban siendo anunciados y entre ellos llego el nombre de mi pareja, sin remedio fue movido a la otra sucursal y quedamos alrededor de unos 40 nada más y dado a los horarios quedábamos aproximadamente unos 20 por turno, entre ellos quedó este compañero que me ofrecía café por las mañanas y entre el grupito de amigos que buscábamos sentarnos juntos para estar platicando el buscaba quedar sentado cerca de mí y eso me agradaba.



La confianza creció rápidamente y nuestras platicas iban desde lo más simple hasta lo más íntimo, el, cada que podía me decía que le gustaban las mujeres mayores y que siempre había querido estar con una; Yo por mi parte le decía que no le creía con lo vago que era, que no hubiera estado con una mujer mayor que él, el rozaba en cada oportunidad que tenía mi pierna, mis brazos, me decía lo mucho que le gustaban mis escotes o como lucían mis piernas con las faldas que me ponía y yo obvio que las usaba más seguido para complacerlo.



Me enteré de que al siguiente mes sería su cumpleaños y le dije en tono pícaro que, que era lo que él quería de regalo.



A lo que él respondió: ‘me darás lo que yo pida?’



Y yo le respondí: ‘tal vez te pueda sorprender’.



El solo dijo ‘Eso me gusta, suena muy bien eso’.



Sorpresivamente me llamaron de la oficina de recursos humanos y me dijeron que aún necesitaban más personal para la otra sucursal y que para el lunes ya tenía que presentarme allá, era viernes!!! Bueno pues no tenía opción era de si o si, le avise a mi nueva pareja que por fin me tendría con él en la otra sucursal aunque en diferentes áreas y como ese día se había enfermado mi chico del café no me pude despedir, creí que se me había escapado de las manos.



Pues llegué el lunes muy puntual a mi entrenamiento del nuevo puesto que desarrollaría y dije: ‘ay no, me va a tocar con puros nuevos! porque no me mandaron cuando mandaron a todos?’. Y cual va siendo mi sorpresa que estaba ahí, si! mi chico del café también había sido movido a la nueva sucursal y nada más y nada menos que al mismo departamento que yo!!! pasaríamos mes y medio en entrenamiento en una sala, obvio de entrenamiento con otras 30 personas, nuestra unión fue creciendo más y más, pasó de ser solo atracción a un cariño genuino, pero no olvidemos que mi pareja estaba en esa misma sucursal y no solo eso, si no que su entrenamiento que ya estaba por terminar pues el de él era de casi tres meses, estaba casi a un lado de mi sala de entrenamiento, pero eso no me importaba, mi amigo y yo siempre estábamos juntos para todos lados a tal grado que todos creían que éramos pareja él y yo, entre tanto un día me susurró al oído... ‘y que va a pasar con mi regalo de cumpleaños?’.



A mi pareja ya lo habían pasado a su área de trabajo después de terminar su entrenamiento pero a nosotros aún no, así que salíamos dos horas antes que él, el día de sorprender a mi chico del café había llegado, acordamos decir que el me daría un aventón para que nadie sospechara si nos veían irnos juntos, por el lugar donde trabajo pues no puedo abusar mucho de escotes o faldas muy cortas pero me puse unos jeans muy ajustados tanto de dejaban ver la tanguita que llevaba debajo, era muy pequeña color verde turquesa con detalles en color dorado que hacían juego con el brassiere pues me gusta comprarlos que combinen, botas con tacón tono café y una blusa de botones del mismo tono que mis botas, cabello sujetado en una coleta, un maquillaje muy bien cuidado y mis uñas largas y bien pintadas, un perfume muy ligero con aroma fresco y más que lista y con muchas ganas de pasar un muy buen rato con este chico.



Escogimos un lugar un poco retirado de nuestro trabajo para asegurarnos de no ser vistos, llegamos al lugar y nos asignaron una de las habitaciones del fondo, el lugar no era tan bonito como parecía pero en realidad eso no me importaba, era de dos pisos, abajo estaba la cochera donde apenas cabía su carro, subimos y ya es casi una rutina pasar y dejar mi bolso en el la mesita de al lado, siempre utilizo la más cercana a la ventana y me pongo cómoda.



El, llegó por detrás mío y me sorprendió con un abrazo, rico, apretado pero suave y hablándome al oído.



La piel se me erizó y pegué mi cuerpo al suyo, comenzó a besar mi cuello, he de confesar que eso me prende demasiado, sentí como con sus manos presionaba mis caderas contra su cuerpo, sus manos subieron hacia mis senos por encima de mi ropa y me acariciaba lentamente, era una sensación que electrizaba mi cuerpo, era un momento muy sensual y erótico, empezó a desabrochar mi blusa aún abrazándome por la espalda, mis senos y mi brassiere estaban ahí expuestos con mi piel mostrando la excitación que me tenía encendida, mi blusa fue cayendo con los movimientos y el siguió con mi pantalón, metió su mano derecha por debajo de mi pantalón y comenzó a frotar mi clítoris por encima de mi tanga, lo hacía con pequeños círculos, eran suaves, apenas como un roce y eso me encantó, de mi boca solo se escuchaban gemidos, sacó su mano y desabrochó el botón de mi pantalón, se separó un poco de mi cuerpo y bajó mi pantalón hasta mis tobillos y me ayudo a sacármelo, así, agachado como estaba empezó a besar mis piernas, fue una sensación de placer indescriptible, me daba pequeños lengüetazos y fue subiendo a mi trasero, sus labios llegaron a mis nalgas al igual que sus manos y las acariciaba, las besaba, lamía y mordisqueaba de una manera tan deliciosa que me tenía en sus manos completamente, me giró para que así quedara yo de frente a él, pero el seguía agachado, hizo mi tanga a un lado y su lengua rozó mi vagina, como en todo este tiempo no nos habíamos movido de lugar, tomó mi pierna y subió mi pie al buro que estaba a un lado de la cama, comenzó a buscar con su lengua mi clítoris y cuando lo encontró, lo succionó y teniéndolo entre sus labios lo lamia exquisitamente, no habíamos pronunciado palabra solo nuestros gemidos se escuchaban en la habitación, metió uno de sus dedos en mi vagina mientras seguía estimulando mi clítoris con su lengua, la excitación iba más allá de lo que yo podía imaginar, no llevaba prisa, se tomaba el tiempo para recorrer cada milímetro de mi intimidad y consiguió hacerme llegar, fue un orgasmo lento que me hizo vibrar cada rincón, mientras el seguía jugando con su lengua con mi clítoris, mis piernas perdieron su fuerza y me senté sobre la cama.



Ahí sentada en la cama, tenía la hebilla de su pantalón justo frente a mí, se podía notar que su excitación estaba al máximo al igual que yo, era momento de devolver tanto placer recibido, tomé la hebilla de su pantalón y lo acerque a mí, desabroche su cinturón y su pantalón y lo bajé junto con su ropa interior, frente a mi quedó descubierto su pene, muy buen tamaño pero lo mejor era que estaba grueso, lo tomé con la mano derecha y empecé a acariciarlo, estaba caliente y muy duro, justo como a mí me gusta! le di un lengüetazo en la punta y me lo metí sin más, me lo metía y me lo sacaba de la boca a un ritmo acelerado, me quería devorar esa verga tan rica que tenía en mi poder y el me dejaba hacerlo a mi ritmo, le daba de lengüetazos por todos lados y mi mano iba y venía por toda su verga, él me tomó del cabello de manera tierna y comenzó a dirigir el ritmo, a momentos lo hacía lento a momentos subía de intensidad y no paraba de gemir, por fin se rompió el silencio y me dijo: que rico me la chupas mija, yo solo levante la mirada sin sacarme su verga de mi boca y lo miré a los ojos sonriendo, bajé un poco más y me fui directo a sus testículos, los lamí suavemente y los metía a mi boca uno por uno jugando con mi lengua con ellos y después los metí los dos, como ya sabrán si han leído mis otros relatos chupar verga es una cosa que me encanta hacer y me tomo mi tiempo, lo llevé al borde del orgasmo un par de veces y justo ahí cambiaba de ritmo, desaceleraba y no lo dejaba llegar, a ratos lo dejaba tomar el control del ritmo de mis chupadas y a ratos yo lo hacía a mi ritmo, llegó un momento en que me tomo de los hombros y me puso de pie, me besó apasionadamente, mordía mis labios, pegaba mi cuerpo al suyo con fuerza, mientras sus manos iban y venían por todo mi cuerpo, con caricias firmes y rápidas, llenas de pasión.



Me fue recostando en la cama quedando encima mío, con su pierna derecha abrió mi pierna izquierda y jaló mi tanga hacia un lado y puso la punta de su verga en la entrada a mi vagina, la pasaba de arriba a abajo haciendo presión, se sentía riquísimo, quería mas y cuando pasó por la entrada a mi vagina, levanté la pelvis de modo que hice que se introdujera en mí, la dejó ir toda de un golpe, fue una sensación riquísima, empezó con un mete y saca acelerado tal que nuestra respiración se entrecortaba por los gemidos, eran tantas las ansias que teníamos de hacerlo que no resistía y me la metía rápido y muy duro, me encantaba, eso hacia vibrar cada centímetro de mi interior y eso se sentía riquísimo, con su mano izquierda apoyada en la cama a un costado mío, sostenía el equilibrio y con la mano derecha manoseaba mis senos, los tomaba de una manera descuidada un tanto salvaje, los apretaba, alternaba el uno y el otro y de vez en cuando les daba algún lengüetazo o pequeño mordisco, mi piel estaba erizada con tanto placer, mis gemidos seguían retumbando en el eco de la habitación, mis manos estaban perdidas en su pecho, en su espalda, acariciaba cada rincón de su piel, lo tomé de la nuca y lo atraje hacia mí, nos besamos de una manera tan rica y especial, no era como con los demás, era una mezcla rica entre pasión, deseo y ternura, si, había sentimientos involucrados y eso siempre es peligroso pero en ese momento no me iba a detener a pensar en ello, lo besaba y me dejaba besar, mordió mis labios de una manera exquisita y ahora nuestros cuerpos estaban pegados mientras me penetraba, lentamente me fue girando de modo que el quedó recostado y yo sobre él.



Estando sobre él, me acomode para montarlo, tome su verga y me la metí, mi vagina ya estaba empapada de nuestros líquidos y con mi sube y baja sonaba delicioso ese chapoteo y las palabras se quedan cortas para describir lo que sentía cada que me lo metía hasta el fondo, mis senos se movían suavemente con cada sentón que me daba sobre él y el los acariciaba, sus ojos brillaban mientras me decía lo mucho que le gustaba lo que estaba sintiendo, cambié el ritmo y comencé a moverme adelante y atrás, eso le gustó, así que aumente el ritmo de mis movimientos, el gemía y me acariciaba todo el cuerpo, sus caricias eran firmes, presionando suavemente por donde pasaban y no pude más, me empecé a mover mas rápido, estaba por llegar al clímax! ese momento tan sublime que es difícil de explicar, por mi espalda corría una corriente de adrenalina, mi cuerpo se sacudía con espasmos que y gritaba de placer, mientras el movía mis caderas para que mis movimientos no cesaran.



Me hice a un lado recostándome, el acariciaba mi cuerpo y me masturbaba suavemente, me dio unos minutos para reponerme y me dijo: ‘ven preciosa y se puso de pie’.



No necesitó decirme mucho, con sus movimientos me guio a ponerme a gatas y sin dudarlo lo hice, jugó de nuevo con la punta de su verga sobre toda mi vagina, sentía como resbalaba por tan mojada que estaba y me la metió, movía sus caderas lentamente, gozando y haciéndome gozar, dejaba que la cabeza de su verga rozara cada milímetro dentro de mí, (si recuerdan tengo el cabello largo y lo llevaba en una coleta) me gusta jugar con mi cabello mientras me cogen y con un movimiento, mi cabello quedó perfectamente posicionado tal y como yo lo quería sobre mi espalda y el comprendió ese movimiento tomo mi coleta y me jaló del cabello hacia él y comenzó a cogerme duro, eso me encanta porque al chocar su pelvis con mis nalgas hace que vibre desde los ovarios, la matriz y todo mi interior y eso se siente riquísimo así que yo gemía como loca, le pedía que me diera más, ‘¡cógeme papi, así métemela! que rico me coges, que rica esta tu verga’ era lo que se escuchaba en esa habitación de motel, ya estaba yo sudando, el choque de sus testículos con mi clítoris me enloquecía y de nuevo se acercaba otro orgasmo de mi parte, el empezó a darme nalgadas, ese sonido me encanta, ‘¡ay papi me vas a hacer llegar otra vez!!’ le dije y él me dijo: ‘vente junto conmigo’ y sentí su verga palpitar dentro de mí, soltó su chorro de semen dentro de mí y su verga palpitaba delicioso, siguió unos momentos más penetrándome y se retiró, me tomó y me puso de pie, me tomó entre sus brazos y me besó muy suavemente, sus caricias esta vez eran distintas, me pegaban a su cuerpo como si no quisiera soltarme, nos recostamos y dormimos un rato.



Cuando desperté fui a darme un baño y el me alcanzó en la regadera, nos besábamos y acariciábamos como si nunca hubiéramos conocido otro cuerpo desnudo, enjabonó todo mi cuerpo y cuando menos lo esperaba tomo la botella del enjuague y se lo puso en la mano, un poco extrañada lo mire y él me sonrió, se puso detrás de mí y me unto el enjuague en el ano, respire profundo y me metió la verga, al principio me dolió un poco pero el continuó lentamente abriéndose paso por mi ano, me gustaba bastante, el agua caliente cayendo en mi cuerpo y el metiendo y sacando su verga de mi ano, me acomodé ofreciéndole mi trasero para que lo tomará y así lo hizo, me tomó de las caderas y me empezó a dar rápido y hasta adentro, ‘¡que rico culito tienes mami!’ no se podía diferenciar entre mis gemidos y los suyos, era un momento por demás erótico, era tanta nuestra excitación que se vino de nuevo dentro de mí, que ricas cogidas me había dado este hombre, esa tarde, descubrí a un verdadero amante, porque nos amamos aunque sabemos que nunca estaremos juntos y lo aceptamos disfrutando cada que podemos, sabiendo que ambos seguimos teniendo nuestras aventuras y entre nosotros ningún compromiso, pero sabemos que estaremos siempre el uno para el otro cada que necesitemos coger con un poco de amor.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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