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En el pajar con una desconocida

Os voy a contar una historia que me sucedió hace ya unos años , yo iba por el campo, acababa de comprarme una bicicleta y quería pasear con ella, mientras pedaleaba iba viendo los paisajes, me sentía libre, iba solo, lo cierto es que estaba muy a gusto, pare para comer algo y descansar, por cierto mi nombre es Álvaro, como bien he dicho pare, mientras comía y descansaba, pasó una chica en un caballo, él caballo precioso, negro brillante, y la que lo montaba ni os cuento, la vi de lejos, cada vez más cerca, hasta que llegó a mi y paro, me miró y me dijo,

Que tal, que haces por aquí, no estarás perdido, y sonrío"

Yo me quede en blanco, eso era para verlo, ese cuerpo tan perfecto, encima de ese bello caballo, me dejó sin voz, la recupere rápido, cuando ella se bajó de su caballo y se acercó a mí, deje de comer y bebí un poco, antes de hablar.

No, que va, solo he parado para descansar y comer algo", "y, tú que de paseo con él caballito?",

Bueno si, siempre paseo por aquí, cada día que puedo.

Montas muy bien,

Eso dicen, me dijo sonriendo, bueno solo he parado por si necesitabas algo, como veo que no, me marcho,

Te ha ofendido algo que he dicho?, la dije

No, es que es tarde y se va a poner a llover y mucho.

Si, pues no parece,

Se dio media vuelta se subió a su caballo me miró y me dijo,

- bueno espero volver a verte por aquí, y vete rápido antes de que llueva.

Volvió a sonreír y mirándome se marchó, así que cogí la bici y comencé a pedalear, mientras iba, no podía dejar de pensar en ella, empecé a imaginar cosas muy picantes, no sé porqué pero empecé hacerlo y cada vez más fuerte, ya me veía allí en ese lugar donde nos encontramos, desnudándola y follandomela como un loco, empecé a sentir mi miembro endurecerse, me estaba poniendo muy caliente, pare en un riachuelo y me moje la cara para despejarme un poco, cuando me di cuenta estaba totalmente erecto, se notaba muchísimo con aquellos pantalones pegados al cuerpo, ufff, muchísimo, así que me dedique a pensar en otra cosa, pero no hizo falta, por qué justo en ese mismo instante comenzó a llover, pero de lo lindo, eso era un diluvio, no se veía nada, estaba empapado, así que salí a correr, buscando un refugio hasta que pasara todo, corriendo con la bici en la mano, sin saber por dónde ir, hasta que pude visualizar un pajar, corrí hacia allí, cuando llegue estaba abierto, así que sin pensarlo entre y me acomode, deje la bici a un lado, y yo comencé a secarme cómo podía, hasta que una dulce voz me dijo...

-Anda toma sécate con esto.

Era un trozo de manta, pero me vino muy bien para secarme, cuando escuche su voz, me asusté, no esperaba a nadie, creí estar solo, ya me había quitado la parte de arriba, ya que estaba muy mojado, ella estaba echada sobre la pared mirándome fijamente, sin decir nada, sólo miraba, empecé a ponerme un poco nervioso, y lo primero que me salió fue taparme, taparme?, si, como si de un niño tímido se tratase, ella sonrió, y me dijo.

-No te tapes, llevo un rato mirándote, desde que has entrado, y lo cierto es que me gustas más sin tapar, te has mojado de lo lindo, me ha gustado verte secarte, me ha gustado mucho...

Diciendo esas palabras, iba acercándose poco a poco, sin dejar de mirarme, continuaba hablando.

-sabes, desde que te he visto antes, no he dejado de pensar en ti, y si te soy sincera hasta he llegado a tener malos pensamientos contigo.

-como de malos? Conteste.

-hummm muy malos

Comencé a darme cuenta, que estaba empezando una extraordinaria experiencia sexual, que seguro no olvidaría en mucho tiempo, y así ha sido.

-¿te pongo nervioso?

Lo cierto es que me estaba poniendo muy nervioso y a la vez la situación me estaba provocando un morbo como nunca antes lo había tenido, mi miembro comenzó a sentir este momento, comenzando a desear llegar a más, sabía que esa mujer desconocida me iba a dar algo nuevo para mí, jamás estuve con una desconocida, es más solo he estado con dos chicas y lo cierto que no fue para tanto, pero presentía que esto iba a ser distinto, como os iba diciendo, ella se iba acercando poco a poco, cada vez más cerca, hasta que llegó a mi, me quito la manta de mis manos, y con voz baja me dice...

-no, no, esto sobra, sabes, vi cómo me mirabas antes, y a dónde mirabas, lo cierto, es que yo también mire, y no a tus ojos precisamente, como bien te he dicho antes, he tenido muy malos pensamientos contigo.

-ah si, dije yo, cuéntame algo más, como eran tus pensamientos, dime algo más.

Ella terminó muy cerca de mi, me miró a los ojos y con un dedo. Comenzó a deslizarlo por mi pecho, pasando por mi torso, recorriendo mi pezón con su uña, cosa que me puso como una moto, estaba lloviendo fuera, el sonido era terrorífico, con tormentas y mucha lluvia, pero dentro de aquel establo, estaba comenzando a ponerse muy caliente el ambiente, me gustaba escuchar aquellos sonidos, mientras ella hacía su recorrido desde la barbilla hasta la ingles, tengo que decir que me estaba poniendo muy malo, nunca antes una mujer se me ha insinuado tan descaradamente, mirándonos a los ojos, sentí como con delicadeza apretaba con su mano mí miembro, uff, que sensación, apretaba muy despacio, masajeando mi pene.

-te gusta?, creo que si, esto se está poniendo durita, hummm!, como me gusta.

Susurrándome, muy cerca de mi boca, la situación se estaba calentando por segundo, mis manos sin dudar, agarraron el trasero de esa chica, por cierto muy durito, tenía mis manos una en cada cachete, apretándola junto a mí, me acerqué a su oído y la dije, con voz de deseo.

-cuidado, que estoy ardiendo y te vas a quemar.

Ella sonrió, y seguía acariciando mi pene que cada vez estaba más grande y dura, sus manos apretaban más fuerte, metió la mano por el pantalón, y sentí como acariciaba mi glande con la yema de sus dedos, me estaba poniendo muy cachondo, demasiado, así que sin más, solté un cachete para acariciarla un pecho, como me gustaba tocárselo, mis labios estaban deseando succionar sus pezones de punta y duros, ella también estaba muy excitada, lo sentía en su respiración, sus ojos se cerraban cuando le besaba los pechos, y tocaba con más entusiasmo mi pene y testículos, su mano estaba hundida en mi pantalón, no dejaba de moverla, ufff!, que bien lo hacía, no pudo resistir más y jugando con su lengua por mi torso, vientre y hummm!, la punta de mi pene, su boca se abrió y se la metió poco a poco, chupando muy despacio, de arriba a abajo, tocándome los testículos, con suavidad, mis piernas flojearon por un momento, cuando ella sin más se la tragó enterita, madre mía! Pensé cuando sentí mi miembro en su boca, llegándola hasta la garganta, se la escuchaba

-hmmmm! Que rica esta, que gordita se está poniendo, ya casi no me entra en la boca, que huevos más duros. Hmmmm!

Y seguía tragándosela hasta el final, y eso que no la entraba en su delicada boca, mis sensaciones eran de un placer infinito, nunca antes me la habían comido así, de repente, sentí como mis huevos estaban totalmente dentro de su boca, succionando uno y después otro, está mujer era una diosa comiéndola, tuve que retirarla unas cuantas veces, sentía que me iba correr, y no quería eso, quería follármela por todos lados, así que la levante, y la lleve hacia unos fardos de paja apilados en un rincón, allí la lleve, la tumbe encima y comencé a besarla, por la boca, bajando por su cuello, llegando a su canal, que allí me perdí un rato, besando sus grandes senos, mordisqueaba sus pezones, ella se estremecía, me gustaba jugar con mi lengua y mis manos, moviendo mi cabeza de lado a lado en medio de sus tetas, hummm!, tenía el pene erecto totalmente, la rozaba por sus muslos, ella lo cogió con su mano mientras yo comía sus duros pezones, y comenzó a tocármela, bajando y subiendo, no podía más tenía que saborear su sexo, tenía que jugar con su clítoris, así que sin despegarme de ella, comencé a bajar llegando a su ombligo al cual bese muy despacio, dándole pequeños toques con la lengua, seguía bajando, mis dedos quiso preparar su manjar para la llegada de mi boca, así que con la punta de mis dedos, acaricie su clítoris, uf! Esa mujer estaba muy mojada, mis dedos se resbalaban, me puso muy caliente al sentir como estaba, deseosa de mi, de mi lengua, mis dedos y de mi polla, esa mujer estaba consiguiendo hacerme llegar a la lujuria, estaba lleno de ardor, no sabía ni dónde estaba, solo quería hacerla disfrutar y follármela como un loco, darle lo que estaba buscando y dárselo hasta lo más hondo, dispuesto estaba a ofrecerle lo que me pidiera, estaba entregado a ella y a su cuerpo, le metí un dedo en su vagina, moviéndolo poco a poco, después le metí dos, y comencé a moverlos un poco más rápido, su cuerpo se retorcía al sentir mis dedos dentro de ella, sus gemidos comenzó hacer acto de presencia, yo seguía besándola de arriba a abajo, pechos, pezones, vientre y su pubis sin llegar a besar su zona más húmeda, ella lo deseaba más que nada, pero yo lo hacía más a conciencia, saque los dedos de su vagina caliente, y mi lengua entró en juego, con los dedos abrí sus labios para dejar más al descubierto su duro clítoris, roce mi lengua, una y otra vez, sin llegar casi a tocarla, eso la estaba volviendo loca, le pasaba la lengua por los labios y clítoris para finalmente llegar a su vagina, le introduje la lengua, metiéndola y sacándola, hummm! Que sabroso estaba, como me gustaba comérselo, con la otra mano no pude evitar tocarme, la tenía durísima y gorda como nunca, la punta estaba húmeda, uf! Qué ganas de metérsela, pero quería seguir saboreando su sexo mojado de sus fluidos y mi saliva, ella no paraba de gemir, y decirme.

-hummm!, que bien lo haces, cómeme toda, méteme tu lengua, hummm! Que gustooo. Juega con tus deditos, sigue así, hummm

Imaginaros como estaba yo, dándolo todo, quería satisfacer a esa mujer, le metí dos dedos, los empecer a mover muy deprisa, a la vez que le comía su durísimo clítoris, deje de tocarme para dedicarme exclusivamente a ella, la estaba penetrando con los dedos, abriéndola con los otros dedos y jugando con mi lengua, no tardó en correrse en mi boca, como gemía, sus manos me apretaban la cabeza queriéndome hundir en ella, no dejaba de moverse y gemir, estábamos muy excitados, ella no podía esperar más, y me dijo.

-hummm!, cariño que bien me lo estás comiendo, que gusto me estás dando, vas hacer que me vuelva a correr, que boca y que dedos hummm!, como me gusta, quiero probar tu polla, quiero que me la metas hasta el fondo, métemela no me hagas sufrir más, ven no seas malo, dame lo que tienes hay tan grande y gorda, ven hummm!

Deje de inmediato todo lo que estaba haciendo para cumplir su deseo,

-que quieres esto?, esto es lo que quieres que te la meta en el coñito?

Con mi pene en la mano me fui acercándolo a su sexo, antes de penetrarla, jugué otro poquito, empecé a rozar su clítoris, de vez en cuando la introducía la puntita, luego la sacaba y volvía a rozarme con ella, estaba como una loca, solo con el roce gemía y gemía, ella estaba deseando sentir como la partía mi gran polla, así que no la hice esperar más, y la penetre hasta el fondo, su cuerpo se retorció al sentirla dentro de ella.

-Siiii, que gorda la tienes, uffff! Que gusto sentirla dentro de mi, siiii, dame fuerte mi amor, soy toda tuya, hummmm!

Sin más empecé, con movimiento lentos, metiéndosela hasta el fondo y sacándola hasta la punta, se podía escuchar sus fluidos al follarla, estaba empapada, mi polla entraba y salía a su antojo, como estaba disfrutando con esa mujer, como me gustaba follarla, que buena estaba, como se movía, al ritmo de mi embestidas, me pedía más y más.

-si, si, si, Oh, Dios, que bueno, que placer, que bien me follas, hummmm! Sigue, sigue, dámela toda, hummmm! No la saques, reviéntame con tu polla...

Me estaba volviendo loco, no podía parar de moverme, sus pechos estaban como locos de un lado a otro, al compás de mis penetraciones, le entraba todita, casi podía meterla los huevos, ella sujetándome el culo, para que no se la sacara de su caliente coñito, cuando se la metí y sentí su calor, uffff!, que cachondo me tenía, la saque y la dije.

-date la vuelta, ven que te va a gustar, ven aquí preciosa...

Cuando se dio la vuelta pude divisar su hermoso culo respingón, mi falo estaba para reventar, me tenía muy ardiente, con sus manos se abrió los cachetes para dar paso al misil que tenía para ella, puse mi punta en su agujerito y empuje hasta dentro, gritó de placer.

-hummmm! Que gozada, hummm! Como me gusta que me la metas así, toda dentro, no la saques, clávamela enterita...

Mis movimientos iban de menor a mayor, y cada vez más adentro, no podía dejar de tocarla mientras la follaba, me gusta mirar como entraba y salía de su culito, tenía mi polla a reventar de lo excitado que estaba, quería metérsela de todas formas y maneras, allí estaba ella con medio cuerpo tumbado, su espalda, su cintura, su culo, que se movía de maravilla, de repente se me ocurrió follármela de pie, se la saque y la dije.

-ven, date la vuelta, ven mira cómo me tienes.

Ella al ver cómo tenía mi miembro, se arrodilló y empezó a chupármela como si de un chupa chus se tratase, hummm! Que bien la chupaba, de arriba abajo, se la metía hasta la garganta, después de unos minutos se levantó se echó para atrás para apoyarse en el fardo de paja, se echó y se abrió de piernas, con la ayuda de sus manos se abrió los labios vaginales dejando al descubierto su agujerito y su erecto clítoris, masturbándose delante de mí, metiéndose sus dedos mojados de su fluido en la boca, rozándose los labios y mirándome fijamente, volvió a bajar sus dedos a su lugar más íntimo y se lo abrió completamente y me dice.

-ven, esto te espera a ti, anda ven y vuelve a metérmela sin piedad, sácamela por la boca, fóllame de nuevo, hummmm! Quiero tu polla dentro de mi...

Sin pensarlo me acerqué a ella, con mi miembro en la mano acariciándolo, con movimientos lentos, cuando ya estaba a un milímetro de su sexo, la comencé a rozar con mi pene, los dos de pie, agarre su pierna para abrirla más, y se la metí de golpe, como ella quería, yo no podía dejar de moverme, uf! Como estaba disfrutando, a ella le flojeaba las piernas del placer, agarrada fuertemente a mi espalda, mientras yo la embestida contra la paja que era testigo de tanta lujuria, estábamos sudando como si fuese agosto, pleno verano a 40º a la sombra, así estaba aquel pajar, yo no podía más mis huevos estaban para reventar y preparándose para inundarla de mi leche, ella se movía como una loca, estaba mojada hasta los muslos, al penetrarla sonaba, demostrando lo empapada que estaba, no podíamos más, ella empezó a flojear la tuve que sostener al ver la corrida que le venía, y así fue empezó a correrse, no terminaba de gemir y gritar.

-Dios! Que locura, hummm!, me corro, me corroooo, hummm!, que ricooo, como me gustaaa

Yo ya no podía aguantar más, sin más la saque y le eche todo calentito en su calentito coño, madre mía! Lo que eche, la puse perdida, al terminar, nos tumbamos, y nos dimos cuenta que ya no llovía, así que después de un rato, la dije que me iba, estaba un poco aturdido después de la sesión de sexo que habíamos tenido, nos quedamos en silencio sólo nos mirábamos, ella me dijo.

-me ha encantado, ha sido un buen polvo, me has dejando agotada, aún me tiemblan las piernas cariño...

Se levantó y empezó a vestirse, yo estaba buscando mi ropa por todo el pajar, pues la fui tirando según me iba quedando sin ropa, al final encontré, una vez vestido ella me dijo,

-tengo que irme, mi marido me espera en casa y se preocupa si tardo...

Me besó en los labios y desapareció, después de reaccionar al enterarme que estaba casada cogí la bici, y como todo estaba embarrado, me fui andando, no podía quitármela de la cabeza había sido una experiencia inolvidable, pero me quede loco al saber que estaba casada y lo peor no fue eso, lo peor es que no sabía su nombre, me había acostado con una desconocida, no sé ni cómo se llamaba, pero me quedo con su sabor, que cada vez que lo recuerdo me pongo muy malo...

Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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