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COGIENDO A LA CANTORA

Ella vestida con un vestido negro corto, bien ajustado al cuerpo, en su cuello un collar cuyo centro tenía un enganche para poder conectar una cadena larga que llevaba un anillo que se ajustaba a la verga del macho, o sea yo, que como buen paseador la comencé a arrastrar con mi verga por todo el cuarto, ella en tacones muy altos y como perra puta, se arrastraba arrodillada.

Se subió a la cama y me puso el culo gordo y maduro para que lo usara a mi antojo, lo cual me saque el anillo de mi pija gruesa y comencé a frotar sus tacones con mi verga.

Bien lubricado, comencé a chuparle el agujero del culo, combinando un poco con esa panocha grande de tantos hijos.

Ese culo se veía profundo, mi verga lo sabía, la clavaba una y otra vez, comencé duro, comencé salvaje, la calentura nos poseía, era todo tan salvaje que ella gritaba más de lo normal, era un puta cantando al viento por tan duros vergasos.

La tome de los pelos, pero sin sacar la verga de ese culo, como buen macho, la clavé hasta los huevos insultando a la gran puta, ella se dejaba escupir la cara, el cuello, la espalda, nalgueada sin compasión no paraba, ella era toda una diosa cogiendo como nunca, verle las nalgas sudar era un placer hermoso, se notaba que el polvo hacia efecto.

Ella gritaba, hijo de puta me coges con rabia, como si te hubiera hecho algo malo, solo los machos como vos meten la verga tan bien a un culo como el mío, chocan y chocan esas bolas enormes y calientes, llenas de leche, me coges como corresponde, como me lo merezco.

La puta estaba explotada, me acerque a ella con la verga dura, se la mostré, se la puse en la boca y se la comencé a coger, la saliva que caía se la hacía limpiar con la lengua.

Ella comenzó a chuparme las bolas mientras yo me masturbaba.

Volvió mi verga a su culo, la explosión continuaba todo junto a sus acabadas que tan mojado el colchón dejaba. La puta no paraba quería más y más, mi verga era su pasión.

Si papi dame leche, dame toda tu leche, dame toda esa leche, por dios, báñame el culo y la espalda, quédate seco macho pijudo.
Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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