Qué linda como sexy, igualmente sabrosa pero riquísima hasta por qué no decirlo con suma franqueza honrándola, tiene una micha irresistible también exquisita, además divina como deseada, que se le hace agua a la boca al mismo enamorado al estar asomado frente metido en las entrepiernas de la bellísima Blanc, que anda con falda jeans con botas negras y suéter verde de tiras toda envilecida como efervescente, en todo su ser queridísimo como apasionado hasta placentero, igualmente atrayente especialmente encantadísimo, como fuera cuento de hada. Absolutamente erótico como lujurioso, hasta morboso, la exploración visual con tal naturalidad tan permitida adicionalmente consagrada con tal exhibición en vivo a todo color a manos llenas plenamente aventurado el tour que hace el mismo enamorado, sentado los dos en la sala de la casa de Blanc admirándola como poniéndose ardido como erecto la pinga de este sobre todo enardecido y enajenado como todo un lobo feroz de otro cuento de hadas muy conocido, donde los protagonistas nada menos que Blanc como Caperucita Roja y el enamorado como el mismo Lobo feroz que se les sale los ojos por lo hambriento y el apetito que le suena en la misma panza. Mirándola alegre y sonriente la misma Blanc hablándole que te parece la vista del firmamento panorámico desde ese ángulo con la cabeza recostada en el hombro izquierdo reflejándose la brillantez igualmente la transparencia de sus ojos negros finalmente fascinada como deliciosa siendo el platillo gastronómico en todos los aspectos referentes a lo que están viviendo como escenificando juntos…