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Categoría: Confesiones

¡Feliz cumpleaños! Experiencia maravillosa

¡Feliz cumpleaños! Experiencia maravillosa que cambió mi vida.



No sé cuántas mujeres habrán pasado por mi experiencia, supongo que muy pocas o ninguna.



Verán, mi vagina es extremadamente pequeña y estrecha por lo que las penetraciones siempre se me hicieron difíciles, dolorosas, esto fue un círculo vicioso porque los caballeros que pasaban por mi cama, que no fueron muchos, generalmente terminaban enojándose conmigo, tratándome de frígida, esto era muy angustiante, lloraba en silencio, por los rincones, todo esto provocaba que sea cada vez más reticente a tener relaciones ya que terminaba muy adolorida o de plano no terminábamos y en pocas ocasiones fingía mi orgasmo, para no hacer sentir mal a mi pareja. El sexo para mí, era igual a tortura.



Pasados mis treinta años había confiado mis problemas a demasiados médicos, clínicos, sexólogos, psicólogos y hasta psiquiatras, demasiada vergüenza y todo para nada.



Tengo la profesión de Doctora y sabía que mi problema es una rareza en la medicina, conocida como SINTOMA MRKH y Agenesia Vaginal, que no es otra cosa que "Constricción Muscular de Vagina". Sin cura médica, aunque existen algunas prácticas para sobrellevarla, mismas que he probado, sin resultados positivos.



Mis relaciones de noviazgo, eran relativamente cortas. Duraban largos periodos sin pareja, por temor de seguir sufriendo el no poder darles satisfacción sexual y mucho menos, que me la dieran. A mis 34 años prácticamente, estaba mentalizada que me quedaría soltera y sin un hombre que me hiciera sentir mujer.



Con el tiempo mi sexo se limitaba cada vez más a la auto satisfacción, usando dilatadores o pequeños dildos y vibradores.



Solo yo me entendía, solo yo me comprendía.



LA SOLUCIÓN LLEGARÁ DE LA FORMA MENOS PENSADA Y POR MERA CASUALIDAD



A una amiga de años, la iban a operar aquí en mi ciudad. Junto con su esposo llegaron un día antes de la ciudad donde residían y les ofrecí quedarse en mi depa.



Se había hecho demasiado tarde, entre charlas y charlas, recordando los ayeres que solíamos salir juntas, no nos habíamos dado cuenta de la hora que era y nos fuimos a dormir.



Al día siguiente a medio día, internaron a mi amiga. Su esposo se quedó con ella hasta las 11 de la noche, donde le informaron que la operación estaba programada a las 9 am del día siguiente y que se podía retirar si lo deseaba… Me habló mi amiga por teléfono para pedirme si se podía quedar su esposo en mi departamento.



Mi respuesta fue afirmativa e instantánea. Nos tenemos mucha confianza.



Él llegó como a las 11:40 pm y me dijo que tenía mucha hambre y me invitaba a cenar… Acepté acompañarlo aunque yo normalmente no ceno… Lo llevé a un puesto de tacos. Entre plática y plática me dijo que el día que operaban a su esposa era también su cumpleaños... Lo felicité y le di un abrazo…



Llegamos al depa y preparé café y continuamos con la plática… Así tras el último café nos despedimos, y cada quien se fue a dormir por su lado.



PENSÉ EN DARLE UNA SORPRESA Y LA SORPRENDIDA, FUI YO



Esperé alrededor de una hora y me dirigí a su recamara, abrí la puerta sigilosamente e introduje una radio-grabadora, oprimí el botón de play para que sonara la música de "Las Mañanitas", mientras me detuve a contemplarlo, dormía plácidamente boca abajo, solo con el bóxer puesto y me sorprendí al notar que mis pezones se endurecían, traté de apartar la imagen de mi mente...



El giró sobre si, aun dormido sin saber que yo lo observaba, ahora si me herviría la sangre, mi mirada se centraría en otra parte, más abajo, la forma de su miembro con cierta rigidez, se dibujaba bajo la tela de su bóxer de inmaculado color blanco.



Me lamenté porque sabía que a mí no me serviría para nada y en esa situación fue que él abrió los ojos para sorprenderme espiando… Y solo atiné diciendo;



Yo: "¡Feliz cumpleaños!"



Él: "Gracias… Gra… perdón! Lo siento…"



Fueron sus palabras al notar que estaba semi-desnudo ante mis ojos, al tiempo que trataba infructuosamente de cubrirse con la sabana.



Yo; "Está bien… no te preocupes… Te pongo "Las Mañanitas", te felicito y a dormir".



Entonces fui sobre él por la cabecera de la cama, apoyé mis brazos sobre él para abrazarlo, le besé la mejilla y el respondió de igual manera, cerré los ojos para disfrutar el placer de sentir sus manos apretando con suavidad mi espalda, lo dejé hacer, avancé un tanto para detener mi cara frente a la de él, mientras le daba suaves masajes en los hombros. No sé qué me motivó hacerlo, pero creo que se sintió cómodo con mi actitud.



Me costaba trabajo abarcarlos, me sentía extraña, pero me gustaba, acerque más mi cara a la suya, sentía su aliento excitado, le di un beso de "piquito" y respondió igual. Nuevamente sentí una rara sensación de apretar más mi abrazo, fundiéndose nuestros cuerpos y nuestras caras estaban a centímetros de distancia. Cerré los ojos y luego vino el beso esperado, me mordía delicadamente mis labios. Mis pezones excitados mandaban descargas eléctricas a mi entrepierna, me resultaba difícil concentrarme por la excitación, volvía a cerrar mis ojos, como para evitar recordar que estoy con el esposo de mi amiga…



Sus manos se deslizaban por toda la espalda, mientras las mías recorrían su cuerpo desnudo, el beso aumentó de intensidad, no nos despegamos en un buen tiempo.



Me moví un poco más aún, para llegar a ese fruto perdido, lo desnude entre mis manos, estaba inmensamente duro, las venas dilatadas, deliciosamente endurecido, apetecible, nunca había sentido tanta lujuria, llevé su glande a mi boca, de rico sabor, no pude engullir mucho más que su rosada cabeza puesto que su tronco se ensanchaba rápidamente, lo lamí, lo adoré, lo acaricié de punta a punta, hasta sus testículos perfectamente rasurados y con un discreto olor a perfume.



Sus manos paseaban por mi espalda. Nuevamente me moví para que tuviera mejor posición para lo que yo hacía y para permitir que me tocara a placer.



Me acomodé en cuatro patas a un lado de él. De esta manera me baja el pantalón de la pijama, seguido por la tanga. Sus manos recorrían desde los muslos hasta la entre-pierna, tocando levemente mi zona genital. En ese momento mis deseos eran inmensamente desquiciantes, me hacían pensar un sinfín de posiciones.



Sus dedos juegan entre mis labios vaginales y sus alrededores, me pide que me acomode sobre él para formar el sesenta y nueve.



Aquí se paga placer con placer. Su lengua recorría mi vagina, mis labios, mi clítoris. Era hábil, sus manos estaban prendidas en mis glúteos, con sus dedos abriendo mi vagina, para hacer profundos sus lengüetazos, mi visión se nublaba cada vez que hacia esas pinceladas magistrales, yo seguía en lo mío, rozando mis pezones contra su vientre solo separados por mi blusa de dormir, me lamentaba porque semejante mástil, solo serviría para jugar con él, estaba decidida a sufrir, aunque imposible que me penetrara… Sus dedos entraban y salían por mi muy húmeda y palpitante vagina, pequeños sonidos salían de lo más profundo de mi ser.



Cambiamos de postura, ahora el sobre mi con el mismo 69, quedando sus genitales en mi cara, mientras el me levanto las piernas y las abrió para tener mayor apertura,



Hermosa y suculenta visión tenía frente a mí, fui tras ellos, como explicar lo que sentía, sus muslos y sus glúteos tan blancos, con esa verga y testículos tan masculinos, con olor a limpio, llevé mi lengua abajo, a la punta de su tronco, fui subiendo lentamente, centímetro a centímetro, llegué a sus bolas, para chuparlas completamente.



El manejo de sus dedos dentro de mí, eran de un profesional del sexo, me hacía flotar entre las nubes, luego me daba de lengüetazos, chupando con suavidad la cabecita del clítoris, luego soplaba, una tibia ráfaga de aire la refrescaba. Sentía enloquecer de placer, como me manipulaba. Solo de pensar en lo que escribo mi "cosita" se vuelve a humedecer.



Me sorprendería nuevamente, haciéndome poner en cuatro patas y acomodándose a mi espalda.



Yo: "Sabes? No puedo ser penetrada, porque tengo un pequeño problemita"... Ese problemita es, que tengo "vagina infantil".



Él: "Solo relájate y déjame probar, creo que te he estimulado lo suficiente para poder hacerlo". Me dijo con esa voz tan varonil



Yo; "Pero… ". No terminaba de decirlo, cuando insistió



Él; "Solo déjame hacerlo, lo único que te pido es que no dejes de acariciar tu clítoris… Si tienes molestia, le paro". Me respondió, con toda seguridad



Nerviosa traté de acomodarme a la situación, me había pedido relajarme y lo dejé hacerlo, comencé a masturbarme acariciando mis pechos y mi semillita.



Primero un dedo lo metía lentamente, luego fueron dos, cuando metió el tercero sentía entre dolor y placer, removía de un lado a otro, luego los sacaba y volvía a meterlos, siempre con suavidad y lentitud.



Finalmente los saca, se empapa su tronco con los mismos fluidos que bañaban sus dedos y apunta justo en la entrada carnosa de mis labios vaginales.



Me penetra muy despacito, cuando topa su cadera en mis glúteos me doy cuenta que la tengo toda adentro, él sin moverse, me da oportunidad para que yo empiece el vaivén, al mover mis caderas a un lado y otro, siento las punzadas de dolor, pero de lujuria a la vez.



No podía creer que lo disfrutaba inmensamente, mis dedos aumentaban la velocidad sobre mi semillita, de igual manera mis caderas las movía arriba – abajo y de un lado a otro, siento como aumenta la temperatura de mis mejillas y exploto repetidas veces, el orgasmo más largo del que tenga memoria.



Un grito entrecortado sale de mi pecho, mi cuerpo tiembla incesantemente, el calor corporal se manifiesta con diminutas gotas de sudor, mi respiración era acelerada, mientras él agarrado de mis caderas continuaba metiendo y sacando al trozo duro de carne que siempre me hizo sufrir y que hoy me llevó al mismo paraíso.



Creí que todo había acabado, que solo faltaba hacerlo que se "chorreara", pero estaba muy equivocada, este macho salió muy diferente a los que pasaron anteriormente.



Mientras me penetraba, empezó a jugar con mi esfínter, acariciándolo suavemente, logrando que me calentara nuevamente, más y más, con mucho tiempo, con mucha paciencia me empecé a agitar, el desgraciado me hacía desear más de la cuenta, era una locura, pero deseaba que me penetrara analmente, sus dedos hacían presión en las orillas del esfínter, como pude me despoje de la única prenda que traía puesta; mi blusa. Misma que utilicé para limpiarme el sudor de mi cara.



Como pude, con mi mano, saqué el tronco, de mi dilatada vagina y la dirigí hacia la entrada anal.



Él: "Quieres que te lo haga por ahí ?….". El muy tonto, no se daba cuenta que era lo que más deseaba



Yo: " Me encantaría que lo hagas". Ahora yo me quedo quieta, y él presiona hacía adelante, dejo que llevé el ritmo que le plazca…



Empecé a masturbándome, empujando lentamente hacia atrás, su verga era demasiado gruesa para mi pequeño agujerito, dolía, así que cada tanto aflojaba para tomar impulso nuevamente, se lubricaba con mis fluidos, mi excitación estaba por las nubes. Lentamente mi anillito fue cediendo ante la presión, un poco más y otro poco, el sufrimiento era placentero, valía la pena, más tenía más quería, al fin logré el objetivo, su cabecita me perforó y tras ella toda la carne de su dura verga se fue hasta el fondo… Las sensaciones eran de profundo placer, difícil de explicar… Una vez adentro, se quiere más y más. Mis dedos no paraban de acariciar mis genitales.



Me moví dulcemente, comiendo solo lo que era necesario, su pija me descontrolaba, el placer de mi esfínter dilatado, su miembro presionando desde el otro lado las paredes de mi vagina, me inundaba en lujuria, cada vez que llegaba a tope, de mi garganta salían canticos llorosos de profundo placer, el gusto por tenerla toda adentro era infinito.



Los movimientos fueron en aumento, no dejaba de frotarme mi clítoris, en poco tiempo explotó entre mis dedos, entre gritos y gemidos, que rompían todo silencio en la tranquilidad de la noche, mis piernas temblaban a mil / hora. Mi esfínter abierto, facilitaba las entradas y salidas de ese hermoso miembro, que estaba a punto de irrigar mis entrañas.



Escucho los sonidos graves de él, que a su vez, aumentaba la velocidad en cada estocada… Chorros con presión de hirviente líquido, recorren mi conducto anal, mientras yo contraía el esfínter para causarle mayor placer a su chorreada… Jadeante y con sonidos gruesos, me abría los cachetes de mis glúteos para hacer más profunda la penetración. Sentía como se engrosaba, antes de expulsar una y otra vez el caliente líquido, ríos de semen eran depositados dentro de mí.



Después de sentir un cumulo de reacciones corporales, volteo a verlo. Las venas de sus brazos estaban dilatados y los músculos de su cuerpo marcados.



Nos recostamos y se dedicó a chuparme mis pequeños senos y acariciarlos con ternura, como que se acordó que existían, quizás por ser pequeños no los atendió en su momento, pero no me importó… Lo que verdaderamente me importó, es que disfrutamos del sexo como no lo había hecho jamás.



Fue suficiente para mí, como anécdota de ese encuentro, agrego que al final me excité demasiado, y lo hice que disfrutara de mí, por todos lados, tuve dos orgasmos gloriosos, que quedaron tatuados en mi mente y sobre todo que sería el secreto más importante que guardaré; haber cogido con el marido de mi gran amiga.



Es tan masculino, ese hermoso cuerpo con una terrible pija entre sus piernas, lo sentí gemir, retorcerse, sentir cuando el semen comenzó a brotar dentro de mi saltando con furia, como cuando estalla la lava del volcán, como cuando explota el petróleo del fondo de la tierra.



Nos abrazamos y besamos mientras mis dedos jugaban con la leche que aun bañaba su pija. La grabadora tocaba "Las Mañanitas" con que inicio todo, había dado una vuelta completa. Varios cantantes entonaron al festejado y hasta Cepillin le cantó su "Happy Hour".



Pasaron varios años de esto, jamás volví a tener otro encuentro con él, aunque ambos sabíamos que solo era para saciar una necesidad momentánea.



He hablado habitualmente con mi amiga y no siento remordimiento, al contario estoy sumamente agradecida con los dos y estoy segura que nuestra amistad es verdadera, ella sin saberlo me hizo un gran favor, por medio de su marido.



La consecuencia de esa madrugada, es que solo practico sexo anal, los hombres se sorprenden con mi rara postura, pero descubrí los orgasmos más hermosos de mi vida, mi colita, por primera vez se la regalé al que cumplió años. Hoy en día me siento una mujer completa.



En cuanto al sexo vaginal, definitivamente renuncié, porque no he vuelto a encontrar a alguien como él, que supo atender y preparar con maestría esa zona, a pesar de que previamente les he puesto al tanto de mi "problemita"… Pocos hombres han rebasado la era de los cavernícolas y uno de ellos; ERES TÚ.



Este relato, lo hice público en internet, siempre respetando no mencionarte por tu nombre, como un homenaje a ti, que le diste otro rumbo a mi vida.



Y con la seguridad, que mi amiga tiene a un gran hombre que la hace totalmente feliz en la intimidad.



Mi agradecimiento y mis respetos; zad


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  • Categoría: Confesiones
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