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Sexo en la playa nudista

~~El sexo en una playa o cualquier otro sitio similar es algo trepidante y lleno de acción y fantasía, a cualquiera le puede gustar tener una aventura de este tipo ya que te saca de la monotonía y la rutina.

 

Desde hace muchos años he deseado o tenido curiosidad de ir a una playa nudista, pero nunca me he atrevido a ir sólo y ningún amigo o amiga ha querido acompañarme.
Una playa nudista cuerpos desnudos al sol donde hacer todo tipo de locuras.

Nuevas experiencias y retos...

Así que un domingo temprano por la mañana me armé de valor y me dirigí a una playa que había próxima a mi ciudad.

En el coche coloqué mi bolsa de deporte donde había mi toalla, crema protectora, gafas y agua fresca...

Una vez allí en la playa, me esperé unos instantes dentro del coche porque tenía algo de vergüenza, al final dejé de lado los malos pensamientos, me desnudé y me acerqué lentamente hacia la zona nudista.

Aquella experiencia era totalmente nueva para mí, pero tenía curiosidad y para mí era como un reto personal.

Todos allí tomaban el sol, jugaban a voley, a las palas, paseaban....por supuesto desnudos.

Estaba acostumbrado a playas que lo máximo eran mujeres en tanga y sin la parte de arriba puesta, pero aquella visión generalizada de cuerpos desnudos al sol me dejaba perplejo de alguna forma.

Cuerpos desnudos al sol...

Al ver tanta mujer desnuda y muchas de ellas de considerable belleza, provocaron en mi una momentánea erección, lo cuál provocó en mi una reacción inmediata, me coloqué boca abajo en la toalla para disimular.

Intenté ponerme crema protectora en la espalda para ver si se me iba el calentón, pero no había manera de ponerme bien la crema ya que no llegaba bien a toda mi espalda, hasta que milagrosamente oí una voz femenina a mi lado que me dijo:


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Sexo en una cala nudista, sensacional simplemente.


¡¿necesitas ayuda?!

Antes de que contestara, aquella chica morena de ojos verdes, pelo largo y buena silueta, ya estaba masajeando mi espalda, muslos, cuello y por supuesto trasero.

Yo estaba anodadado porque Maica que así se llamaba aquella morenaza me estaba poniendo crema totalmente desnuda, parecía una película porno, jeje; al mismo tiempo que frotaba sus manos sobre mi cuerpo veía sus pechos firmes, duros y una vagina convenientemente depilada para la ocasión.

Continuamente se reía de mi y me decía que se notaba que era novato de tantos que van por primera vez a una playa nudista, lo detectaba por la forma en que me vio ponerme la crema y porque se me notaba empalmado.

La verdad es que su risa me contagió y me dio por reírme también a mí, así que estuvimos charlando y riendo un buen rato.

Entre risas y charlas, me confesó que era normal que las primeras veces los chicos se empalmen, que a ella le pasaba a lo primero y también se excitaba, pero que no es lo mismo tener pene que vagina.


¡Qué razón tenía señor!

Maica como veía que por vergüenza no me daba la vuelta, me cogió de la mano y me invitó a darme un baño con ella.


Venga Carlos al agua, que ya toca.

Bueno como quieras.

Yo aún tenía la polla medio morcillona por la excitación el momento y ella me tranquilizó:


Jaja Carlos, es bonita no tienes porque ocultarla.

Aquella frase me tranquilizó al mismo tiempo que me puso algo caliente.

Ya en el agua estuvimos con los típicos juegos que se suelen hacer, tirarnos agua, peleas de broma...

En una ahogadilla que me hizo, al salir del agua Maica me besó y puso mi cabeza entre sus tetas.

Nos miramos de forma cómplice y nos fuimos nadando hasta una pequeña cala rodeada de grandes rocas que había cerca de donde estábamos.

Morbo asegurado haciendo el amor a escondidas en una roca de playa.

Una vez en aquella recóndita cala, de repente agarró mi pene con su mano y la acarició suavemente al mismo tiempo que me besaba con su lengua puntiaguda, siguió chupando mi pecho depilado hasta llegar a mi zona viril donde comenzó a jugar con mi miembro aún erecto desde hacía rato.

Parecía que estuviera comiéndose un helado de vainilla, lamió mis testículos, glande y todo mi gran pene.

Después de un buen rato decidí tomar yo la iniciativa, la tumbé en la arena y comencé a lamerle su lindo cuello de cisne, pasando luego por sus esbeltos pechos puntiagudos con pezones como garbanzos de duros...

Maica gemía como una loca, a mí sus latidos y gritos me encendían cada vez más, decidí atacar de pleno y me dirigí a su pequeña pero cuidada rajita, lamiéndola como si la vida me fuera en ello.

¡Qué placer, qué gozada!.

Su raja era deliciosa, disfrutaba como un poseso con una mujer de escándalo en una playa nudista.

En un momento dado, Maica caliente perdida, se puso encima de mí y me cabalgó cuál potro desbocado, cerró sus ojos y yo le chupaba sus senos que no paraban de votar, ella gritaba y yo también.

Ella quería marcha y me dijo que quería que la penetrara a cuatro patas para luego correrme en su culo y nalgas, que era algo que la ponía a cien.

Locuras con la brisa del mar...

Así lo hice, la volteé y a cuatro patas la penetré salvajemente hasta que pasados varios minutos descargué toda mi leche caliente y espesa sobre su bonito culo moreno.

Descansamos unos instantes y regresamos a las toallas, la verdad no estuvo nada mal mi primer día de nudista.


Fue el comienzo de un tour turístico por varias playas nudistas de la costa....

Datos del Relato
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