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Categoría: Intercambios

DE PASEO CON SU PRIMA Y EL MARIDO

"Después de haber hecho un intercambio con su prima y su marido, nos vamos de paseo dos noches a Melaque"

 

En un relato anterios les contamos como un juego de cartas terminó en un intercambio con la prima de mi esposa y su esposo; esta vez, después de varios meses de aquella noche, al esposo de su prima le obsequiaron por parte del trabajo un fin de semana en una cabaña cerca de Melaque en Jalisco. Nos avisaron varias semanas antes, así que tuvimos tiempo de programarnos y de dejar a nuestra niña en casa de mi cuñada, lo mismo hicieron ellos y aunque en realidad nunca tocamos de nuevo el tema del intercambio en nuestra casa, los 4 lo teníamos en la mente tan fresco como si hubiera sido ayer y aun sn decirlo, sabíamos que este fin de semana podría traer algo similar o aun mejor.

Llegamos a la cabaña y en realidad no fue una decepción, tenia una sala muy grande, dos recámaras, cocina, dos baños, un área de juegos con una mesa de billar y un futbolito y una terraza en la parte de atrás que daba a un jardín enorme y enorme, me refiero como a 1000 metros de pasto, árboles, pinos, bancas y una fuente. Llegamos el viernes como a las 6pm y lo primero que hicimos fue encender carbón y hacer carne asada en el patio; habíamos llevado demasiado de comer y de beber; con la música, las cervezas, la carne asada y el extraordinario ambiente; de nuevo las cosas se subieron de temperatura, pero esta vez ya ibamos directo, empezamos con el poker directo a castigos de prendas; Jimena fue la primera en quedar totalmente desnuda; después Ramiro, el esposo de su prima, después yo y al final su prima. Los 4 ya super tomados, desnudos estábamos jugando billar; yo cada que podía le acariciaba las nalgas a Pao, la prima de mi esposa y no podía evitar ver a Ramiro rozando a Jimena con su pene ya bien erecto. No recuerdo si fueron ellos o nosotros, pero de pronto yo ya tenía a mi Jimena dándome un blow super rico; y Ramiro tenía a Paola de perrito contra la mesa de billar. Nos acercamos a ellos y esta vez fui yo quien tomó la iniciativa y le pedí a Ramiro que me diera permiso; me puse detrás de Pao y de un solo golpe se la metí hasta el fondo, él no tardó nada y ya tenía a mi Jimena prácticamente acostada sobre una mesa de madera y dándole durísimo. Me sorprendió lo bien que se entendían Jimena y Ramiro, aunque no lo acepten, estoy seguro de que se ven muy a menudo. Yo por mi parte estaba felíz con Paola dandose de sentones de pronto Ramiro dijo que sería bueno meternos a las recámaras, así que nos metimos Pao y yo a una y ellos a la otra; era increíble escuchar a Jimena desde la habitación de al lado gritando y gimiendo, pidiendo que le dieran más y más. Paola esta vez estaba ya demasiado pasada de alcohol y no ponía mucho de su parte, pero yo me moría por ver como se cogían a mi esposa. Terminé dentro de Pao y me salí de la recámara para ver a Ramiro y a Jime, al entrar, estaban cogiendo riquísimo; él la tenía acostada en la cama con las piernas completamente abiertas y dandole una cogída riquísima. No pude evitarlo y me acerqué a ella, quien de inmediato se empezó a dar una mamada monuental. Jimena nunca había estado con dos hombres a la vez y ahi por fin lo estaba haciendo, le dimos la cogida de su vida, en la recámara, en la cocina, en el baño; Ramiro incluso se la cogió en el patio, empinada en la fuente. 

a muy tarde, me quedé dormido en la recámara donde estaba Paola, después de un rato me desperté y al verla ahi desnuda junto a mi, empecé de nuevo a acariciarla hasta despertarla, le llamé a Ramiro y ahora le dimos a ella entre los dos, ya como a las 9 de la mañana por fin nos dormimos los 4, Ramiro con Jimena y yo con Paola; por la tarde del sábado fuimos Ramiro y yo a Melaque a comprar más de tomar y regresando, vimos lo más excitante del fin de semana, en la sala estaban las dos primas haciendo un 69; todas las fantasías que alguna vez había tenido con mi esposa, estaban sucediendo ahi mismo, y nada menos que con su prima, casi su hermana; Ramiro y yo solo las vimos durante unos minutos antes de acercarnos y de nuevo fue una noche interminable de sexo. Jimena y Ramiro incluso se quedaron a dormir de nuevo en una habitación y Paola me dejó hacerle anal y todo lo que yo quisiera; esta segunda noche si la tenemos grabada, son cerca de 45 minutos que veo mínimo una vez a la semana ´para recordar lo que ha sido hasta hoy nuestra mayor experiencia sexual.

Datos del Relato
  • Categoría: Intercambios
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