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La infidelidad mas temida

~~Mi esposa me calienta como ninguna otra mujer. Desde la primera vez que hicimos el amor supe que me daria todo el placer del mundo. Ella es muy bonita, diria exuberante, su pequeña cintura, piernas largas y bien torneadas y especialmente su culo redondo y parado hace que con sus treinta y cinco años, los hombres se vuelvan para mirarla cuando va por la calle. Al principio esto me trajo mas de un problema por intentar reaccionar ante cada mirada morbosa de cualquier extraño, pero luego me acostumbre y solo me importa que ella se entregue a mi, cada vez que lo deseo.
 Soy cinco años menor que ella y cuando nos conocimos eramos muy jovenes, mientras que yo era virgen mi esposa habia tenido otras parejas por lo que tenia experiencia y fue quien me enseño como gozar dentro y fuera de la cama. Con el tiempo yo tambien fui dando lo mio y nos transformamos en una excelente pareja sin reparos para disfrutar a pleno nuestra vida sexual. Debo decir que yo estoy bastante bien dotado a decir de mi propia esposa y con ella pude aprender todo lo que se sobre sexo, ademas de practicarlo asiduamente, tambien disfrutamos de las peli porno, las cuales vemos de tanto en tanto para calentar el ambiente previo.
 Un dia estaba regresando de un viaje de trabajo antes de lo planeado; decidi no llamarla para darle la grata sorpresa. Apenas ingrese a la casa oi algunas voces en el interior; pensando que habia visitas, fui al comedor pero inmediatamente me di cuenta que los ruidos venian de la parte superior de la casa, donde tenemos el dormitorio. Por un momento me quede en silencio e identifique sin dudas la voz de mi esposa, aunque mas que hablar emitia jadeos... Subi sin hacer ruido las escaleras y a medida que ascendia confirme que eran los jadeos que tan bien conocia cuando haciamos el amor. En ese instante pense que mi esposa se estaba masturbando, a ella le gusta hacerlo aunque nunca la habia observado a solas; solo de imaginarlo hizo que me brotase la ereccion. Sin detenerme llegue hasta el frente de la puerta del dormitorio que estaba ligeramente abierta; del interior salia una luz rojiza que solemos encender para ambientar nuestros momentos de pasion.
 La pequeña abertura era suficiente para poder observar; mis oidos escuchaban el sonido de la cama, sacudida con fuerza y los gemidos calientes de mi mujer... Ahhhhh... Mmm... Ohhh... parecia que estaba por acabar y no queria perderme esa escena. Cuando mi mirada llego al interior, me quede absolutamente paralizado, podia ver todo claramente... mi esposa estaba en cuatro patas sobre la cama, sacudia su cabeza arriba y debajo de manera incesante, los dedos de sus manos se cerraban convertidos en puños sobre las sabanas revueltas, casi arracadas del colchon. Las piernas abiertas y su cadera hamacandose freneticamente adelante y atras sin respiro, gozando, gimiendo anhelante.
 Uhhh... Siiii!!! Mas... mas. suplicaba.
 Su lengua salia para lubricar los labios carnosos, aumentando su apetito, avido de sexo. Detras de ella un hombre la aferraba de los muslos y le enterraba una y otra vez su herramienta; el tambien estaba extasiado por los movimientos de mi esposa, por su cueva caliente, por el placer que le daba la entrega de su cuerpo. El hombre, sudoroso, presa de una calentura evidente, no cesaba de hundir su pene, cambiando movimientos suaves con otros mas energicos, empujando para recorrer con su trozo ardiente todo el interior de ella. Tenia los ojos entrecerrados, se mordia los labios y le murmuraba cosas que no podia escuchar, pero a las que mi esposa respondia con mas gemidos. Era algo mayor que yo, exactamente seis años, atletico y con clase, lo conocia perfectamente... era mi jefe.
 En esa posicion acabaron casi al mismo tiempo; los gemidos de mi esposa retumbaron en la habitacion. Ella se irguio levemente y giro su cabeza para besarlo en la boca; el, aun sin sacarla, le devolvio un beso largo y profundo. Luego se retiro y pude observar el preservativo con abundante leche, colgando de un pene todavia hinchado y grueso.
 Confundido, sali inmediatamente de la casa y conduje sin rumbo durante una hora, tratando de resolver como debia reaccionar... que debia hacer. Decidi llamar a casa y avise que llegaria en un par de horas. Cuando llegue mi mujer estaba esplendida, me recibio como siempre, con afecto y alegria de verme. Yo, algo distante, le dije que estaba muy cansado y me dispuse a tomar una ducha. El agua caliente me relajo, pero los pensamientos seguian abrumandome con aquellas imagenes que habia observado, dando vueltas en mi cabeza... el olor a sexo, los gemidos de ella, el orgasmo final... Casi sin darme cuenta mi mano estaba acariciando el pene alzado y duro bajo la lluvia de la ducha, lo aprete y sacudi con velocidad; no tarde en eyacular copiosamente sobre los azulejos del baño.
 Al dia siguiente me encontre con mi jefe en el trabajo, aunque busque en su mirada un gesto, una señal que pudiera delatar su aventura con mi esposa, no puede encontrar mas que la misma actitud correcta y estrictamente laboral de cada dia. No puede evitar alguna distraccion cuando hablamos del programa de tareas que teniamos que adelantar para la semana siguiente, mi jefe me pregunto si me sentia bien o deseaba retirarme a descansar despues del viaje que habia tenido; la verdad es que verlo alli de traje y corbata, despues de haber estado entre las sabanas con mi mujer, no resultaba nada sencillo.
 Despues me puse a pensar cuanto tiempo haria que se acostaban juntos, hacia al menos dos años que se conocieron en una fiesta que dio la empresa para festejar su primera decada de vida. Seria desde entonces? Ocurrira cada vez que me toca viajar al interior del pais? Esto ultimo me decidio a esperar a mi proximo viaje del mes siguiente; estaria ausente tres dias pero esta vez iba a ser diferente.
 Asi fue que simule el viaje, me despedi de mi esposa, parti con el coche y cuando se aproximaba la hora en que casi siempre salgo del trabajo, regrese y estacione el vehiculo cerca de la puerta de casa... solo restaba esperar. Ese primer dia no ocurrio nada, despues de un par de horas esperando me marche a un hotel desde donde llame a mi mujer como lo hacia habitualmente. Al dia siguiente hice exactamente lo mismo, pero el resultado fue otro; cuando ya me disponia a irme divise el auto de mi jefe que estaciono en la calle de enfrente, toco el timbre e ingreso a mi casa. No sabia que debia hacer, tenia la oportunidad de encontrarlos juntos y enfrentar la situacion, pero parte de inseguridad, temor a perderla o no se bien que razon me hizo soportar la espera sin tomar ninguna determinacion. Espere casi tres horas dentro del vehiculo, hasta que volvi al hotel; desde alli llame nuevamente a mi mujer... la note normal, cariñosa y atenta como siempre; incluso me regaño porque demore en llamarla y estaba preocupada, nos despedimos y me deseo que descanse.
 Casi no pude dormir, mi jefe estaba en la cama con mi esposa gozandola tal vez durante toda la noche... cuantas veces le haria el amor?... cuantos orgasmos tendria ella?. Habia otras cosas que ahora me resultaban mas claras; el trato que yo tenia con mi jefe era absolutamente normal, sin embargo siempre me habian tocado las mejores promociones de venta de los productos de la empresa, ademas el premio de fin de año habia sido extraordinariamente generoso y por supuesto el ultimo ascenso que tuve estaba por encima de mi trayectoria en la compañia. Era evidente que yo tenia una situacion preferencial en mi trabajo y la explicacion estaba mas que clara.
 En la siguiente oportunidad en que me tocaba viajar estaba decidido a ir mas lejos, queria encontrarlos como la primera vez... en medio del acto. Seria traumatico y humillante pero no podia continuar en la misma situacion. Entretanto debo decir que mi esposa seguia llevandome al extremo cuando haciamos el amor, se comportaba como una gata en celo y me dejaba exhausto. Parecia mentira que a mis espaldas estuviese metiendome los cuernos con otro hombre y para colmo con alguien que yo conocia y veia diariamente.
 La oportunidad llego y nuevamente repeti la falsa partida y la espera ansiosa; en esta ocasion fue el primer dia de mi supuesta ausencia cuando mi jefe llego a mi casa. Tenia que esperar... no sabia cuanto tiempo acostumbraban a pasar juntos pero era claro que no seria un instante. Mientras esperaba imaginaba una y otra vez como seria la escena de mi llegada... que diria mi mujer... que excusa tendria el... y... que pasara luego. Perdonare a mi esposa?... sera ella quien me dejara aun cuando la disculpe? Me quedare sin trabajo?... Todas estas cuestiones asaltaban mi mente mientras casi sin darme cuenta estaba frente a la puerta de mi casa, entrando sigiloso, lento como en un sueño.
 En la planta baja no habia nadie, solo unos vasos y una botella de whisky sobre la mesa,... habian pasado al dormitorio. Subi la escalera con cuidado pero al llegar arriba me encontre con la puerta de la habitacion cerrada. El ojo de la cerradura daba directamente al centro de nuestra cama, habia ropa desordenadamente tirada en el borde... no podia verlos aun pero escuchaba sus gemidos, los sonidos calientes y entrecortados de ambos. De pronto ella se sento sobre un costado de la cama, dando la espalda a la puerta donde yo estaba; pude observar que tenia puesto solo la ropa interior... las bragas pequeñas dejaban sus gluteos al descubierto, ahora apoyados sobre las sabanas. Mi jefe se paro delante de ella, no podia ver su cara... tenia el torso desnudo pero llevaba el pantalon puesto.
 Mi esposa comenzo a acariciarle la entrepierna para luego bajar el cierre del pantalon; extrajo su miembro y le dedico su boca a pleno, succionando golosamente. Llevaba adelante y atras su cabeza de manera ritmica, las manos de el le sujetaban el pelo por detras, aprisionando su cara contra su miembro viril. Ahhh... Ohhh... exclamo el, preso de calentura. Un momento despues ella apoyo el pene sobre su mejilla, cubriendolo con su mano, acariciandolo suave pero firmemente mientras su lengua se dedico a lamerle los testiculos. Eso me permitio observar la tremenda ereccion de el y lo bien armado que estaba, su glande brillaba altivo, producto de los restos de saliva de mi esposa y el liquido seminal de el. Mi jefe seguia gimiendo, Asiii... asiiii... chupamela toda, ohhh... que bien lo haces.
 Mi esposa se paro delante de el y se bajo lentamente las bragas, el le desabrocho el sujetador y comenzo a lamerle los pechos. Mi mujer habia inclinado la cabeza hacia atras... aunque no alcanzaba a verla podia notar su cabello extendido sobre la espalda. El le acariciaba el culo, apretando con sus manos ambos gluteos, hasta que una de sus manos abrio su trasero y la otra se introdujo con uno de sus dedos hurgando en el año de mi esposa. Mmm... Ayyy... despacio!!! le escuche a ella, que de inmediato le ayudo abriendo aun mas el culo con una de sus manos. A partir de ese instante no pude ver mas por la cerradura, pero aun retumba en mi cabeza la voz suplicante y a la vez caliente de mi mujer.
 Por atras no!... por favor, no... ahhh!!! uhhh!!! siiiiii!!... asi... todaaaa. No puedo mas, me estoy mojando.
 Yo me quede apoyado sobre la puerta del dormitorio con mi oido pegado a ella; por los alaridos que escuche, el orgasmo de mi mujer fue brutal y parecia haber tenido mas de uno al mismo tiempo. Indeciso, confundido y extrañamente excitado, me fui en silencio y no volvi hasta que mi supuesto viaje habia terminado.
 Los dias siguientes fueron normales, mi esposa me dedicaba lo mejor como de costumbre como si nada especial ocurriera. Seguia siendo deliciosa en la cama y hermosa dia a dia, pero no puedo entender por que se acuesta con otro. El asunto es que sigo enamorado de ella y tengo exito en mi trabajo; que pasaria si le digo lo que se; acaso perdere a mi esposa y mi trabajo?. Por otra parte, no niego cierta morbosidad y excitacion pero cuanto podre soportar esta situacion, que no deja de ser humillante?.
 En verdad han transcurrido ya tres meses desde aquel dia, cada vez que viajo se que lo esta haciendo mi esposa, aun no pude hacer nada y cada dia me torturo mas.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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1 comentarios. Página 1 de 1
Carlos
invitado-Carlos 12-05-2018 12:09:47

Yo le haría un trío de sorpresa

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