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Categoría: Confesiones

Acuerdo con mi esposa

No diré mi nombre, tengo 52 años y mi esposa Natalia 39, el año pasado tuvimos ciertos desacuerdos y nos distanciamos un poco. Para arreglarlo me propuso abrir el matrimonio, yo le dije que aceptaría con ciertas condiciones. La primera era que debíamos estar siempre presentes en nuestros encuentros y debíamos aprobar quienes harían parte.
A medida de que se desarrolle la historia les contaré las demás reglas.
El primero en su lista fué mi sobrino Raúl de 31 años. Lo acepté, luego de hablar con él lo invitamos a un club. Luego de bailar los 3 y ver cómo mi esposa coqueteaba con él, puedo ver cómo le agarra la verga por debajo de la mesa y lo empieza a pajear. Natalia siempre lo había querido y ésta era su noche de suerte. Les dije que pararán y nos fuéramos. En el parqueadero lleno de carros, antes de entrar al auto le dije a Raúl que le hiciera un oral a mi esposa, un poco confundido me dijo que en dónde, le dije que sólo se agachara. Mi esposa se subió la falda, se corrió El panty y empezó a disfrutar. Debo decir que la imagen era muy sexy. Natalia se comportaba como toda una puta, conteniendo cómo podía sus gemidos, apretando la cabeza de Raúl contra su vagina y haciéndome una paja. Luego de un rato paramos y nos fuimos para nuestra casa. Abrimos una botella de whisky y tomamos mientras mi esposa nos mamaba la verga. Luego le dije a Raúl que la penetrara, que era toda suya, a lo que mi esposa respondió poniéndose en cuatro. Yo cogí mi celular y empecé a grabar como mi sobrino le daba duro a mi esposa, y como ella gemía sin pudor como una puta, pidiendo más. Natalia ya había tenido su primer orgasmo y estaba en su segunda posición. Le hice señal a Raúl que la dejara estar encima, y así lo hizo. Natalia saltaba y sus grandes tetas iban de un lado al otro. Otra señal a mi sobrino y éste la abrazó llevándola hacia sí. Tenía una visión panorámica del culo de mi esposa siendo penetrada por mi sobrino. Me acerqué suavemente, le hice señas de que no la soltara y humedeciendo mi verga se la metí en el culo. Natalia saltó, al principio fue difícil para ella, luego de varios minutos quieto, movidos sólo por la penetración de Raúl, empecé a moverme, a culiarme ese ano, cada vez con más fuerza, mi esposa no sabía qué hacer, aveces intentaba irse, aveces pedía más, estaba disfrutando como nunca, hasta que tuvo un fuerte orgasmo y calló sobre Raúl. Pero nosotros no habíamos terminado, así que seguimos penetrándola, gritaba que le dejáramos coger aire, que por favor y de inmediato, puffff otro orgasmo, la muy perra se estaba corriendo sin parar. Así estuvimos hasta que la llenamos de semen.

 

Al día siguiente me dijo que había sido el mejor sexo que habíamos tenido, que en compensación me daría a quien yo quisiera. No me dí a esperar y le dije que a su hermana. Giselle tiene 24 años, a diferencia de Natalia su hermana es morena, delgada, no ostenta un gran culo pero sí unas grandes tetas, atlética, linda y comprometida, se casaría en Junio de ese año.
Mi esposa sorprendida aceptó pero no sabía cómo hablarle. Así que le dije, si no lo logras, más nunca pasará lo de ayer. El incentivo perfecto, sin embargo pasaron 5 semanas y nada. Empecé mi plan B. Pasaron 7 días y no le dada sexo a mi esposa. Ésta estaba tan caliente que me provocaba de todas formas. Por mi parte en las noches veíamos películas porno de tríos y le prohibía tocarse o que nos tocaramos. A cada tanto de la película le recordaba diciendo, lástima que no pasará más. Luego apagaba el TV, con las escusa de que tenía mucho sueño y me hacía el dormido, para que se preguntarán? La respuesta es que después de un tiempo Natalia no aguantaba más, se iba al baño y se masturbaba como una posesa, mientras yo me masturbaba viéndola por mi celular gracias a una cámara previamente puesta.

Faltando sólo 1 mes para el matrimonio de Giselle, mi esposa me dice, todo arreglado para hoy en la noche. Yo no lo podía creer. Llegó la noche, nos vestimos de fiesta aunque no salíamos, la fiesta venía a nosotros. Sonó el timbre, mi esposa fué a abrir y luego entraron a la sala, Giselle estaba hecha todo un bombón, tacones altos y vestido pegado que realzaba su atlética figura. Empezamos a hablar de todo un poco, música de fondo y champagne en la mesa. Luego de unas copas mi esposa nos dice, bueno, a bailar, baja la intensidad de las luces y empezamos a bailar los tres, muy pegados, no demoré en ponerme duro y Giselle lo notó.
Giselle: Pero vaya hermanita, veo que alguien ya está listo, y vaya que herramienta.
Natalia: A sí? Y tu lo estás? Porqué no se la chupas ahora?

Giselle se agachó, sacó mi verga y empezó a mamarmela. Mi esposa riendo dijo, así no hermanita, métela toda, como yo.
Ufffff me sentía en las nubes, mi esposa y su hermanita chupándome la verga, al mismo tiempo. Por turnos nos fuimos desnudando. Giselle tenía un cuerpazo, tetas grandes con pezones negros grandes, aunque no era virgen poseía una pequeña vagina. Nos fuimos para el comedor y la subí en la mesa, pe senté en mi puesto y comencé a disfrutar en grande de su vagina, sabía deliciosa y su textura juvenil era impresionante, mientras mi esposa me chupaba la verga.

Giselle muy mojada gemía, y me pedía unos dedos para poder correrse, pero yo tenía otros planes. Les dije que fuéramos a otra parte, mi esposa cogió los juguetes para llevarlos al cuarto pero no, le dije, vamos a la terraza del patio. Noooo, nos verán, Naty nooo, me caso dentro de poco, lo siento no puedo.
Yo las calmé y les dije, miren la hora, no hay nadie a fuera es muy tarde, además están los arbustos y la piscina, columnas y focos apagados. Luego de un tiempo salimos, nos metimos en la piscina donde penetré a mi esposa mientras le metía unos dedos a Giselle. Fué delicioso, lo hacíamos lento y mi esposa cada vez más caliente por la situación, quería ya su orgasmo. Le dije a Giselle que se sentara detrás de la columna y a mi esposa le dije, hazle un oral, lame todo lugar de la vagina de tu hermanita. Haz todo lo que te digo y te recompensaré muy pronto. Mañana me dijo, ok, mañana.
Naty le abrió las piernas a su hermanita y ella no daba crédito, no soy lesbiana decía Giselle, lo sabemos, sólo disfruta. Para distraerla le metí la verga en la boca. Ufffff que visión tan deliciosa, mi esposa comiendose el coño de su hermanita, y sí que lo hacía bien, porque Giselle no tardó en sacarse mi verga, abrir al máximo sus piernas, levantar la pelvis y correrse en la boca de mi esposa. Nos levantamos y nos fuimos para los muebles de la terraza. Acosté a Giselle boca arriba y le dije a mi esposa que se sentara en su cara mirándome. Giselle empezó tímidamente a dar lenguetazos a la vagina de mi esposa y estaba bien como principio. Natalia empezaba a excitarse, pronto se dejó caer sobre la boca de su hermana, diciéndole, ábreme los labios y lame puta. Eso me prendió mucho, así que me levanté y le empecé a meter la verga a Giselle muy lentamente, mientras veía el espectáculo de mi esposa, quien después de unos minutos movía sus caderas follandose la boca de su hermana. Yo, penetrando duro a Giselle disfrutaba.
Cambiamos de posición, puse a Giselle en cuatro y ella a su vez le metía un vibrador a mi esposa quien lo recibía gustosamente.
Más tarde le dije a mi esposa que tomara mi lugar. Así que se puso el cinturon strap-on y empezó a penetrar a su hermana, a pegarle en la cola, a hablarle el cabello, a hablarle sucio, yo me puse en frente para que me diera una manada. Podía ver cómo pícaramente sonreía y hasta se reía mi esposa. Giselle dijo que se iba a correr e hice que pararán. Sí se va a correr tiene que ser encima mío. Así que me acosté y brincando encima se penetró de un golpe. Le amasaba esas hermosas tetas, se las chupaba, le retorcía los pezones y Giselle sin control gritaba. La abracé y la penetré muy rápido, luego bajé la velocidad, hasta que era ella quien se movía, le dije a mi esposa con señas que se la cogiera por el culo. Y sí, lo hicimos. Fue algo muy sexual, y le dimos hasta que se corrió, yo también me corrí dentro de su vagina. Luego de eso, Giselle descansaba en el sillón mientras yo contentaba a mi esposa con 2 consoladores. Luego de que mi esposa se corrió encima de Giselle, me dió un buen oral y yo hice lo mismo, dejé mi semen en el cuerpo de Giselle.

Continuará….

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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