Pasó una semana y mientras planeamos otro encuentro en la casa de Mirta, el día sábado al salir del trabajo ya entrando en día domingo, al salir del trabajo tomamos un taxi y fuimos a la casa de Mirta. Mientras tomábamos ron, Mitra me dijo que se cambiarían y luego regresarían al comedor, rato después aparecieron vestidas como prostitutas, la paraguayita Sandra estaba hermosa, tenía un vestido entallado por encima de la rodilla con medias caladas y zapatos de taco altos, mientras que Mirta tenia puesto un deshabille transparente que dejaba ver su ropa interior, las dos parecían flor de putas, listas para complacer a su cliente, se acercaron y las bese n la boca luego se sentaron a la mesa y continuamos tomando unos tragos, rato después pusimos música y me puse a bailar con Mirta, mientras apretábamos nuestros cuerpos y nos besábamos, Sandra nos miraba hasta que se levanto y nos separo y atrajo hacia si a Mirta que respondió con caricias, se refregaban sus cuerpos y se besaban mientras bailaban y enfilaban a la habitación yo las seguí y me senté en la cama observando ese lindo espectáculo, mientras se desnudaban lentamente, se acercaron a la cama, Sandra tomando la iniciativa me empezó a chupar la pija ya dura como estaca, comenzó a palpitar en cada lamida, Sandra invito a Mirta a compartirla. Era una sensación sublime, las dos me pusieron a mil. Las caricias de los huevos con sus uñas y la succión de Sandra eran imitadas por Mirta, hasta que acabe y mi leche se esparció por los pechos de Sandra mientras Mirta le lamía las tetas tragándose mi semen, mientras yo me recuperaba era fantástico ver como gozaban entre ellas. Se besaban, se acariciaban y se pajeaban, Mitra se puso de espalda, abierta de piernas, recibía las caricias de Sandra en su concha, Sandra le metía sus dedos en la concha y con delicadeza abriendo sus labios le metía uno a uno sus 5 dedos, Mirta gemía y se retorcía de placer, hasta que comenzó a chorrear sus líquidos en un largo orgasmo, mi pija recupero su dureza y Sandra me pajeo un rato mientras Mirta se relajaba, luego se puso en cuatro y yo por orden se Sandra abrí las nalgas de Mirta con mis manos, observé el orificio anal y comencé a chuparlo buscando su dilatación, Sandra regreso con un hermoso consolador y luego de escupirle el orto a Mirta lentamente le metió el consolador, luego Sandra me dijo que era m turno, Mirta con mirada complaciente me ofreció su orto, lentamente la penetré, Mirta gimió y exhalo un grito de dolor contenido mientras con sus manos separaba sus cantos, y s la metí hasta el tronco quedando solo mis huevos afuera. El movimiento de vaivén se hizo cadencioso entrando y saliendo mientras ella gemía y le chupaba la concha a Sandra, que se había puesto por delante y con las piernas abiertas, por el espejo del ropero podía ver la cara de Mitra desencajada por el momento que vivíamos, cerrando los ojos ,y moviéndose mientras le chupaba la concha a Sandra y degustaba el consolador que le metía cuando no chupaba la concha, finalmente acabe en el culo de Mitra, luego nos tomamos un descanso mientras bebíamos, rato después Sandra se puso en cuatro sobre Mirta en 69 y comenzaron a chupare la concha, yo me coloque detrás de Sandra y separando sus muslos la penetre por el culo, las dos gemían de placer, yo veía las uñas de Mirta arañando los muslos de Sandra mientras la cabeza de Sandra se perdía entre las piernas abiertas de Mirta, el deleite y placer era completo para los tres pasando una noche increíble y plena de lujuria.