En una de sus incursiones dominicales fuera de su casa Yessenia vistiendo una minifalda caqui con un suéter de rayas horizontales negras con chocolate y café con botas negras al tobillo, con la mera y bendita excusa de visitar a un guardia de seguridad de la misma sede universitaria donde se desempeña en el cargo de ser la asistente administrativa de la facultad de derecho y ciencias políticas a la fecha de hoy; conociendo fidedignamente de viva voz por la boca de este que le esta tirando los perros al calentarle los oídos igualmente insinuarse reiteradas veces de manera jocosa también vacilándole y bromeándole al pie de la letra siguiéndole la corriente que es una mujer casada que puede hacer todo lo que se le venga en gana y tener a todos los amantes a la vez, por fuera de su matrimonio dándole las vergas gigantesca y duras como sabrosas en muchos polvos, considerada una mujer hambrienta y con mucho apetito de vergas como la que exhibe y muestra con altiva insistencia el propio guardia de seguridad que la seduce, la provoca, la deleita, le coquetea, la conquista, la aventura finalmente la pone endemoniada y desquiciada hasta enloquecida en todos los pensamientos e inclusive, en sus sueños que por suerte no habla dormida al no escucharla ni enterarse para nada su queridísimo esposo que hace por fuera de la casa y en la misma universidad donde labora actualmente la misma Yessenia.

Recostada completamente con una bota puesta en toda la paredilla del muro que colinda el edificio de la universidad con un almacén de llantas dejándose contemplar y acariciarse por su bastión exuberante y enardecida por sus contornos anatómicos simbólicos de puro y pleno sexo igualmente levantadas que esta aconteciendo en este preciso momento al darle una oportunidad también experimentando el contacto de aquel miembro que se pintaba y de describía increíble como colosal hasta poderoso y sobre todo con una virilidad sorprendente e incansable que no parar coño. Al follarla con las dos manos apoyadas del mismo seguridad en la paredilla al tener sucesivamente las manos de Yessenia frotándole como sobándole hasta acariciándole todas las nalgas de este; adentrándose cada vez más a profundidad en toda la vagina de Yessenia que esta jadeando y gimiendo a puro grito y con todas las ganas y fuerzas que la impulsan por los contactos aguerridos como apetitosos que tiene endemoniado el sexo con el guardia de seguridad.

Quitándole el suéter y el brasier le entra rápidamente a chuparle, morderle, besarle, lamerle, comerle y sobre todo saborearle las tetas puntiagudas muy notorias en sus senos voluminosos que son muy parecidos verdaderamente a unos fructíferos como jugosos melones a pedir de boca a manos llenas en vivo a todo color a la postre. La coge con las dos manos puestas en la paredilla como estuvieran requisándola y revisándola sino carga armas punzantes y blancas como fuera una delincuente buscada por todo el mundo por la policía; jadeando y gimiendo repetidas veces al bombear y venirse en toda su emoción y fabuloso hasta arrechamente el guardia de seguridad que agachada le traga y succiona con toda la alegría de adentro hacia fuera con la lengua jugueteando en la mera punta del pene de este por la excitante Yessenia, que se arregla y acomoda como alisa la minifalda y el suéter y secándose el sudor provocado por tanto encuentro sexual y limpiándose las evidencias de lo que estaba haciendo en la universidad con el guardia de seguridad ese domingo en la tarde.