Les voy a contar el día que Reyna le fue infiel a su marido conmigo, era un viernes y me encontraba en casa no tenía planes de salir estaba viendo una película tranquilamente, eran las 10 de la noche cuando sonó mi celular era mi amiga Reyna es una mujer de 36 años, casada desde hace 9 años le conteste y le dije hola Reyna como estas y me dijo bien, segura le dije ya te escucho un poco tomada y me dijo para nada y me pregunto tienes planes para hoy y le dije que no y me dijo pues te invito a que vengas a la casa estamos tomando unas cervezas con mis hermanas y Berna, está bien voy para tu casa, como a los 20 minutos llegue a casa de Reyna y elle tenia puesto una blusa roja y una falda blanca corta que dejaba ver sus hermosas y bien torneadas piernas, ya solo estaba Berna y ella y le dije y tus hermanas se acaba de ir se fueron a bailar, mi marido, tomado, pero muy contento, me saludo a todos y nos pusimos a tomar y a platicar. Seguimos así, note que Berna ya estaba bien tomado y note que Reyna a querer seducirme, no directamente, pero me miraba de forma coqueta ,lo cual pensé, será por el alcohol, note que andaba ya cachonda, entonces se levantó Reyna y coloco música vamos a bailar cumbias no perdía ninguna oportunidad de rozar su cuerpo, aunque muy discreto, un poco más abajo de su cintura y me repagaba rozando sus pechos, eso la empezó a prender y Así estuvimos las horas, bailando, platicando y tomando, tanto que ya nos habíamos acabado las cervezas, ya Berna ya estaba bastante tomado, serian como las 2 de la mañana y cuando descubrimos que Berna estaba bien dormido. Me senté en el mismo sofá que estaba Berna durmiendo y Reyna se sentó junto a mí, la note que estaba algo nerviosa, aunque se había puesto algo cachonda, el hecho de que su marido estuviera durmiendo en el sofá Donde estábamos sentados, le daba miedo que viera algo me acerque y le dije Reyna quiero hacerte una confesión y que esperaba que no se molestara a lo cual me dijo que no había problema, le dije que me gustaba su forma de ser, que era una persona muy interesante y que era muy sexy, que me atraía mucho, mientras tomaba su mano la cual trato de retirar pero la agarre con fuerza pero sin brusquedad, y le dije no se ofendiera que la deseaba mucho, me dijo que no siguiera que su marido estaba junto a nosotros, y seguí tocando su mano y me acerque más para decirle al oído, él no se dará cuenta y será nuestro secreto, en ese instante ella sintió un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo, mezcla de miedo y excitación y al sentir mi aliento en su oído se le doblaron las piernas, el cual aproveche para tocarle las piernas y empecé a besarle el cuello lo cual la hizo sentase humedad en su rajita y ella ya no pensaba más que en lo que le estaba haciendo. me dijo en un susurro que parara pero para mí era como si me pidiera más así que continúe besándole el cuello y mi mano ya estaba debajo de su blusa restregándole sus pechos que con maestría saque de su brasear Reyna ya solo se arqueaba y gemía con cada caricia que le daba y más y empecé a meter mi mano hasta llegar a su rajita y sentir lo húmeda que lo tenía, metí dos dedos de una vez sin costarme trabajo, ya tenía una chiche en mi boca y le decía que estaba riquísima lo cual me prendía mas. Ahí la tenía en el sofá, desparramada, con la blusa abierta y las chiches de fuera, con la falda a media nalga solo con el espacio para poder meter su mano ella ya estaba deseosa de que me la coja, ya no le importaba que estuviera su marido dormido se entregaba a mis caricias que le provocaba una excitación que nunca, nunca había sentido. Instintivamente estiro su mano buscando en mi pantalón aquel bulto que había notado mientras bailábamos a lo cual, la ayude acercando su mano para que tocara ese enorme tronco que ya quería salir de su prisión, intento desabrochar mi pantalón lo cual no pudo lo saque rápidamente permitiéndole tocarlo sintió ella como se mojaba mucho más, y seguía ella acariciándome la verga y decía es suave y muy gruesa, apenas si lo podía abarcar con sus manos, no pudo más con la curiosidad y volteo para verlo y wok un hermoso pene moreno, grueso, grande con unas venas que parecía le iban a reventar y una cabeza grande y tiesa como un bate de béisbol el cual quería comérselo, y me dijo la verdad mi marido tiene buen pene, pero este estaba delicioso, seria por el alcohol y mi calentura, lo miraba y tocaba ya quería ella que lo clavara. Me levante como adivinando lo que quería, me baje el pantalón hasta los tobillos y le ofrecí aquel enorme pene a Reyna, poniéndolo frente a ella, tenía unas gotitas en la punta las cuales empezó a lamerlo primero y luego lo introdujo lo que pudo y con su lengua saboreaba le acariciaba la puntita, lo cual le hacía estremecerse. Me quite la camisa mientras me movía cogiéndome la boca de ella y empezó a tocar mi estómago y mi pecho lleno de bellos que parecía un oso de peluche, me hizo que me parara y se sacó por completo su pantalón para después sentarse el en el sofá indicándome que me sentara arriba de él y ensartarme yo sola, de repente lee entro el nervio de saber que le iba a ser infiel a su marido y en su propia casa, empezó a temblar como loca pero a la vez la excitación era más fuerte, así que se colocó arriba de mí y se acomod0, yo no me movía solo la miraba a los ojos y ella no dejaba de temblar, como pudo agarro mi pene y lo acomodo y empezó a sentarme poco a poco disfrutando y sintiendo como se empezaba a abrir sin poder evitar un fuerte orgasmo al momento que la tenía toda dentro, se quedó quieta un rato disfrutando aquel placer que le provocaba ese enorme verga. Poco a poco se empezó mover primero en círculos luego de arriba a abajo, le tome de la cintura y cada vez que bajaba lo hacía con más fuerza para que se la introdujera toda, así continuamos unos 15 minutos hasta que la sostuve con fuerza para no permitirle moverse y sintiera como mi pene se movía dentro de ella como si se hinchara más y vi la cara de placer que sentía Reyna y me vine dentro de ella. Así estuvo un rato, ella seguía sintiendo como se hinchaba mi pene y se escurría todo mi jugo por sus piernas hasta llegar a mis testículos, me soltó y suspiro, me acerque la tome de la cabeza y le di un beso muy apasionado, así estuvimos un buen rato, abrazados sin que ella quitara se quitara de encima de mi entonces Reyna se levante y se sentó a un lado en el sofá viendo mi pene como estaba empapado de mi semen y de sus fluidos, y seguía gimiendo y estaba empapada sintiendo como su rajita palpitaba, volteo a verla, y la bese y dije que estaba muy rica, muy apretadita, que sabía cómo moverme, que mi marido ha de estar encantado con una hembra como tú, mientras le estaba tocando el clítoris que estaba bastante hinchado, eso la puso más caliente, ya solo se movía su cintura al ritmo de mis dedos con los ojos cerrados, le seguía diciéndole cosas y le pregunte si le había gustado como me la cogí ella entre suspiros contesto que sí, le pregunte tu marido te coge así? no me contesto, quieres que ser mi puta? Reyna ya estaba bastante excitada y dijo que si, entonces vas a ser lo que te pida para que pueda seguir cogiéndote, ella ya a todo decía que sí, de repente, sin dejar de masturbarla levante y la incline hacia adelante contra el sofá, y me puse detrás ella y empecé a chuparle con mi lengua en su ano, y gritaba ya no le importaba si su marido se despertara ella gozaba y decía nunca me habían chupado el ano ni mi marido y es una sensación riquísima, ya solo habría más su piernas para facilitarme el trabajo, yo seguía metiendo el dedo en su rajita y saco uno para meterlo en su ano, luego otro y así seguí, con el mismo liquido de su rajita la estaba lubricando el ano, me levante y así de espaldas le metí su verga en su raja sacándome un grito de placer, luego la saque y trate de meterla por su ano, aunque no pude ya que ella se hacia Asia adelante porque le dolía, pero la empecé a jalarla de la cintura y poco a poco se la fui metiendo, Reyna gritaba siento que me vas a romper en dos, era virgen de ahí, no lo había hecho nunca por ahí y poco a poco aunque ella me pedía que no siguiera, no le hacía caso, lo metí mas y más hasta que entro toda y me quede quieto, sus piernas de Reyna se doblaron y la tuve que detener. Poco a poco y en poco tiempo se acostumbra a tenerla dentro y le seguía acariciando el clítoris y le empezó a tomar gusto, empezó a moverse poco a poco hasta ser más duro y empecé sentir como su ano lo apretaba como no queriéndolo dejar salir, Reyna sentía un dolor muy fuerte pero también un placer inexplicable. Así tardamos unos diez minutos ya Reyna llevaba varios orgasmos, y le di un arrimón muy fuerte, y me vine a chorros nuevamente dentro de su ano, de sus piernas temblorosas escurría todo mi semen que era mucho, cuando quise sacar mi pene me pidió que lo sacara lentamente para poder gozar más, para ella era una sensación extraña sentir como lo iba sacando, y lo saque poco apoco, ella me decía siento un vacío dentro de mí y mi ano palpita muy fuerte. Me empecé a vestir y ella me decía no te vayas, no le hacía caso y continúe y me dirigí a la salida para ver que hacia grande fue mi sorpresa que se salió atrás de mi sin ropa me detuve y abrí la reja creo que eran como las 4 de la madrugada y Reyna quería más, llego hasta donde estaba se hinco y se puso a chupar y a tragar mi verga completa con una agilidad preparándola para metérsela la dejo dura y me dijo vamos a dentro no es mi puta y aquí te voy a coger que no te importe si pasa alguien tu sigue cogiendo, la alce y la puse frente a mí y ella busco mi pene lo acomodo y se ensarto, y empezó a moverse rápidamente subiendo y bajando gimiendo como nunca. Así estuvo buen rato se bajó y la lleve a mi carro estacionado afuera la acomode y se la metí en su vulva y me la culee salvajemente
Hasta volver a venirme nuevamente, se la saque y me subí mi pantalón, la ayude a bajar del carro y la abrace y le dije ahora si ya estas satisfecha y me dijo sí, me pegue al carro y la abrace y nos quedamos afuera platicando un rato y le dije cuando quieras puedes ir a la casa para que te quite la calentura o si quieres experimentar nuevamente en tu casa por mí no hay problema y me dijo te visitare seguido entonces y después dijo ya no tarda en amanecer me dio un besos en la boca y otro en mi pene y se despidió toque su trasero y me dijo; Ahora soy tu puta y le dije así es solo a mí me perteneces y se encamino a su casa e hice lo mismo.
Reyna es una mujer que necesita estar siempre satisfecha en lo sexual porque si no va a buscar quien la satisfaga y la tenga siempre llena de semen