Cuando llegué con mi familia a vivir en la granja que mi padre había adquirido yo tenía 7 años de edad, con nosotros vivía una prima de 10 años, su padre, hermano de mi madre, estaba en Israel estudiando mediante una beca otorgada en ese país, su madre había fallecido al nacer ella. Mi prima vivió con nosotros hasta tener 15 años, por lo que crecimos juntos y al mismo tiempo tuvimos aventuras sin igual, y conforme ella fue creciendo, sus cambios corporales no fueron desapercibidos por mi, el crecimiento de sus pechos, sus bellos púbicos, y ella jugueteaba con mis genitales y yo acariciaba los suyos, ella me masturbaba y aunque yo no eyaculaba sentía una sensación especial el cosquilleo de los orgasmos, ella me ponía a chupar sus senos mientras ella ayudada de sus dedos, gemía de placer en sus venidas, a todo esto ella ya entre 13 y 14 años años, y yo ya tenía el pene grandecito y gordito. Después ella incorporó en los jueguitos a una chica un año mayor que yo, hija de la señora que ayudaba en casa, y que vivía cerca de la propiedad. Las dos ya se sentaban sobre mi y frotaban su vulva sobre el largo de mi pene hasta venirse y luego me masturbaban. Mi prima se fue a vivir con su padre geográficamente de punta a punta,pero con la otra chica seguíamos con el jueguito cuando podíamos. Por esas costunbres que aún no entiendo el porqué, cuando ella cumplió 14 años, fue dada en matrimonio otro hombre de su pueblo, no está de más decirles que en ese pueblo el 98% de la población es indígena Kakchiquel. Después de tres meses de casada, llegó a casa a suplir en los que haceres a su mamá por una semana, ya tenía dos meses de embarazo y durante el tercer día de estar llegando, al regresar a casa tuve la oportunidad de verla, y platicar con ella con libertad, aprovechando la ausencia de mis padres. Me habló de su primera noche con un hombre al que no amaba, la pérdida de su virginidad, Y ahora pues a esperar a su primer hijo, que seguro serían mucho más, por la cultura de ellos de no planificar por asuntos religiosos.
Clarita, que así es su nombre, estaba realmente muy hermosa, su madre era indígena, no así su padre, pero la mezcla había salido biéen, era baja de estatura, delgada, de cabello liso negro hasta la cintura, morena clara, d pechos medianos y duros, se le marcaba un bonito culo y piernas no se podían adivinar por el tipo de traje que usan que es una envoltura de tela típica hasta los tobillos, pero yo había tenido la suerte de verla casi desnuda cuando jugueteábamos con mi prima, hicimimos recordatorio de ese tiempo y ella me dijo que siempre había soñado que la primera ves que sería penetrada sería por mi, la besé tiernamente, y le pedí que fuera mía, ella me dijo que al día siguiente, aprovechando la ausencia de mis padres no fuera a estudiar y que podíamos estar juntos. Para evitar toda clase de sospechas de la gente que llegaba temprano a traer aperos de labranza, salí temprano como de costumbre, y calculando el tiempo que creí apropiado regresé a casa. Ella había llegado sin el traje típico, vestía con una ropa que mi prima le había regalado tiempo atrás por ser talla chica y que nunca usó, se veía preciosa, falda rosa arribita de la rodilla, dejando ver unas pantorrillas morenitas torneadas, una blusa bordada blanca, y su pechos más grandecitos de lo que recordaba, el delicioso olor del jabón, su pelo aún húmedo, y ya en mi cama empecé a quitar su ropa, besé como loco su cuello y sus pechos duros, acaricié su vulva, semi lampiña, y empecé a frotar mi verga en su canal ya mojadito, el me decía que recordaba mi pene gordito y blanco,pero que había crecido más, poco a poco fui empujando mi verga en su cuca estrechita, hasta topar nuestras pelvis y sentir el contacto de mis huevos con su nalgas, era la primera vez que penetraba a una mujer, pocos puyones, y por falta de concentración y por ser primera vez, me corrí a chorros dentro de ella, ella estaba super caliente, me pedía que no la fuera a sacar, y movía su cintura de arriba abajo, chupé de nuevo sus deliciosas chiches, la pija empezó a endurecer y el trajín de nuevo, ahora tardé demasiado en venirme, ella gemía y gritaba de placer, no se cuantas veces se vino, yo recuerdo que en total eyaculé 4 veces de 9 de la mañana a dos de la tarde, ella terminó con su vagina super roja, irritadísima, no aguantaba el mínimo roce. así seguimos como dos meses cogiendo, su pancita ya nos estorbaba, luego se fué con su marido a la costa sur, y a la fecha nunca supe más de ellos, lo que si quería contarles es de que ella misma me ofreció su culito para que se lo desvirgara, y lo aproveché lo mejor que pude.
un poc cortito no cres pero bueno muy candente