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Categoría: Gays

Mis dos historias de 19 años

A Mis 19 años, solo he tenido 2 relaciones sexuales con hombres. La mejor de las 2 sucedió un día que me fui a ver discos al centro de Madrid. Siempre me habia gustado ir a madrid mirar cosas en los centros comerciales. Entré en uno de ellos y subí a la planta de discos. Me acerqué a la sección de hip hop, y me puse a buscar un cd. De repente a mi lado se puso un chico rubio, de ojos verdes, y con un cuerpo escultural formado seguramente en un gimnasio, tendría alrededor de 18 años, y su culo era uno de los más bonitos que yo habia visto jamás. Yo le miraba con disimulo, ya que no estaba dispuesto a arriesgarme sin saber que tendencias sexuales tenia aquel chico.

Después de estar un rato mirando, subí al baño, ya que me estaba meando, entre y pude ver como el chico me seguía: Las letrinas eran muy bajitas, por lo que se podían ver los órganos de los hombres que tambien estaban meando. En ese momento no habia nadie excepto yo. El chico entro y se puso a mear a mi lado. Yo le miraba de reojo, y pude ver como se sacaba un largo y hermoso pene. Me di cuenta de que el tambien me estaba mirando, cosa que me excito muchísimo.

Mi polla iba creciendo rápidamente, y la del chico tambien comenzó a crecer al ritmo que la mía. Tenia la verga más grande que la mía, le mediría alrededor de 19 cm, y esta deseando sentirla dentro de mí. Comencé a masturbarme al ver que el habia comenzado a hacer lo mismo. La excitación de los dos era cada vez mayor. El chico paro, se guardo la polla aun dura, y me hizo un gesto para que le siguiera. Sin dudarlo ni un momento le seguí sin poder apartar mi mirada de su escultural culo. Se metió en uno de los cuarto de baño, me pare para asegurarme que nadie nos veía, y me metí en el mismo cuarto de baño que él.

Sin decir ninguna palabra se abalanzo sobre mí y comenzó a besarme apasionadamente, besaba mi cuello, mis orejas... Mi excitación era cada vez mayor, notaba como mi polla estaba empujando con fuerza el pantalón deseando salir, él pareció leerme el pensamiento porque acto seguido me bajo el pantalón y tras besarme la polla por encima de los calzoncillos me la sacó, me acaricio los huevos suavemente, y comenzó a lamerme la polla como nadie lo habia hecho nunca antes. Paro de repente, se levanto y se saco su verga, mas dura que antes, y con liquido preseminal en la punta. Empujó mi cabeza hacia abajo y comencé a besar su polla, la chupé, la lamí, la saboreé a la vez que él empujaba mi cabeza.

El chico gemía intentando disimular su placer por temor a que alguien nos descubriera. Note como le daba una convulsión, señal de que se iba a correr, y sin poder aguantar mas, lanzó un gemido de placer, y llenó mi boca de su leche, que me tragué sin dejar escapar ni una gota. Se colocó detrás de mí, y comenzó a masturbarme suavemente. Yo le dije que quería correrme en su boca, por lo que se dio la vuelta se agachó y volvió a mamarmela salvajemente. Una sensación de placer empezó a subir desde los huevos llegando al éxtasis total con una generosa corrida que fue a parar a sus sensuales labios.

Nos pusimos los pantalones y primero uno, y después el otro salimos del baño. Nunca supe como se llamaba, y me quede con ganas de que me rompiese el culo con su maravillosa polla. Pero desde ese día, siempre que voy a ese centro comercial, paso a los baños con la esperanza de volver a encontrarle otra vez.

EN LA ESTACION.

Muchas veces recuerdo el inicio de unas vacaciones de verano, cuando solo tenia 19 años, me iba a pasar unos días a los Pirineos en compañía de un amigo, entonces solo era un amigo, habíamos quedado para encontrarnos en la estación de ferrocarriles de Sants, llegue unos 30 minutos antes de la hora, como siempre, cuando he de viajar temo llegar tarde, no me gusta ir con prisas.
Dejé las bolsas en la consigna y caminé hacia el bar a tomar un café, localicé una de las pocas mesas vacías, situada en un rincón, justo en la mesa de enfrente había un hombre, se quedó mirándome fijamente mientras me acercaba con la taza de café, dudé unos instantes antes de sentarme, por mi mente pasó la posibilidad de irme a otra mesa, aunque también me agradó que me mirara, había algo en él que me atraía, era mayor que yo, debía tener alrededor de 40 años.
Sin prisas y aprovechando que posiblemente estaba siendo observado, me senté, abrí el periódico, encendí un cigarrillo y mientras tomaba un pequeño sorbo de café, aproveché para mirarlo, sin ningún disimulo seguía con su mirada fija en mi, desnudándome con los ojos, me sentía violento y al mismo tiempo me excitaba, a los pocos minutos al tomar otro sorbo de café, supuse que estaría mirándome, pero no fue así, tenía su mirada fija en otra mesa, observando como un par de jóvenes se tomaban un café con leche, entonces fui yo quien clavó los ojos en su cuerpo, a pesar de su edad, tenia un cuerpo musculoso, los pelos de su pecho asomaban por el cuello desabrochado de la camisa, estaba tan pendiente de recorrer su cuerpo e imaginando que se escondía bajo su paquete, que no me percaté que el también me miraba, nuestras miradas coincidieron y aguantamos la mirada. Sin pensárselo dos veces, se levantó, vino hasta mi mesa con su café y se sentó a mi lado. Empezó a decirme que solo entrar en el bar mi cuerpo le impactó, estaba muy seguro de si mismo, se había dado cuenta que a mi también me gustaba él. Con gran descaro me propuso que le acompañara a los servicios, me sentía muy nervioso, era la primera vez que me proponían una cosa tan directa, pero también estaba excitadísimo, hice un ultimo sorbo de café y me levante en dirección a los servicios, me siguió y entramos casi juntos. Me hizo pasar dentro de uno de los baños, mientras me besaba, acariciaba mi durísima polla, sin darme cuenta note como su mano se paseaba por encima del slip, se agacho mientras me bajaba los pantalones, pego su cara encima de mi paquete, me lamió las ingles y su lengua rozaba los testículos hasta que me bajó el slip, mi polla estaba a punto de explotar, húmeda con las primeras gotas de semen que me salían, se la puso en la boca, primero solo chupaba el capullo, saboreando el sabor de las gotas que habían salido, poco a poco se la fue tragando entera, su nariz se clavaba en mi pubis, me acariciaba las nalgas y sus dedos rozaban el ano, ya no podía aguantar más, le cogí la cabeza y se la clave con fuerza llenando su boca con mi semen. Fue la primera vez que alguien me había hecho una mamada tan buena, nunca lo olvidaré.
Datos del Relato
  • Autor: Josehp
  • Código: 12081
  • Fecha: 07-12-2004
  • Categoría: Gays
  • Media: 4.09
  • Votos: 46
  • Envios: 6
  • Lecturas: 3088
  • Valoración:
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