Esto de la prostata inflamada es todo un caso para un madurón como yo...
Pero, el líbido aún no se me apaga.
Dicen que con el pensamiento se puede sentir lo que hacía uno cuando tenía la potencia de un muchacho... Para mi es una gran verdad.
Les cuento que diariamente veo pasar por mi oficina a una morenita de diecinueve años; yo ya soy un tío de la base cinco. La zambita de quien les hablo tiene un trasero del tamaño de una pelota de basquet, y unos ojos luminosos del color del caramelo... Y una sonrisa tan picante que despierta a mi enfermito. Si. Esa morena es una maravilla.
La imaginé que un día entraba a mi oficina, acudiendo a mi llamado en las horas de la noche. Después de conversar de cosas triviales, me gano su confianza, y ella me pide un consejo; yo gustoso se lo doy, al tiempo que mis manos se deslizan por sus piernas, tan duritas, asi como un asadito; yo le sigo contando cuentos, mientras le digo que estoy muy enfermo de la prostata; ella me pregunta:
- ¿Qué es eso?
La ilustro que es como una serpiente, que si un angelito no la encanta y la toca como flauta, la pobre se me muere... A la zambita se le desencrespa su pelambre, y con ojos desbordantes de ansiedad, me dice:
- Enséñamela a la pobre y le daré de mi cosita para consolarla... Pero, !no se lo digas a nadie!
Obediente yo, pasamos hacia el fondo de mi oficina y en una tibia oscuridad, busco el rincón más estrecho; la toco, ella me toca, nos frotamos, nos arrancamos las ropas, nos mordemos dejándonos nuestras rojas huellas dentales, ella me muestra su rostro de hembra en celo y me dice:
- Papi, papi, papiiii, mete, mete, mete, meeeeeeeeeeteeeee!.. Achí, achiiiiii, aaachiiii!... Ahhha, ahhhaaaaa... Ahhhhhhhhh, aaahhhhaaahhh!....
Después de mojarnos por fuera y por dentro, sudaditos y a un solo grito:
- !Dios, diosssss!
Llegamos al charco del relax y al descanso del final del primer round...
la zambita, atletica la muy p.., quiere más rounds, pero yo le cuento la historia, la base cinco; pero ella se me baja, y como Amelin me toca la flauta, la pobre flauta; y de nuevo... se me escapan todos los ratones, de nuevo al ring... De pronto, de un sopetón, se la escupo como si fuera el ultimo grito de Tarzán, y caigo, muerto, como trapo mojado..
Yo, aún en suelo, la veo vestirse como la chica maravilla, me coge la billetera, me saca unos cuantos soles, me da un beso, y se va... Aún en el suelo y calato, la veo regresar y me dice:
- Shhh ... No se lo digas a nadie... Shhh
Cierro los ojos, los abro, y... Todo fue un lindo sueño, o una linda fantansia..
JOE 23/11/03