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Categoría: Incestos

Sigue el trauma

Hola de nuevo. Ya les conté como fue perder mi virginidad hace un par de meses.

Al día siguiente de haber perdido mi virginidad con mi hermano  no podía ni caminar, gracias a dios que era sábado y estuve todo el día en mi habitación.

El lunes tuvimos que asistir a clases y iba en otro mundo, recordando todo lo que habíamos echo y por la cara de Diego supongo que también. El miércoles de esa semana mi madre de nuevo salió de compras en la tarde y Diego entro a mi habitación, yo estaba tirada en la cama tapando con mi muñeca mis ojos como prueba del cansancio por no haber podido dormir bien,  el se acostó suavemente sobre mi, su pene estaba erecto y eso me dio escalofríos.

Se meneo suavemente como si me penetrara y lo sentí aun mas.

-aun estas adolorida?- me pregunto como quien no quiere la cosa pero yo entendí, si le decía que no, era 100% probable que quisiera volver a tener sexo, si le decía que si, tal vez y solo tal vez fuera solo un poco mas cuidadoso que la primera vez. 

-si.- susurre mas para mi misma que para el pero eso a el le importo poco, me bajo los shorts y luego mis bragas y separo mis labios vaginales-porque te empeñas?- le pregunte por esa maña que tenia de abrirme al aire mis partes  intimas y a la vez en eso de acostarse conmigo. 

Me subió y doblo las piernas a sus hombros y me estaba haciendo sexo oral, se sentía rico, aliviaba mi pánico y me quitaba el dolor, produciendo un leve placer que se extendía por mi cuerpo. Me hizo terminar en su boca, sentía los jugos resbalar por mis piernas y nalgas. 

-porque eres deliciosa y no puedo olvidarlo, mi pene te pareció muy grande?- pregunto tratando de no parecer fanfarrón o necesitado, aunque ya yo sabia que lo estaba.

-si.- susurre.

-Entonces ten-me dio el vibrador que había utilizado hace días- usalo, quiero verte, sino querré metertelo todo.- me asombre por sus palabras y no quise que me dañara mas así que tome el aparato de goma entre mis manos y lo ubique en mi vagina, lo metía poco a poco sitiendo como las paredes de mi vagina se amoldaban. Lo hice lento, sin querer causar daños o que me doliera de nuevo-no, mas rápido- Diego me soltó la mano y lo tomo el para meterlo como si su vida dependiera de ello y sintiendo que aun faltaba un poco para llegar a mi útero. 

Lo tomo y bajo la parte en que lo tenia agarrado, abriendo mi vagina por la posición vertical del palo y el metió un dedo; tocando toda la superficie y sacando el vibrador y luego otro dedo para abrir mi vagina y enterrar su lengua que hizo como serpiente dentro y yo arrugaba las sabanas con mis manos. 

Luego de que me viniera de nuevo saco su pene.

-dijiste que no lo harías.- le pedí.

No le importo un comino y me tomo de las nalgas cargandome y sentandome sobre el escritorio, me embistió lentamente pero profundo, yo me quejaba por la incomodidad y lo trataba de empujar para que saliera de mi pero me cargo de nuevo y me tumbo en la cama, me subió los pies a su pecho, de manera que tenia las piernas dobladas sobre mi misma y el entro en mi duro. Sentía su miembro tocar algo dentro que dolió.

-no, no, me duele.- me quejaba pero a el poco le importaba, el siguió dando cada vez mas mientras a mi las lagrimas me escurrían por el rostro, termino dos veces dentro de mi y luego salió besando cada parte de mi cuerpo, empezó por mi cuello, mis senos, mi ombligo, y mi vagina. Mis gemidos se hacían cada vez mas fuertes y el penetraba con su lengua y metiendo dos dedos y luego sentí tres, el caso fue que cuando tuve mi orgasmo y gemí fuertemente el  toco mis paredes fuerte, se sentía extraño pero ya yo no tenia fuerzas para mas.

Me coloque de lado en mi cama y me cubrí con el primer cobertor que vi. No se que hizo Diego, pero pasados unos minutos escuche la puerta y corrí al baño a ducharme, si mi madre me veía así descubriría todo; y era peligroso.

El jueves para mi muy mala suerte tuve deportes y estaba dolorida; ya luego el sábado había una fiesta en el colegio a la que nunca me animaba a ir, las chicas engreídas siempre me sacaron de mis casillas y además no era muy experta en moda ni me gustaba bailar, así que para que ir?  Pero mi mamá se encargo de comprarme un vestido nuevo y me lo regalo sorpresa, así que era la señal de que quería que fuera al baile. No me importo arreglarme sino lo suficiente para no verme mal, tampoco quería decir que era una chica mal arreglada y destruida. 

Mi papá nos llevo a ambos al colegio y entramos al salón, la fiesta era como cualquiera, chicos bebiendo, comiendo y bailando además de los que tenían sexo disimuladamente. Estaba en una mesa acompañada de mis amigas mas cercanas y estas con sus novios y en otra mesa alejada estaban los amigos de mi hermano con chicas plásticas, mi mejor amigo Oscar me invito a bailar y yo me excuse millones de veces diciéndole que el sabia que yo no bailaba reggaeton(o como se escriba)  pero el me jalo y pasamos un buen momento riendo y imitando los movimientos obscenos con que bailaban los "populares" por así decirlo. El caso es que mientras ambos reíamos en la mesa ya cansados de burlarnos Diego llego.

-puedo hablar un momento contigo? Mama me mando a decirte algo- me guió hasta el pasillo y allí tomo mi mano y me arrastro hasta uno de los salones que nadie solía visitar, casi ni se usaban para dar clases,  yo ya me imaginaba lo que se podía llegar a hacer allí pero no creía que el se atreviera a hacer eso. 

Me estampo contra la pizarra.

-te advierto, no quiero que nadie te toque, mucho menos el!- me advirtió muy cerca.

-el es MI amigo y no se atrevería a eso!- lo empuje llena de furia, ahora quien se creía para tratarme  así y decirme que no puedo reirme un rato con mis amigos?

Pues tanto forcejeo llevo a que el con su corbata que ya estaba desecha me atara las manos en la espalda y me colocara la cabeza en el escritorio dejando mi trasero al aire y a su merced, me dio nalgadas hasta que se canso y con mi vestido ya levantado me penetro por el ano muy duro, tan solo se posiciono y después nadie lo paro, parecía un animal. 

-no quería ser violento pero quiero que te quede claro que nadie te toca, estas escuchando? Sino quieres que te parta el culo- se escuchaba bravo.

-esta bien. Pero ya.- salió de mi y se quedo atrás.

-si vieras este pequeño orificio que me encanta.- solo dijo eso y se arrodillo y lamió toda mi intimidad incluso mi vagina y cada vez que me sentía venir y las piernas se me tambaleaban por la altura de los tacones el bajaba el ritmo y me amenazaba con que si me venia iba a ser peor. 

El me desato y me dijo que nos veríamos mas tarde. Esa noche le rogué a mi mamá que me dejara ir a casa de Mafer, mi mejor amiga, esta tenia un hermano que era igualmente amigo de mi hermano, lo que nunca supe y  no maquine fue que el me escuchara y también pidiera permiso para venir a dormir al mismo lugar. Fue como una pijamada, el par de veces que había venido siempre nos divertíamos y casi ni dormíamos, pero esta vez Mafer se quedo dormida con el tazón de palomitas de maíz, me encargue de limpiarla y baje a lavar el tazón, luego subí a lavarme las manos para ir a dormir y alguien entro detrás de mi y cerro la puerta, yo solte un grito ahogado, pues soy muy asustadiza. Era Diego, me tomo del cabello y me beso demandante, fuerte, penetrandome con su lengua lo mas que podía. 

-quisiste escapar de mi- susurro muy bajo y me miro a los ojos haciendo que se me erizaran los vellos de la nuca. 

Pero simplemente las palabras no salían de mi boca y el aprovecho mi asombro para cargarme por la axilas y motarme en el mesón del baño, me arranco las bragas y me metió dos dedos de un solo golpe, yo apretaba los dientes y evitaba gritar, para que no nos descubrieran. Luego me subió el camisón  y mordió mis senos a la vez que bajaba su pantalón y me arrecostaba en el pequeño mesón quedando semiacostada y bajaba hasta mi vagina y llevo sus manos hasta mis labios vaginales y abrió lo mas que pudo hasta que chille.

-ahh- se sentía horrible- no- me quejaba y el no escuchaba me metió ambos pulgares y abrió.

-si te pudieras ver este coñito rosado tuyo, lo quiero abierto.- abría mas y metió su pene hasta el fondo provocando un gemido de incomodidad de mi parte. Se vino dos veces y luego con sus dedos empezó a tocar mi clictoris hasta que me logre venir. El quedo satisfecho y cansado recostado contra la pared, me dio tiempo de recoger mi ropa interior y irme, a la mañana nadie dijo nada sobre eso. Y hasta hoy día, al menos me hace gozar y no me molesta mucho su rudes, se podría decir que me he convertido en su muñeca pero el me hace caso cuando le digo que quiero que me haga sexo oral o cualquier cosa, soy solo de el. 
Datos del Relato
  • Autor: Diana
  • Código: 24568
  • Fecha: 06-09-2011
  • Categoría: Incestos
  • Media: 4.67
  • Votos: 24
  • Envios: 1
  • Lecturas: 5245
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
lobo_caliente
lobo_caliente 07-08-2013 20:20:41

buen relato

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