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Categoría: Confesiones

DOS MEJOR QUE UNO

"Cuando llegamos, seguimos bebiendo un poco más y mi amigo empezó a besarme y a meterme mano delante del otro. "

 

Esta es una historia real que me sucedió hace ya algún tiempo y que a veces vuelve a mi cabeza, deseando que se repitiera.

Por esa época yo salía con un muchacho con el que me iba a bailar por ahí . Hacer sexo con él era fabuloso.

A veces iba con él un amigo suyo que nos prestaba su apartamento cuando salíamos de la disco.

Una noche, estuvimos bebiendo mucho los tres, su amigo no había conseguido ligar con la chica que le gustaba y se había unido a nosotros para hablar y beber un rato.

Salimos de la discoteca ya un poco tocados y fuimos a su casa como otras veces. Cuando llegamos, seguimos bebiendo un poco más y mi amigo empezó a besarme y a meterme mano delante del otro.

Yo me sentía algo incómoda pero como a ninguno de los dos parecía importarle, me dejé hacer y me olvidé de la presencia del mirón.

La cosa empezó a subir de tono y mi novio me desabrochó la blusa sacando mis pechos del sujetador.

Se puso a acariciármelos y a chupármelos. Yo estaba muy borracha pero me daba cuenta de la situación y aunque me incomodaba un poco, no dejaba de tener su morbo. Su amigo tenía los ojos clavados en mi y yo sentía oleadas de placer y humedad en mi coño por la situación.

Cuando mi amigo me tomo de la mano para ir a nuestra habitación, me quede tranquila. Esperaba lo que sucedería a continuación, mi amigo siempre conseguía llevarme al orgasmo, su pene no tenía un gran tamaño, pero se movía dentro de mi como si supiera exactamente cuáles eran mis puntos más eróticos. Con él me corría varias veces simplemente penetrándome, era fantástico.

Nos metimos en la cama y empezamos a follar, y de pronto, me pareció que algo se movía y ví al amigo en el marco de la puerta mirándonos. Mi novio le preguntó qué le pasaba y él nos lo dijo: quería intervenir en nuestra fiesta.

Mi amigo se quedó mirándome y me preguntó qué me parecería eso. La bebida me hacía sentir desinhibida , así que no lo pensé demasiado y acepté.

Se metió en la cama con nosotros y entonces empezó una de las mejores experiencias sexuales de mi vida.

Los dos empezaron a acariciarme, esas cuatro manos me tocaban los pechos, me abrían las piernas y acariciaban mi clítoris, se iban turnando para estar arriba y abajo de mi cuerpo. Llegó el momento de ser penetrada y mi amigo tuvo ese honor. Puestos de perfil, él me embestía pegado a mi cuerpo mientras el otro me succionaba los pechos pegado a mi también de forma que me desbordaban los sentidos. Eran oleadas de placer que me llegaban de puntos distintos sin casi tiempo a darme cuenta de quien o donde venían.

Pronto me llegó el turno de darles placer a ellos. El amigo era más alto y corpulento que mi novio y tenía una preciosa polla. Yo estaba muy excitada y bien dispuesta así que me arrodille frente a él y con la boca atrapé su polla y comencé a jugar con ella. En cuanto empecé a chuparle se volvió loco y yo con él. Su tamaño era ideal para que pudiera succionarla sin clavarle los dientes pero me llenaba la boca de forma deliciosa. La chupé por todo lo largo rodeándole la corona con los labios. De vez en cuando paraba y nos mirábamos a los ojos sabiendo que aquello era algo único que no se repetiría. Mi novio vino por detrás de mí y agarrándome por las caderas empezó a meterme su polla golpeando rítmicamente contra mis nalgas de la forma en que lo hacía. Con la manos me abría los labios y me masajeaba el clítoris. Sus embestidas junto con el masaje me llevaron al orgasmo aún con la polla de su amigo dentro de mi boca. Dejándome llevar por el inmenso placer del momento succioné su polla al ritmo de mis sacudidas y se corrió justo cuando yo ya estaba terminando de hacerlo inundándome de leche que me corría caliente entre los labios. Mi novio se contagió de tanto placer y con dos embestidas más se corrió dentro de mi dejándose caer de forma que al final los tres estábamos de nuevo enganchados ,yo en el medio de los dos, satisfechos y sudorosos.

Nos dormimos en la misma postura que habíamos terminado y a la mañana siguiente, el amigo ya no estaba con nosotros.

Yo fui consciente de lo que había pasado unas horas antes y le dije a mi novio que lo había pasado muy bien pero que era él quien me gustaba y que para una vez estaba bien lo de compartir, pero no de forma habitual.

El estuvo de acuerdo y creo que se alegró de oírme. Para mi fue una experiencia única que espero repetir algún día.

Datos del Relato
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