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Categoría: Románticos

Sorprendida

El fin del día había llegado, del camino que habíamos tomado por tanto tiempo nos desviamos, dirigiéndonos a un lugar que te había tenido oculto por muchas horas, al darte cuenta enojada me preguntaste nuestro paradero, en silencio me mantuve hasta llegar a nuestro lugar final, insistentemente me preguntabas nuestro destino final, mi silencio te mantuvo preocupada, mi rostro comenzó a cambiar a un modo enojado, palabras sencillas pero hermosas como "Papito contéstame, ¿donde vamos?", bruscamente me detuve y con una voz fuerte te dije "Bájate", sorprendida me preguntaste si lo que te dije es cierto, nuevamente te repetí "Bájate", con un rostro triste casi húmedo por las lagrimas te bajaste rápidamente, eche a andar el coche dejándote a lo lejos, optaste llamar por teléfono, pero te diste cuenta que habías dejado tu cartera en el coche, desolada viste una cabina telefónica, al acercarte a ella con una lagrima en tu rostro tomaste el teléfono y notaste un sobre grande que estaba pegado a un lado de la cabina que tenia una nota que decía "BEBA", tu rostro cambio repentinamente, preguntándote que era, al abrirlo notaste hacia donde señalaban unas flechas que indicaban el camino a una pequeña plaza.

 

 

Donde se encontraba una mesa, tu rostro cambio drásticamente y notaste que yo estaba parado a un lado de la mesa sosteniendo dos copas, al acercarte con lagrimas en los ojos no pudiste detener el disgusto que te dio mi duro inicio, "no lo vuelvas a hacer" seguido de un abrazo y un llanto hermoso sobre mi pecho, que fue la mas grande aprobación de gusto por la sorpresa, lentamente levante tu rostro, una lagrima fue bajando lentamente por tu mejilla, mis labios moví a esa lagrima logrando dar un beso sobre ella, limpie las demás lagrimas de tu rostro de la misma manera, después de terminar de limpiar con mis besos tus lagrimas, te di una de las copas, sirviéndole un poco de champagne y nos dispusimos a celebrar un año mas de habernos conocidos, pensando siempre en ti, tenia preparado un arroz delicioso, el famoso arroz chino o cantones no podía faltar, un par de camarones gigantes al ají, terminando la cena nos dirigimos al auto que estaba detrás de la plaza, subimos sin perder de vista nuestras miradas, dirigiéndonos en camino a la sorpresa de la casa, al llegar a la casa lograste ver que en la puerta habían unas rosas colgando de un listón, adjuntadas a las rosas estaba una postal, con un mensaje que recitaba así:

 

 

"Te amo mi amada Esposa, no hay palabras mas hermosas que esa, el decirte que te amo es lo único que me importa, pero esta noche te espera mas que palabras, te espera una noche de amor sin fin"

 

Tu rostro se torno rojo debido a tu imaginación, lo cual te puso aun más hermosa ante mí, al entrar viste la sala de nuestro hogar como nunca antes la habías visto, las ventanas estaban totalmente cerradas, los vidrios de estas habían sido oscurecidos, para poder estar mas íntimos en ese mismo lugar.

 

 

 

Al ver tu rostro de asombro tome tus cosas y las lleve arriba, al bajar tu ya estabas cómoda, lentamente me dirigí a ti, me puse a tu lado y comencé a rozar tu rostro con la palma de mi mano, no perdí ni un momento de tu mirada, como se cruzaban las miradas era increíble, una chispa relució en tus hermosos ojos verdes, solté lentamente tu cabello, mi cortejo delicado comenzó fui alabando cada centímetro de tu cuerpo.

 

Pose mi mano sobre tu hombro mientras te besaba, lentamente te fui acostando, tu rostro tenia un color rosado perfecto, tu belleza incremento mucho mas, seguí insistentemente besando tu cuello, el final de esos besos no estaba por lo mas remotamente cerca, cantidades de caricias las que te di en los labios, mi mano lentamente se deslizo a tu falda, poco a poco se hizo camino hacia tus piernas, a través de los espejos lograste ver como mi mano acariciaba tus muslos, mis labios en ningún momento se despegaron de los tuyos, al detenernos te levantaste un poco, moví mi mano a tu cintura, tus manos fueron despojándome de la camisa lentamente, mi piel se volvía cada vez mas suave debido a tus delicadas caricias, fuiste bajando tu mano hasta la elevación que había en mi pantalón, con una voz sensual me dijiste que querías ver que ocasionaba la elevación, me puse de pie y mirándote a los ojos fui abriendo despacio mi pantalón, dejando salir a respirar una parte de mi que quería hacer sufrir de placer, tu rostro rosado cambio a un tono aun mas colorado al ver dicha parte, me senté a tu lado apoyándome en una mano como tu, me sonreíste sensualmente dándome un beso largo, labios a labios fue la acción, tu mano se hizo camino a la parte de mi que había descubierto, comenzaste a acariciarlo delicadamente, ambos dejamos de besarnos y posamos nuestros ojos a esa parte que apenas habías iniciado a acariciar, luego tus ojos regresaron a mi rostro y me dijiste que te gustaba hacer esas caricias, lentamente soltaste mi delicado miembro y comenzaste a descubrir tus hermosos senos.

 

 

Te pedí que te dejaras puesta la camisa que solo el sostén te quitaras, al hacerlo tu mano regreso a sostener mi ya duro miembro, lentamente los comenzaste a acariciar, mi mano fue tocando tu abdomen y fui subiendo poco a poco, al llegar a tus senos la mano que todavía tenia libre la fui acomodando delicadamente en uno de tus senos, mi caricia te puso aun mas roja, mi rostro cambio a un tono igual al tuyo, con mi pulgar comencé a apretar suavemente el hermoso pezón que sobre salía, tu mirada se dirigió al espejo que estaba detrás de mi y lograste ver como eras tocada sensualmente, no solo sintiéndolo sino también viéndolo, lentamente comenzaste a usar mas los espejos que nos rodeaban, sintiendo un poco de curiosidad, tomaste mi mano y la apartaste de tu seno, la comenzaste a bajar, con la otra mano subiste hasta donde pudiste la falda, dejando al descubierto las panties hermosas, sin saber cual era tu curiosidad hasta que terminaste de colocar mi mano sobre tu zona rosada, nuevamente tomaste mi miembro y lo volviste a acariciar, mi mano que dentro de tus panties estaba comenzó a acariciar gentilmente esa hermosura rosada, te comencé a besar, pero al rato me pediste ver como eras acariciada por mi mano, tu cuerpo se lleno de mil emociones al verte ser tocada gentilmente, tu respiración fue terriblemente rápida, no tenias una mirada directa hacia el lugar porque era cubierta por tus panties, al no poder mas dejaste de acariciar mi miembro y me permitiste hacerte llegar a ese punto agradable de satisfacción, tu mirada apartabas de los espejos pero rápidamente la volvías a posar sobre ellos, tu curiosidad te mataba, verte ser tocada fue una sensación satisfactoria, cada vez mas te ponías aun mas colorada, tu excitación reflejada sobre el espejo nos excitaba cada vez mas, tu cuerpo tembloroso sentía terminar y dejar escapar un grito de total placer.

 

Al terminar mi caricia, te levantaste y removiste tus pantis lentamente, cubierta por la blusa que llevabas puesta, sin perder de vista como mis ojos te comían, te demostraban mi deseo total por hacerte el amor, al terminar de quitarte la ropa faltante te paraste frente a mi y me preguntaste si me gustabas, sin dudar te dije que si, haciendo que te agacharas y nos besáramos un largo rato, finalmente te sentaste en la cama y me pediste que me pusiera detrás de ti, y que te hiciera temblar con mis dedos.

 

 

Sentados ambos en la cama, comencé a mover mis manos a tus senos, después a tus hombros, suavemente, muy delicado baje a tu ombligo, y lo talle con mis dedos, mis labios daban interminables besos a tu cuello y tus hombros, fui subiendo mi mano derecha, acariciando en todo el camino hasta tu boca, al llegar moví mi dedo delicadamente alrededor de tus labios, haciendo que abrieras tu boca, aproveche a meter mi dedito y acariciar tu lengüita, cerraste suavemente tu boca, tu lengua y labios acariciaron mi dedo, como lo hacías a mi miembro, esa sensación fue tan grata, que hizo sentir celoso al ser que se levantaba mas de entre mis piernas, tu podías sentir el leve roce que le daba a tus pompas, tu mano alcanzo a este ser que se alzaba y lo comenzó a agitar suavemente, saque mi dedito de tus boquita y lo fui rozando a lo largo de tu cuerpo pasando por en medio de ti, hasta llegar a tu hermosa zona, mi dedo todavía húmedo por tu saliva fue rozando los labios que cubrían la hermosura de tu interior, pose mi mano en toda la sensibilidad de tu zona, escondiéndola de tu mirada, abría y cerraba mi mano dándote una caricia tremenda, justamente en mi mano fui sintiendo como iban incrementando de tamaño los labios que rozaba, te recostaste sobre mi y me pediste que te viera al espejo, ambos volteamos a ver el espejo, podía ver como te acariciaba y como tu me acariciabas, nos comenzamos a besar sin dejar de acariciarnos, los gemidos no faltaron, la respiración se incrementaba y se cortaba en lapsos anormales, lentamente fuiste abriendo mas y mas tus piernas, mis ojos se sintieron dichosos a poder ver el color de tu interior, que hermoso color rosado, la húmeda que mis dedos te había ocasionado le daban un resplandor delicioso, nuevamente soltaste al ya no mas poder mi miembro endurecido, tus piernas ya no podían cerrarse , tus ojos junto a los míos se clavaron al espejo, con voz cortante me decías que ya casi, que ya estabas a punto de alcanzar esa satisfacción, gritando mas y mas, gimiendo debido al placer, mi mano te cogió un seno y lo acaricie para darte aun mas sensibilidad, ambos viendo al espejo con una excitación terrible, tu boca temblaba mis labios se hacia de agua, mi apetito por ti incrementaba, tus senos se movían debido al movimiento brusco de las contracciones delicada vagina, mi dedo que entraba y salía de dichosa parte sentían como apretaban tus contracciones, no quería parar ni tu tampoco, la suavidad de tu interior la tocaba mi dedo y solo me decía que debía seguir mas y mas y mas, de repente ambos vimos terminar aquella caricia que en vez de dejarnos cansados nos dio aun mas fuerzas para seguir.

 

Con tu voz sensual me dijiste que te hiciera el amor como nunca antes te lo había echo, siguiendo tus deseos que ya ratos se habían echo mis deseos, me aparte de tu espalda, te recosté lentamente en la cama, procure no entrar en ti hasta que hubiera tocado con mi lengua todo tu cuerpo, me acosté a tu lado y bese tu rostro sin parar, tus labios me volvían loco, tu boca tenia un sabor delicioso, nos abrazamos fuertemente, comencé a besar tu cuello cuando tu me dijiste que llegara rápido a tus senos, al estar sobre ellos me pediste que besara tus pezones y que los acariciara gentilmente, no solo hice eso, también bese y lamí alrededor de las hermosas aureolas, baje y baje, besando sin parar, tu ombligo me atrajo y me dispuse a hacerlo mío, mis labios lo rodeaban, mi lengua lo lamía sin fin, tu abdomen fue presa de mis besos, baje y hasta llegar a tus pies te pedí te dieras vuelta que quería besar el otro lado de tu ser.

 

 

Tu cuerpo yacía boca abajo en la cama, mis ojos se deleitaron con tal espectáculo, subí besando por tus piernas hasta llegar a tus hombros, me quede admirando tus pompas, solo podía pensar en lo hermosas que se miraban, luego mi boca se hico nuevamente agua, volteando a ver tus nalguitas solo pude decirte lo deliciosas que se miraban, con miedo a que te enojaras, debido a mi comentario, me acerque lentamente, cuando tu me dijiste que no me preocupara, que lo único que quieres es gozar a mi lado, me acerque a ti, mi lengua y labios se postraron en tus pompas, sin fin las bese, bese cada rincón de tus pompas, no sabia hasta donde parar, sin darme cuenta hice que te levantaras, al abrir mis ojos vi esa hermosura rosada que mis dedos habían tocado hace un momento, no pude esperar mas, tu sobre tus rodillas y manos, me acerque mas por detrás, separe con suavidad los labios de tu deliciosa hendidura y me puse la tarea de secar los jugos de mi amada esposa, no podía cree lo que mi lengua hacia tus manos flaquearon quedándote recostada sobre ellos, los únicos que te soportaban eran tus piernas que ya habían comenzado a flaquear también, tu palabras me motivaron aun mas, al decirme que querías que yo siguiera con mi caricia pero que tus piernas ya no podían soportarte mas, me pediste que me acostara boca arriba, me dijiste que te sentarías en mi pecho por el momento, que solo querías que yo siguiera con la tarea que me había puesto, me pediste que te avisara si no te gustaba la posición que tomarías, luego de decirte que lo haría, te moviste hacia delante, mis ojos miraban venir mas y mas cerca esa hermosura rosada, me acercaste mas y mas esa preciosidad, hasta colocarla en mis labios, todavía sentada en mi pecho mi lengua comenzó sin fin a tocar todo lo que mis ojos miraban. La tarea estaba por terminar, cuando todo volvió a estar como estaba, humedad por todos lados, pero no podía decir que no había sido delicioso porque si lo había sido.

 

Lentamente te levantaste y te moviste a mi miembro, con tu voz sensual me dijiste que deseabas tener mi pene en tu boquita, seria el uso de las palabras la que me puso a mil, no podía creer lo que me habías pedido con esas palabras, de mi mente no salían las palabras "quiero tener tu pene en mi boquita", al saber que tu ya te me habías adelantado a mi respuesta, me puse de un color rosado, la caricia sin fin era tan deliciosa, interrumpiéndote te pregunte si de verdad lo querías tener en tu boquita, sin decir nada, pude sentir tu respuesta con tu lengüita, cada ondulación de mi miembro sentía las caricias de tu boca, haciéndome el fuerte te dije que ya quería estar dentro de ti, con una sonrisa hermosa sacaste de tus labios mi erguido miembro, y te dispusiste a practicar la sumisión conmigo.

 

 

 

Al ponerte sobre mi, tus piernas separaste lentamente, con la ayuda de tu mano guiaste al ser que acababa de estar en tu boca a tu interior, tu rostro se volvió colorado al haberte visto introducirte mi miembro a través del reflejo del espejo, lentamente te levantabas y bajabas, comenzamos a sellar nuestra noche con la mas grata sensación, el roce era lento pero delicioso, ambos podíamos sentirlo así, mis manos lleve a tu cintura para ayudarte a subir y bajar, tus ojos seguían clavados al espejo de enfrente y los míos al espejo de un lado, ambos concordamos que hacíamos el amor bien hermoso y delicioso, ambos excitándonos mas y mas continuamos el ritmo con el cual habíamos iniciado, no nos detuvimos para nada, el fin del roce se sentía cerca, con tu voz sensual y excitada me decías que esperarías hasta que ambos estemos por terminar, que querías llegar hasta el fin a mi lado, mi sonrisa te cautivo y por fin despegamos los ojos de los espejos, y ahora los clavamos a nosotros, tu admirabas y tocabas mi pecho y rostro, mientras que yo admiraba y tocaba hasta donde alcanzaba, tus senos fueron el limite mayor y tus muslos el menor, el roce ya me había puesto al borde, te lo dije inmediatamente, en tu rostro se miraba lo mucho que te habías aguantado hasta llegar a nuestra terminación juntos, no pudimos mas y gimiendo con fuerza dejamos escapar la sensación grata de nuestros órganos.

 

 

Quedando rendidos respirábamos con fuerza, dándonos besos sin fin, en mis suspiros, te decía con fuerza que TE AMO, perdí la cuenta de cuantas veces te lo dije, acaricie tu espalda y nos cubrimos con la sabana, al estar abrazados juntos, te diste vuelta y me preguntaste si me había gustado, mi sonrisa roja te dijo el si, luego de preguntarte lo mismo, salio otra pregunta, con miedo me preguntaste lo que mas me había gustado, pero que te lo dijera con las palabras científicas y correctas, me sonreí y te dije lo picara que eras, pensando en que no te lo diría estabas cuando te lo dije, colorada por escucharlo, me preguntaste si lo haría en ese momento a tu lado, los papeles había cambiado, ahora el rojo era yo, después me dijiste que tu también querías hacerlo, me decías que siempre lo habías querido hacer a mi lado, así que mi respuesta fue que si, que estaba bien y que como siempre te cumpliría todo lo que pidieras.

 

Tu sonrisa colorada fue hermosa en ese momento, con rapidez quitaste la sabana que nos cubría, me acosté a tu lado derecho, mirándote a los ojos me quede, a lo lejos logre ver como ibas bajando tu mano hasta tu hendidura, tus ojos se desviaron de mi rostro para ver bajar mi mano a mi miembro, sonriendo entramos en un trance sensual y nos comenzamos a acariciar por el otro frente a frente, en que momento dejamos de hacerlo, no sabría decirte, pero solo se que después fue mutuamente tu a mi y yo a ti, así pasamos la noche hasta rendirnos al placer de nuestros cuerpos, en ambos había una sensación de satisfacción por haber compartido algo mas que una sensación, pusimos nuestros cuerpos a la merced del otro.

 

Después de esa noche, las cohibiciones desaparecieron, ambos nos hablábamos con mucha sinceridad y sin titubear. Las noches de amor y placer eran increíbles, algunos días que ni siquiera nos tocábamos y disfrutábamos, aprendimos a usar no solo el tacto para satisfacernos mutuamente, ya usábamos todos nuestros sentidos, sin duda alguna fue ese aniversario en el que nos entregamos mutuamente por primera vez de tal manera, desde entonces cada noche es igual, pasamos de 2 a 5 horas disfrutando de nosotros en la recamara, cada noche llegamos ansiosos para gozar mutuamente, ya no hay tabúes para nosotros, no hay nada de lo que no hayamos hablado, es increíble como compartimos ese momento, tu lo sabes bien, que delicioso es gozar con alguien a quien ama tanto, es sin duda la experiencia mas hermosa, se que es la primera vez que hicimos todo esto pero se que no será la ultima.

Datos del Relato
  • Categoría: Románticos
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