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Categoría: Incestos

MI SUEGRO Y YO DESQUICIADOS

MI SUEGRO Y YO DESQUICIADOS

 

 

Conocí a mi suegro cuando mi novio me llevo a cenar una noche de diciembre de hace tres años. El tipo me cayó bien. Se veía joven aun y fuerte, tal vez con un poquito de panza, pero de rasgos serenos, delicados y ojos grises que te traspasaban el corazón.

Mi suegra también una buena mujer, muy linda y dada. Pero que tuvo la mala suerte de enfermar de algo terminal y hace un año nos dejo.

Nos fuimos a vivir juntos con mi novio a unas diez cuadras de la casa de mi suegro, cuando quedó solo, los hermanos empezaron a ver, de no dejarlo mucho solo, y todas esas cosas que suceden cuando un padre, o madre quedan repentinamente solos.

Una tarde de verano caliente nos enteramos con mi novio que el padre se había caído y por supuesto el salió corriendo, nadie sabía que había pasado. El me pidió que quedara en casa. Pasaron las horas y no volvía. Ya de noche me llamó diciendo que pasaría la noche con su padre. Que no era grave pero que tendría que haber una persona.

__¡Esta bien ! ¿Quieres que mañana vaya y me quedé con él?

__¡Podría ser, así no pierdo de trabajar!¿pero tú quieres?

__¡Claro no hay problema!__ cortamos. Les desee buenas noches y comí algo rápido y luego puse la tele para mirar cualquier cosa. Hasta que me entró sueño y me fui a la cama. Di vueltas en la cama hasta que conseguí dormir después de hacerme una buena paja, con la ayuda de mi amigo que siempre tenía guardado en un cajón.

Al día siguiente me fui al baño porque me orinaba urgentemente, me senté en el inodoro y luego a la ducha, me di un pausado baño, perfumado.  Luego me puse algo suelto, pensaba desayunar en lo de mi suegro, así que salí de casa y llegué a casa de Gus.

Toque y mi novio salió ya vestido para marchar.

__¡Hola amor, está dormido, sabe que vienes solo espera que te llame y te pide alguna cosa!__ dijo mi novio

__¿Pero qué le pasó?

__¡Nada ñañas de grande, para hacerse ver, un golpe en la rodilla, pero va a estar bien!

__¡Bueno mejor!__ dije tranquila. Salió de la casa y antes de irse dijo mi novio que tipo dos de la tarde vendría uso de sus hermanos para quedarse hasta la noche en que vendría su otra hermana.

Recorrí la casa. Ya estaba haciendo calor. Salí al patio fresco y con algunos árboles muy bien cuidados. Di unas vueltas sin saber qué hacer. Volví a entrar y subí las escaleras. Allí me asomé y vi a mi suegro, con las piernas abiertas muy relajado. El bóxer un poco levantado, pensé que tenía la pija dura, una erección matutina, la verdad es que mi boca se hizo agua. Me corrí de allí. baje nuevamente y en la heladera busqué un jugo o algo fresco, encontré frutas y me hice un rico jugo, le agregué algunos hielos y me senté en el sofá del living, bastante caliente al imaginar la verga dura de mi suegro.

Cada vez me calentaba más aquel hombre prohibido. ¿Prohibido?. En este mundo no hay nada prohibido me dije, y menos para mí. Sonreí como hiena, que es en realidad lo que soy. Hacía tiempo que tenía sueños húmedos con mi suegro. Mientras tomaba el refrescante jugo, sentí que mi vagina palpitaba de calentura. Hacía mucho tiempo que me había asumido tal y como era, una putita sin remedio. Me enloquecía el sexo. No podía contenerme si tenía un macho cerca, y saber que allí arriba había uno con una erección me hacía delirar de placer y locura.

Acaricié mi rajita y ya estaba húmeda.. Me recosté sobre el sofá, acariciaba suavemente mis labios vaginales hasta hundir mi dedo allí. Debo confesar además que el sexo con mi novi9o era cada vez más frustrante al menos para mí. Consistía alguna vez en la semana a que el se montaba sobre mí, empujaba unos minutos, terminaba y se daba vuelta para roncar.

Acabé como perra pensando en la verga que tenía arriba. No lo pensé más. Serían las diez de la mañana. Subí las escaleras decidida a poseer ese pedazo de carne, que suponía hoy en día tendría poco uso.

La puerta entreabierta me llamaba. Mi suegro estaba tirado, con las piernas abiertas, aunque el bulto ya no se veía tan duro. Entré con la respiración contenida. Mis sienes iban a explotar. Mi calentura crecía,. Mi conchita mojada palpitaba de calor. Estaba casi sobre el. Lo observé detenidamente y su pecho respiraba calmado y se veía más fuerte que de lejos, algunos vellos grises rodeaban sus pezones gordos y grandes, tuve deseos de chuparlos ahí mismo. Sin embargo no me contuve y los acaricié muy débilmente y sutilmente con la yema de mis finos y largos dedos. El se movió. Pero quedó con las piernas abiertas como estaba y me dio la sorpresa y la emoción de ver asomar por un costado la cabezota de su tronco que había sentido mis caricias pectorales, insistí con ello, mirando la entrepierna que aumentaba de tamaño.

Me puse de rodillas y olfateé esa verga que crecía y se me hizo agua l boca. El olor de aquel macho me llevaba al infierno y yo quería estar ahí. Le pase la lengua ala cabeza que se inflaba cada vez más. El hombre, tal vez en un sueño, se movió pero no se corrió. Pase otra vez la lengua y  traté de meter en la boca la cabeza que largaba el liquido pre seminal. Hurgaba en el ojo de aquella venosa poronga. Poco a poco empecé a deslizar el bóxer para quitarlo. Con unos movimientos tranquilos los fui bajando hasta las rodillas, para luego quitarlos definitivamente. Aparecieron las bolas gordas, realmente grandes y eso que había visto muchas. Me calenté de forma salvaje  imaginando que estaban llenas de leche y que yo tomaría.

Pasé la lengua por esos huevos redondos, los lamía y escuché el primer gruñido, aunque aún parecía no despertar y seguir en su sueño caliente. Las chupé presionando poco y con una mano empecé a masajear el pedazo de carne grueso que se elevaba y buscaba altura.

Ya sus quejidos eran evidentes, estaba disfrutando como loco de mis chupadas, si se quieren violatorias de su intimidad, pero a mí me importaba poco, con la mano seguía firmemente aferrada a aquella verga que cada vez estaba más dura. La metí en mi boca. largando saliva, lubricando, bañando el fierro palpitante y venoso. Lo comía con locura, ya estaba próxima a asaltar a aquel macho y subirme arriba de el. Creo que en ese momento abrió los ojos.

__¡Pero…que…qué haces ohhh…criatura…no…estoy soñando!!__ alcanzaba a balbucear confundido y caliente.

__¡No es un sueño suegrito!!__ dije atragantada de poronga

__¡Esto está mal…ahhhhh…muy mal…ohhh…Linda!!!__ gemía el baboso calentón, pero no hacía nada por quitarse de encima la boca que lo estaba degustando, y sacando chispas. Me tomaba los cabellos y los revolvía vibrando de placer, y lujuria.

__¡Ohh no puedes chupar tan bien la pija, ahhh, eres increíble, pero…ahhh. esto está mal Linda!!!__ gemía ardientemente y yo no sacaba la poronga de mi boca, le acariciaba las bolas, las sopesaba, y las apretujaba, mientras el se revolvía de un lado a otro de la cama. Me tiraba los cabellos y no hacía nada por quitarme de encima, yo era una depredadora, con calentura a mil. Una amazona come hombres, y aquel macho maduro se dejaba hacer. Metí sin pensarlos dos veces una bola primero en mi boca y luego de un momento cambié por la otra, los gritos de mi suegro eran desgarradores y sabía, intuía que en cualquier momento me acabaría en la boca.

Así que lo solté, no quería que se terminara tan pronto. Su vergota estaba bañada en mi saliva y se había apoyado en sus codos y me miraba a la cara con su cabello todo revuelto y algunas gotas de sudor empezaban a chorrear por su cuerpo viril y deseable.

__¡Eres una perra, tan caliente, siempre lo supe, lo vi en tus ojos muchas veces, me calientas desde hace mucho tiempo!__ dijo el convulsionado

__¡Tu eres un macho bien caliente también!¿Te gusta lo que te he hecho?

__¡Presumida putoncita!¡Ven aquí y continua con lo tuyo!¡Ardo en ganas de tu piel y tu conchita que ya debe estar abierta de jugos, déjamela probar!

__¿Quieres mi almeja?

__¡Sí, mucho, anda ven aquí y quítate esa ropa!__ me moví un poco y quite mi vestidito suelto. Sus ojos se agrandaron. Noté que su cabeza ardía a punto de explotar. Moví mi cuerpo como un bailarina privada y me acerqué para que me viera como me sentaba a horcajadas de su cara, que chorreaba baba por doquier. Muy alzado metió su lengua, escarbando mi conchita, yo gemía, y suspiraba de gozo y placer, creo que tuve dos orgasmos de inmediato.

Luego su lengua pulposa se paseó por mi culito apretadito, hacía tiempo que no lo usaba como era debido, lo deje que me besará y que lo fuera abriendo, dilatando, y supuse que hoy sería visitado por el garrote de Gus, mi suegro que jadeaba como animal.

Volvía a meter su lengua en mi almeja que chorreaba líquidos sin parar. Saltaba casi sobre la cara de mi amante maduro. Me apretaba con mis manos las tetas. Pellizcaba los pezones erectos, duros. Mojaba la punta de mis dedos y los franeleaba sacada, mientras mi suegro me comía de adelante y de atrás.

___¡Ahhhh me vas a matar, que hembra eres, me enloqueces pendeja putita, ohhh, ahhh!!!__ seguía hundiendo su lengua en mi almeja sabrosa. Las quejas de mi suegro se sucedían. Fui levantando mi grupa y me fui arrastrando hacia atrás. Nos fundimos en un beso volcánico y feroz. Dos animales desquiciados. Nuestras lenguas se fundían lanzando llamas de fuego por todos lo sentidos. Lentamente me fui ensartando su garrote viril en mi cuevita. Entró sin ningún obstáculo ya que estaba por demás de lubricada.

Fue cuando aprovechó y clavo dos dedos dentro de mi ojete despabilado y juguetón. Fue y vino, fue y vino. Lo cabalgaba de manera suave. No sacaba la verga de mi conchita, y yo lo cabalgaba a placer, tenía aguante, me gustaba mucho, me cogí como si lo hiciera todos los días, se brindaba todo por mí, y yo se lo retribuía, sin pensarlo.

__¡Quiero cogerte por el culito….ahhhhh. me lo darás putita, quieres darme tu colita, siiii, dámela, dame tu cola!!!__ casi sonaba a ruego, aunque sabía que estaba loca porque me la diera por el culo.

Con dos o tres movimientos me quité la poronga de la vulva y lentamente resbale dándole mi agujero trasero,  la guió con su mano y fue entrando, poseyéndome, sodomizándome de manera natural, casi como al pasar, gruñía como perro, estaba tan caliente y loco de deseo como yo. Apuré las cabalgatas una vez que entró todo en mi ojete, lo cabalgué y lo cabalgué, quería que me diera ya mismo su leche. Empezó a inflamarse ms y más, ya casi no podía contenerse.

__¡Quiero tu leche en mi boca, siii, papi, la quiero en mi boca!!__ le supliqué y me salí del estuche. Llegué a la manguera pronta a estallar y la tomé con las dos manos, terminando de bombear y el preciado líquido salió disparado, una explosión, junto con el grito desquiciado de mi suegro, dándome su porción de leche pegajosa que bebí hasta que me atraganté, las últimas gotas resbalaron por mis ojos y mi cara.

El buscaba aire, parecía que iba a morir en ese instante.

__¡Ohhh putita, ven aquí, dejame respirar…ohhh, si que eres una pendeja del infierno…ya no recordaba lo que era tener sexo!!!__ me abracé a él, me recosté en su pecho hasta que su corazón se fue calmando poco a poco. Nos besamos profundamente una y otra vez.

Volví a su casa todas las veces que me fue requerida. Algunos meses después mi novio y yo nos dejamos. Aquello no podía continuar, igualmente seguimos siendo amigos hasta ahora.

Con mi ex suegro nos vemos de vez en cuando. Hasta alguna vez nos hemos ido de vacaciones juntos. Y seguimos cogiendo como dos desquiciados.-

 

 

 

Datos del Relato
  • Autor: MARIO
  • Código: 61589
  • Fecha: 20-03-2021
  • Categoría: Incestos
  • Media: 0
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1 comentarios. Página 1 de 1
Saskatchewan
Saskatchewan 22-03-2021 08:49:26

Excelente y muy caliente relato...

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