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Unos dicen que los genes influyen en la formación de una persona, yo realmente no creo en eso. Mi madre que conoció a mi padre hasta su adolescencia y no convivio con su familia hasta que se casaron, no tenia del conocimiento de la forma en que educaban a los hombres en la familia de mi padre y cuando lo supo no se espantó y estuvo de acuerdo en educarme así, ya que esa misma formación y educación le dio a mis hermanas Betty, Sandy y Mónica. Yo, por ser el hijo varón tenía la misma autoridad que mi padre, mi decisiones debían ser obedecidas y ya, así como ser atendido y hasta mimado, lo cual hacia mi madre e imitaban mis hermanas.
Y Andrea, pese a no ser hija de mi madre pero si de mi padre y vivir quien sabe desde cuando con mi abuela, también iba con esa educación que me dio a entender cuando cedió ante mis deseos después de que la descubrí y quiso “resistirse” a ser delatada o chantajeada.
Algo cambio, en mi percepción de ver a mis hermanas cuando llegamos a vivir a casa de mi abuela y no solo eso, sino el deseo por ellas y el sentido de propiedad sobre ellas, más cuando oía las pláticas de mis amigos de que algunos deseaban sexualmente a sus hermanas o primas, pero que no podían hacer nada por poseerlas.
El que Betty iniciara con ir a mi cuarto y se despreocupara porque viera su ropa interior o que la acariciara, me dio la confianza para seguir y cumplir mis caprichos. Primero Betty, luego Andrea y la más reciente Sandy, solo faltaba Mónica.
Después de haber tomado la virginidad de Sandy esa noche del 11 de diciembre y que se enojara conmigo, no me dirigió la palabra durante todo el domingo, ni el lunes, tan poco el martes, fue hasta el miércoles que llegó a mi cuarto esa noche.
No tenía miedo a que dijera algo, pero no quería forzarla a hablarme, ni mucho menos acercarme, ya que por su edad podría rechazarme y hacer escándalo, aparte de crearle un trauma que le impidiera disfrutar posteriormente de volver a intimidar, por lo que le di tiempo. Yo no sufrí soledad, Betty se encargó de darme calor con solo mirarla a los ojos ese mismo domingo.
El día lunes fuimos todos a la escuela con normalidad, solo que no pase por mis hermanas cuando salí de clases. Ese día en la tarde me dice Mony que Sandy no tenía clases el martes y que si podía pasar por ella, a lo que le dije que sí. No había ningún intercambio de palabras con Sandy, ella solo miraba que hablaba con Mony, con Betty e incluso con Andrea y se le notaba molestia por eso.
El día martes pasé por Mónica a la escuela, a la casa llegamos riendo de situaciones chuscas de la escuela y nuestros compañeros. Pero lo que más sobresalió de nosotros al llegar, es que Mony quiso que la cargara unos metros antes de llegar a la casa, así lo hice, llegamos y entramos sonriendo, Sandy que estaba en la sala nada más nos miró seria y no dijo nada.
El día miércoles no pase por ellas, ya que Sandy fue a clases y se regresó con Mony a casa. Y sin dirigirnos la palabra continuábamos. En la noche de ese día miércoles, ya después de haber cenado, me fui a mí cuarto, serian como las diez de la noche cuando oí un suave toquido a mi puerta, como acababa de bañarme y estaba desnudo, me envolví en la toalla y bajé a ver quién era, abro y para mi sorpresa era Sandy quien estaba parada con su pijama de bata amarilla.
-Ya no estés enojado conmigo manito. Perdóname.- Es lo primero que me dice…
Sin contestarle la miro a la cara, ella baja su mirada y unos tres, cuatro segundos después…
-Perdóname, ya no te vuelvo a correr, ni me voy a enojar contigo.- Me dice mientras me abraza con fuerzas.
-¿Lo prometes?- La cuestiono.
-¡Si! Te prometo que ya no me voy a enojar contigo y que voy a hacer todo lo que tú me digas, pero ya no te vuelvas a enojar conmigo.- Me añade.
Nada más de escuchar lo que dice, hace que mi mente trabaje a mil por hora…y mi verga se ponga dura y erecta debajo de la toalla.
-Pásate.- Le digo mientras la agarro de la mano izquierda.
Sandy se pasa y cierro la puerta con pasador, subimos a mi cuarto y ya dentro se gira, me mira con una sonrisa y se cuelga de mí cuello, al tiempo que me besa en los labios. Un poco torpes, pero nos fundimos en un solo beso pero con lujuria y pasión. No parecíamos hermanos, ni siquiera de la misma sangre, solo un hombre y una mujer.
Su abdomen presiona mi verga que apenas es contenida por la toalla, la abrazo de la cintura con la mano izquierda y con la derecha la tomo de sus duras y redondas, nalgas y la jalo más a mí. No deja de besarme con ansias. La separo de mí y la siento sobre mi cama, la empujo hacia atrás, meto las manos debajo de su bata y agarro su pantaleta y se la voy jalando, Sandy coopera y levanta las piernas, le quito su pantaleta amarilla con encaje blanco. Le separo las piernas y contemplo su concha rosadita, sus labios íntimos aún se cierran pese a ya haber sido abiertos por mí cuatro días atrás. Me hinco al pie de ella, acerco mi cara y aspiro su delicioso aroma juvenil, luego con la punta de la lengua lamo una pequeña parte de su concha, de los labios de Sandy brota un suave gemido. Vuelvo a lamer pero ahora un poco más largo, abarcando toda la raja de su concha. Vuelve a gemir, entonces hundo mi lengua entre sus labios íntimos buscando su delicado y pequeño botoncito, lo presiono y juego con él. Las manos de Sandy presionan mi cabeza contra su cadera y la levanta, como queriendo que me hundiera más dentro de ella. Jugueteo con su botoncito unos segundos, luego bajo un poco más y meto la lengua en su deliciosa, jugosa y caliente cuevita, la saco y vuelvo a meter una y otra vez. Saboreo cada gota de su rica miel de derrama la concha de Sandy. Agita sus caderas contra mi cabeza mientras los gemidos no cesan de brotar de sus labios. ¡¡Guau!! Sandy explota al instante una, dos veces…es súper sensible al sexo oral y casi al instante llega al orgasmo. Con sus manos me jala de la cabeza hacia arriba, me quito la toalla, mi verga esta dura como un mástil. Bajo los tirantes de su bata y saco sus aterciopelados pechos, los beso uno a uno, chupo sus pezones y mordisqueo. Nos besamos suavemente, luego ella saca su lengua y lame mi mejilla izquierda, mi verga ansia entrar en su caliente concha, la cabeza hace presión entre sus labios íntimos. Los pies de Sandy se apoyan sobre la cama y levanta su cadera, apoyo mis brazos sobre la cama y de un empujón le meto casi la mitad de la verga. Aun esta apretada, esta deliciosa la sensación. Al tiempo que sus manos me abrazan la espalda, doy otro empujón y se la termino de meter, tocando el fondo de ella, me quedo quieto un instante, pero Sandy comienza a mover sus caderas, por lo que empiezo a bombearla despacio. Suaves gemidos cantan en mi oído…
-¡¡Más!! ¡¡Más manito, más!!- Me pide.
Voy arreciando mis bombeos, se oye como chocan nuestras caderas y los chasqueos a su empapada concha. Sus piernas rodean mi cintura, su cadera se levanta y mi verga entra más, golpeando con más fuerza el fondo de su juvenil útero. Entonces la abrazo y me giro con ella, haciendo que ella quede sobre mí, se acomoda, pone sus manos sobre mi pecho, se apoya sobre sus piernas y rodillas y comienza a cabalgarme con fuerza. Es fuego puro Sandy…rica mi hermanita. Sube y baja sus caderas, enterrándose casi toda mi verga en su concha, ciento como muerde y es delicioso, ciento explotan sus orgasmos una y otra vez. Se ve cansada, su cabalgata va disminuyendo de intensidad…
-¡¡Ya manito!! ¡¡Ya!!- Me dice entre temblorosos gemidos.
-Chúpamela, anda.- Le digo y ella acepta con su cabeza.
Se baja de mí y se acomoda a mi derecha, con sus manos agarra mí empapada verga y se la lleva a la boca, la comienza a chupar con ansias. Jalo sus caderas más cerca de mí, ensalivo mi dedo índice y le acaricio la entrada de su cola, luego se lo presiono y poco a poco se lo voy metiendo. Brinca un poco la cola de Sandy, pero acepta. Le meto todo el dedo, luego se lo saco y vuelvo a meter. Ensalivo el dedo medio y se lo meto, una y otra vez, luego los dos dedos. Mientras la boquita de Sandy devora la mitad de mi verga.
-¡Ven! Acuéstate.- Le digo, mientras acomodo una almohada y ella reposa sus caderas acostándose boca abajo.
Le separo las y me acomodo en medio de ellas. Ensalivo mi mano izquierda y se la unto en la punta de mi verga, centro la cabeza y apoyo mi mano derecha sobre la cama, se la voy empujando poco a poco mientras Sandy hunde su cara en otra almohada. Le meto la cabeza en su apretada cola, va entrando el cuello y de apoco el tronco….¡¡Guau!! Que deliciosa cola tiene mi hermanita. ¡¡Que deliciosas caderas!! Termino de metérsela casi toda. Ahora no lloriquea, un suspiro escapa de sus labios y suaves gemidos lo acompañan. La comienzo a bombear despacio. Apoyo ambas manos y de apoco voy arreciando. No voy a tardar ya, ahora mis embestidas son más intensas y el deseo de venirme me invade, trato de prolongarlo pero no puedo y exploto dentro de la cola de Sandy. Se la meto con fuerza y ahí me quedo dentro, dejando que mis explosiones de caliente leche inunden su cola. Me recuesto sobre ella y beso su empapado cuerpo de sudor, sus hombros, su cuello, su cabello, sus mejillas. La abrazo y ella se deja, acurrucándose entre mis brazos. Luego de unos minutos, le saco mi verga semì erecta, me levanto y le doy la mano para levantarse, nos metemos al baño y ahí nos lavamos uno al otro. Miro la cara de Sandy y me voltea a ver con una sonrisa, me abraza y me besa en el pecho. Ya bañados y limpios, salimos, Sandy camina un poco a dolorida, sus nalguitas se ven hermosas. Se puso su pantaleta y bata, yo solo me puse la toalla y la acompañe a la puerta, ya ahí.
-Quisiera quedarme a dormir contigo, pero y si me quedo dormida, mañana tengo que ir a clases.-Me dice mirándome con una sonrisa.
-Yo también quisiera que te quedaras a dormir conmigo.- Le contesto.
-A ver cómo le hago para quedarme una noche contigo- Me contesta.
-De acuerdo.- Le contesto mientras nos damos un beso en los labios.
Se va a su cuarto y cierro. Estoy tranquilo, ya que hay dos puertas, una directa a la sala y otra al patio, por lo que no tiene que salir.
La voluntad de Sandy es mía, ella es mía, así como Betty.
Al día siguiente jueves por la noche no baja Sandy a cenar, Mony habla con mi madre a parte, más tarde me entero que a Sandy le bajo su regla por primera vez y está bastante adolorida de su vientre. Justo a los doce. En los siguientes días, casi no sale Sandy de su recamara por las molestias, solo puedo platicar y jugar con Mony, aparte de que ya están con los preparativos de la cena de navidad y año nuevo.
A la semana siguiente, desde el lunes que sale de casa para el trabajo, mi padre no regresa sino hasta el día jueves, en ese tiempo, a Andrea la veo triste, parecía alma en pena jajajaja. Pero eso provoca que haya un poco más de comunicación entre ella y yo. En la cena intercambiamos algunas palabras como lo que deseaba cenar, así como cuando estaba viendo tele y ella se acercó y me pregunto que veía, se sentó conmigo y platico sobre el programa, lo cual molesto un poco a Betty, pero bueno, yo no quise ser grosero con mi hermana mayor.
Llegó la noche de navidad. Andrea se esmeró en su arreglo y lucia hermosa con un vestido en color rojo, ajustado hasta las rodillas y unas zapatillas del mismo color que con solo verla se me paro la verga, ya que sus nalgas, abdomen y pechos incitaban a tumbarla ah mismo en la sala y poseerla delante de todos. Por el frente se le alcanzaba a marcar su concha y por detrás no se marcaba que trajera ropa interior, aun así, sus nalgas se veían firmes y duras. Quería agradar a mi padre, pero llegaron parientes, una hermana de mi abuela con su marido, una prima de mi padre que es viuda y unas sobrinas ya mayores, más de mi padre, hijas de otras primas. Por haber tanta parentela que mi padre tenía tiempo de no ver, no le hizo caso a mi hermana Andrea, platicaban muy ameno y bebían como desesperados. Con el desprecio de mi padre, esa noche por su misma tristeza, Andrea se acercó a mi hermana Sandy, quien estaba ya casi recuperada, para platicar con ella y con Mony. Betty, lucía un pantalón azul marino, ajustado con el que se lucían bellísimas sus nalgas, bien paraditas y redondas, con una blusa rosa y un chalequito azul marino y unas zapatillas negras. Estaba muy aparte, que aunque ayudaba con la cena y a servir, estaba más cerca de mí. Cenamos todos, brindamos, bailamos y reímos, aunque no había mucha atención a los menores que eran muy pocos, solo mis hermanitas, Andrea, Betty y yo, bebimos un poco de licor. A las dos de la mañana, ya se habían retirado a dormir Sandy y Mony, así como Andrea. Mi abuela siguió junto con mi madre en la fiesta alegremente bebiendo con mi padre y sus demás parientes. Ya a las 3 estaban muy tomados y nadie nos ponía atención a Betty y a mí, por lo que le dije a Betty que se fuera conmigo, lo cual acepto y para no ser tan evidentes, nos salimos al patio, para entrar por la entrada de la cochera y de ahí a mi cuarto. Pero cuando salimos al patio, se me ocurrió mirar hacia la parte de arriba de la casa y en la terracita del segundo piso estaba Andrea, quien muy seguramente nos veía. No dije nada, solo entramos y ya.
Entramos y cerré por dentro. Ya dentro, ni siquiera prendí la luz, subimos y al pie de mi cama, me abrazo Betty por el cuello y sus labios buscaron los míos, el sabor a licor y el sabor natural de sus labios tenían una mezcla exquisita. Su lengua hurgó en mi boca buscando la mía, mientas mis manos acariciaban sus duras y ricas nalgas. Me separo de golpe y se comenzó a desnudarse deprisa, no me quise quedar atrás e hice rápido lo mismo. Cuando terminamos nos abrazamos y tumbamos sobre la cama. Ya con Betty sobre mí, nos seguimos besando, luego comenzó a besar mi cuello, luego el pecho, siguió bajando hasta llegar a mi verga, la cual estaba bien dura y erecta, lamio a todo lo largo, luego beso la punta, la chupo, luego comenzó a chuparla más y más hasta donde podía llegar su boca, la chupaba con ansias y desesperación, luego la dejo y comenzó a chuparme los huevos, uno a uno. Siguió chupándome la verga como queriendo devorarla, succionar deprisa la leche, por lo que tuve que jalarla y tumbarla sobre la cama boca arriba, me levante, le separe las piernas y comencé a chupar su caliente y empapada concha. Betty estaba súper excitada, caliente, ansiosa, era un volcán a punto de erupción.
Al separarle las piernas, se las levante, pase mis brazos por debajo y las subí para que mis manos acariciaran sus duros y ricos pechos. Mientras Chupaba toda su concha, abrí mi boca a todo lo que dio y la chupe toda, esto hizo gemir con fuerza a Betty, luego con la lengua busque su botoncito, lo presione, lo lamí y juguetee con él haciendo que los gemidos de mi hermana fueran constantes. Metí mi lengua en la cueva de su concha una y otra vez, recorriendo todo su contorno, baje un poco más y lamí el agujero de su cola una y otra vez, haciendo que de los labios de Betty escapara un fuerte gemido. Gracias a la música que estaba con volumen alto y a la borrachera que todos tenían no escuchaban, de lo contrario rápido nos hubieran caído.
Subía y bajaba del agujero de su concha donde le metía la lengua a su concha, la succionaba, la chupaba y metía la lengua haciéndola explotar en fuertes orgasmos. Quien viera a esa chica bonita, callada, seria y que apenas si ríe convertida en toda una lujuriosa en el sexo, pero sobre todo, pervertida al estarse revolcando en la cama con su hermano.
¿Cuánto tiempo paso?, no sé, perdí la noción de él por solo desear disfrutar y gozar del cuerpo de mi hermana. ¿Cuántos orgasmos tuvo? Tan poco se, solo recuerdo que se retorcía, gemía y jadeaba como perra en brama y que pedía más, que no parara.
-¡Ven! Métemela ya ¡anda! ¡Métemela!- Me dijo entre jadeos y su respiración acelerada.
Me subí, separo aún más sus piernas, mi verga completamente dura choco contra su concha, la punta de la cabeza sola se acomodó en la entrada de ella, pero aun así, Betty metió la mano entre los dos, la agarro y la tallo en su empapada concha, luego la volvió a centrar y poco a poco se la fui metiendo, gozando cada milímetro de ella y lo caliente de su fruta hasta que llegué al fondo de ella, ahí, me detuve un instante para disfrutar de ella y oír sus suaves gemidos. Comencé a bombearla despacio, lentamente se la saque un poco y volví a meter. Sus piernas rodearon mi cintura, arrecie mis embestidas, sus brazos se aferraron con fuerza a mi cuerpo.
-¡Si! ¡Así! ¡Así!- Me decía entre jadeos.
Modio suavemente mi oreja izquierda, lo cual me excito y embestí con más fuerza una y otra vez. Se la saque e hice que me soltara, me levante de la cama y le dije que se acercara a la orilla, le dije que se pusiera en cuatro y así lo hizo, se puso de rodillas a la orilla de la cama separando sus piernas, bajo el pecho y lo poso sobre la cama, me coloque detrás de ella, la tome de las caderas y se la metí con fuerza, así la embestí una y otra vez, era riquísimo sentir como la punta de mi verga chocaba contra el fondo de su útero ¡¡Guau!! Luego de un rato, me salí de ella y le dije que se acostara de lado sobre la cama, rápido lo hizo, me coloque sobre su pierna derecha y le levante la izquierda, así se la metí de un solo empujón y seguí embistiéndola varias veces, luego se la saque y se la centre en su cola donde se la fui metiendo despacio. Betty agarro una almohada y ahí hundió su cara mientras se la metía. Cuando entro casi toda, me detuve y espere a que se acostumbrara, ella misma comenzó a mover sus caderas después de unos segundos, entonces comencé a embestirla primero despacio, pero…
-¡¡Más!! ¡¡Más!!- Me pidió al tiempo que movía con más fuerza sus caderas.
Entonces arrecie mis embestidas, mis huevos chocaban contra su nalga derecha. Le levante aún más su pierna con la mano izquierda, mientras que con la otra, acaricie sus pechos, sus nalgas, le acaricie su cara y le puse los dedos en su boca, los cuales chupo habida. Así, con embestidas fuertes explote dentro de su cola, fuertes venidas la llenaron, una, dos, tres veces, seguí embistiéndola hasta que con fuerza se la metí toda y ahí me quede hasta que saliera la última gota de mi leche. Se la saque despacio, me levante y le ayude a levantarse, nos metimos a bañar. Nos lavamos uno al otro despacio y con cariño, así, con la luz apagada. Nos lavamos, nos enjuagamos y cuando creí que ya saldríamos del baño, Betty se arrodillo, agarro mí verga y comenzó a chuparla, rápido se volvió a poner dura y erecta.
-¡¡Dame más!! ¡¡Quiero que me la metas de nuevo!!- Me dijo.
Se levantó y se puso de espaldas a mí, apoyando los brazos en la pared y parando sus ricas nalgas. No la hice esperar, me coloque detrás de ella y se la metí hasta el fondo, la tome de las caderas y comencé a bombearla con fuerza. No fue mucho tiempo, unos cuantos minutos, pero suficientes. Cuando estaba a punto de venirme y mi verga se inflamo para explotar, Betty se separó y se arrodillo frente a mí, agarro mi verga y se la llevo a la boca, chupándola con ansias, ahí explote, me vine dentro de su cálida boquita. Una, dos, tres erupciones. Betty se tomó toda la leche, toda la que explote, nada dejo y cuando termino, aun me la chupo un poco más.
Esta vez me lavo ella a mí, luego ella se terminó de lavar. Nos secamos y salimos así desnudos y así desnudos nos acostamos a dormir, abrazados, como no queriendo que nada nos separara.
Estábamos profundamente dormidos cuando entre sueños oímos unos toquidos, me levante y me envolví en la toalla, todo dormido baje y abrí, era Andrea quien con cierta seriedad me dijo que mi abuela ya se había levantado y que estaba en la cocina haciendo el almuerzo, que no tardaban en levantarse los demás, decía mientras con los ojos miraba hacia arriba de mi cuarto. Entendí a lo que se refería, le di las gracias, ya se iba dando la vuelta y la tome de los hombros, la regrese y le di un beso en la mejilla derecha, me miro seria, me tomo de la cara y me beso en los labios. Luego se marchó. Regreso a arriba y Betty ya estaba semì despierta, me pregunta quién era y le dije que había sido Andrea y lo que me había dicho, se levantó y medio vistió, se puso el pantalón, el brassier, la blusa y se llevó en las manos los zapatos y el chaleco, mientras yo aspiraba el aroma de su pequeña pantaleta color rosa, que al verme ella, solo sonrió y me dijo que después venia por ella.
Salió y yo me volví a dormir así desnudo y sin taparme, con su pantaleta en mi mejilla izquierda. No supe cuánto tiempo transcurrió cuando entre sueños sentí una cálida boquita chupar mi verga y lamer mis huevos, me desperté y mire, era Andrea, que estaba de rodillas sobre mi cama. Se dio cuenta que había despertado, me miro, dejo mi miembro y me dijo que ya estaba el almuerzo, le devolví la sonrisa y le agradecí. Se incorporó y ya se iba a levantar de mi cama, pero yo estaba ya excitado y con la verga bien dura, así que la tome de la mano y la jale hacia mí.
-¡Órale brusco! ¿Así agradeces?- Me dice.
Me giro y me coloco sobre ella.
-No, yo agradezco así.- Le conteste.
Le levante la falda floreada que traía hasta la cintura, me acomode entre medio de sus piernas, ensalive los dedos de mi mano derecha, le separe las piernas e hice su pantaleta blanca aun lado del lado izquierdo y palpe su concha, Andrea al sentir mi mano gimió despacio, me miró fijamente a los ojos, no dijo nada. Juguetee entre sus íntimos labios, metí mis dedos y palpe su botoncito, luego metí un dedo en la cueva de su concha, lo saque y volví a meter, se humedeció casi al instante, entonces tome mi verga con la mano derecha, se la centre en la concha y se la metí de un solo empujón ¡¡Guau!! Estaba caliente mi hermana mayor. Al tiempo que comencé a bombearla ella comenzó a gemir despacio, levantaba sus caderas a cada embestida mía. Arrecie mis embestidas, levante sus piernas y se las separe, así, abierta la embestía una y otra vez con fuerza.
-No te vayas a venir dentro.- Me pidió entre gemidos, presintiendo que estaba cerca de hacerlo.
Estiro la mano y agarro la pantaleta de Betty, la miro y sonrió entre gemidos, seguí embistiéndola hasta que ya antes de venirme, se la saque, Andrea cubrió mi verga con la pantaleta y me la chaqueteo un poco más hasta que me vine ¡¡Guau!! Que rico que te despierten así jajajajaja.
Una, dos, tres erupciones, me limpio un poco, luego me dijo que me acostara y me la comenzó a chupar para terminar de limpiármela y tomarse las ultimas gotas de mi leche. Cuando termino se levantó, se acomodó la ropa y me recordó que ya estaba el almuerzo. Cuando baje, ya casi todos estaban en la meza, solo faltaban mi madre, mi abuela y Betty, quien vio que apenas llegaba detrás de Andrea. Me miro con un brillo de lujuria en sus ojos, tal vez imaginándose algo.
En los siguientes días no pasó nada con ninguna, solo que a Betty le bajo y estaba molesta…para la cena de año nuevo tuve que convencer y consolar a Andrea por el desprecio de mi padre, mas fue una noche de lujuria con …
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