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Un gato y dos tequilas (II)

Después de nuestro caliente baño, Karlos y yo decidimos que había llegado el momento de comenzar nuestro plan, él se metió en su pieza a cambiarse y yo en la mía, donde estaba Tom. Me recibió con una sonrisa hermosa, me dijo que todavía estaba muy "cachondo", y corriendo las sábanas me dejó ver su mástil erecto que ansiaba ser devorado. No lo pensé mucho y me llevé a la boca esa delicia dándole una mamada rápida y violenta, que lo hizo explotar en mi garganta en litros de esperma caliente. Nos vestimos y los tres salimos de paseo. Primero a comer a un restaurante de la costanera sur, luego a tomar algo a un pub, y finalmente a una disco que estaba de moda por esos días, y donde concurrían, según me habían dicho, toda clase de personas, y así era, ya que al entrar vimos a dos lesbianas besándose. Eso era tan sólo el principio de lo que veríamos en ese lugar. Nos ubicamos cerca de la barra y Karlos puso en práctica la primer parte de nuestro plan, compró tres tragos de los que le gustan a Tom, y los bebimos rápidamente. Después fueron otros tres, y otros tres más. Ahora me tocaba a mí, fui hasta la barra y pedí dos tragos con mucha Seven up y uno del que le gustaba a Tom. Al acercarme le dije a Karlos "Probá éste que es el que más me gusta a mí, y para vos, Tom, más de lo mismo, que se ve que te gusta mucho". Tom asintió y siguió tomando, estas rondas se repitieron varias veces. Cómo a las tres de la mañana estábamos los tres medios borrachos, pero nuestro plan había salido a la perfección hasta el momento, Tom estaba realmente borracho, se reía por todo, y nos abrazaba constantemente. Decidimos ir a casa.



Una vez allí, Tom se tiró en mi cama y prácticamente se durmió, Karlos se lavó la cara y estaba como nuevo, yo también estaba bastante fresco. Era el momento de comenzar la acción. Me acosté al lado de Tom y lo empecé a desvestir, al principio se quejó, pero luego, después de darse cuenta que era yo quien estaba haciéndolo se dejó hacer. Lo dejé en bóxer , y lo acosté boca arriba. Por un instante lo contemplé, era hermoso. No me aguanté más y le mandé mano a su pija, que a pesar del alcohol, respondió enseguida a mis masajes. "Que chido, que está esto, pendejo", me decía, y cerraba sus ojos como elevándose a otra dimensión.



Karlos desde la puerta de la habitación, ya desnudo, se masturbaba viendo la mamada que yo le daba a su amigo. Me metía su pija en la boca y me la tragaba toda, subía y bajaba mi cabeza una y otra vez, deslizando mi lengua por toda su carne.



Entonces, le pregunté a Tom, si quería probar algo nuevo. Con toda la excitación que tenía me dijo que haga lo que quiera. Entonces le hice señas a Karlos que se apresuró a llegar, y se acostó al lado de su amigo. Tom giró la cabeza, lo vio, y sonrió. Karlos estaba contento, esa sonrisa era un signo de total aprobación a su presencia. Mientras yo me engullía la pija de Tom, Karlos le mordía las tetillas, y lo acariciaba por el pecho. Con su lengua lo lamió desde el cuello hasta los pies. Yo abandoné la pija para dedicarme a los huevos. Pasaba mi lengua sobre ellos y los besaba y mordía suavemente. Karlos se adueñó entonces de la pija de su amigo y le siguió dando una mamada de lujo.



Me acosté en la cama, dejando a Tom en el medio. Y lo puse de costado. Mientras Karlos le seguía chupando el tronco al otro, yo me adueñé de ese culito virgen y metí mi lengua entre sus nalgas, dándole besos justo en el agujerito, penetrándolo y lamiendo todas sus paredes internas. Ton jadeaba y se arqueaba de tanto placer. Sus manos se habían adueñado de la cabeza de Karlos, y le indicaban el ritmo a seguir. Estábamos en la gloria. Me desnudé y me ensalivé el culo. Le dije a Karlos que parase, sino lo iba a hacer acabar. El chico dejó de chupar y me rompió la boca de un beso. Nuestras lenguas se fundieron tan apasionadamente que casi acabo. Le pedí a Karlos que chupara mi culo, que me lo lubricara bien, y mientras él lo hacía acerqué mis labios a los de Tom. De inmediato se corrió, como negándose, pero lo tomé del mentón lo besé a la fuerza. Su boca se fue abriendo lentamente, hasta que nuestras lenguas se encontraron y comenzó a besarme él. Lo hacía muy bien. El sabor de su saliva se mezclaba con el del alcohol y a mi me enloquecía. Además, mi orto estaba ya que patinaba de tanta saliva que Karlitos me había dejado. Me separé de los labios de Tom, lo puse boca arriba nuevamente, y me senté sobre si pija, que poco a poco se enterró en mi interior. Y comencé a cabalgar arriba de ese pendejo que tanto me gustaba, y aún me gusta. Tom me apretaba los pezones y sonreía, Karlos, se ubicó detrás de mí y comenzó a lamerle las bolas a su amigo mientras éste me cogía. Yo estaba en el cielo, pero no podía dejar de lado a Karlos, así que me salí, y le ofrecí mi lugar. Éste, sin lubricarse ni nada, no quiso perder un solo segundo y se clavó el mástil de su amigo hasta los huevos. Cabalgaba y se quejaba, pero el placer pudo superar el dolor y empezó a disfrutar de la culeada que le estaban dando.



Yo, que había ocupado su lugar lamiendo los huevos de Tom, estaba muy caliente, entonces le dije a Karlos que si quería que se la metiéramos los dos juntos. Me dijo que no, pero cuando me sintió pegado a él, se inclinó hacia delante cómo accediendo a mi pedido. Me agaché y le chupé el orto mientras era taladrado por Tom. Mi lengua iba del mástil de Tom al culo de Karlos llenando todo de saliva que facilitaba el mete y saca de ese pedazo de carne. Me puse de pie, y le ofrecí mi pija a Karlos, que se la metió en la boca y la empezó a chupar extraordinariamente. Cuando noté que estaba bien mojada, me puse detrás y apoyándole las manos en la espada lo incliné acostándolo prácticamente sobre el pecho de Tom. Ubiqué la cabeza de mi pija en su orto, y empecé a empujar. Poco a poco los mismo movimientos de Tom ayudaron a que mi pija entre en Karlitos. La sensación era única, sentir el roce de la pija contra la mía, y la presión que ambas hacían en el culo del muchacho era la gloria.



Karlos no paraba de quejarse, pero estaba calentísimo, y comenzó a pajearse mientras su culito de 16 años era perforado por dos pijas juntas. No pasó mucho, la paja lo hizo acabar enchastrando el pecho y la cara de Tom, que estaba todo sudado, a éste pareció no importarle la leche que tenía sobre él. Apuró sus movimientos y cuando estaba a punto de acabar me dijo que lo quería hacer en mi boca. Su borrachera prácticamente había desaparecido. Me salí de Karlos y Tom, sacó su pija del culo de su amigo ofreciéndomela. Me la metí en la boca y de inmediato me llenó de leche. Se la chupé frenéticamente un buen rato. Karlos se seguía masturbando mirando sobre sus hombros la escena. Me puse de pie y le metí sin aviso previo la pija en la boca, el chico chupó unos instantes y le vacié todo mi cargamento en su garganta. Me arrodillé al lado de Tom y comencé a lamerle el semen que tenia por el pecho y la cara, luego llevé mi boca a la suya, y lo besé, depositándole los restos de Karlitos en sus labios. Tom se lamió los labios y una vez más sonrió. Los tres nos quedamos dormidos desnudos y transpirados. Al día siguiente la historia se repitió con algunas modificaciones en los roles de cada uno.


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