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Categoría: Maduras

Reencuentro al pasar estos 30 años con la Señora Gosset y algo más

Acabo de llegar justamente al aeropuerto internacional de la ciudad de Miami Dade. Qué soy solicitado completamente llamado por supuesto por la mismísima y queridísima de ahí famosísima entre nosotros acaudalisima incluso interesantísima Señora Gosset, me dirijo en una limosina Cadillac hacia la mansión qué se ubica a las afuera de la misma Miami Dade. Entre tanto yo minuciosamente revisando también recordando además escudriñando obvió buscando asimismo pensando en fin de donde conozco al mismo tiempo indagando de donde me conoce la Señora Gosset; llegando siempre a la misma conclusión al derecho y al revés y viceversa por mí y solo por mí al hacerme nudos completamente mí cerebro una tras otra y varias veces en que me enloquezco totalmente.



Llego me bajo inmediatamente entró al ser conducido y llevado a un estudio panorámico por donde me fijó y cercioro yo mismo, el mayordomo me da una gran copa de agua muy fría y helada con bastante hielo a las roca que tomo y bebo al traer está sed desde que andaba viajando hasta que llegué a la mansión de la Señora Gosset; le informa y avisa que dentro de unos segundos hará presencia la Señora Gosset ante usted al retirarse el mismo mayordomo dejándome muy disfrutan te del ambiente rodeándome por todas partes panorámicamente del mismo estudio.



Escuchándose de viva voz en vivo y a todo color el caminado que reconozco son botas de tacones altos y además abriéndose suavemente la puerta corrediza de vidrio hacia el estudio, habla la Señora Gosset bienvenido a el Condado de Miami Dade, espero que tu vuelo fue espectacular al ser tu primera ocasión que viajas a los Estados Unidos de Norteamérica cómo puedo ver y pensar e imaginarme yo y solo yo.



Increíble que fuera ayer de hace 30 años al recordármelo fidedignamente al protagonizarlo y vivirlo en mis carnes cuándo tú andabas enamorándome a la vez, encaprichándome al mismo tiempo pretendiéndome por supuesto seduciéndome también dominándome al punto de cederte en que iba a la cama más de una ocasión contigo en que hacíamos el amor como el sexo al mismo momento era una de tus ejecutivas universitarias qué tanto amabas, deseabas, excitabas, buscabas, incitabas, obligabas, fascinabas, coqueteabas, conquistabas, dominabas, acosabas, etcétera al fin se te cumplió al tener en esa época a mi novio que luego se convertiría en mi marido y con el que tuviera a mis dos hijos varones en fin.



Siempre me desnudabas al dejarme vestida con el uniforme de administrativa universitaria con falda en que tu comenzabas a besarme a la vez follar luego coger efectivamente hurgarme y muchas otras cosas sexuales y eróticas que me hacías tu y solo tu ante mi presencia en mis propios ojos al ser el detonante concretamente de mis comportamiento de prostituta verdadera en que te tenía en un pedestal al cumplírtelo, dártelo, complacértelo, entregártelo en bandeja de plata, etcétera entre muchas otras cosas que tu y yo estuvimos cercanamente implicados e involucrados con muchas creces que nadie se entero ni siquiera descubrieron de mí y de ti.



Sorprendido e impresionado pero callado obviamente desconcertado al respeto por todo esto que me dice la Señora Gosset que me volteo al mirarla y darme cuenta absolutamente y quitándome la misma venda al reconocerla y reencontrándome nada menos en persona como en vivo y a todo color con mi inolvidable e entrañable amiga Eulalia Hemingway Grant siendo la misma no ha cambiado en nada al ser de la misma figura y atractivo usando parecido el uniforme de administrativa universitaria con botas negras de tacones altos de punta la suela misma con blusa roja  y saco del mismo color de la falda del uniforme me sonríe y besa.



Soy acariciado y zurrado con todas sus manos por mi trasero y muslos como caderas y entrepiernas continuamente, te tengo preparado una velada y estancia aquí en la ciudad de Miami Dade con bombos y platillos a la vez, quiero que hagamos esas fantasías eróticas de una de tus ejecutivas universitaria que me han dejado impactada y curiosa pero incitada en estos 30 años que no nos vemos ni siquiera sabíamos nada del uno como del otro y viceversa me dice la Señora Gosset entre nosotros mi queridísima amiga Eulalia Hemingway Grant a mí subimos a su habitación al dedicarnos en cuerpo y alma a recuperar todos estos 30 años y mucho más en la intimidad y privacidad de nuestro inolvidable y perdurable amor que todavía sigo enamorado de la Señora Gosset como por supuesto de mi querida amiga Eulalia Hemingway Grant y mucho más al extrañarla y preguntándome que ha sido de su vida vivirá y que estará haciendo ahora al hacer realidad y fehacientemente al leer mis pensamiento que me trajo a su lado y llamarme sin saberlo ni intuirlo quien era hoy por hoy en los propios Estados Unidos de Norteamérica ella y solo ella bajo la identidad de la famosa Señora Gosset.


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