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ADICTA AL GANG BANG

"Nunca podría haber imaginado que follar con muchos hombres a la vez fuera tan satisfactorio..."

 

Llevaba por aquel entonces seis meses viuda. Una extraña enfermedad se llevó a mi marido cuando mejor le iba la vida. Así que me quedé sola con mis dos hijas de cinco y nueve años y mi trabajo de recepcionista de hotel. No me iba mal las cosas economicamente, pero estaba como aletargada. Entregada por completo a la vida, mi trabajo, mis niñas, el colegio de estas, el piso, etc.... 

Tengo 31 años, soy una mujer atractiva, pelo largo castaño, ojos grandes marrones claros y mis medidas 95-65-90. Tengo un bonito cuerpo y siento como soy deseada, como me miran, en realidad en lo más profundo de mi ser eso me pone super cachonda, me encanta que me miren los hombres cuando paso por algún sitio dónde hay muchos aglomerados, me excita de sobremanera. Pero lo he disimulado siempre muy bien. Lo cierto es que desde que murio mi marido no había tenído relación sexual con nadie, ni hombre, ni mujer. Me explico. Mi marido y yo éramos muy activos sexualmente hablando. Tanto que después de un tiempo fantaseando quise regalarle en su cumpleaños su mayor sueño. Contacté con una escort de lujo y le expliqué lo que buscaba, la chica era super amable y sin que mi marido lo supiera se presento en casa a la hora de la cena, ese era mi regalo y mi marido se quedó perplejo de ello. Lo cierto es que la chica era super guapa, me sorprendió a mi misma, yo la había visto por el portatil y la elegí sabiendo del gusto de mi marido por las chicas rubias, pero en real era despanpanante. Lo que sucedió fue que Daniel, mi marido, disfrutó como un niño con aquel regalo. Al principio estaba un poco dubitativo, pero la chica no solo era guapa, elegante, sexy...además era dulce, educada y te hacía sentir muy bien. Llevó las riendas del asunto con todo lo que yo le había hablado sobre lo que quería, y de cómo era mi marido. Al final lo que sucedió es que no solo sedució a mi marido sino que a mi también. Fue un día increible que nunca olvidamos Daniel y yo. Él quiso compensarme y como siempre nos contabamos nuestras fantasías yo en su día le dije que me gustaría probar con dos hombres a la vez. Y en mi cumpleaños me sorprendió con la visita repentina de dos hombres increibles. Rolando, un cubano de casi dos metros de alto y ancho como un armario, era mulato y el otro un chico igual o más fuerte con aspecto eslavo, Igor. Me quedé sin palabras, mi marido me llevó a la habitación y me dijo que ese era mi regalo. Al principio le dije que no quería eso, que me daba miedo, pero é insistió y mandó pasar a los dos chicos. Estos no dudaron y enseguida los tenía a mi alrededor acariciandome, estaba super nerviosa, pero ellos también sabían lo que hacían, eran profesionales y te daban confianza. Daniel se sentó en la silla, encendió un cigarrillo y se echó un vaso de wiskie. Poco a poco acabé cediendo y por primera vez también me follaron no dos sino tres hombres a la vez, ya que mi marido, avanzado el calenton se unió a nosotros. Para resumirlo decir que no había sentido tanto placer en mi vida, fue como si fuese una puta, me senti así y lo que más me consternaba era que me sentía bien. Desde aquel día me puse a ver peliculas porno de gang bang, sentía que follar solo con mi marido no me satisfacía del todo, quería más y empezamos a usar consoladores realisticos con ventosa en nuestras relaciones. Aún así no me sentía satisfecha y una vez en uno de esos viajes de mi marido de semana entera fuera llamé a los mismos chicos. Eran escrots si. Aunque pague mucho volví a sentirme viva, entonces comprendí que era lo que me gustaba. Pero quería más. 

Cuando Daniel se fue tan repentinamente, quedé derrotada, no quería nada. Apenas salía de casa si no fuera para llevar a mis hijas al cole o ir a comprar lo necesario. Así hasta que pasado todo este tiempo vi en la televisión una escena con una chica que se lo hacía con tres hombres. Entonces regresó mi deseo, y con más fuerza que nunca, llevaba mucho tiempo sin hacer caso a mi sexo, a mi deseo y aquella noche explotó todo. 

Casualmente, como si existiera el destino me encontré con Igor en el bus. Enseguida me conoció y muy amablemente me invitó a sentarme a su lado. Estuvimos charlando y finalmente quedamos para tomar algo por la tarde. Dejé a las niñas con mi hermana y salí con Igor. Me llevó a su piso y cuando entré me sorprendió que no estuvieramos solos. Allí estaban otros cinco chicos más y todos me follaron como a una perra en celo, como una puta zorra me entregué por completo a ellos, era insaciable, no sabía de donde me salía tanto ardor pero no podía parar, pollas por todos los sitios de mi cuerpo, me bañaron en semen. Me encularon dos tios a la vez y también por mi coñito entraron dos pollas gordas juntas. Me convertí en la puta de Igor, me volví una zorra en toda regla. Me follaban sus amigos cuando Igor lo quería y a mí cada vez me gustaba más. Me grababan y luego me lo pasaban a mi movil y lejos de contrariarme lo que me sucedia es que me masturbaba mirando. Me veía bien, parecía una actriz porno con todos esos tios a mi alrededor deseando follarme. Me gustaba ver mis caras, mis gestos, oir mis gritos de placer y dolor a la vez. Follar con un solo hombre no me satisface nada, necesito follar con dos o más a la vez, y mi adicción va acompañada a querer más. Hasta que un día Igor me plateó follar con doce hombres a la vez. Accedí y fue la última vez. Me follaron todos, sin dejarme respirar me metian las pollas en la boca, me azotaron, me ataron, me encularon hasta dejarme tirada en el suelo llena de semen por todos los sitios. Pero no me dejaron marchar, después de incorporarme volvieron a follarme uno a uno. Luego de dos en dos y más tarde se las apañaban para follarme cinco a la vez. Con mis manos se la meneaba a dos, otro en mi boca metiendola hasta la garganta y otros dos por el culo y mi coño. Luego se fueron cambiando hasta que se corrieron todos.

Me fui de la ciudad huendo en realidad de mí misma. Porque pasado un tiempo como si fuera una yonkie necesitaba de nuevo follar con un par de hombres a la vez al menos. Y lo hice gastandome gran cantidad de dinero. No lo puedo remediar, no puedo evitarlo. Me gusta follar con un monton de tios a la vez y cada vez que lo hago me siento bien. 

Datos del Relato
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