Un día más en la Oficina, un día de tantos, excepto por algo. Me llamó el Jefe, había varios trabajos pendientes, había prisa. Siéntese Carlota, he de dictarle una carta. Yo quería decirle si me disculpaba un momento, para ir al servicio, pero le vi tan apresurado que no me atreví. bueno, supongo que aguantaré, pensé. Estaba nerviosa, no estaba segura de poder aguantarme, tenía muchas ganas. aguantaré, si, has de aguantar, no pasara nada, me lo repetía una y otra vez. Se me cayó el bola, me agache a recogerlo, y. primer susto. Se me escapó un poquito en las bragas, casi sin darme cuenta. ahí, el Jefe al oír mi gemido se dio cuenta que algo pasaba, pero. tranquila Carlota, solo se le ha caído un bolígrafo, se encuentra bien?. Si, disculpe, es que estoy un poco nerviosa. Me senté en la silla, pensaba que quizás sentada, podría aguantar mejor. El estaba muy concentrado en el trabajo, ajeno a la alarmante situación por la que yo estaba pasando. Trabajamos un poco, y de pronto me dice otra vez:. Carlota se encuentra bien?. si, perdón. Pues céntrese en lo que hacemos, la veo como. Ausente. Si, perdón. La verdad es que tenía razón, y me dedique al trabajo sin más distracciones. Terrible error. A los pocos minutos, me vino un empujón tan fuerte, que me puse de pie apresuradamente, me incline contra la mesa, retorciendo las piernas, intentando aguantar, no pude evitar que se me escapara un poquito más, en mis braguitas rojas. pero pude controlarme, al soltar un poco. Termine ese trabajo como pude, y ya con la esperanza de poder ir a hacérmelo, y. Horror, saca otra carpeta. ahí, que no podre aguantar. Sale de detrás de su mesa, y me entrega la carpeta para este trabajo, y. se queda allí, de pie, muy cerca de mí, estaba ya muy nerviosa, ahora con él al lado seria mucho mas difícil disimular. Con las piernas apretadas, inclinada sobre la mesa, escribiendo como podía.
No podre aguantar mucho mas. se lo digo. no, aguanta Carlota.
Ahora, redactaba en un portátil, medio girada en la silla. Y ya casi no podía mover los dedos por el teclado, me estaba viniendo una presión incontenible, intentaba aguantar. No podía mas. y de pronto, ocurrió. Desesperadamente, sin ya casi control, se me escapo un chorro bastante considerable. ah, gimiendo de vergüenza. ahora sí que lo vio, estaba delante, muy cerca de mí. Pero Carlota. Yo, en ese momento pensé que como ya no tenía remedio. y me lo hice todo ya, que mas daba, había mojado la silla, la moqueta,. él lo había visto. . Que meada más imponente me hice sentada en la silla de aquel despacho. Al acabar, deseaba que se me tragara la tierra, roja de vergüenza. perdón, perdón, se me escapo, no podía mas. ah.
El, estaba allí, agachado, mirando mi accidente con cara de sorpresa. Yo estaba tan desconcertada, que seguí en la misma posición, no me daba ni cuenta de que en aquella postura, con las piernas abiertas, viéndoseme el hilo dental, todo mojado. Y me prepare para recibir la bronca más monumental de mi vida, y quizás algo peor. Pues nada de eso ocurrió, aquel día descubrí que mi Jefe era un hombre adorable. Se me acerco, y con una sonrisa muy amable, me paso su mano por mi cabecita, en una caricia llena de afecto, y me dijo: Que estas pensando?. que te voy a despedir? En aquellos momentos, lo que yo sentía era mi corazón desbocado, y a la vez una rara sensación de afecto, de agradecimiento por aquel trato tan cariñoso y comprensivo, y el detalle de tratarme de tu, cosa que no había hecho nunca. Quieres que envié a comprarte ropa de repuesto? Deseas tomarte el día libre?. Ya no pude mas, me levante, me acerque al, y le di un beso que me salió de mi alma, de mi corazón, y que el correspondió con el mismo sentimiento que yo. Fuimos amantes secretos casi dos años, el estaba casado, yo muy dedicada a mis estudios no deseaba una relación estable, el sí que estaba dispuesto a divorciarse de su mujer pero yo no quería, sabía que en el fondo su matrimonio no iba tan mal, había dos hijos. no no, me hubiera sentido muy mal como autora de la quiebra de un matrimonio. Tengo mis principios. Trabajé tres años más, en aquella Empresa, como secretaria de dirección, hasta que acabe la carrera, pero nunca olvidaré a aquel hombre maravilloso, que en mi vida fue y será mi mejor recuerdo de un Superior.