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Categoría: Confesiones

SE LA CHUPO PARA QUE NO ME DELATE

Él siempre me cayó mal, un morboso a leguas que la verdad en varias ocasiones estuve a punto de mandarlo al carajo.



Ni siquiera sé cómo se llama, todos le dicen el “huevo” ¿por qué? no sé, pero es el tipo más desagradable para mí o lo era hasta ese día.



Recuerdan que les conté sobre el trio que hice con Valente y Fernando, pues les conté que ellos me llevaron a mi casa y el “huevo” me vio cuando me despedí de ellos, lo cual hubiese sido normal, pero como me besé con los dos, no me di cuenta de su presencia y ahora él me estaba estafando.



De alguna forma consiguió mi teléfono donde me mandaba mensajes de amenaza.



- ¡Le diré a tu marido que te besaste con dos!



Al principio lo ignore, ya que, para mí, él era una persona insignificante y confiada sabía que yo tendría más credibilidad con las personas y mi marido peor todo me dio vueltas y me quise caer cuando me mando las fotos donde me estaba besando con ellos, ¡incluso donde Valente me estaba acariciando las nalgas!



H: ¿Ahora si me crees?



K: ¡Pervertido, borra eso y deja de chantajearme!



H: ¡Preciosa quien diría que eras tan golosa!



K: ¡Estúpido!



Yo estaba que echaba chispas, quería apretarle el cuello y borrarle su sonrisa, pero honestamente, el nervio me recorría, el coraje se convirtió en preocupación, ¡tristemente acepte que me tenía en sus manos!



No me quedo de otra que tratar de negociar con él, el muy idiota ponía las reglas y yo solo tenía que llegar a un acuerdo.



K: ¡Te daré 1000 pesos si las borras!



H: 1000 peso vale tu matrimonio? ¡jajá!



K: Te doy mi celular, es un Galaxy



H: ¡No!! ¡Esto vale más que eso!



K: ¿Entonces qué quieres?



H: ¡Quiero que me la chupes hasta que me venga en tu boca!



Debo de admitir que quería matarlo, me tenía enojadísima, el degenerado fue directo lo que quería, obviamente lo mande al carajo, de hecho, hasta pensé en decirle a mi marido yo primero, la sangre me hervía y hasta pensé que fanfarroneaba y de ahí no pasaría.



Pero estaba equivocada, esa tarde mi marido llego extraño y me comento que un tipo le hablo diciéndole que sabía algo sobre mí, que estaba dispuesto decirle y aunque él lo tomo como chantaje, se veía una pisca de curiosidad en la cara.



Esa noche mientras mi marido dormía le escribí al “huevo” para negociar nuevamente con él, pensé ingenuamente que podía darle algo que no fuera lo que pedía.



K: ¿Ya en serio, que quieres por las fotos?



H: ¡Ya te dije!



K: ¡Eso no!



H: Entonces no hay trato, ni modo, ¡no siempre se gana!



K: ¡Pero que ganas con que te la chupe!



H: ¿Que gano? Gano todo mi reina, me encanta tu boquita, me eh masturbado mucho imaginando que me la mamas y esta es una buena oportunidad para hacerlo real!



Estaba acorralada, así que, con toda la resignación del mundo, acepte su trato.



K: Ok, tu ganas, pero solo te la chupare!



H: ¡Con eso tengo mi amor!



K: ¡No me digas mi amor, donde te veo!



H: ¡En el eje, casi legando a la plaza, ahí nos vemos!



Esa noche no pude ni dormir, quería que el reloj fuera más lento, pero inevitablemente llego la hora, salí y llegue puntual al lugar, quería que esto acabara rápido, ¡en eso un claxon sonó y al voltear era el en una camioneta!



H: ¡Sube, vamos a un lugar mejor!



K: ¡Ni loca iré a un motel!



H: Jajá, para una chupada no necesito un motel, ¡vamos a un lugar sin gente!



Ya lo repudiaba, pero era buena idea, mientras más lejos mejor.



Subí y el manejo hasta casi salir a la autopista, tuve que tolerar que me manoseara las piernas, sabía que no podía alterarme y le permití me toqueteara con tal de que ya acabara esto.



Se detuvo en medio de la nada, solo árboles, creo que estábamos en la salida a Cuernavaca o Querétaro, no sé, pero ahí nos detuvimos, ¡el me miro sonriente y me dijo que era momento de mamar!



Con todo el asco del mundo me dirigí a su bragueta la baje y metí mis manos a su ropa interior para sacar un pene muy feo, grueso pero feo, con olor a semen y a orines, la verdad casi me vómito, pero ni modo, ¡ahí pagaría mi traición a mi marido!



H: ¡Eso nena, pruébalo uhm!



Él se comenzó a endurecer, yo lo masturbaba tratando de no oler su fétido aroma, pero era inevitable, ¡cerré los ojos y sin respirar introduje la mitad de su pene en mi boca!



El lanzo un gran quejido e inmediatamente me apretó la cabeza, yo trataba de zafarme, ¡pero él era más fuerte y me estaba ahogando con su verga gruesa!



Sin alterarme preferí comenzar a mover mi lengua, eso lo hizo calmarse, ¡ya que el placer que le estaba yo dando lo clamaba!



H: ¡Uhm, que rico, uhm, uf!



El no cabía de la felicidad, comencé a lamer su cabeza, le recorría su mástil me metía sus bolas a mi boca, ¡le estaba dando un buen trabajo para que se viniera rápido!



H: ¡Dios, uhm!!



K. Te gusta?



H: ¡Que rica puta eres, uhm!



K: Disfruta, ¡que no se repetirá jamás!



¡Les confieso mis queridos lectores que comencé a excitarme al escucharlo gemir, en cómo me metía su tranca para ahogarme, como me insultaba, la verdad lo estaba disfrutando!



K: ¿Ya borraste las fotos?



H: ¡Ah!! ¡Cuando acabes lo hago!



Empecé a mover mi boca como aspiradora, me tragaba su pene con potencia, quería que terminara ya, no me importaba que me llenara la boca de semen, ¡quería terminar con eso!



H: ¡Así chiquita, uhm!



K: ¡Que rica verga!



H: ¡Si mi putita es tuya, uhm, cómetela, que rico, uhm!



K: ¡Dame tu leche!



H: ¡Que puta eres!!!!



Me tomo de los cabellos y me follo la boca como bestia, me apretaba las nalgas, un líquido empezó a escurrir por mi vagina, estaba excitada, el seguía metiéndomela en la boca hasta ahogarme, ¡sentí como se inflaba y de pronto su semen caliente me ahogaba!



H: ¡Ah!! ¡Que rico, no ames, que rico!!



Mientras el exclamaba yo se lo mamaba y recibía hasta la última gota, lance unos gemidos de excitación, la verdad me gusto hacerlo venir.



El quedo exhausto satisfecho en el asiento de su camioneta tome baje y camine por unos arbustos, para tomar aire y agua, ¡enjuagarme la boca y terminar el trato!



¡Pero en eso el me tomo una foto!



H: Que rico, ¡ahora tengo más pruebas de que eres una puta!



K: ¡Que carajos!



H: Tranquila nena, es muy fácil, borrare todas estas fotos, ¡pero ahora quiero que me aflojes las nalgas nena!



Estaba perdida, lejos de casa, chantajeada, llena de semen y ahora un nuevo problema, ya que si me negaba me podía dejar ahí y aparte las fotos llegarían a mi marido, ¡la verdad me sentí morir!



Kali


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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