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Categoría: Confesiones

Una masturbación que termina en orgía

Ane empezaba su segundo curso en la Universidad. Era viernes y hoy sus clases empezaban a las 16 y terminaban sobre las 19 h. Se despertó, estaba excitada, sola en su habitación del colegio mayor. Bajó su mano instintivamente hasta su coño y allí comenzó a acariciarse, jugar con su vello púbico. Recorría sus muslos con los dedos. Se estaba empezando a masturbar. Tenía los ojos cerrados boca abajo sobre la colcha de la cama cuando entró la chica de la limpieza. Eran más de las 12 y a ella se le había olvidado colocar el cartel de que estaba dentro de la habitación.

Tenían esa norma. Pagaban mucho por la habitación del colegio mayor, pero tenían más servicios que los que hubieran tenido en un piso compartido. Ella no vio a la chica de la limpieza. Esta al verla tocarse se quedó al lado de la puerta con esta entreabierta y vio como la chica se movía y la ropa encima de una butaca que había al lado de la cama y una cosa le llamó la atención.

Era una especie de collar de cuero ancho que en el centro llevaba una argolla e instintivamente se echó la mano al cuello bajo el pañuelo que lo cubría y sintió su propio collar. La chica parecía que tenía sus mismos gustos, pero podía equivocarse ya que ese collar o similar lo usaban a veces los amantes del mundo gótico o similar. Pero bueno, daría parte a una de las Amas que formaban el grupo al que ella pertenecía.

Salió de su turno a las 14 y se dirigió al despacho de esa Ama.

¿Da Usted su permiso? —– dijo la chica de la limpieza tras tocar la puerta.

Si, adelante—- dijo la Ama

Venía porque ésta mañana he encontrado una cosa en una de las habitaciones que creo que le podría interesar. Una chica de segundo curso tenía en la butaca de la habitación un collar similar al mío.

Pues entonces hagamos una prueba y planteemos un cebo. Dentro de unos días hay una fiesta Universitaria en la que vamos a hacer un evento así que la citaremos en el bar de David y luego la llevas al local. Por lo que me has contado no te ha visto así que te voy a escribir una nota y llévasela a su habitación. La única duda es como se mosquee igual hay movida.

No, tengo confianza y es de las que tienen buen humor así que solo habrá dos opciones: 1) tirará la nota a la basura o 2) irá a la cita.

Vero que así se llamaba la chica de la limpieza llevó la nota a la habitación. Abrió con cuidado la puerta por si había moros en la costa y dejó la nota sobre la almohada.

Ane llegó después de clase. Dejó la carpeta y los libros sobre la mesa y se empezó a quitar la ropa para ir a la ducha. Hoy no saldría, solo bajaría a cenar y luego se conectaría a Internet para chatear con sus amigas. Encima de la cama había una nota. Desplegó el papel y leyó:

Hola, no me conoces, pero viendo ese collar de sumisa que tienes interpreto que eres una chica muy obediente y apasionada por el BDSM. El día x a las 19 h irás al bar xxxxxx que hay al lado de la Universidad. Acércate a una de las camareras y dale este papel con el dibujo y ella te indicará que hacer. Vete vestida como quieras, pero bien depilada etc.

Ane quedó alucinada y cogió el collar entre sus manos. Cerró los ojos y recordó algunos momentos vividos con él. Todos los días hasta llegar el día que le habían citado los pasó nerviosa. El día de la fiesta estuvo de fiesta con sus amigas. Ese día salía a las 18 de clase. Después de eso caminó hacia el bar de la fiesta. Llevaba en el bolsillo el papel que tenía que darle a la camarera. Para darse valor y hacer tiempo se pasó por la fiesta y pasó el rato hasta que llegó la hora y entró al bar.

Había tres camareras y si solo una sabía el tema o estaban todas al tanto de lo que debían hacer. Pensó y escogió a una de ellas que parecía muy tranquila y que si no estaba en el ajo pues no causaría ningún problema.

Fue donde ella y puso el papel en la barra. Nada más verlo la chica lo recogió, lo estrujó y se lo guardó antes de decirla que fuera por el pasillo a los baños y que en la puerta del fondo pasando por los baños tocase con los nudillos.

Ane obedeció y tocó en la puerta que le dijeron y se encontró de frente con la chica de la limpieza.

¿Que haces tú por aquí? — preguntó sorprendida antes de añadir. Así que has sido tú la que viste el collar.

Digamos que sí pero no te puedo aclarar nada más, si estás aquí es porque has decidido ser la sumisa de quien digamos y pertenecer a nuestro grupo. Si la respuesta es afirmativa quédate, pero si no sal por la puerta por dónde has entrado.

Pero Ane se quedó quieta esperando. Verónica le indicó que la siguiera y salió por la puerta. Rodeó la casa y luego pasó cerca del recinto de la fiesta universitaria bajando por un sendero que se introducía en un bosque cercano. Luego la llevó a través de una puerta abierta en una tapia y bajaron unas escaleras hasta otra puerta. Allí la llevó hasta una habitación donde la dijo:

Espera aquí.

Al de unos minutos se abrió la puerta y entró junto con Veronica una mujer madura con el pelo color ceniza muy corto vestida con un elegante traje negro con algún detalle metálico y una fusta en la mano. De repente, se dio cuenta que era profesora en su misma facultad. En el segundo cuatrimestre sería profesora suya.

Sé que te acabas de dar cuenta que seré profesora tuya pero tranquila. Como profesora soy dura, pero justa y todo lo que pasa fuera de clase no interfiere en mi comportamiento como profesora, pero ahora vamos a lo que vamos. Si estás aquí interpreto que decidiste ser sumisa en nuestro grupo por lo tanto te volveré a dar otra oportunidad de marcharte, pero si no te marchas desnúdate, pero espera que se vista vero con la ropa que portará esta noche y sigue sus instrucciones.

Ane decidió obedecer. Se empezó a quitar la ropa, pero en el orden que le marcaba Vero que se había desnudado y puesta una túnica para después peinarse como una antigua romana. Ahora le tocaba a Ane desnudarse. Primero se despojó de las zapatillas de deporte que tuvo que dejar bien ordenadas. Luego bajarse los pantalones y dejarlos bien doblados en el suelo al lado de las zapatillas. Seguidamente la camisa y se quedó solo con la tanguita. Con las manos instintivamente se tapó la zona de su sexo y los pechos y recibió un fustazo de la Ama. Luego se acercó verónica y con una daga cortó el tanga y roto se lo pasó a la Ama que la olió y dijo riéndose:

Hueles a perra en celo, me encanta.

Se colocó la Ama un guante de látex. Verónica hizo que la sumisa se apoyase en una mesa y se inclinase. Luego untó su dedo en un bote de lubricante y lo introdujo en el ano de la sumisa comprobando metiendo varios dedos luego que ante la suficiente lubricación. Luego se cambió de guante y probó la dilatación de la vagina de la chica y por último fue a comprobar el perfecto depilado de la chica y aunque estaba muy bien depilada se había dejado dos pelos rebeldes que la Ama arrancó con unas pinzas.

Para castigarla por los vellos rebeldes hizo que verónica la atase a un poste y la Ama la azotó, veinte azotes, diez por vello y tuvo que agradecer cada azote. Sin soltarla, la Ama hizo que vero se pusiera un strapon y la dejó libertad para que se follase a Ane. El strapon era doble y llevaba una pequeña vibración que rozaba su clítoris.

Vero la penetró y la folló hasta que ella tuvo un orgasmo. Mientras la Dómina torturaba los pezones de Ane indicándola que no podía tener ningún orgasmo sin permiso y entre los nervios, el dolor y la rapidez del orgasmo de vero no lo tuvo y eso hizo que se quedase muy muy caliente.

Luego vero la hizo vestirse con la túnica tras haberla bañado en una terma que había descubierto en una esquina de la habitación. La dijeron que ahora debía ayudar a vero y a otras chicas a servir la cena. Ella no sabía casi de que le hablaban, pero la siguió.

En el comedor había una gran mesa donde varios Dominantes de ambos géneros. A su lado arrodilladas y arrodillados en el suelo los y las sumisas. Sirvieron las mesas y de vez en cuando Ane sentía como una mano se introducía bajo la falda de su túnica y palpaban. Fueron varias manos, alguna era femenina seguro porque notó las uñas. De repente, uno de los camareros vertió sin querer un poco de vino en los pantalones de un Amo de gran tamaño, completamente calvo, pero con una mirada que congelaría el mismo infierno.

El chico se separó unos centímetros y agachando la cabeza pidió disculpas para seguido liberar su espalda de la ropa para según parecía que creía ser azotado, pero como el vino había caído en sus pantalones en una zona que a miradas insolentes podía parecer que se hubiera orinado encima el Amo se enfadó más y con su gran mano apoyó la cabeza contra la mesa y le dijo:

Mal chico, eres un puto torpe.

Con una mano sostenía su cabeza y con la otra bajó de golpe los pantalones del chico dejando al descubierto sus blancas nalgas. Luego se sacó su tremendo pollón y lo enterró dentro del culo del chico que chilló como un cerdo en día de matanza para luego gemir igual de alto. El hombre en una de las embestidas se corrió manchando la ropa del chico en compensación por el daño causado.

Por su parte Ane fue requerida por la Dama que mandaba en la cena fue con vero y ésta le explicó lo que esperaban de ella. Tenía que llevar el postre al Amo que era el invitado estrella de día y arrodillarse a su lado. El Amo de manera pausada se fue comiendo el postre y echaba pequeños trozos al suelo para que su sumisa lo comiera y lamiera el suelo. Luego de echar un trozo al suelo y ella inclinarse a comerlo fue inmovilizada por vero y la sumisa del Amo. Vero le susurró al oído que no se levantase y se relajase. El Amo sacó un pequeño instrumento que emitía pequeñas descargas, con ella iba dándoselas en los muslos, en la entrada del ano, el perineo, los labios vaginales etc.

Se empezaban a dormir sus piernas cuando sintió como un caliente chorro caía sobre su cuerpo mojándola entera para luego agacharse y penetrarla. Estuvo follandola durante varios minutos. Las embestidas eran cortas y rápidas y lentas y profundas para seguido sacarla y sin lubricar sodomizarla hasta eyacular dentro de ella. Por ser el bautismo de la chica todos los Amos y Amas orinaron sobre ella y sodomizaron su culo con strapon ellas y sus pollas ellos. Por último, llena de semen y orina fue trasladada a una pared donde fue atada para ser azotada con 20 latigazos por todos los Dominantes antes de que vero curase sus heridas y la vistiera para acompañarla a una jaula donde pasaría la noche.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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