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Categoría: Lésbicos

Ella, tu y yo

Te imagino viniendo a mi país. Soledad y yo reservando una habitación en un importante hotel céntrico, para pasar la primera noche. El cuarto tiene un ventanal por donde entran las luces de la ciudad. Un chofer va a buscarte al aeropuerto, mientras encargamos algunas cosas para tu llegada.
Llegas a la habitación junto a un cadete que trae tus maletas y las deja a un costado. Está cayendo la tarde y las luces de la ciudad ingresan por el amplio ventanal con balcón, inundándolo todo con sus colores. Las cortinas blancas, transparentes, se mueven al compás de la brisa cálida que llega desde el exterior.
Me acerco lentamente y te coloco de espaldas contra la pared. Me apoyo sobre tu cuerpo y busco tu boca para besarte profundamente, en el principio de un encuentro tan esperado. Deslizo mis manos desde tus caderas hacia los muslos y vuelvo a subir, como en una suave caricia. Mis manos vuelven a bajar y abren tus piernas para que pueda colocar mi pierna en medio de ellas y apoyarme sobre tu sexo para estimularte. Mis manos ascienden por tus caderas, recorriendo tu cola y atrayéndote hacia mí. Sigo ascendiendo hasta tocar tus senos por encima de la ropa. Mis manos están ansiosas por tocar tu piel y se introducen lentamente por debajo de tu blusa hasta llegar nuevamente a tus senos, donde mis pulgares acarician tus pezones hasta erectarlos. Mi lengua juguetea dentro de tu boca, mientras mi pelvis sigue encontrándose con la tuya en movimientos que han dejado de ser suaves. Una de mis manos desciende hasta colocarse entre medio de mi muslo y tu sexo, como queriendo penetrarte a través de la ropa, al tiempo que nuestras bocas ahogan los gemidos. Comienzo a desabotonar tu blusa. La respiración de ambas comienza a acelerarse, y entre jadeos, quito tu sujetador que deja al descubierto tus senos turgentes. Beso tus pezones y empiezo a lamerte muy despacio, a sorber tus pechos hasta que te duele de tanto placer. Quito tus ropas y mientras sigues apoyada contra la pared, mi mano alcanza tu vagina que está tan húmeda como la mía. Introduzco mis dedos dentro de ella mientras me muevo con la intención de penetrarte muy profundo. Tiro de tu mano y te llevo hasta la amplia cama. Te coloco boca abajo y me quito mis prendas. Tu cuerpo resalta sobre las sábanas de raso negro. Me apoyo encima de ti y comienzo a besarte la espalda hasta llegar a tu cintura, para volver a subir. Mis pechos se apoyan en tu espalda mientras paso la lengua por tu cuello y tus hombros. Voy hasta el fondo de la cama y paso mi lengua por tus pantorrillas, tus muslos y llego hasta tu cola. Mientras me siento en tu cola y comienzo a cabalgarte, ingresa Soledad a la habitación trayendo una mesita rodante con el champagne bien frío y la cena. Nos observa mientras prepara la mesa situada junto al ventanal. Te coloco boca arriba en la cama y beso nuevamente tu boca. Levanto una de tus piernas y me incrusto en medio de ellas para que mi concha se apoye sobre la tuya. Estoy muy mojada y mis jugos se mezclan con los tuyos mientras vuelvo a cabalgarte con fuerza, ardiendo en deseos de penetrarte. Soledad se acerca a la cama y comienza a desvestirse. Se coloca detrás de mí y me besa el cuello. Yo sostengo tu pierna junto a mi cuerpo y con mi pierna a un costado de tu cadera sigo frotándome y excitándome cada vez más. Abro tus dos piernas y las coloco por encima de mis hombros. La posición deja al descubierto tu vagina muy húmeda, inflamada de goce y casi con desesperación comienzo a cogerte con mis dedos, una y otra vez mientras Soledad con su lengua dilata mi ano para que tú luego lo penetres. Soledad y yo estamos tan mojadas que las prendas de cama reciben el producto de nuestra excitación. Quiero que te calientes tanto que no puedas esperar para explotar en un orgasmo. Nos gusta verte jadear, nos gusta escuchar tus gemidos en aumento y confundirlos con los nuestros. Me acuesto boca arriba en la cama y te coloco encima de mí. Tus rodillas a ambos lados de mi cabeza dejan entrever tu vagina, abierta a mi más bajo instinto. Con mis manos colocadas en tus nalgas te atraigo hacia mí para que coloques tu concha en mi boca. Me gusta este estado de sumisión y comienzo a chupar tus jugos, a lamer tu clítoris mientras tus manos me empujan cada vez más hacia adentro. Soledad me abre las piernas y comienza a penetrarme una y otra vez con su mano, al tiempo que con la otra se masturba. Tú te mueves cada vez más y mi lengua entra y sale de tu vagina, en tanto me inundo con tus jugos que son cada vez más intensos. Las tres estamos muy calientes y te pido que sigas moviéndote porque quiero que me acabes en la boca y recibir el producto de toda tu excitación. La habitación está inundada por nuestros aromas, nuestros gemidos y jadeos. Nuestros cuerpos comienzan con los temblores que presiden al orgasmo y, entre movimientos cada vez más vehementes, las tres explotamos de placer.
Con el pulso acelerado aún, nos levantamos y nos dirigimos hacia el ventanal. Nuestros cuerpos desnudos son ahora sólo figuras que se dibujan por las luces que ingresan de la calle. La habitación a oscuras y el clima cálido, nos invita a acercarnos al balcón y seguir con nuestros juegos de amor. Apoyo mi espalda contra la baranda y Soledad se recuesta sobre mi, hundiendo su lengua en mi boca. Mis manos acarician su vulva que continúa mojada y mis dedos se introducen mientras mi pulgar acaricia su clítoris. Tú te acercas por detrás, abres su cola y apoyas tu concha en ella. Empiezas a empujar y yo la penetro una y otra vez. Soledad gime y nosotras nos excitamos cada vez más. Comienzas a dilatar su ano y a penetrarla con tus dedos. El aroma de nuestros cuerpos se confunde ahora con el de una ciudad que permanece ajena a nuestros juegos. Tu cuerpo y el mío pegados al de Soledad aumentan sus movimientos y comenzamos a cogerla con fuerza mientras escuchamos los gemidos de ella. A un costado de Soledad, tu boca y la mía se encuentran en un beso profundo, y en ese instante de sensaciones exquisitas y excitantes, las tres explotamos en un orgasmo que nos deja exhaustas.
Descansamos un momento, apoyadas una contra la otra y luego nos dirigimos a la habitación, para compartir una cena, recuperar energías y comenzar otra vez
Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
kelly_htq#hot.com
invitado-kelly_htq#hot.com 15-12-2006 00:00:00

ea me excite se hara realidad la mia? agregenme mujeres bonitass kelly_htqhotmailcom

Geminiana
invitado-Geminiana 13-08-2005 00:00:00

Lo inventaste o paso? La verdad q lo contaste de una forma linda, no es para nada chocante. Felicitaciones

karina
invitado-karina 24-12-2004 00:00:00

LO LEI Y DE INMEDIATO ASE LO MANDE A MI NOVIO, FUE EXITANTE DE VERAS, HABIA OLVIDADO LO QUE ERA UN BUEN RELATO EROTICO

erica
invitado-erica 09-12-2004 00:00:00

como digo en el título, me agradaría compartir un juego como el relatado y lo envidio

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