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LA ASISTENTA FILIPINA (Introducción)

LA  ASISTENTA  FILIPINA   (Introducción)

Pili y su hija adolescente abandonaron Madrid después de un difícil y complicado divorcio, se establecieron en una población costera cerca de Tarragona e iniciaron una nueva vida, escolarizó a su hija y encontró trabajo como administradora en una residencia de ancianos.

Pronto le surgió una oportunidad y al ingresar un anciano en la residencia, la familia quiso alquilar el chalet y Pili lo fue a visitar, le encanto, estaba en una buena urbanización bien conectado con el transporte urbano y cerca de centros comerciales, el precio era muy asequible, incluso menor que lo que pagaba en su último piso y disponía de una ventaja muy importante, la familia del anciano había contratado una asistenta por una año y todavía quedaban algunos meses para finalizar el contrato y se hacían cargo ellos.

Pili y su hija se mudaron a su nueva casa, era un chalet ya viejo pero reformado, la primera planta disponía de un garaje, la cocina, un amplio comedor, un baño completo y una habitación que destino para su hija al tener la conexión de internet y el ordenador, en el piso de arriba una habitación grande con una gran cama y otra habitación más pequeña que ocupaba la asistenta,  separada por un amplio baño con una ducha de amplio tamaño, la finca también disponía de un trozo de jardín.

Sonja era la asistente, una chica filipina de unos 30 años, bajita y delgada y muy servicial y educada, dominaba el castellano a la perfección y después se enteró que era viuda. Pronto la chica y su hija conectaron y se llevaban muy bien y les preparaba la comida que a su hija le encantaba con un toque asiático y les lavaba la ropa y tenía el chalet muy limpio, de el jardín se ocupaba Nasir un chico magrebí que se ocupaba de el mantenimiento de la urbanización arreglando jardines y haciendo pequeños arreglos.

Un fin de semana Sonja se estaba duchando con la puerta abierta, Pili al pasar no pudo evitar mirarla y verla desnuda, llevaba el pelo suelto, su piel era muy morena, sus tetas eran como dos melocotones, sus pies diminutos con unas uñas pintadas de color rosa y su coño estaba rasurado con poco pelo, Sonja le dedico una sonrisa al verla y por el cuerpo de Pili le recorrió un extraño estremecimiento y se quedo paralizada delante de Sonja, reacciono y bajo al piso de abajo, al momento bajo Sonja vestida de manera informal con un pantalón vaquero y una camiseta y unas zapatillas deportivas, se tomo un café con Pili y hablaron animadamente y esta descubrió que era divertida y atrayente.

Aquel fin de semana tenía libre e iba a visitar a una prima suya en un pueblo de Barcelona, Pili se ofreció a llevarla hasta la estación de tren y antes de que se marchara le dio 50€ que Sonja agradeció dándole un abrazo y un beso en la mejilla, Pili volvió a sentir aquel extraño temblor que le recorrió su cuerpo, por la noche a Pili le costó dormir, no podía alejar de sus mente el cuerpo desnudo de Sonja, aunque su vida sexual había sido monótona y rutinaria muchas veces culpa de ella, sus amigas le habían hablado muy bien del sexo lésbico y se masturbo y se quedo profundamente dormida.

Un día Pili llego al chalet al mediodía a recoger el cargador del móvil que se había dejado en su habitación, subió al piso de arriba y escucho ruidos en el cuarto de Sonja, la puerta estaba entreabierta y pudo observar como Nasir, el de mantenimiento estaba estirado en la cama desnudo y Sonja agachada le estaba haciendo una mamada, se quedo sorprendida y paralizada y estuvo un rato espiando en silencio como Sonja le agarraba él pene con las dos manos y le hacía una profunda felación, podía  ver claramente las plantas de los pies de ella y su culito en pompa que le mostraba la rajita y sus pelitos rasurados.

- ¡Quiero follarte! - le dijo Nasir.

Vio como Sonja se movía para buscar una posición y pudo ver con claridad el enorme pene que tenía él,  a su cabeza le vino la comparación que era mucho más grande y más grueso que el de su ex marido, se aparto y se dirigió a su habitación nerviosa, cogió el cable del cargador y se quedo sentada en la cama bloqueada, enseguida empezó a escuchar como crujía la cama, los gemidos de ella y los sonidos del folleteo, Pili estaba abstraída, su asistenta follando y ella tanto tiempo sin follar, los gemidos de ella ya eran gritos placenteros.

- ¡Fóllame así! - gritaba ella - ¡No pares de follarme!

Pili descubrió que estaba muy excitada y su coño estaba húmedo, por su cabeza asomo la pregunta si él no le hacía daño con aquella polla enorme, se levanto y se dirigió al pasillo, su intención era la de marcharse sin hacer ruido, pero en aquel momento los gritos de ella ya eran desmesurados, su curiosidad la hizo volver a asomarse, vio como Sonja estaba encima de él cabalgando su polla y encarada hacía la puerta, pudo ver su expresión placentera y como su cara se desfiguraba por momentos, una de sus  manos se acariciaba una teta y la otra masajeaba su pelo, Pili la vio preciosa y se quedo mirándola atentamente, en aquel momento Sonja abrió los ojos y sus miradas se cruzaron profundamente y el tiempo se detuvo por unos segundos, Sonja empezó a correrse mientras Pili lanzo un grito sordo y salió rápidamente, casi se cae al bajar las escaleras.

Salió de su casa nerviosa y se monto en su vehículo y condujo sin rumbo simplemente para alejarse, se detuvo en un margen debajo de un árbol abrió la ventana y se encendió un cigarro nerviosa, cuando se fumo el cigarro miro hacia los lados y al no ver a nadie se masturbo y se corrió salvajemente, sus bragas quedaron mojadas y tuvo que limpiar el asiento de sus propios fluidos.

Aquella noche llego con su hija, había estado toda la tarde pensando en cómo afrontaría aquella situación, Sonja estaba en la cocina se saludaron y Pili vio como ella bajaba la cabeza avergonzada, cenaron y cuando su hija se fue a dormir ellas seguían en la cocina.

- ¡Perdóname! - le susurro Sonja preocupada - no volverá a pasar.

Pili se quedo sorprendida, había pensado toda la tarde en que decirle y ahora no le salían las palabras.

- ¡Hazlo en otro sitio! - es lo que Pili contesto zanjando definitivamente el asunto.

Sonja se abalanzo sobre Pili y la abrazo dándole las gracias y diciéndole que pensaba que la iba a despedir, le dio dos besos en las mejillas y sus manos le arañaron los brazos a Pili que volvió a sentir un escalofrío y se aparto de ella, se fumo un cigarro mientras Sonja recogía la cocina y se fue a su habitación pensativa, se había cambiado y puesto un camisón para dormir, sintió unos pasos que se dirigían a su habitación, Sonja entro descalza, Pili estaba sentada en el borde de la cama.

- Te voy a hacer un masaje - dijo Sonja subiéndose a la cama y quedando detrás de Pili de rodillas - los hacía en mi país.

Las manos de Sonja empezaron a masajear lenta y suavemente el cuello de Pili que noto como aquellas diminutas manos le provocaban una paz interior y una relajación profunda, dejo que Sonja la masajease un buen rato.

- ¿Dónde has aprendido a hacer estos masajes? - pregunto Pili - Tus manos valen un imperio.

- Yo hacía masajes a mujeres y a hombres en mi país - le contesto ella acercándose al oído - Y les hacía más cosas.

Las manos de Sonja recorrían el cuello y el pecho de Pili por encima del camisón, cómo insinuando que entrarían y le buscarían sus tetas.

- ¿Qué más hacías? - pregunto Pili intrigada

- Proporcionaba placer - contestó Sonja.

La siguió masajeando por un buen rato sus manos ya le recorrían toda su espalda y Pili empezó a sentirse inquieta.

- ¡Quiero irme a dormir! - dijo Pili levantándose de la cama y dirigiéndose al baño - ¡Otro día quiero más masaje! - le dijo sonriente.

Cuando Pili salió del baño, Sonja la estaba esperando en la puerta para entrar ella.

- ¡Cuando me has mirado esta tarde, me he corrido como una perra! - le dijo Sonja y dándole un pico en los labios.

Pili se quedo paralizada y se fue a su habitación cerrando la puerta, se metió en la cama nerviosa dando vueltas inquieta, noto que sus pezones estaban erguidos y su coño húmedo otra vez y volvió a masturbarse, cuando Sonja salió del baño se quedo escuchando a través de la puerta como Pili gemía al masturbarse.

El jueves por la noche después de cenar Pili salió al jardín, se fumo un cigarro y llamo a su ex marido, aquel fin de semana su hija lo iba a pasar a Madrid, como siempre acabaron en una fuerte discusión, entro en la cocina con los ojos llorosos, Sonja la observo en silencio, se despidió de ella y se fue a su habitación.

Pili se desnudo y se puso unas bragas y una camiseta y se metió en la cama pensativa, era muy joven, tenía 36 años y aunque no era una mujer atractiva sí que tenía su morbo, su pelo moreno corto y rizado, unas buenas tetas y un buen culo, aunque unas caderas muy anchas, media 1,60 y pesaba unos 66 kilos, rondaba el sobrepeso.

Escucho abrirse la puerta y los pies de Sonja acercándose a la cama, se metió en la cama con Pili.

- Hoy no quiero masaje - se excuso Pili - No tengo un buen día.

- ¡Me quedo un rato contigo! - le contestó Sonja 

Sonja se acurruco al lado y su mano le paso por encima de la cintura y apoyó su cabeza en el pecho de Pili y empezó a hacerle un suave masaje en el estomago.

- ¡Estos hombres solo te dan problemas! - susurró Pili.

- ¡Solo los necesitamos para follar! - contestó Sonja, lo que arranco una sonrisa a Pili - y a veces ni para eso, las mujeres podemos aliviarnos entre nosotras.

En la cama y a oscuras empezó un juego sensual que inició Sonja con sus pies frotándolos con los pies de Pili a lo que Pili correspondió aceptando el juego y a partir de ahí todo se desarrollo muy rápido, Sonja giro la cabeza y le dio un pico a Pili en la boca.

- Eres una mujer muy hermosa - le susurró Sonja dándole otro pico.

La mano de Sonja se metió por debajo de la camiseta y acaricio sus tetas, sus dedos le acariciaron los pezones que sufrieron un endurecimiento y arrancaron un gemido en Pili.

- ¡No he estado nunca con una mujer! - susurro Pili excitada

- ¡No te preocupes! - le murmullo Sonja - ¡Déjame a mí!

Sonja le quito la camiseta y la tiro al suelo y empezó a lamerle los pezones con intensidad, lo alternaba pellizcándolos con los dedos y luego los mordía, lo que provocaba gemidos placenteros y unos grititos.

- ¡Me estas poniendo muy cachonda! - murmullo Pili con la voz entrecortada.

- ¿Tú marido te comía el coño? - le pregunto descarada.

- A veces - respondió Pili - Poco y mal.

Sonja bajo la cabeza y busco la boca de Pili metiéndole la lengua y ella le respondió abrazándola y dándole la lengua fundiéndose en un morreo lento y sensual, Pili encontró la lengua de Sonja muy dulce y juguetona.

- ¿Quieres que te coma el coño?

- ¡Tengo el coño muy mojado! - contestó Pili

- ¡Pídeme que te coma el coño guarra! - le dijo Sonja dominante - O te dejo que te metas los deditos.

Pili era muy inexperta en el sexo y mucho más con otros tipos de sexo como el lésbico, pero sentirse sometida la excitaba profundamente.

- ¡Cómeme el coño! - pidió Pili deslenguada - ¡Hazme sentir mal!

Sonja le quito las bragas y le paso los dedos por la raja, Pili soltó un grito placentero, Sonja la estiraba de los pelos que Pili tenía en abundancia y le abrió los labios con los dedos y le dio dos lametones de abajo hacia arriba, Pili se estremeció y soltó unos gemidos profundos.

- ¡Tienes un coño muy  sabroso! - le susurró Sonja - ¡Te huele a reprimida y mal follada!

Sonja empezó a lamerle el coño muy lenta y expertamente, Pili se agarraba a las sabanas y se agitaba al sentir un placer nunca antes experimentado gimiendo profundamente.

- ¡Tapate con la almohada! - le susurró Sonja - ¡No quiero que tu hija te oiga chillar mientras te como el coño!

- ¡Me siento muy sucia!

Pili se tapo con la almohada y la mordía cuando sentía como la lengua de Sonja le martirizaba el clítoris con intensidad, tenía unas ganas de chillar enormes, pero se tenía que contener.

- ¡Voy a hacer de ti una buena putita!

Pili sufrió un orgasmo largo y placentero y se quedo acurrucada temblando un buen rato suspirando profundamente y llevándose las  manos a la boca para reprimir sus ganas de chillar.

- ¡Ahora te voy a follar! - le anuncio Sonja que le metió dos dedos en el coño y empezó a moverlos metiéndolos y sacándolos, Pili soltó un grito y se aparto de Sonja poniéndose de rodillas y abrazandola.

- ¡No puedo! - le suplico - ¡Estoy muy caliente y voy a chillar mucho!

Sonja hizo el gesto de volver a meterle los dedos en el coño y Pili cerró las piernas impidiéndolo.

- ¡Soy muy escandalosa! - le rogó -¡Quiero follar, pero esta mi hija! … por favor déjame.

Sonja la acaricio en la cara y se dieron la lengua, Pili notó el sabor de los fluidos de su propia corrida en la cara de ella.

Sonja se fue a su cuarto y Pili quedo espatarrada en la cama tocando con sus manos las sabanas y encontrándolas mojadas por sus fluidos y se quedo dormida.
Datos del Relato
  • Autor: putito
  • Código: 68148
  • Fecha: 15-07-2024
  • Categoría: Varios
  • Media: 9
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 790
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