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SEXO EN LA OFICINA CON LA PUTITA DE MI SECRETARIA

"Levanté la vista y vi a una morena espectacular…tacones rojos, falda negra que no llegaba a la rodilla y un top blanco ajustado. Alexandra tendría unos 32 años."

 

Buenas!

Me llamo Pedro y soy gerente en una empresa de prestigio internacional. Mi día a día son reuniones, alguna visita comercial y más reuniones, nada fuera de lo común dentro de un puesto de cierta responsabilidad en una oficina.

Todo me iba bien, tenía salud, el cariño y amor de mi mujer y mis dos hijos y suficiente dinero para vivir cómodamente. En cuanto a mi vida sexual, un poco aburrida, como la de casi todos los matrimonios después de 10 años de casados. Un polvo a la semana como mucho y puedes darte por contento.

Todo cambió el día que mi secretaria personal, una mujer ya entrada en años me comunica que deja la empresa puesto que su marido ha encontrado un empleo en el extranjero y es una oferta irrechazable. Esto justo coincide con la primera semana de Julio, momento en el que tenía cogidas mis vacaciones de verano con mi familia. Dejé a un compañero al cargo de contratar a la sustituta y me olvidé del tema hasta la vuelta….

Cuál fue mi sorpresa a la vuelta…entré en la oficina, llegué a mi despacho y me sienté, debo reconocer que amargado de dejar la playa y volver al sofocante calor de la ciudad, cuando de repente oigo una voz femenina y dulce decir… “señor Sánchez, soy su nueva secretaria Alexandra, encantada”.

Levanté la vista y vi a una morena espectacular…tacones rojos, falda negra que no llegaba a la rodilla y un top blanco ajustado. Alexandra tendría unos 32 años, de pelo listo y cuerpo increíble. Piernas largas, cintura fina y culo duro, sin embargo lo mejor de ella eran sus pechos, talla 95, operados y que hicieron que se me pusiera la polla dura al momento. Tenía una bonita sonrisa y es verdad que no era una belleza de cara, pero tenía lo que podríamos decir una cara de guarra que te hacía imaginar cómo sería ponerla a cuatro patas y penetrarla día y noche…

Los siguientes días en la oficina fueron un suplicio… a cada momento que necesitaba cualquier documento, que me pasaran alguna llamada o me trajeran un café aparecía Alexandra, cada día con ropa más atrevida, marcando sus tetas y su culo y dándome las gracias con esa sonrisa de guarra que hacía que mi instinto se volviese loco y me pidiese follarmela…varias veces tuve que ir al baño (privado) contiguo a mi despacho para hacerme una buena paja y poder quitarme de mi mente a semejante mujer y seguir trabajando.

 

Llegó el jueves y yo ya tenía un dolor de huevos bestial…estaba todo el día excitado y con ganas de follarme a Alexandra, no podía pensar en nada más ..llegue a la oficina y tuve varias reuniones seguidas.

A continuación tuve que preparar una presentación y pedí un café a mi secretaria. De nuevo el maldito ordenador me fallaba. No sé qué del Power Point… Alexandra me vio frustrado y se propuso a ayudarme con lo que se sentó encima de mis rodillas y se puso a los mandos del ordenador.

La verdad es que me pidió totalmente desprevenido y en cuanto se sentó encima se me puso la polla dura. En mi mesilla tenía una foto de mi mujer y mis hijos y mirándola intenté centrarme y no dejarme llevar por el calentón pero la puta de mi secretaria sabía dónde hacerme daño…cogió mi mano y la puso en su rodilla. A esas alturas mi mano se movía sola por sus muslos y la parte posterior de su pierna, cada vez acercándose más a su coñito…”que guapa es su mujer, señor Sánchez” dijo la puta de mi secretaria “que suerte tiene de estar casado con un hombre tan atractivo como usted”.

“Si que es guapa, pero no siempre me da todo lo que necesito” le contesté. “Un polvo a la semana como mucho y con suerte…”

“Eso no puede ser señor Sánchez, un hombre como usted necesita estar bien atendido. Conmigo eso no le pasaría… además, con lo que me encanta a mi...”

Yo mientras tanto seguía con mi mano de arriba a abajo y comencé a tocar su coñito por encima del tanguita que llevaba.

“ Que es lo que te encanta Alexandra?” pregunté.

“ Lo que me encanta, señor Sánchez, es comerme pollas. Soy una verdadera fan de lamer pollas y le puedo asegurar que se hacerlo muy bien”.

“No me lo podía creer, esta mujer era una autentica puta en potencia…”

En ese momento decidí echar a un lado el tanguita de la putita de mi secretaría y comencé a meter uno de mi dedos.  De su boca salió un gemido y la cara de puta que puso casi hace que me corra al momento. Comenzó a jadear y arqueó su cuerpo, llevando para adelante esas tetas enormes y frotando su culo contra mi polla cada vez más fuerte.

“Alexandra, a mi no puedes chuparmela puesto que estoy casado, pero cuentame como lo harías”.

“Señor Sánchez, lo primero que haría es chuparle el glande con mi lengua, centrándome en la parte de abajo y mirándole a los ojos le daría pequeños mordisquitos. A continuación….”

Mientras tanto, yo le metía ya dos dedos a la puta de mi secretaría, que estaba cerca de correrse y con la otra mano tocaba esos enormes pechos de talla 95. Mi secretaría gemía como una cerda en celo y mi bulto estaba a punto de reventar.

“Folleme, señor Sanchez, por favor folleme”

“No Alexandra, estoy casado y eso no puede ser” le contesté.

“De acuerdo, déjeme simplemente sacársela y notarla en mi culo mientras me froto, eso no sería engañar a su mujer, señor Sánchez…” dije mientras seguía gimiendo.

“De acuerdo Alexandra, puedes sacarla de mi pantalon y frotarte, pero nada más”.

A continuación giró su mano y abrió el botón de mi pantalón, saliendo mi polla como un resorte. Me iba  encantar sentir ese coñito encima de mí frotándose en mi polla…. sin embargo, la puta de mi secretaría agarró mi polla con mucha dureza y comenzó a pajearme frenéticamente.

“Que haces puta!” “ Suéltame ahora mismo”, la dije. Intenté quitarmela de encima pero me tenía bien agarrado y antes de que pudiera hacer nada comenzó a chuparme la polla como una posesa, escupió en sus mandos y en mi polla y comenzó a chupar hacia abajo mientras movía sus manos…

La puta era una mamadora profesional. Jamás me la habían chupado así.

“Tranquilo señor Sánchez, si su mujer no se la chupa así no es ponerle los cuernos, es algo que ella no puede ofrecerle. Mientras no follemos no serán cuernos”

Que hija de puta… como lo estaba disfrutando…

Comenzó a chuparme el glande, dando mordisquitos como me dijo que hacía y a continuación volvía  a metérsela entera en la boca, hasta el fondo de la garganta de puta que tenía, mientras movía de arriba a abajo sus manos. A continuación se lanzó con su boca a los huevos y mientras se los metía me pajeaba despacito, con mi polla totalmente cubierta por su saliba...era como estar en el cielo… el ritmo lento me mataba.  En cuanto terminó con los huevos, sacó su boquita y volvió a pajearme con un ritmo frenético, con lo cual, la muy hija de puta me dijo: “Señor Sánchez, quiero que me folle, me da igual su mujer y sus hijos, sólo quiero que meta su polla en mi coñito y me haga correrme como una puta”.

“Sí….eso es lo que eres….una pedazo de puta” le  dije “ven aquí putita, voy a comerte el coñito como no te lo han comida en tu vida. La levanté y la senté en la mesa de  mi oficina, subiéndole del todo la falda y echándole el tanga a un lado, empecé a comerme ese coñito rosado tan rico que tenía.

Pasé mi lengua de arriba a abajo, centrándome en su “bolita” y dándole mordisquitos, mientras que a la vez le metía un dedo. El olor y el calor que amanaban de ese coñito me estaban poniendo cada vez más cachondo… escupí varias veces y seguí lamiendo como un loco hasta que estaba a punto de venirse, momento en el que paré y le puse mi polla en su entrada, dándole golpes por fuera.

“Quiéres que te folle putita? Quieres que te rompa el coño a pollazos?”

“Si señor Sánchez, por favor, desde el primer momento que le ví quise que me follara. Que le den por el culo a su mujer, quiero que me folle todos los días a mi”.

“ Ah, si? Pero que puton eres. Voy a reventarte el coño hasta que te corras como la buena zorra que estás hecha”.

Y mientras tanto introduje mi polla y comencé a penetrarla a un ritmo salvaje.

“Gime perra, gime!!! A partir de ahora voy a follarte cuando quiera, y todas las mañanas me pas a chupar la polla como lo zorra que eres, mi zorra, has entendido puta guarra?”

 

“Si señor Sánchez, ahhhh ahhh no pare no pare….. soy todo suya, haga lo que quiera conmigo, siiiiiiiiiiiiiiii. Me corro señor Sánchez, me corro siiiiii ahhhhhhhhhhhhh”.

Agaché la cabeza y me metí esas dos tetazas en la cara, chupándole y mordiéndole los pezones y el cuello como un poseso.

“Yo también me corro putita, que coñito tan rico tienes”

“Espera, no quiero desperdiciar su leche señor Sánchez, démela en mi boquita” dijo la puta de mi secretaria mientras se agachaba y se ponía de rodillas esperando mi corrida y tocándose su coñito…

Me cogío la polla con fuerza y empezó a chupar como una loca.

“Ahhhh, siiii, chupa hija de puta chupa…. siiii me voy a correr”

A continuación se sacó mi polla de la boca y siguió pajeandome hasta que me corrí en su boca y en su cara, tres largos disparos de leche que resbalaron hasta sus enormes tetas.

“Ahora, limpiamela bien putita, no quiero que dejes ni una gotita, que tengo una reunión y tengo que ir arreglado”

“Si señor Sánchez, lo que usted me diga” dijo mientras me chupaba los restos de leche de mi polla, mirándome a los ojos y sonriendo con esa cara de guarra ninfómana que tan cachondo me ponía…

Datos del Relato
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