Eulalia Hemingway Grant con todo y abrigo largo de cuero lo lleva desabrochado; que viste entre ustedes y yo, blusa cereza negro satín con falda corta de cuero y cremallera de ahí, finalmente botas de tacones que llega hasta la rodillas negras. Con las manos metidas en él bolsillo del mismo abrigo; disfruta de una caminata en el mismo Central Park de Manhattan, en la ciudad Norteamérica de Los Estados Unidos. Unos corredores que están entrenándose, tan atrevidos al nalguearla uno seguido del otro que Eulalia Hemingway Grant se sienta jodidamente molesta, pensado que carajo se creen estos corredores neoyorquinos acerca de las mujeres latinas. Reanuda su caminata y paseo por Central Park Eulalia Hemingway Grant ahora tiene encuentro con los ciclistas, que de nuevo en fila de profesión se la nalguea uno tras otros, molestándose indignadamente que toma y tumba a uno de los ciclistas al sentársele encima, para joderlo al zurrarse toda su caliente pero mojada inclusive húmeda finalmente inundada vagina varias veces sin cesar al violárselo de ahí castigárselo a no nalguear a ninguna mujer sea latina o americana quién sea a respetarla en fin ya gritando le pide déjeme aprendí mi lesión se para Eulalia Hemingway Grant al largarse e irse y así marcharse despavorido de la vista de Eulalia Hemingway Grant en el Central Park, en la ciudad norteamericana de Manhattan en Nueva York.