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Categoría: Maduras

La viuda Alegre

Hace ya mucho tiempo, yo tenia 19 años y me encontraba de vacaciones, solo vivía con mi madre y sus ingresos eran pocos, así que me enrole en una empresa que vende productos casa por casa y después de tomar un curso para facilidad de palabra y convencimiento me dieron mi primer lotes de artículos, para esto algunos compañeros me decían que era mas fácil vender en comunidades apartadas que en la ciudad, ya que en esta proliferaban gran cantidad de vendedores de este tipo y el producto que me habían dado ya estaba muy quemado, así que me embarque en un autobús a una comunidad a las afueras de la ciudad, llegue muy temprano y empecé a hacer mi labor de convencimiento para vender mis productos, pase casi toda la mañana sin vender ninguno y hacia mucho calor aparte de que casi todas las calles eran empedradas y puras subidas y bajadas, estaba exhausto.



 



Llegue a una casa con una barda muy grande con solo una puerta de metal y un moño negro ya muy deteriorado símbolo de alguna defunción, sin pensarlo mucho toque fuerte, ya que entre las rendijas de la puerta logre ver una mujer mayor regando su jardín.



 



Pasaron unos minutos y salio una dama de cabellos largos y entrecanos, con unos pechos de matrona, una diminuta cintura y unas caderas anchas como yegua., su voz era suave y gentil, me pregunto que deseaba.



 



La verdad estaba casi desmayándome del calor y su figura, así que solo logre atinar si me podía regalar un poco de agua, me había quedado sin habla de subir la cuesta hasta su casa.



 



Me dijo .. Si, con mucho gusto acabo de preparar un poco de agua de frutas, corrió el cerrojo y me dijo... no creo que alguien como tu pueda aprovecharse de una viuda solitaria como yo.



 



La casa estaba muy limpia y el jardín muy bien cuidado, se veía que le encantaban las flores, ya que había de todos tipos y el aire se llenaba de un embriagante aroma.



 



Me senté en una silla del jardín y espere a que regresara la señora, me percate que ni siquiera me había presentado y le grite mi nombre, a lo que me respondió:



 



Es un placer, mi nombre es Abdulia, pero mis amigos me dicen Lula.



 



Era una mujer muy alegre por lo que me atreví a preguntarle.



 



Que hace una mujer tan bella como usted, tan aislada en estos lugares.



 



Bella yo, jajá bromeas muchacho, bella hace mucho tiempo cuando mi marido vivía, hace mas de 10 año que estoy sola (ella tenia 53 años) mis hijos ya se casaron pero vienen solo en fin de año y pues solo me queda ver morir a mis vecinos hasta que llegue la mía.



 



Se puso algo triste al decir esto, por lo que me acerque un poco y la abrace para consolarla.



 



Como crees que alguien se pueda fijar en este vejestorio? Dijo



 



Lo cual respondí. Pues a mi me parece que es una mujer muy atractiva que cualquier muchacho como yo desearía tener entre sus brazos.



 



Me abrazo fuertemente y sentí el calor de sus pechos por lo que no puede evitar tener una gran erección de inmediato y ella se dio cuenta y me dijo.



 



Hay hijo, se ve que la traes atrasada, ya para que alguien como yo te provoque tanta calentura.... jajá jajá



 



Pues la verdad si, casi siempre estoy estudiando y ahora trabajando y no tengo tiempo para chicas, solo mi mano me acompaña, jajá



 



Me tomo de la mano y me llevo a la parte trasera del jardín y sin muchos preámbulos me bajo el cierre y saco mi miembro caliente y empezó a acariciar mi glande, estaba muy rojo y en la punta tenia un poco de liquido transparente que empezó a jugar con su lengua.



 



Hay mijo, eso esta muy rico, quieres cojerte a esta vieja...



 



No le respondí nada, solo me baje los pantalones y mi camisa quedando desnudo a sus ojos,



 



Hijo, que bien estas... y tu miembro es muy buena leña.



 



Te va a tocar desarrugar un poco mi viejo coño



 



De inmediato se quito el vestido y puede ver su añeja belleza en todo su esplendor, su piel tan blanca como la leche y sus pezones color café ya bien alertas al placer.



 



Ella se tendió sus ropas en el pasto y me dijo... ven hijo, vas a tener que lubricarme un poco para recibir ese ariete que tienes entre las piernas.



 



Me baje a su coño y lo empecé a tocar poco a poco con mi lengua, y cada vez que lo hacia ella gemía de placer, poco a poco empecé a besarla mas profundamente y ella llego rápido a su primer orgasmo, jadeaba y me decía... ahora métemela ya esta caliente el hornos para ese trozo de carne...



 



Me monte en ella y empecé a meterla lentamente,, la verdad quemaba de lo caliente que estaba y la sensación era increíble,,,, tome sus pezones por sorpresa y los chupe cuanto pude, ,, baje mis manos y abrí sus piernas para penetrarla mejor,



 



Podía ver su cara de felicidad y su como su cuerpo se estremecía a cada embate de mi miembro, ella logro su segundo orgasmo y yo no tarde más y llené de leche su viejo coño, quedamos abrazados y podía sentir como temblaba su cuerpo y tenía espasmos de tanta excitación.



 



Nos quedamos dormidos un rato y luego me dijo que si tenía prisa por irme, que si quería, podría quedarse un tiempo y ella diría que eras mi sobrino, para que la gente del pueblo no sospechara.



 



Le dije que tenía todas las vacaciones y solo tenia que enviarle algo de dinero a mi madre, cosa que ella resolvería mas adelante.



 



Pase unas vacaciones increíbles, que pronto les describiré...



 



Gallina vieja hace buen caldo... dice el refrán.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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