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Mis aventuras en Chochilandia (3)

Tercera parte de mis aventuras en Chochilandia,tierra de grandes culamenes y abultados chochos



Cómo estando en estos trabajos encontré al indio Godofredo, enamorado de lo ajeno y tremendo fornicamonjas



 



Con gran pena y entre lágrimas y sollozos se despidió de mí la Sra Isabel, que veía cómo se le escapaba el mandingo que la había hecho feliz durante todo aquel lujurioso verano .La mujer aquella me había exprimido como a un limón, tales eran sus furores uterinos.Me puse en camino a Teruel,pues me habían recomendado en un convento de Los Frailes del Cilicio Deseado.Haciendo dedo,entre cargas de melones,ristras de ajos y fardos de patatas , me presenté una manana de agosto a las puertas del Monasterio.Un frayle viejo y seco como una pasa me abrió la puerta.



-Eres Juan de Salamanca,el recomendado?-me preguntó.-si ,padre,para servirle a dios y a usted.



-bien,pasa.Me condujo por unos pasillos abovedados hasta una parte del monasterio donde estaban las celdas de los monjes.De las baldosas se desprendía un olor a lejía muy fuerte.



Abrió una celda algo apartada de las otras y entramos.Un camastro de madera,una mesa vieja ,silla,joafaina y orinal de porcelana cascarillada componían la frugal estampa de la habitación,presidida por un enorme crucifijo de piedra que pendía amenazante sobre la cabecera de la cama.-Hijo mío-dijo el perdulario-dentro de v einte minutos hacemos el almuerzo.La sala de las comidas y reuniones está en el otro ala del edificio-. Diciendo esto se dió la vuelta y salió de la celda,dejando tras sí un olorcillo rancio,a viejo mal lavado.



 



Yo me afeité en la jofaina y me lavé los sobaquillos y mis partes pudendas con una pastilla de jabón „Lagarto" que había encontrado debajo de la cama y me dirijí al comedor.



 



Allí estaba ya todo el convento.Los monjes , distribuidos en mesas macizas de a seis, devoraban entre sorbos y masticaciones cuantiosas viandas que los novicios traían de las cocinas.



Lenguas de alondra,palomas estofadas con ciruelas,pajarillos en miel, sopa picante de col,mantegate,capones, carpas escabechadas,corderos asados,salpicones,jetas adobadas,sangre encebollada...todo ello acompanado de hogazas de pan blanquísimo y humeante.



Cada mesa estaba presidida por una cabeza de cordero asada en el horno que miraba ciega haciendo una mueca siniestra con la lengua fuera en una boca sin labios .



Observé que casi todos los clérigos eran obesos,sín duda fruto de aquellas pitanzas. Cada uno de los monjes tenía enfrente de sí unas enormes tazas de barro,que eran contínuamente rellenadas con cerveza por los incansables jovenzuelos de la cocina.



Muchos de ellos no tenían el menor problema en tirarse enormes pedos sonorísimos y entre plato y plato se echaban al coleto larguísimos tragos de cerveza, tras los cuales regoldaban como becerros.



Yo viendo aquella templanza , me dije:"ojo avizor".Comí poco,picando algo de cada plato,descubriendo con placer que los cocineros eran maestros en su oficio.



 



Mientras duraba la pitanza, un joven frayle más delgado que los otros leía bajo el fondo abovedado historias ejemplares de Santos y Mártires con voz atiplada de castrado. No tardé mucho en descubrir que era monje bujarra.Luego supe que era un complaciente, es decir , ponía el ojete al servicio de quien quisiera aliviarse.Nadie se ocupaba de escuchar lo que el sarasa recitaba,y era una divertida paradoja obervar cómo aquellos Hermanos en Dios se zampaban y se bebían el mundo entero mientras un monje flor hablaba de hambrunas en el Africa Calabar .



 



Terminada la sobremesa, el mismo monje que me había recibido se acercó a mi mesa con aire cansino:



-Juán de Salamanca, el Abad quiere conocerte-Me levanté y le seguí intentando no respirar el fétido olor que despedía el anciano.



 



Sentado en la mesa que presidía la sala estaba un Frayle gordísimo,algo mejor vestido que los otros, con triple papada, ojos acuanosos y entornados, los párpados hinchados y que respiraba dificultosamente.



 



-hijo mío-dijo con voz casi inaudible.-Me han contado maravillas de tí y el parroco de Villanueva,el bueno de Ambrosio, me ha dicho que has servido muy bién a esa parienta suya....Dona Isabel...-diciendo esto me miró a traves de sus infectados ojos y yo supe que el Abad debía barruntarse algo.



-Sí , me trato muy bien la Sená Isabel-Real hembra!!-dijo el Abad.- Quién puediera ser joven para montarse una buena yegua-suspiró-Yo me quedé helado ante aquella confesión.Se veía que además de glotones eran los monjes sátiros sín par.



-Mira .Juanito-dijo el Abad,relamiendose la grasa que aún le brillaba en los morros-te voy a dar un mandao, que es el siguiente: manana después de los Maitines te pasas por la cocina y les pides unas alforjas que ya tendrán preparadas.En ellas hay varias botellas de la cosecha de este ano, vino tinto de mucho cuerpo y de calidad incomesurable.También habrá un morral para tí con una tortilla cruda de patatas , una bota de vino de Montanchez y una hogaza de pan.Luego le pides al hermano Gervasio las llaves del Cuatro latas amarillo y te vas a la casa de los Marqueses de la Gran Cascada.Gervasio te explicará cómo se llega.Te encomiendo a tí este mandao por que de estos gandules glotones no me fío ni un pelo y del vino no iba a llegar ni la mitad.Se lo das al Senor Marqués Don Genaro de la Gran Cascada y Simón en persona , y aparte de darle muchos recuerdos míos y a su santa senora,le pides un pequeno informe por escrito de la calidad del vino, que seguro redactará gustósamente para tí.-



 



Con esto el Abad hizo un gesto con su mano izquierda y entrecerrando aún más los ojos,se quedó traspuesto,con la triple papada deplegada sobre el pecho.



-Vamos,Juán.-dijo el Hermano Gervasio.Me fuí detrás del viejete, y sin muchos más sucesos transcurrió el día.



 



A la manana siguiente ya estaba yo con el cuatro latas camino del Marquesado.Era una manana fresca y lunimosa y el olor del tomillo y de los romerales inundaba el interior del coche.El trasto aquel tenía radio cassete así que puse una cinta que había encontrado en el maletero y que se titulaba „Pepito piscinas" y que era nada menos que la música de una película de Susana Estrada,estrella rutilante de la época.



 



A las dos horas divisé la puerta del marquesado y un labriego con cigarrillo de caldo entre los labios me abrió la verja y me indicó cómo llegar hasta la mansión .Después de unos 5 kilómetros entre castanos y abedules apareció ante mí una especie de castillo del medievo aconcicionado a los tiempos modernos.



Aparqué a la entrada y al bajar del coche vino a mi encuentro un hombre entrado en anos ,inclinado por el peso de una jiba de campeonato



 



-A las muy buenas el senorito.-me saludé el cheposo,y diciendo esto sonreía monstrando una boca negra sín un sólo diente.-Soy el Capatáz de la finca-continuó el monstruo babeando las sílabas-y mi nombre es Nicodemo Jesús Gavilán Tortosa, pa servirle a ustéd, a Dios y al Generalísimo,que Dios lo tenga en la gloria bendita, aunque para abreviar y por esta desgracia que acarreo en la espalda, me llaman el Contrahecho.El Sr Marqués me manda decirle que siente mucho no poder recibirle personalmente pero es que a sucedido lo siguiente:que han venido unos Senores de Fuerza Nueva de Madrid y se han ido todos con sus respectivas de cacería,y no volverán posiblemente hasta la mananada.Me ha mandao decirle también que le preparemos una habitación para usted y que tenga la bondad de esperar a su regreso hasta manana si Dios quiere y la dicha es buena"-terminó el fámulo,dejando a las claras que el discurso lo había estado ensayando hasta aprenderlo de memoria y poder decorarmelo de seguido.



 



Yo le seguí al interior de la casa con mi bolsa llena de botellas ,que dejé en la mesa del amplio comedor.La sala estaba ormamentada estilo Castellano, olía a cuero viejo y a madera de buena calidad.Una chimenea gigantesca caldeaba desde el fondo la estancia y desde lo alto de las paredes me observaban indiferentes decenas de cabezas de jabalies,ciervos,corzos y zorros.



 



-Ahora le digo a la tía Lisarda,mi susodicha, que le traiga un caldo y un ponche para que se le quite el frío."-Diciendo esto desapareció .



Me acomodé en un mullido sillón deleitandome en la tranquilidad y el reposo del lugar hasta que a los cinco minutos vino una mujerona con un cuenco de sopa humenate y una taza en la mano.Era de unos cuarenta anos, algo pelirroja y con los mofletes colorados.Algo entrada en unas carnes que parecían muy firmes.Llevaba un mandil y debajo una blusa oscura algo escotada,donde se veía el canalillo de unos pechos enormes.



-Senorito Juán-me espetó-qué alegría ,una cara nueva por estos lares perdidos del demonio.Yo soy la Lisarda,a mandar , pa to lo que usted predisponga.-„ No sé si eran imaginaciones mías, pero tenía la impresión de que aquella mujer se me insinuaba algo ,observando como contoneaba las poderosas caderas que se adivinaban bajo el faldón de guatiné.



 



-Senora Lisarda-pregunté-qué es lo que puedo hacer aquí todo el día? No tengo la menor idea en lo que emplear el tiempo hasta que sea la hora de dormir"-



-pues nada senorito, le digo al contrahecho que le busque una carabina y se va a pegar unos tiros a las liebres,porque liebres sobran aquí a espuertas, y se jaman las cosechas.Y llámeme Lisa"



 



Al cabo del rato ya estaba yo en el campo,con una escopeta al hombro , a pesar de que jamás había pegado un tiro a nadie ni a nada.



 



Entre perdigonazos se me echó la tarde encima y volví al palacete con un hambre de lobo.



La Lisarda andaba metida entre cazuelas de bronce meneando con brío el bullarengue .Me sonrió al verme y se abotonó sobre el pecho el mandil al percatarse que mis ojos se detenían ligeramente en el nacimiento de sus tremendo pechos.



-A ver , Senorito, siéntese que ahora llega el Contrahecho con los mozos de cuerda y el capataz.-



-Qué hay de manduca?-.-„gazpacho y liebre al ajo arriero"



 



Una viejuca vestida de negro y con un panuelo a la cabeza ayudaba a poner la mesa.Después supe que se llamaba Sebastiana,por mal nombre la llamaban la tía marranera, madre del contrahecho,suegra de la Lisarda.



 



Al cabo de unos minutos entró el contrahecho acompanado de 3 mozos de cuerda y el Sr Alipio, Capataz del Marquesado, hombre gordísimo,con los parpados hinchados y que respiraba trabajosamente.



 



-Lisarda mía-vociferó el Sr Alipio-Echa a estos de comer y dame a mi de lo tuyo!!!-diciendo esto se relamía los labios con gesto lascivo.Se acercó al fogón donde se inclinaba la Sra.Lisarda y le metió una manota entre las rotundas nalgas que se adivinaban bajo los faldones



-quía !!-le espetó la Lisarda dándole un empellón-A comer, guarro,tío asqueroso!!!!,y con un fuerte empujón se deshizo de las manos del gordales.



 



El contrahecho parecía no percatarse de nada ,por lo que entendí que era pobre de voluntad y cornudo.



 



La pitanza estaba de categoría , y después del café de puchero y unos cuantos anises me quedé sólo otra vez con la Sena Lisarda



 



-has visto ,miho?-me dijo. Qué manera de meter mano tiene el Alipio ese , es un tío putero y asqueroso, si no fuera por que tengo un marío cobarde y jiboso...Otro hombre ya le habría partido la cara...



-Sena Lisarda , si usté quiere luego le digo cuatro palabras al tío Alipio y ya verá como la deja a Usté tranquila.- .-tú crees..si tú eres un jovencito.-Sí, pero mire que músculos tengo.- Y diciendo esto , le ensené mi biceps derecho.Ella se acercó curiosa y palpó la bola de mi brazo..-Pues si que es verdá ...de qué tienes tu tanto músculo , de meneartela? Y al decir esto comenzó a reirse de tal manera que el botón del escote se le volvió a abrir mostrando nuevamente el nacimiento de sus tremendos senos.



-Pues senora Lisarda ,yo entiendo bién al Sr Alipio, que en viéndola a usted tan guapa y a la sazón ,con esas carnes tan satinadas y bién puestas...no me extrana..cualquiera se calienta viendo a una real hembra como usté...-Hay ,hijo , no digas tonterias.Y tú con lo buén mozo que eres , seguro que tienes a montones de chavalas tras de tí..-No crea ,sena Lisarda..que en esta vida de conventos a poco de donde elejir.-



.-Mira, Juán , to voy a proponer un trato-me dijo de pronto la Lisarda.-tú me quitas de encima al Tío Alipio y y o sabré recompensarte, no lo dudes,- ‚Eso está hecho-contesté-luego le digo unas palabras.- Muy bién , así me gustan los hombres-me respondió- valientes-„ Diciendo esto salío con un movimiento de caderamen que me dejó sín resuello



 



Estuve ocupado toda la tarde en la biblioteca del marqués ,prolija de libros eróticos.Tenía varios incunables, así como una primera ediciión de „Il Catalogo annale" de Giacommo Follerini ,ilustrada con dibujos que monstraban enculamientos y sodomizaciones .En el libro se explicaban diferentes métodos para mantener el esfinter de las mujeres suave y bien aireado.Con algodones empapados en leche de cabra se conseguía ,según Follerini , un agujero suave y limpio...Estaba yo con las lecturas un poco verraco cuando escuché como volvían los arrieros.Me levanté y bajé lentamente a las caballerizas.El tío Alipio estaba comiendose un cacho de chorizo y la grasa rojiza le corría brillante por los carrillos .



 



Senor Alipio- le dije –dígale a los mozos que salgan un momento fuera.-El tío Alipio me miró extranado y mandó con un gesto a los mozos fuera



Mire –seguí-yo no tengo nada contra usted , pero tengo la orden de decirle que si sigue usté metiendo mano a la Sená Lisarda, le voy a dar tal hostia en la jeta que no le va a quedar ningúno de esos cuatro dientes que aún le quedan-„



El Tío Alipio había dejado de masticar, y se empezó a poner rojo como un tomate.Me dí cuenta que era cobarde gallina y que se iba a cargar en los pantalones si seguía amenazándole.-Estamos?-pregunté.-Tranquilo , muchacho-dijo finalmente.Yo dejo a la Lisarda tranquila si tu quieres..no quiero problemas contigo ni con el Sr Marqués ,que es buén amigo del Abad."



 



Diciendo esto salió apresuradamente del establo.



Yo volví a la cocina y encontré a la tía Lisarda desplumando unos gansos.Tenía la camisa arremangada dejando a descubrir susrollizos blancos antebrazos.Sujetaba en ese momento un ganso entre las piernas y mientras le iba arrancando las plumas los voluminosos pechos bailaban dentro del corpino,.yo me quedé como hipnotizado mirando aquel movimiento –„Miho, dijo de repente la Lisarda –„qué se te cae la baba de la boca....has visto fantasmas o qué?"_



Yo salí de mi sueno-Perdone ,tía Lisarda,estaba viendo cómo desplubama al ganso y ...bueno,luego se lo contaré con más detenimiento.



-Mira ,mijo,a la hora de la siestada – dijo la Lisarda- cuando apriete la calor te vienes al fondo de la casa , al lado de del establo y me esperas a eso de como las 4.Ya me he enterado de lo que le has dicho al Tío Alipio , y yo sé cómo recompensarte-dijo mirándome lentamente-.



Me dió un escalofrio por el cuerpo y noté que la punta del capullo comenzaba a endurecerse.Salí rápido de la cocina y me fuí de nuevo a la biblioteca,donde me serví una copa de cognag .Viendo unas ilustraciones de un Quijote erótico del siglo 19 , donde Sancho Panza era una especie de sátiro con una polla enorme y Alonso Quijano sodomizaba a cuanta mesonera se encontraba por medio caí en un profundo sopor hasta que el reloj de cuco me despertó con cuatro toques.



La casa estaba sumida en un silencio absoluto.Todas las actividades agrícolas se interrumpían para dar paso a la siesta sagrada de los labriegos.Me dirijí con pasos silenciosos al fondo de la casa y al ver un pequeno lavabo me despejé con algo de agua fresca en las seines y aproveché para lavarme la polla que ya estaba bastante emporrada.No pasaron más de 3 minutos cuando oí unos pasos quedos que se dirijían hacía mi.



La Senora Lisarda apareció al fondo del pasillo indicándome con un dedo entre los labios que guardara silencio. Me tomó de la mano y así salimos al sol de justicia de la tarde mediterranea.Entramos en el establo y nos dirijimos rápidamente hacia una escalera de madera que adiviné como la subida a un pajar o silo.Subiendo detras de la Sra Lisarda pude admirar el tremendo contonear de poderoso nalgatorio.



-bueno,mijo-dijo sussurrando-ahora viene lo que te debo.- Diciendo esto me pegó un empujón que me hizo caer en la paja y se sentó a horcajadas sobre mi.Enseguida comenzó a besarme metiendome la lengua por todos los sitios,dejándome llena de saliva mi cara mientras se iba desabotonando el vestido.Yo mientras tanto le había cogido por detras el culamen y se lo manoseaba como podía.La Sra Lisarda estaba fuera de sí,jadeando como una ternera..Me abrió en un santieamén la bragueta dejando mi garrote enhiesto al aire.-Vaya peazo salchichón que tienes ...-dijo golosa la Sra Lisarda.Diciendo esto se arremangó los faldones hasta los muslos y con un golpe de cadera –no llevaba nada debajo de la falda-se ensartó el instrumento.Yo veía el cielo.La Lisarda se movía como una loca encima de mí .-Ay ,mijo..-susurraba en voz baja-qué gusto me estas dando...-Yo le saque los melones del corpino y empezé a sobarselos.Eran gigantescos ,como melones,y tenía que coger uno con las dos manos para abarcarlo totalmente.



La lisarda seguía moviendose encima de mi y yo le metí un dedo por el ojete,cosa que le hizo poner los ojos en blanco



-Ahora levántate-le dije- quiero que me la mames .-Lo que quieras....rey mio-



la hice arrodillarse y le metí el cipote entre los labios.Ella se lo tragaba hasta el fondo y lo chupaba dandole lametazos y mirándome a los ojos con cara de guarra.-Ahora verás –dije-quieres que te eche toda la leche en los morros?-to lo quieras ,mijo,me encanta que me empapen con la simiente.-Me vino de repente un espasmo y le solté un chorro de semen que fué a parar a su cara violentamente.



 



Me tendí en la paja exhausto mientras la Lisarda se relamia con la punta dela lengua los restos grumosos de la cara.



 



-ahora dame tú un poco más-.dijo . Yo estaba en ese momento bastante descremao pero la Lisarda se arrodilló ante mí y comenzó a manosearse las ubres chupándose los pezones con la lengua y mirándome lascivamente,lo que hizo que se me volviera a poner dura-Ves,rey? Tenemos pa otra sesión.Quieres empalarme por el culamen??.diciendo esto se puso de espaldas hacia mi y se fué levantando lentamente los faldonesdescubriendo un culo grande ,blanco y redondo.Poniendose a la altura de mi cipote, se agachó lentamente como si fuera a orinar y poco a poco se fué metiendo mi pepino.Se notaba que no era la primera vez,pues no estaba el agujeiro muy estrecho.Yo la agarré por las tetas y ella me tomó una mano y empezó a morderme los dedos para no gritar.Así estuvimos unos minutos hasta que ya sin poder contenerme le mandé una descarga.



 



Ella se levantó y comenzó a limpiarse la entrepierna con unas briznas de heno



-Sabes,mijo?,pasado manana viene mi hija,la Antonia,está algo gorda,pero es una vaca brava y anda con ganas de polla.Si quieres , os organizo un encuentro.



Yo veía que estaba cayendo en la red de unas ninfómanas pueblerinas.-si quieres , nos das a las dos, montamos un trio desos menajes atruás o como se llame eso. A mi no me importa.-



-Ya te diré algo ,Lisarda, cuando me haya recuperao del meneo.



La lisarda se metió las tetas en el corpino y desapareció por la escalera.



 



Os seguiré contando más aventuras con la Lisarda , la Antonia y una amiga de ésta ,una mudita muy viciosa de nombre Candelaria


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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