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"Trabajo los fines de semana de mesero o de Barman en algunas fiestas privadas para sacar un dinero extra. En ésta ocasión me contrataron para preparar bebidas en una fiesta particular. Fue una experiencia inolvidable."
Sexo, servicio extra
Les voy a platicar de esta experiencia que para mi fue grandiosa.
Además de mi trabajo en una empresa de publicidad, algunas veces trabajo los fines de semana de mesero o de Barman en algunas fiestas privadas para sacar un dinero extra. En ésta ocasión me contrataron para preparar bebidas en una fiesta particular. Era una noche de mucho calor y celebraban el cumpleaños de una de las muchachas de aquella casa. La reunión era de solo mujeres. La pequeña barra estaba cerca de la piscina y ahí estuve haciendo todo tipo de bebidas mientras admiraba disimuladamente a las invitadas bañándose en la alberca. Especialmente a una chica que tenía un cuerpazo tremendo. Era una morena de estatura mediana, con unas tetas bien paraditas y de buen tamaño como a mí me gustan. Y sus buenas caderas era el entorno perfecto de sus buenas nalgotas. Las tenía bien paraditas la condenada y según escuché la chica venía de Colombia a pasar el verano acá en México. De inmediato mi pinga se alborotaba al verla salir del agua y acercarse conmigo a la barra a pedirme alguna bebida. Creo que ella notó cómo me gustaba porque me di cuenta que me miraba de vez en cuando desde el agua. Su bikini de dos piezas era blanco la pieza de arriba cubriéndole muy poco de sus buenotas tetas que se le salían por los lados, y la parte de abajo era una tanguita negra como hilo dental que solo le tapaba su rajita.
Todas las muchachas eran de unos 22 a 25 años, y casi todas muy guapas, pero la que a mí me enderezaba el pito con solo de verla era esta hermosa morena.
En una de esas veces se acercó a la barra a pedirme otra bebida.
-¿Está rica el agua?- le pregunté sin poder apartar mucho mi mirada de sus buenas tetas, y de sus pezones que los traía paraditos. Creo que ella notó que quería comérmela con los ojos.
-Rica-, me dijo, -pero no lo suficiente para apagar algunos calores- y al decir esto se metió detrás de la pequeña barrita donde yo estaba para pedirme una servilleta, y que le cargara un poco más de licor a su bebida. Su cercanía me aceleró el corazón y ella se volteó dándome la espalda y dejó caer la servilleta que le acababa de dar y lo hizo tan cerca de mí con la intención de rozarme sus nalgotas con el bulto de mi pene. Y se fue y se metió al agua dejándome bien prendido. Me dejó bien caliente la condenada. Yo casi quería saltar a la piscina para cogérmela en el agua.
Traté de concentrarme y seguir en mi trabajo y la noche siguió entre miradas y bebidas. De vez en cuando me tomaba alguna yo también para calmar el calor que la morena me provocaba. Después de una hora la fiesta terminó y treinta minutos después ya que guardé los utensilios de trabajo salía a la calle para buscar un taxi.
Un carro se aproximó a mí, era la morena de la alberca. Se bajó del auto y platicamos un rato.
-casi no me apartabas la vista de mi culo, ¿te gusta?, me llamo Annet- me dijo entre plática y risa.
-Soy Jorge-, contesté, -es que nunca había visto una mujer que me calentara tanto tan solo de verla, discúlpame si te ofendí pero es que eres muy hermosa- le dije un poco apenado.
-al contrario-, me dijo,-me gustó sentir tu verga parada por mí, me excita saber que te calentaste de verme-.
Ya entonces yo estaba recargado en el auto y ella pegada a mí sobándome con su mano en mi entrepierna sintiendo mi pene duro debajo de la tela de mi pantalón Ella ya llevaba puesta una minifalda blanca y una blusita rosa ligera de tirantes, pero sin sostén, así que inmediatamente le metí mano por todos lados acariciando sus piernas y sus nalgas. Le acariciaba su cintura y besándola en el cuello ella se derretía toda entre mis brazos mientras le sobaba sus pechos bajo la blusa, y le metía mano en su rajita por debajo de su minifalda. Nos comíamos a besos. Ella se puso bien caliente, entonces me dio las llaves de su auto y me dijo si sabía manejar. Le dije que sí y se subió al lado del pasajero para que yo manejara.
-Vamos a mi departamento-, me dijo por dónde y en el camino le acaricié sus torneadas piernas que se le veían hermosas. Ella me sobaba el bulto entre mis piernas y en una de esas me abrió el cierre del pantalón y mi pene se le mostró duro y firme.
-Qué rica se ve tu verga-, me dijo y se inclinó y me comenzó a dar unas ricas mamadas. Yo seguí manejando hasta donde me dijo mientras ella seguía ahí abajo chupándome el pene. Me era muy difícil manejar y no sentir lo maravilloso que la morena me estaba tratando. Le dije que estaba tan caliente que si no paraba me hiba a venir, y ella no paró sino al contrario siguió mamándome con más vigor hasta que busqué un lugar solitario y paré el auto. Incliné un poco el respaldo del asiento hacia atrás y ella seguía prendida de mi pene.
-dame tu semen-, me dijo balbuceando con mi verga en su boca. Yo ya estaba tan caliente que no fue difícil obedecerla, me vine a chorros en su boca. Disparo tras disparo su boquita se llenó de mi leche y ella mamaba y mamaba comiéndosela toda. Para mí fue la gloria, sus ojos buscaban mi mirada, noté que quería ver mi expresión al venirme, como si eso la excitara porque al ella verme yo sentía que me chupaba con mayor delicia.
-estabas bien cargado verdad?- me dijo.
Fue increíble vaciarme en su boca. La fantasía de cualquier hombre se me hacía realidad en ese momento. Después ella misma me limpió el pene a lengüeteadas y abroché mi pantalón.
Cuando llegamos a su departamento la cosa fue más que increíble. Seguimos agasajando a gusto y besándonos cachondamente. Destapó una botella de vino dulce y tomamos una copa. Ya con la confianza que había y sin ropa ninguno de los dos, le pedí que se trepara al sofá y se empinara. Aún estábamos en la sala y ella se trepó al sofá y se puso de rodillas dándome la espalda mostrándome sus hermosas nalgas. Yo me incliné detrás de ella, con mi cara a l altura de su trasero. Le pedí que se abriera un poco más. Me acerqué a su sexo y creo que ella sintió mi aliento ahí porque ole escuché un gemidito como de emoción. Y en cuanto sintió mi lengua rozándole sus labios vaginales arrimó su panochita a mi boca y paró más sus nalgas. Le comencé a chupar su vagina y a lengüetearla toda. Con mis manos le abría sus nalgas y le jugueteaba alrededor de su culo. Ella gemía gozando y disfrutando los pasones de mi lengua en su sexo. Su vagina estaba ya toda mojada. En cada lengüeteada su panocha escurría jugosa. Entre mamada y mamada le alcanzaba a acariciar sus pechos y ella repegaba mas su trasero a mi boca bien cachonda.
-Aaahh qué rico me haceess-, gemía. Yo seguía lengüeteándole su raja haciendo que se mojara bastante.
-Yaaa . .méteme tu verga, me pones tan caliente- me dijo entre gemidos. Entonces me puse de pie y le arrimé mi verga rozando sus nalgas. Ella gimió y me pidió que se la ensartara. Le metí la punta y luego la agarré de sus caderas. Empujé con fuerza y todo mi duro miembro entró en su vagina que ya estaba bien lubricada. Se la dejé ir hasta el fondo de un empujón y la hice gemir al metérsela. Sentí sus nalgas pegar en mi vientre y eso me endureció más la verga. Y seguí empujando y empujando ensartándosela toda. Ella se agarraba como podía del sofá y me recibía y me pedía más y más. Su vagina se sentía tan caliente y eso me excitaba mucho. Mi miembro le entraba todo y yo gocé bien rico poseyéndola. La agarraba de sus caderas y la bombeaba bien rico, mi pene le entraba todo y ella mantenía su trasero bien paradito para que yo la penetrara más. Le alcanzaba a acariciar sus firmes y grandes pechos y ella juntaba sus manos con las mías cuando se los sobaba. Entonces le dije que así empinada y ensartada como estaba se inclinara y se pusiera en cuatro así mismo sobre el asiento del sofá.
La sujeté con fuerza de las caderas y comencé a cogerla con mas velocidad. Mis huevos le golpeaban la vulva, se sentía tan rico. Mi verga le entraba y salía con gran fuerza. A ella le encantó que le diera con fuerza y la empinara de esa forma. Era muy excitante escuchar sus gemidos. Me decía que le gustaba que le diera así duro. Annet estaba super caliente y en ese momento aproveché para meterle el dedo pulgar en el culo.
-Aaahh qué rico se sienteee . .- Annet gritó de gozo al sentir la doble penetración frotándole por dentro. Mi verga en su rajita y mi dedo en su culo era algo que la puso super caliente. Y seguí metiéndole la verga con toda mi fuerza una y otra vez. Siempre me excita escuchar a las hembras gemir y escucharla a ella me volvió loco de pasión. Sus tetas se bamboleaban rico en el aire con cada vigorosa metida. MI vientre se estrellaba en sus nalgas haciéndola cimbrar eróticamente.
.Qué rico me pegan tus huevos en mi cuca-, me dijo excitada la cachonda morena. Su caliente rajita ya estaba bien mojada, y mi dedo pulgar seguía dentro de su culo.
Y entonces nos venimos juntos, sentí su caliente panocha derramarse junto conmigo. Los dos nos volvimos un solo gemido en ese orgasmo. Le llené su conchita de todo mi semen y sentí brotar de su sexo ese líquido que mojó mis piernas y mis testículos. Ambos terminamos rendidos en el sofá descansando un rato. Y poco después yo ya estaba listo para mas acción, nunca había tenido una mujer como esa y yo quería seguirla gozando. Tan solo ver su cuerpo perfecto se me olvidaba el cansancio. Me paré por la botella de vino y ella estaba acostada boca arriba en el sofá. Dejé caer vino en su piel, en su vientre y en sus tetas. Y comencé a bebérmelo chupándole el cuerpo especialmente sus tetas y su vientre. Eso la excitó mucho, le dí un trago a la botella y dejé escurrir vino sobre mi vientre, y me senté en el sofá, ella se enderezó y me hizo lo mismo lamiendo mi vientre. Me decía que le gustaba lo atlético de mis abdominales. Ella siguió lamiendo hasta llegar a mi verga y la chupó deliciosamente. Todavía se sentía pegajosa y húmeda. Aún tenía la leche de la venida anterior pero creo que eso la excitó más. Siguió mamándome la tranca que ya de por si se había puesto dura de nuevo. A un lado del sofá había un mueble como mesa y sacó de un cajón de ahí un consolador de esos que tienen como granulado por fuera para frotar por dentro y aumentar la estimulación. Me sorprendió la morena pero me gustó la idea.
Ella se montó arriba de mí sobre mi dura tranca y yo seguí sentado en el sofá. La tomó con su mano y se la acomodó para ensartársela toda. Yo la agarré de las nalgas mientras ella se dejaba caer sobre mi verga. Gritó cuando la sintió hasta el fondo y eso me excitó mucho. Entonces comenzó con movimientos de sube y baja ensartándose a gusto mi caliente verga. Sus tetas quedaban a la altura de mi boca y ella me las arrimaba más y yo se las mamaba goloso. Me volvían loco sus tetas. La chica era fuego intenso entonces le quité de la mano el juguetito y se lo metí por el culo aprovechando los movimientos de sube y baja de ella y lo caliente que ella estaba. Ella gritaba bien caliente. Yo le metía y le metía el consolador en el culo y ella se ensartaba y se ensartaba sobre mi verga. A través de las paredes de su vagina sentí con mi verga la presión que le hacía el juguete en sus entrañas, y comprendí por que la chica se comenzó a venir de nuevo. Yo no me vine todavía. Entonces ella se sacó de encima de mi y se volteó al revés. Montada sobre mí con las piernas bien abiertas pero dándome ahora la espalda. Tomó mi dura verga con su mano y se la ensartó en el culo. Yo agarré de las nalgas y la subía y la bajaba metiéndole la verga. Ella se veía que gozaba de lo lindo ensartada por el culo, entonces se metió el juguete por su vagina jugueteando con un mete y saca. Con la mano izquierda se lo metía y con la derecha comenzó a masturbarse el clítoris. La colombiana gritaba a todo lo que daba su caliente pasión y eso me puso la verga más que caliente. Era una escena inolvidable. Sus nalgas rebotaban sobre mi, mi verga dura y caliente le entraba hasta el fondo de su culo, y ella se ensartaba el juguetito en su vagina al mismo tiempo que se masturbaba el clítoris. Mi verga le entraba en cada ensartada y ella con el consolador a mete y saca de su panocha.
-Aayyy estoy bien mojada-, gritaba. Ella jadeaba y sudaba y de pronto zaz que se viene toda entre gritos y gemidos. De su vagina brotó una venida tan tremenda que el chorro saltó hasta la mesita de centro salpicándola.
Yo también exploté. Eso que la chica hizo me supercalentó la verga. Le agarré las tetas y me vine dentro de su culo. Mi verga le llenó el culito de leche y ella feliz, y yo también. Yo quedé exhausto. Y nos quedamos dormidos un rato ahí en en la alfombra de la sala para recuperarnos. De pronto nos despertó el ruido de la puerta, alguien entraba. Era Silvia la compañera de cuarto de Annet, y es que ambas habían venido a México a unos cursos. A mi me dio pena que me encontrara desnudo. La chica era una hermosura. Mas bajita que Annet, delgadita de cintura fina, y pelo lacio negro y largo hasta la cintura y traía un vestido entalladito rojo de una sola pieza. Venía de una reunión de amigas.
¡Aaa hubo fiesta sin mi eehh?-, Annet se levantó y me presentó y le platicó abiertamente de la tremenda venida que habíamos tenido. Yo estaba asombrado de tanta confianza entre ambas para esas cosas, y aun estábamos desnudos. La gran sorpresa fue que Silvia comenzó a quitarse la ropa y se puso toda desnuda rapidísima.
-Me dejaste algo para mi?-, le preguntó Silvia a Annet, y se arrodilló frente a mí y comenzó a mamarme la verga. Mi mente revolucionó a mil. Con dos bellezas desnudas y dispuestas a disfrutar sin inhibiciones mi cerebro de inmediato reaccionó y mi verga se alzó de gusto. MI pene se endureció de nuevo y comenzó a crecer dentro de su boca.
Cuando Silvia sintió mi verga bien dura y bien parada se puso de pie y se trepó de mi cuello. Me abrazó con sus piernas y yo la sostuve en el aire con sus piernas abiertas. Mi verga casi le entra en el culo pero Annet me la agarró con sus manos y se la acomodó a Silvia en su raja que ya estaba bien mojadita. Creo que se le mojó desde que Annet le platicó como nos venimos. Comencé a cogerme a Silvia balanceándola en el aire y le di tremendas ensartadas. La chica era ligerita, especial para gozarla así. Mientras me la cogía en el aire Annet se inclinó por abajo y me lamía los huevos. La sensación era deliciosa. Silvia gritaba, estaba bien ensartada por mi verga.
-Aaahh qué rica vergaaa . .-, gritaba y nos besábamos y jadeábamos juntos. Annet seguía calentándome los huevos allá abajo. Lugo solté a Silvia y las dos chicas se acostaron en la alfombra haciendo un 69. Annet boca abajo y Silvia empinada arriba de ella. Una a otra se mamaban deliciosamente sus rajitas. La de Annet estaba aún mojada por mi semen y eso excitó mucho a Silvia. Entonces me coloqué de rodillas por detrás de Silvia y le metí mi verga en su raja. Ambas estaban bien calientes mamándose sus rajitas y yo gozaba cogiéndome a Silvia agarrándola de la cintura metiéndole la verga.
-Aaahhh está bien gruesaaa..-, gimió la exquisita muchacha. Así permanecí un rato con el mete y saca hasta que Silvia pidió desesperadamente –Destrózame el culo . .. méteme la verga en el culo-.
Yo obedecí de inmediato y se la metí toda, y Silvia le metió el consolador a Annet en el culo al tiempo que le mamaba la panocha. Mis huevos pegaban en la rajita de Silvia y Annet me los lamía de vez en vez con su lengua. Era una situación más que deliciosa para mí. Era el paraíso sexual. Mis servicios de Bar Tender estaban más que extralimitados. Me vine a chorros en el culito apretado de Silvia.
-Aaasii dame tu leche papiii . . dame tu lechita-, me decía entre embestida y embestida. Ella también se vino al mismo tiempo en la boca de Annet, y Annet se vino de nuevo con las mamadas que Silvia le dio. Lo supe por los gemidos simultáneos de ambas y junto con migo. Annet relamía las gotas de mi semen que se escurrían del culo de Silvia. Aquello fue la locura, una venidera tremenda.
Luego quedé rendido, me acosté en el sofá exhausto y me quedé dormido hasta casi las 8 de la mañana. Bien exprimido por estas 2 bellezas.
Espero les haya gustado esta historia que me sucedió en uno de esas noches de Barman. A veces en la noche puede pasar cualquier cosa. Ya luego les contaré más. Me gustaría que me comentaran qué les pareció y si desean más historias.
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