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Categoría: Primera Vez

CUENTO COMPLETO

Tenía unos pechos como de talla 34, por lo menos talla “D” y unos senos naturales con los pezones más grandes y rosados que jamás haya visto. Estaba bien afeitadita alrededor de la cuca; sin duda rubia de nacimiento, natural. Me aclaré la garganta para llamar la atención. Me miró directamente a la cara y me dijo:

- ¿Qué quieres hacer?

Ya a esta hora mi huevo estaba parado, firme y saludando; tenía sus nueve pulgadas y ya bastante grueso. Como se suponía que esto era en pago por la gasolina no vacilé en pedirle que me lo mamara. Miré hacia abajo y oí un pequeño sonido cuando le coloqué las manos en los hombros ayudándola a bajarse y ponerse de rodillas.

Ya de rodillas, levantó la vista para mirarme con sus grandes ojos azules y le coloqué la mano detrás de la cabeza para moverla hacia adelantes ligeramente y así la punta del huevo le llegara a la cara. Sus ojos voltearon a mirar mi huevo en donde ya sus labios estaban tocando la punta y chupándola un poquito.

Eché la cadera hacia delante para guiarle la boca y meterle el pene. Vaciló un poco y retiró la cabeza un poquitico y allí se quedó… Le dije que tratara de hacerlo mejor y ella, lentamente, comenzó a sacarse el huevo de la boca y para metérselo de nuevo. Después de cierto rato ya lo estaba haciendo mejor y mas continuamente, pero yo no estaba conforme.

Fue cuando le dije que se acostara en el sofá. Llegué hasta sus piernas y le dije que se volteara de medio lado. Así que, semiacostada, tuve un buen ángulo para hacerle cosas. Me incliné y me metí uno de sus pezones en la boca, se lo chupé suavemente recorriéndole la lengua una y otra vez.

Por fin respondió cuando se le puso el pezón bien erecto. Se sentía como el borrador grande de un lápiz metido en mi boca…hasta sentí como si la chica temblaba. Luego me dirigí hacia abajo y comencé a lamerle la cuca y a chuparle el clítoris. Se le mojó casi inmediatamente y ya se estaba quejando del gusto.

Tenía una cuca que sabía muy dulce y deliciosa. Le seguí pasando la lengua alrededor del clítoris y por la vulva con un frenesí que no pudía evitar. Comenzó a mover las caderas un poco y a gemir en voz alta.

Lo que sucedió después, según me acuerdo, era que ella tenía sus manos detrás de mi cabeza metiéndome su jugosa cuca en la boca. La tenía tan mojada que cuando se la lamía producía un sonido igual al que hacen los perros cuando toman agua. El líquido le rodaba por los muslos hasta llegarle hasta la raja del culo. Quería probar cada gota y dejé que mi lengua bajara hasta el culo y la punta de mi lengua comenzó a tocarle el ano.

Ya estaba gritando locamente y seguí lamiéndoselo hasta que casi no podía respirar porque me tenía la cabeza presionada con la mano en la parte de atrás.

Ya ella estaba acabando tan duro que no tenía ni idea de lo que estaba pasando y su ano tan mojado y resbaloso que el dedo se le metió inmediatamente. Con mi otra mano le abrí los labios vaginales mientras seguí comiéndomela y cogiéndole el culo con el dedo pensando si le quedaría algo cuando terminara.

Me di cuenta que no aguantaba mas porque sus piernas me estaban golpeando en la cabeza. Trataba de respirar y se quejaba hasta que sentí cuando me dio un golpe. Retiré la cabeza de mala gana de la cuca y me di cuenta de que sin querer le tenía metidos los dos dedos en el culo… Los cuales saqué lentamente.



La miré a la cara y vi todo lo que se había perdido, ya que estaba bien parado, por prestarle atención a ella. Entonces le dije…trata de chupármelo otra vez.

Me senté en el sofá y ella muy deseosamente se colocó entre mis piernas. En este momento ya era menos tímida. Se metió la cabeza de mi pene en la boca llegándole bien profundo en la garganta y chupándolo lo mas duro que podía. Su mano me agarraba fuertemente la base del pene y me lo sacudía al mismo tiempo.

Luego retiró la cabeza del huevo y me lamió las bolas llevando siempre su lengua hasta donde me comenzaba el culo. Sin duda estaba regresando el favor porque me lamía el culo muy exquisitamente. Me sorprendió porque llegó más lejos al meter su lengua dentro de mi culo y cogerme. Luego regresó para mamarme de nuevo el huevo.

Esta vez una de sus manos acariciaba suavemente mis bolas mientras que con la otra llegaba hasta mi culo para meterme sus dedos. También yo le metía el dedo. Ya me dolía el huevo porque lo tenía demasiado tenso y parado. Era necesario que yo tomara el control de nuevo…la tomé por el brazo y la halé aunque ella no quería, hacia el sofá, todavía con una cara como si acabara de tener el orgasmo.



Rápidamente abrí la caja de condones y me coloqué uno para regresar al suelo y tomarla por la cintura. Así pude bajarla hasta que el fundillo le quedó a la orilla del sofá. Me coloqué entre sus piernas sosteniendo mi huevo con una mano dándome cuenta que nunca lo había tenido tan parado. Era tan grueso que mis dedos casi no llegaban alrededor.

El condón se estiró y se puso apretado…Coloqué la punta del huevo contra su cuca mojada y se lo metí todo de un solo golpe. Gritó, respirando con dificultad y se puso tensa, todo al mismo tiempo. Inmediatamente se lo saqué hasta que le quedó solamente la punta del huevo en el interior de la vagina. Se lo volví a meter ahora con más fuerza que la primera vez. Tenía la cuca tan apretada que parecía que me lo estuviera chupando fuertemente cuando ya le había dado como 20 o 30 veces, metiéndose lo todo con fuerza.



Sentí que comenzaba a relajarse y las caderas se movían al ritmo de mis empujes mientras gemía de nuevo. Se lo saqué de nuevo y le di vuelta para cogérmela estilo perrito. La parte de arriba de su cuerpo reposaba sobre el sofá y ahora estaba de rodillas frente a mi.. le abrí las piernas, me coloqué entre ellas y puse mi huevo de nuevo al comienzo de su cuca. Fue en ese momento cuando noté el pequeño rastro de sangre y me di cuenta de que había perdido la virginidad.

Pensar que me cogía a una virgen me hizo ponerme mas caliente que antes, si esto podía ser posible. Se le volvió a meter más lentamente esta vez. Mis metidas eran profundas y lentas mientras la sostenía por la cadera. Se lo metía y sacaba por su mojada cuca ya bien cogida. Miré hacia abajo y me vi el huevo colgando cuando salió de su cuca ya floja. Cada vez que la jalaba las nalgas se le abrían, podía verle el pequeño hueco y también como se le hinchaba. Yo sabía que debía aprovechar y disfrutarlo.

Así que alargué una mano y le metí los dedos en sus jugos masajeándola alrededor del culo. Entonces le hice los mismo que ella me había hecho. Cuando le saqué el huevo del la cuca, le metí el dedo pulgar. Luego de algunos empujes como este me di cuenta de que no aguantaba más así que no se lo metí mas. La tenía ya muy mojada por los jugos y restos de su virginidad. Le coloqué una mano atrás y con la otra dirigí mi huevo hacia la puerta de entrada trasera.

Comencé suavemente, empujando, cuando la cabeza del pene penetró repentinamente con un sonido. Ya ella se daba cuenta de lo que le estaba haciendo. Comenzó a quejarse y se lo saqué por algunos segundos.



Pude sentir como se relajaba y lentamente comencé de nuevo a metérselo y sacárselo, pero cada vez empujándoselo un poquito mas fuerte que la anterior. Luego de tres largos y agonizantes minutos…por fin le llegué al fondo y comencé a sacarlo y meterlo lentamente. Tenía ese culo demasiado apretado. Cada vez que se lo sacaba el condón se rodaba y trataba de salirse del huevo poco a poco. Finalmente, no aguanté mas…Ya me ardían las bolas y me di cuenta que iba a acabar en cualquier momento.



Se lo saqué y cuando lo hice el condón se quedó colgando fuera del culo. Le di vueltas para sentarla en el suelo con mi huevo en su cara. Si vacilar lo presioné contra los labios y traté de pasarle la punta por los dientes cuando el primer cargamento de semen salió disparado y le llegó al fondo de la garganta. Se echaba hacia atrás pero los siguientes dos disparos le dieron en la cara y en los senos. Todavía tenía la boca abierta ya que era el blanco final de mi último chorro. Cuando se pasó la lengua ya se derramaba por encima de sus labios.



Permaneció sentada por un largo rato con el semen cubriéndole la cara. Tenía una mirada de felicidad como si se sitiera bien. Me incliné para besarle la frente mientras le pedía disculpas por haber sido tan rudo ya que no sabía que era virgen. Me dijo que le dolió sólo por momentos. Me abrazó, colocando sus brazos alrededor de mi cuello para acercarse bien y besarme sacando la lengua y basándome largo rato y apasionadamente.



Cuando se recostó de nuevo en el sofá me apretó el huevo. Me preguntaba si le podía dar una tarjeta por si acaso necesitaba llenar de nuevo el tanque de gasolina gratis y me daba cuca otra vez.

- ¡No joda! ¡Si esta estación de servicio fuera mía, hasta te la regalara!

Limpiamos y dejamos todo arreglado. Después nos vestimos y nos dirigimos a la puerta.

- Estoy demasiado cansada y maltratada para seguir manejando. ¿Me puedes llevar a tu casa?

- ¡Claro! Con mucho gusto.

Después le cuento lo que ocurrió. Es otro cuento.



Traducido por Marcos Urbina

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Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 4.9
  • Votos: 48
  • Envios: 3
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