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Categoría: Orgías

Regalo de aniversario

Mi mujer había gozado como nunca con dos hombres totalmente desconocidos que había ubicado a través de una agencia especializada y yo me había calentado mucho al ver esa situación, ya que a un hombre le cuesta aceptar en principio ver a su mujer en brazos de otro hombre, pero sinceramente para mí fue la mejor experiencia que tuve, pude ver a la persona que más quiero gozar como nunca lo había hecho y todo gracias a mi insistencia y mi apoyo.



Ella durante cierto tiempo se resistió a tener sexo con otro u otros hombres aparte de mí pero yo trataba de convencerla ya que consideraba que sería beneficioso para los dos ya que nuestros encuentros ya se habían vuelto muy rutinarios y esporádicos.



El día después de aquello mi esposa me confesó que realmente fue el mejor sexo que había tenido, que no me ofendiera pero que realmente no creía que pudiera volver a gozar otra vez como ese día, que había fantaseado con ello pero nunca se había atrevido a contármelo pero estaba feliz porque lo había concretado y compartido conmigo.



Yo me quedé muy contento ya que a mi también me gustó poder cumplirse ese deseo oculto, así que le prometí que le iba a dar una sorpresa increíble y que iba a gozar aún más y ella contestándome que eso sería difícil aceptó el desafío.



Luego de esa conversación tan candente hicimos el amor como nunca y hasta me entregó su preciado culito ya que estaba más abierta sin ninguna inhibición o miedo, hizo todo lo que le pedí sin negarse y con mucho placer.



Al mes siguiente era nuestro aniversario de casados y la dije que iríamos a cenar en un restaurante y luego le daría la sorpresa, así que se quedó muy contenta y esperando con mucha expectativa el regalo.



Ese día se puso un minúsculo vestido negro que le quedaba bien al cuerpo, ropa interior de encaje negra y ligas. Realmente estaba muy sexy. Cuando la ví cambiarse ya le quería hacer el amor pero me contuve para mantenerme aún más caliente.



Cenamos una pequeña entrada y tomamos dos botellas de champagne, así que estábamos muy alegres, más ella que no está acostumbrada a beber tanto. Cuando salimos fuimos directo a un hotel donde yo tenía reservada una habitación especial.



Antes de entrar en ella le vendé los ojos y ella que no aguantaba saber de qué se trataba me hacía preguntas continuamente y yo me mantenía en silencio. Pude comprobar que la suite era muy amplia y estaba acondicionada como lo había pedido: con un sillón, una mesita en el centro sobre una gran alfombra, varios reflectores apuntando hacia la mesa y dos cámaras de video para grabar todo lo que iba a suceder.



La hice recostar de espalda sobre la mesita e hice un pequeño llamado telefónico a una habitación contigua y a los pocos minutos golpearon la puerta. Ella me preguntó quién era y yo permanecí en silencio.



Abrí la puerta y comenzaron a entrar 5 muchachos super musculosos que había contratado unas semanas atrás en un streep para mujeres, entre ellos uno que contraté especialmente porque tenía un pene descomunal.



Ella aún no sabía de que se trataba porque seguía con los ojos vendados como ocurriría durante toda la noche. Lo que hice a continuación fue encender un habano de los que a mí me gustan y sentarme en el sillón para poder observar tranquilamente todo lo que iba a suceder, que realmente pintaba para ser muy pero muy interesante.



Los muchachos comenzaron a desnudarse en silencio y la atacaron de a uno. El que tenía esa extraordinaria verga empezó a besarla muy despacio en la boca y ella lo besaba con mucho cariño creyendo que era yo, pero fue una gran sorpresa cuando el segundo streeper le bajó la bombacha y abriéndole bien las piernas comenzó a comerle su conchita.



Más sorprendida se quedó cuando otro le rasgó el vestido por la altura de los pechos y comenzó a besarlos y a morder sus pezones. El cuarto muchacho siguió rompiéndole el vestido y le besó el pubis mientras el último de los muchachos se tiró por debajo de la mesa acomodando la cara debajo de su culito para besarlo y meterle su lengua en el agujerito.



Ella estaba como loca y no podía creer lo que le sucedía, gemía de placer sin poder imaginarse cuántos tipos la estaban besando a la vez por todo su cuerpo. Estaba en estado de éxtasis.



Luego que se cansaran de besarla muy delicadamente le dieron vuelta poniendo su cola bien parada para afuera y como estaba sobre la mesa les quedaba justo para penetrarla por la vagina de parados y así lo hicieron uno por uno hasta que se cansaban.



Rotaban continuamente penetrándola con embates increíbles y cuando le tocaba el turno al muchacho de la pija descomunal se la untaba con vaselina sino se tornaba imposible la penetración. Se la siguieron metiendo por un buen rato sin acabar, para poder mantener sus fuerzas hasta que en uno de esos embates ella tuvo un orgasmo muy fuerte y quedó tendida sobre la mesa.



Todo parecía que terminaría ahí pero no iba a ser así, ya que solo había pasado una hora y ella era la única que estaba cansada. Como los muchachos se turnaban para cogérsela estaban todavía con mucha energía, además de que cobraban por hora y yo les había dicho que no había límite, así que se iban a quedar hasta estar muertos de cansancio. Era evidente que mi mujer iba a tener que aguantar a que estos tipos se cansaran de cojérsela por todos lados y de todas las formas posibles y eso, de solo pensarlo, me ponía muy caliente.



Cuando mi esposa comenzó a reaccionar ellos no perdieron tiempo, le untaron vaselina por todo su ano y yo ya me imaginaba lo que iba a suceder. Se turnaban para penetrarla de menor a mayor ya que sus penes tenían una gran variedad de tamaño. Ella comenzó con pequeños grititos de dolor acompañados de suspiros de placer. Cuando uno se retiraba de inmediato ingresaba otro.



Cuando le llegó el turno al pijudo dudé de que pudiera hacerlo. Su instrumento era demasiado grande para el agujerito de mi mujercita. Comenzó a metérsela y no había caso y eso que ella ayudaba agarrando sus cachetes de la cola con fuerza tirándolos para afuera para mantener su ano totalmente dilatado. Era increíble cómo se había agrandado, calculo que mi pene podía entrar y salir sin que ella se diera cuenta, pero más increíble era el tamaño de la de ese joven.



El streeper agarró el pote de vaselina y untó todo su pene y el borde del ano de mi esposa metiéndole tres dedos para poder abrirlo más mientras ella seguía tirando para afuera sus cachetes. Yo creo que eso le debería doler ya que en ninguna de las películas porno que ví había visto una dilatación tan grande pero el gozo de ella era mucho más fuerte que su dolor y quería ser penetrada por ese tremendo semental.



El tomó su pene, que estaba más erecto de tanto frotarse vaselina, con las dos manos y colocó la cabeza en el orificio, Una vez que ésta entró un poco la agarró a mi esposa con sus enormes manos por la cintura y comenzó a empujar muy despacio hacia adentro. Ella puso una cara de dolor increíble y mantuvo la respiración como esperando lo peor, ya que el pene además de grueso era bastante largo y el no se iba a detener hasta metérselo todo.



Continuó la penetración hasta que lo puso todo bien adentro. Era de no creer lo que estaba viendo. Comenzó a moverse bien despacio para ir aumentando el ritmo. Lo ponía todo adentro y lo sacaba todo afuera para poder observar el tremendo agujero que había penetrado. Después me enteré que era la primera vez que lo había logrado ya que nunca ningún culo se lo había absorbido.



Siguió ese ritmo hasta que comenzó a decir que iba a acabar. Ella le suplicó entonces que lo hiciera adentro pero el sacó el pene afuera y con dos dedos de su mano mantuvo el agujero abierto y con la otra se masturbó para poder ver cómo el semen entraba todo adentro del culo de mi mujer. Ver eso me calentaba mucho más.



Realmente esta vez el muchacho quedó bastante cansado y como los otros cuatro tenían ganas de seguir la fiesta y estaban ya recuperados sin dejarla descansar ni un segundo siguieron cogiéndosela pero esta vez todos juntos.



Uno de ellos se acostó en el piso con el pene bien erecto y e indicó a mi esposa que se le sentara arriba. Como ella estaba muy cansada dos chicos la ayudaron. Cuando logró meter toda la verga dentro de su vagina otro le puso la pija en la boca para que se la mamara y tercero se dispuso a penetrarla nuevamente por detrás. Ella, le imploró que no lo hiciera porque todavía le dolía mucho y entonces él sin dudarlo comenzó a querer metérsela por la concha donde estaba ya el otro pene.



Yo pensaba que era imposible que ello sucediera pero realmente lo hizo. Se puso de acuerdo con el otro y pudo metérselo bien despacito. Como los movimientos tenían que ser acompañados para que los penes no se salieran comenzaron a moverse juntos y ella no podía ni gemir porque tenía la boca ocupada.



Solo quedaron desocupados el que se la había dado por el culo y otro muchacho que tardó un poco en reaccionar y se quedó sin agujero disponible. Entonces pusieron sus penes en la mano de ella para que los masturbara. Eso fue el climax de la noche. Mi mujer estaba siendo penetrada por dos tipos por la concha, se chupaba una pija y masturbaba otras dos con sus manos. Realmente más no podía hacer.



Ella tuvo varios orgasmos, cosa que conmigo nunca le había sucedido, porque los chicos se iban rotando. El único que no la volvió a penetrar fue el semental.



Ya habían pasado más de tres horas sin parar y mi esposa no podía más. Ellos ya no soportaban más tiempo sin acabar así que la recostaron en el piso y le pidieron que abriera bien la boca y sacara su lengua para poder disfrutar bien de toda la leche que le iban a dar. Ella seguía con los ojos vendados así que no sabía el momento cuando le iba a comenzar a caer esa leche. Uno por uno se fueron acercando hasta su cara y comenzaron a masturbarse para acabar dentro de su boca, Le quedó la cara toda salpicada.



El último en acabarle fue el superdotado. Le costó un poco porque todavía se estaba recuperando de su embestida por el culo de mi esposa y cuando lo hizo le pasó todo el pene por la cara como queriendo recoger con él todas las gotas que habían dejado sus compañeros y se lo acercó a la boca para que ella chupara toda esa leche.



Se lo puso suavemente entre los labios y después intentó introducirlo pero como ya estaba totalmente erecto la tarea no era fácil. Entonces ella se acomodó y el tremendo pedazo desapareció de nuestra vista. El muchacho lo sacaba y se lo volvía a meter y yo estaba muy caliente y con una erección increíble al verla con semejante pija en su boca.



Cuando la sacó todavía chorreando ya que el semental había tenido otro orgasmo el tamaño de su aparato era más pequeño. Daba la impresión de que mi mujer se lo había gastado en la mamada. El se dejó caer al piso y quedó recostado al lado de mi esposa que ya no atinaba a moverse.



Fueron más de tres horas de sexo desenfrenado. Los muchachos y mi mujer estaban desparramdos por toda la habitación tratando de descansar ya que no tenían ni fuerzas para vestirse.



Empecé a sacar los cassettes de video de las filmadoras para poder llevarme tal dulce recuerdo y verlo luego junto a mi esposa, ya que sería muy interesante verla coger como si fuera una estrella porno.



Ella comenzó a reaccionar y se quitó la venda de sus ojos. Al observar a los muchachos desmayados de cansancio por tanto sexo que habían tenido con ella no lo podía creer. Estaba contenta de haber logrado semejante hazaña y no salía de su asombro de haber estado con todos esos tipos musculosos y con muy buenos instrumentos sin saberlo.



Recién en la madrugada los muchachos se marcharon. Yo les pagué más de lo acordado porque realmente se habían portado muy bien. Me dijeron que podía contar con ellos para cuando quisiera y que también la habían pasado bárbaro porque mi mujer era muy bonita y cogía de maravillas.



El del miembro especial se acercó a ella cuando se iba, le murmuró unas palabras en el oído y mientras le daba un beso de lengua en la boca de dejaba en la mano una tarjetita que ella guardó rápidamente como para que yo no la viera. En esos momentos sentí celos por ello, sin pensar que durante toda la noche había estado cogiendo con cinco tipos distintos.



Mi esposa durmió todo ese día y no hicimos el amor por más de una semana ya que realmente había quedado exhausta de esa noche.



Me confesó que estaba muy feliz por haber superado su fantasía anterior. Que había sido un regalo de aniversario fantástico y que estaba agradecida por el hecho de que yo le hubiera facilitado esa posibilidad. Le dije que la quería mucho y que cuando ella era feliz me ponía doblemente feliz. Como ella piensa igual que yo en poco tiempo trataremos de que se cumplan mis fantasías con otras mujeres, pero esa ya es otra historia..


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