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Luna de miel solo para ella (Final)

Ella comenzó su relato con un tono muy apesadumbrado.



«Mira ayer cuando Philipe subió a nuestro transporte, no sé una corriente recorrió mi cuerpo y me hizo estremecer, fue como si por primera vez viera a una estrella de cine o de televisión frente a mi (eso mismo percibí yo). Además desde el principio fue muy amable con nosotros y cuando ofreció tomarnos fotos, vi que yo me veía muy bien en cada una de las tomas, casi de inmediato empecé a presentir que yo era el centro de todas esas fotos y atenciones hacia nuestra familia. Por eso cuando almorzamos juntos, tu no te distes cuenta, pero él cada vez que podía cruzaba miradas conmigo y lejos de incomodarme me empezó a gustar muchísimo. Cuando llegamos a la playa, ya sabía que tendría que tomar una decisión, nadar junto a la familia o seguir a ese hombre en lo que tuviera en mente y no sé porqué no dudé en dejarles a Uds., para seguir a Philipe en su aventura, sabía que no estaba bien pero no podía evitarlo. Fuimos a unas cavernas con una vista hermosa del mar, el hizo varias tomas preciosas del lugar y luego me propuso si yo quería posar en medio de la naturaleza.



Philipe: ¿Traes bajo tu ropa traje de baño?



Viviana: Si, uno muy lindo que me hace lucir muy bien



Philipe: (sonriendo) Que bien entonces reuniremos la belleza natural del lugar, con la belleza de una mujer que se ve a simple vista luce un cuerpo admirable.



Viviana: Ya no tanto, tengo dos hijos y de seguro me ha pasado la cuenta.



Philipe: Perdóname, pero esa es la belleza más natural, Aquella que no esconde ni dibuja nada artificial. Desde que te vi en el bus me di cuenta, que todo lo tuyo es así, no hay señas de operaciones ni tratamientos rebuscados de belleza. Luces muy lozana, tienes un rostro muy juvenil y estoy casi seguro que eres admirada y deseada por muchos hombres, que quieren los atributos que tienes pero que no han reparado que todo eso fluye naturalmente en ti



Viviana: Eres un conocedor de las mujeres y con tan poco tiempo me describes como si supieras mucho de mi persona. Realmente estoy admirada.



Philipe: Lo que pasa Vivi, ¿Puedo llamarte así verdad? Me suena a más juvenil, como realmente te ves. Soy un observador antes que un fotógrafo, me gusta admirar antes de darme cuenta si lo que voy a retratar es cierto o solo una imagen como la de muchas mujeres en portadas de revistas o situaciones creadas para causar sensaciones o emociones, que muchas veces distan de la realidad. Por eso puedo decir con absoluta seguridad que tu representas una belleza natural.



Esas palabras no solo me hicieron sentir agradada, de verdad me estremecieron de como un hombre percibía mi ser interior. Muchos de nuestros amigos me han insinuado cosas, incluso tu jefe una vez en una fiesta en su casa, se me arrimo por atrás pegándome su paquete y hablándome al oído, que lo que sentía era culpa mía y que debía responder por eso. Y a pesar de ser un hombre autoritario, poderoso y por lo que sentí ese día muy bien dotado, no me dejé engañar por esas palabras y me deshice fácilmente de él y te dije que mejor nos fuéramos que me sentía mal. (Recordé esa fiesta, que todo me reclamaron que era un principiante de cornudo) Yo no me dejaba engañar por palabras o insinuaciones hacia mí, porque sé que siempre hablaban de mi cuerpo, pero Phil me hizo sentir primero persona y luego mujer, eso fue lo que tanto me hipnotizó.



Phil, lo traté así por la deferencia que tenía conmigo, me hizo quitar la ropa y empezó a darme instrucciones de cómo y dónde ponerme para tomarme unas fotos, luego venía y me las mostraba, me sentí espectacular al ver su trabajo, de verdad es bueno en lo que hace. En una de esas cuando yo estaba sentada sobre unos roqueríos y el disparaba su cámara me dijo “esta toma es tremenda, lo único que la hace perder naturalidad, es tu traje de baño”. Yo lo mire juguetona y le respondí “Acaso quieres que me lo quite” Bueno me dijo él, eso lo decides tú.



Fue una frase, sin doble sentido ni mirada morbosa, solo tenía que decidirlo yo. No sé qué me pasó que le dije, acepto. Él se acercó a mí y me ayudó a desabrochar mi sostén, miró mis pechos y exclamó “lo que pensé”



Viviana: ¿Qué pensó?



Philipe: Que tu torso desnudo se ve perfecto, con un busto firme pero natural, con un tono de piel necesitado de sol, pero de un color uniforme.



Viviana: vaya pensé que dirías alguna pachotada como los amigos de mi esposo.



Philipe: Que tienes unas tetas muy ricas, dijo riéndose. Eso es lo que todos los hombres dicen, pero no captan, que para que eso sea así, hay que ver cómo están formadas y torneadas. No aunque quisiera decir algo así, ante tanta belleza me detendría de hacer un comentario tan soez.



Viviana: Gracias Phil, se ve que eres todo un caballero.



Philipe: ¿Vas a quitar tu calzón también?



Viviana: no sé me da plancha, no estoy presentable dije casi con vergüenza.



Philipe: Esta bien, vamos a acomodar las posturas para que parezca que no lo tienes.



Empezó a decirme como debía colocarme y donde colocar mis brazos y piernas cruzadas para aparecer como si estuviera desnuda, de pronto me hizo semi recostarme con mis brazos atrás como si estuviera tomando el sol, e hizo cerrar los ojos y empezó a hacer varias tomas hasta que lo sentí cerca mío, una de sus manos acarició mis pechos y mis pezones se erizaron, iba a decir algo cuando me dijo; “tranquila” y siguió disparando su cámara. De pronto me sacó de ese trance que me había producido una gran excitación. Que te parecen estas fotos y que impresionada.



Mis pechos con sus pezones erguidos medio en penumbras, me hacían parecer una sirena a orillas del mar, solo pude decirle gracias casi con lágrimas, el que ya se había quitado su camisa me acarició con delicadeza mi rostro y mi pelo, nuestros labios se juntaron y fue un beso suave, casi inocente: De pronto unas voces de otras personas cerca interrumpieron el romántico momento y me abracé a su pecho fuertemente mientras pasaban cerca de nosotros, el roce de mis pezones erecto y su pecho con un cuidado vello nos excitaron más de la cuenta a los dos y cuando ya nos sentimos solos, nos comimos la boca en apasionados besos, sentí su tremendo bulto a la altura de mi ombligo y empecé a humedecer, sus manos tomaron mi culo con ganas y deseos y su boca disfrutaba de mi lengua y labios.



De pronto me entró algo de cordura y lo detuve, si seguíamos así terminaríamos haciéndolo ahí mismo y por miedo a que alguien nos viera le dije, detente o no podré detener mis deseos. El muy caballeroso me dijo, está bien, no haré jamás nada que tú no quieras. Aunque dentro de mi quería que siguiera, tomé mi sostén y lo puse nuevamente, también mi vestido; “Creo que es mejor volver” dije, Déjame juntar mis cosas y vamos me respondió, caminamos tomados de la mano como enamorados, solo mirándonos y disfrutando del camino. Cuando estábamos cerca de la playa me preguntó que haríamos mas tarde, le conté lo del show y él me dijo que saldría hacer unas tomas nocturnas de la isla, pero que lata que le faltara la modelo, bueno le dije aun no la has invitado, está bien, dijo él iré al show a ver si encuentro alguna. De seguro encontraras una mejor preparada que la de ahora le dije y reímos con excitación en mi rostro.



Cuando íbamos al show, estaba como extasiada, quería ver si iba a ir por estar conmigo o no, cuando lo vi aparecer me puse como una tonta indicándole donde estábamos y le había guardado un puesto al lado mío, después que te saludó se apagaron las luces y me sorprendió con un beso apasionado y metiendo su mano bajo mi falda para tocar mi vulva bien depilada, en ese momento decidí que a como diera lugar esa noche sería de él. No quería hacerte daño pero mis ganas eran mas grandes que mi cordura.»



Hasta ese momento de su relato no me había dado cuenta que tenía una erección tremenda, mi pene estaba durísimo y ya empezaba a sentir liquido preseminal en el. Escuchar tanto detalle me tenía como burro, pero mi cabeza ardía de celos. Y que pasó después pregunté, mas por morbo que por saber todo, ella avergonzada me dijo, bueno pasó lo que te dije, hicimos el amor, quiero saber los detalles contesté, Hernando no quiero herirte diciendo todas las cosas que ocurrieron, Viviana necesito saber los detalles, no quiero que me ocultes nada, insistí mientras bajaba la cabeza y con mis manos trataba de tapar un poco mi excitación.



Ella continuó diciéndome lo que pasó después de dejarme con los niños en la cabaña; Bueno cuando salimos de ahí me llevó a dos lugares de la Isla donde las vistas de la luna brillando sobre el mar era una delicia, tomo algunas fotos y me dijo “¿Esta lista para modelar?” Dime donde me pongo respondí; frente a la luz me dijo, pero quiero que quites tu ropa, quiero que todo sea natural. Su invitación me excitó mucho más de lo que estaba e hice lo que me pidió, me hizo unas tomas preciosas, donde mi silueta se refleja sobre la luz que brillaba en el mar.



Estaba muy excitada sintiendo el viento tibio de la noche desnuda frente a un hombre que me atraía, que no me di cuenta que estaba detrás de mí, cuando sus labios rozaron mi cuello y sus manos recorrieron mi figura posándose en mis pechos y jugando con mis pezones, volteé mi cara y nos besamos con pasión, el bajó su mano hasta mi genital y lo sintió húmedo lo que encendió mas nuestra pasión y me dijo: Vivi quiero hacerte mía, pero insisto jamás haré nada que tu no quieras, yo le respondí yo también quiero ser tuya, entonces me puse solo mi vestido y nos dirigimos a su habitación en su hotel, era una bella pieza decorada con motivos pascuenses y una gran y suave cama, me quitó mis vestido mientras el saco su camisa, yo le ayudé con su pantalón e interior, cuando su pene saltó de él, era grande y depilado, lo toque con ambas manos y él esperó inmóvil a ver que haría yo, no pude resistirlo, me hinqué y lo puse en mi boca y comencé a mamarlo con ganas, a él le gustó sentir mis labios tratando de abarcar toda su gruesa masa de carne, acariciaba mis cabellos y rozaba suavemente mis mejillas mientras yo succionaba su pene lo mas que podía aunque por su tamaño apenas tenía un poco más de un cuarto de él.



Luego de un rato así me acostó sobre la cama, me admiró y me comenzó a acariciar y besar por todo mi cuerpo, me comió mi coño con delicadeza y sus manos acariciaban mis pechos, eso me hizo llegar a mi primer orgasmo, luego acomodó su pene entre mis labios vaginales bien humedecidos y lo hundió completamente en mí, fue algo que jamás había sentido, comenzó un suave vaivén que hacia su pene rozar todo mi interior y exterior, tomó mis manos sobre mi cabeza y mientras subía y bajaba, besaba mis labios y pechos y aumentaba mi calor, señal que volvería acabar, cuando casi como por arte de magia ambos acabamos en un orgasmo bestial, con mucho semen inundando mi vagina y muchos flujos míos mojando la cama, luego de recuperar nuestros alientos, seguimos besándonos y quizás debido a su tamaño seguía dentro mío, cuando el se salió de sobre mi, me dijo que jamás había sentido tanta atracción por una mujer desde el momento que me vio, yo le die, no te creo, debes haber tenido muchas mujeres.



Puede ser dijo él, pero nadie luce los atributos que tu tienes de manera natural, eso me hizo sentir la mujer mas bella, se sentía muy honesta su expresión y de verdad eso me excitó mucho. Así que nuevamente empecé a jugar con su herramienta y comenzó a cobrar vida, volví a meterla en mi boca y esta vez, debido a que estaba mas lubricada entró mas entre mis labios, cuando recuperó su dureza, me senté a horcajadas sobre ella, entró toda en mí, llenándome de nuevo todo mi interior, comencé a cabalgarlo al principio rítmicamente hasta que después de un rato me volví una furia sobre ese delicioso pene.



Mi tercer orgasmo fue una delicia, mientras el chupaba mis pechos con ansias y unos dedos juguetones estaban dentro de mí cola, nos abrazamos y él podía sentir mi corazón a mil sobre su pecho, le pregunte si quería acabar dentro de mí otra vez, Entonces me dijo, deseo penetrarte esa hermosa colita.



Ella me miró con tristeza y dijo; Tú sabes que jamás he dejado que ni siquiera tu entres en mi cola, pero ese hombre me atraía demasiado y no pude negarle ese deseo. Mi mirada le indicó que quería saber los detalles, ella agachando su cabeza prosiguió; Él se salió dentro de mí y comenzó a besar todo mi cuerpo nuevamente, me recostó boca abajo en la cama y sentí sus labios jugando sobre mi ano, luego puso una almohada bajo mi vientre y sus dedos jugueteaban en mi clítoris e ingresaban en mi vagina mientras su lengua seguía suavizando mi orificio anal, me preparó muy bien para cuando su grueso miembro intentara abordarme, cuando sintió que ya estaba lista, se puso detrás mío y sentí como su pene punzaba la entrada de mi culo.



Sus labios comenzaron a besarme y sus dedos seguían jugando en mi vagina, mientras el duro y grueso pene esperaba a la entrada de mi ano, comencé a disfrutar sus caricias y besos en mi oído, cuello y labios y cuando empecé a gemir con su dedo en mi clítoris, clavó su tremenda cabezota dentro de mi culo y luego todo el cilindro de carne hasta el fondo de mi cola. El dolor de ese momento se mezcló con un nuevo orgasmo por como trabajó mi clítoris, luego ya más acomodada a esa tremenda invasión dentro de mí, comenzó el vaivén de penetrar y casi salir, una y otra vez, tomó mis manos sobre mi cabeza y empezó a acelerar sus movimientos, fueron unos minutos intensos cuando sentí como mas leche caliente estaba llenando mi cola, y sus gemidos me indicaron que le había gustado.



Yo no me di cuenta que con esa parte del relato me corrí en mis pantalones dejando toda la leche que había acumulado para nuestra segunda luna de miel, así que como pude tapé la mancha de mi pantalón; ella continuó su relato: Vi la hora eran 4,30 ya le dije que debía irme, fuimos a la ducha, nuevamente jugamos con besos y caricias, pero ya no habían energías para un nuevo orgasmo y nos vestimos y me trajo hasta la cabaña, se despidió con un beso y me dijo que de verdad era la mejor mujer con la que había estado porque todo en mi era natural…



Cuando terminó, tomé aire como para empezar un discurso, solo dije: déjame pensar que va a pasar después de todo esto, pero la verdad quería ir al baño a limpiar mi semen, cuando saqué mi ropa mi pene aún tenía algo de erección así que me pajeé con ganas o volví acabar recordando el relato de Viviana.



Ese día recorrimos el pueblo como familia, todo muy relajado y reposado, en la tarde en un descanso le dije a Viviana que entendía porque habían pasado las cosas y asumí que nunca la había admirado como la belleza que era y que no quería perderla, que volveríamos a nuestra ciudad y todo volvería a la normalidad. Que haría mi mejor esfuerzo para hacerla sentir tan bella y natural como era, ella me dijo que trataría de complacerme ahora en mis deseos, ahora que sabía que no dolía tanto lo que me había negado, sabiendo que de solo escucharlo me había hecho acabar (se había dado cuenta de mi mancha en el pantalón) reímos y seguimos disfrutando de la tarde.



Cuando empezamos a pensar en nuestra última noche en la isla, la noté inquieta y le pregunté que pasaba, nada es que… dime, volví a insistir; Es nuestra última noche y tu dijiste que volviendo a nuestra ciudad todo volvería a ser igual. Philipe me ha pedido si podemos vernos unos minutos para darme algo que me preparó… que opinas.



Está bien dije yo, seguramente tendrá tu álbum de fotos y quiere dártelo en persona, Gracias amor me dijo y salió a encontrarse un rato con él. Eran casi las 4 de la mañana cuando regresó, me pidió perdón de nuevo no pude evitarlo me dijo, yo que estaba excitado, sin ninguna consideración me subí sobre ella y metí mi pene en su vagina, quería hacerlo con rabia y que sintiera dolor, pero me encontré que nadaba dentro de un inmenso espacio lleno de fluidos y que en menos de dos minutos acabe echando otro poco de semen dentro de ella.



Más tarde preparamos las maletas y partimos al aeropuerto, no sabía que pasaría de aquí en adelante, solo sabía que para todos nuestros conocidos era un viaje muy especial y había sido un viaje especial y romántico una nueva luna de miel, pero solo para ella.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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