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Categoría: Zoofilia

Bruno

Hola, me llamo Laura. Vivo en México, tengo 23 años y esto que les conteré no tiene otras intenciones que hacerme entender como pasó.

Hace algunos meses mi padre trajo a la casa un hermoso perro pastor. Me gustó desde el momento en que lo vi. Tenía un año de edad, era bastante juguetón, y aunque algunas veces hizo destrozos en mi cuarto he llegado a quererlo mucho.

Hace apenas dos semanas que fuimos a una casa que nos prestaron en Cuernavaca. Mi padre, mi mamá y mi hermano salieron a casa de mi tía Josefina que vive en las cercanía de Guerrero. Me quedé en la casa sola, el único que permaneció conmigo fue Bruno, nuestro perro. La verdad es que no me llevo muy bien con mis primos, es por eso que decidí quedarme y disfrutar de mi soledad.

En la casa tenían televisión con cable, una hermosa alberca y un gran patio. Todo con una barda lo suficientemente grande para no dejar que los mirones paseen los ojos por donde no deben.

En cuanto se fueron mis padres y mi hermano decidí hacer algo que nunca había hecho: me saque los zapatos, baje mi minifalda y me quité la blusa. He de serles sincera para confesarles que si algo me gusta mucho de mi misma es mi cuerpo. Creo que no soy muy bella, pero tengo eso que a los hombres les gusta. Mas de un pretendiente ha querido andar conmigo pero no soy tan fácil de conseguir.

Me bajé lentamente los calzónes y me quité el sostén. Fui a la maleta de mi madre y extraje un par de zapatos de tacón alto, me los puse y salí. Miré a todos lados para asegurarme que nadie viera, caminé por la alberca y sentí el sol recorriendo todo mi cuerpo. Era exitante el saberme desnuda, libre de hacer lo que se me antojara, al fin y al cabo mis padres regresarían tarde.

Nade un poco, puse música a todo volumen y me senté en una silla de playa a tomar el sol. Puse algo de bloqueador en todo mi cuerpo, una crema a base de frutas con un olor rico. No se si fue el momento, o el rose de mis manos en mis tetas pero comence a exitarme. Masajee lentamente todo mi cuerpo, me acaricie las nalgas, abrí mis piernas y metí mis dedos en la vagina. Me retorcía de placer al sentir mis dedos entrar y salir. Estaba empapada.

Entre a la casa buscando algó con qué masturbarme y no encontré nada a mano. Abrí el frigobar y lo único que había eran algunas verduras que mi madre había comprado. Saqué una zanahoria muy grande que lave con mucho cuidado y luego salí al patio. Me coloqué en cuatro patas, no sin antes volverme a fijar que no existiera ningún mirón. El sólo hecho de pensar en que alguíen podía verme me exitaba un chingo.

Lentamente introduje la zanahoria en mi rajada. Fue sobervio. La sentí fría, rica, hasta el fondo. Levanté la cola lo más que pude y me la ensarté en repetidas ocasiones. Gemía, mordía mis labios mientras la zanahoria hacía de las suyas y mi otra mano abría mis nalgas de par en par. Me vine, la zanahoria terminó mojadísima y yo con ganas de tener más.

Fui por la crema del cuerpo de mi madre, puse a la verdura una cantidad considerable y salí nuevamente a la alberca. Me la ensarté en el culo. Mis entrañas se abrieron poco a poco. Estaba muy caliente y ni siquiera me dolió. Atoré la zanahoria entre los amarres de la silla y me dí de sentones. A cada brinco mi recto sentía ganas de defecar, cada vez que entraba la zanahoria el culo me ardía pero lo único que deseaba era sentir toda la verdura en el fondo de mis intestinos. Estuve largo rato así. Sudé copiosamente pero no pude correrme. Terminé muy cansada y decidi recostarme en el interior de la casa.

Hasta ese momento Bruno no se había aparecido por allí, supongo que el calor era abrazador para él. Entre al baño, tomé papel sanitario y me limpíe las nalgas, pude sentir mi culo completamente dilatado y adolorido.

Me recosté a ver televisión pero cuando menos sentí me quedé dormida. Un rato después me despertó el calor que mi entrepierna comenzó a sentir. Poco a poco abrí los ojos y miré a Bruno lamiendome la cosita. Supongo que el olor lo atrajo y comenzó a lenguetearme. Lo retiré de inmediato, y corrí al baño a lavarme, pero en cuanto toqué mi vagina me dí cuenta que estaba muy mojada. Mi cuerpo respondío al trato amable de Bruno.. Me sentí sucia y muy caliente al imaginar la verga de Bruno en mi interior. Fue una sensación desagradable y al mismo tiempo me exitó.

Eran como las cinco de la tarde, mis padrés se tardarían en llegar. Así que me decidí a probar. Llamé a Bruno y lo comenzé a acarciar. Él muy amoroso se dejó hacer. Abrí las piernas poco a poco y le dirigí el ocico hasta ahí. Bruno atinó a oler un poco y luego lengueteo otro tanto, pero no pasó de ahí.

Estaba dispuesta a probar las habilidades de Bruno, así que tomé algo de cageta de las cosas que trajo mi madré y me la unte en el culo, en la vagina no me agradó mucho la idea.

Me puse en cuatro patas y deje escurrir el dulce por entre mis cachetes. La cageta se deslizó suavemente hasta llegar a mis pelos. Llame a bruno y le ofrecí el suculento plato. Bruno olisqueó y comenzó a lamer con fuerza. Su lengua llegaba desde mi vagina hasta el final de mis nalgas. La sensación fue increible. El maldito bruno tenía una lengua rasposa, larga y caliente que me hizo ver luces de colores. Cabrón perro, sólo con lenguetearme me hizó venir.

Fui directo a su miembro, lo mire fijamente y comenze a acariciar a mi perro, con la otra mano le acaricie los huevos. Bruno se dejó hacer, y poco a poco comenzó a crecer una verga rosada por entre el pelaje de mi querido animal. No le toqué la cosa rosa, sentí que podía lastimarlo, sólo lo masturbé hasta que salío cuan largo es. Tuve la tentación de lamerlo, pero me dió miedo que Bruno se molestará por tal atrevimiento.

Bruno se puso bien caliente, comenzó a mover su cadera como si estuviera penetrando a una perra. Lo dude, evalué la situación, y fui corriendo por la crema. Unte una buena cantidad en mi culito, me puse en cuatro patas, levantando las nalgas lo más que pude, mis tetas tocaban el suelo, mientras que mis nalgas se abrian a todo lo que podían. Bruno brinco al instante sobre mis caderas. Sus patas me raguñaron y me dolió, pero aguante.

Comenzó a moverse como si quisiera incrustarme su miembro, tuve que bajarme un poco para que le atinara, solo roces pero no entraba. Sentí un primer intento que fue fallido, para la segunda embestida abrí aún más mis nalgas con las manos. El pobre Bruno no podía entrar y mi calentura estaba a tope.

Corrí por la zanahoria, y le unte crema. La metí en el culo sin dificultad, le empuje hasta llegar a la parte más ancha y me la dejé ahí un buen rato. Mientras me agache lo más que pude y lamí la verga de Bruno. En un principio Bruno se quedó quieto pero luego comenzó nuevamente a balancearse. La consistencia de su miembro era rara, nada igual a lo que había probado. Algo salado, duro pero con las paredes suaves.

Me saqué la zanahória, mi culo estaba completamente dilatado, así que inicié nuevamente mi papel de perra. Le ofrecí a Bruno las nalgas y este las tomó gustoso. Su mimbro entró al instante. Carajo¡¡¡¡ que delicia fue aquello. Bruno lo metió hasta adentro y comenzó a bombear como loco. Aventé las nalga lo más atrás que puede para que Bruno entrara lo más profundo que pudiera y sentí que mi mente llegaba al cielo. Que cogida me estaba dando, estaba como loca, me sentía puta, sucia, loca, perra, zorra. Estaba bramando de placer. Con una de mis manos comenzé a masturbarme y de inmediato me corri. Bruno no me dió tregua y siguio, me corri otra vez, y al poco rato una tercera vez.

Sentí una exploción en mi interior. Bruno se corrio dentro de mí. En ese momento me sentí poseida en su totalidad. No me dió asco, sobre todo porque era por el culo.

Bruno se bajó, pero no se pudo salir. Sentí un jalon entre las nalgas. Bruno había metido su cosa con todo y todo y estabamos atorados. Me asusté, pensé en mis padres. Imaginense si llegaban y encontraban a su hija con la verga de Bruno entre las nalgas.

Intenté jalarme pero no salió. Me calme, y me puse a pujar como para defecar al tiempo que intentaba alejarme de Bruno. Mi pobre perro sólo atinaba a intentar jalar por su lado. Un pujido enorme mientras abria mis nalgas con las manos, sentí que casi salía, puje un poco más y la verga de Bruno salió. Un gran alivio llegó a mi. Bruno se lamió la verga durante un buen rato.

Permanecí recostada, intenté levantarme pero las piernas me temblaban. Tenía el culo muy adolorido por el esfuerzo, pero en el fondo estaba llena de placer. Me sentía en las nueves. Cuando me estaba bañando no pude creer lo que había hecho. Es increible hasta donde llega la calentura cuando una esta sola.

Enjuague muy bien mi vagina, las nalgas y sobre todo el culo. Cague, tenía la sensación de que todo lo de Bruno tenía que salir. Luego me vestí y esperé pacientemetne a mis padres mientras limpiaba. Cuando llegaron encontraron todo normal, excepto a mí y a Bruno.

No lo he vuelto a repetir, aunque Bruno me olisquea todo el tiempo. Me da miedo que alguien me vea, pero la verdad es que me exita saber que es algo prohibido. No se si lo repita, si lo hago les prometo que lo contaré. Por cierto he encontrado que las verduras son excelentes para masturbarse, desde las zanahorias hasta los pepinos, también son deliciosos.
Datos del Relato
  • Autor: Laura
  • Código: 18158
  • Fecha: 24-02-2007
  • Categoría: Zoofilia
  • Media: 5.34
  • Votos: 82
  • Envios: 15
  • Lecturas: 8094
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Comentarios


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11 comentarios. Página 1 de 3
ru
invitado-ru 23-05-2016 16:56:17

muy bueno..!! si queres, te presto mi pija para que te masturbes con ella...jeje!! Contá todas las veces que te dejastes con el perrito, no seas mezquina..ja! saludos.

Alexander
invitado-Alexander 18-05-2010 00:00:00

Wow!!!! Si que me he masturbado muchas veces con este relato. Cuanto me hubiese gustado presenciar ese momento para porlo menos estarme masturbado frente de ti mientras bruno te cogia y yo derramaba mi leche en tu rostro!!!! Saludos mi amor!!!!

Billy
invitado-Billy 03-10-2009 00:00:00

Termino de leer el relato "Bruno" de Laura. Me excitación está al máximo. Cómo me gustaría haber visto ese sexo tan rico entre Laura y Bruno. Creo que la mujer que se pierde ese tipo de sexo no sabe lo que pierde. Laura, sigue cojiendo con Bruno y cuéntalo. Haz un buen felatio que Bruno te lo agradecerá. Un beso. Billy

omar
invitado-omar 09-11-2008 00:00:00

realmente laura tienes talento, tu historia es realmente muy buena, muy caliente se nota que has vivido la experiencia zoofilica con tu bruno, los detalles con que lo escribes nos indican que hay mucha verdad en lo que cuentas lo se por que lo vivi, disfruta de tu bruno y te recomiendo, colocales medias o calcetas a sus patas y las fijajas con tirro para que no te deje marcas en el cuerpo de sus uñas, un beso y gracias por contar elgo ten extremo y delicioso a la vez.

jaime E
invitado-jaime E 04-03-2008 00:00:00

que culiada ,ciertamente que rico, si puedes escribeme y a lo mejor yo te doy lo que te mereces por los dos lados

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